1. ¡Cristo ha resucitado de entre los muertos dándonos a todos la vida” ( Jn, 20, 1- 10)
Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante de todas las
celebraciones de nuestra fe, ya que con la resurrección de Jesús nuestra vida adquiere
sentido. El evangelio de hoy nos trae esta gran noticia por ello es razón de de alegría para
todos los cristianos no hay espacio para la tristeza y los temores. Santa Teresa nos dice:
“Quien a Dios tiene, nada le falta”, pues esto es motivo de esperanza, de aliento, de paz y
fortaleza frente a una sociedad en el que la corrupción y la violencia triunfan, donde los
justos no son escuchados o no tienen mejor suerte que los injustos. Es nuestra fe en la
resurrección de Jesús que debe impulsarnos a vivir como auténticas Resucitados sin
perder las esperanzas que la justicia llagará a su plenitud. “Si resucitamos con Cristo,
buscad los bienes de allá arriba” nos dice San Pablo.
Sabemos que para Jesús no hubo resurrección sin muerte así mismo para el cristiano no
puede haber fe en Cristo, sin cambiar nuestra manera de actuar y sin asumir un
compromiso. En este tiempo de Pascua debe ser una oportunidad para crecer en nuestra fe
y ser mejores cristianos e irradiar la luz de Cristo a través de nuestro testimonio de vida.
Comencemos a vivir como aquellas mujeres que recibieron el anuncio de la
resurrección y como los apóstoles que vencieron el miedo para dar testimonio con su
propia vida. Vayamos a anunciar con la alegría que Cristo no está muerto, ha
resucitado está vivo nos ama y acompaña de manera permanente, camina junto a
nosotros aunque veces no le reconocemos mientras tenemos salud, dinero y
comodidades vivimos indiferentes ante esta realidad. Sabiendo que Él nos ha
liberado de nuestra muerte espiritual.
Como Hijos de Dios celebraremos cada domingo la Resurrección de nuestro señor.
Hagamos pues este día una verdadera santificación “DOMINGO DIA DEL SEÑOR”
congreguemos para darle gracias por su resurrección fundamento de nuestra fe, de
nuestra esperanza, de nuestra caridad y de todo nuestro vivir cristiano. Jesús nos dice « Yo
estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo » Esta promesa de Cristo sigue
siendo escuchada en la Iglesia como secreto fecundo de su vida y fuente de su esperanza.
Aunque el domingo es el día de la resurrección, no es sólo el recuerdo de un acontecimiento
pasado, sino que es celebración de la presencia viva del Resucitado en medio de los suyos.
(DD.31). “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” dice San Pablo.
Su resurrección es garantía y esperanza de nuestra futura resurrección, él nos acompaña
siempre e impulsa nuestro peregrinar y nos conduce hacia ese último día, donde el mismo
saldrá a nuestro encuentro. “Si Cristo ha resucitado, también nosotros hemos de resucitar
hacia una vida nueva” dice San Pablo.
Vivamos nuestra Pascua renovándonos diariamente nuestras vidas, nuestro interior para
que se haga realidad su promesa de vida eterna y como hijos de Dios nos tenemos que
hacer frecuentemente esta pregunta. ¿Es mi vida testimonio de resurrección? ¿Soy un buen
ejemplo de resucitado?
¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCION PARA TODOS!
Docente del DACIR. Lic. Teresa López Vega.