1. INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACION PUBLICA –INAP-
UNIVERSIDAD GALILEO
CURSO: Marco Teórico para el análisis de Políticas Públicas
DOCENTE: Antonio Aguilar
LA DEMOCRACIA Y EL PODER INVISIBLE
NORBERTO BOBBIO
ESTUDIANTE
HILDA AYDEE CASTRO LEMUS
CARNE
14010482
CHIQUIMULA, ABRIL 2015
2. 0.7 LA DEMOCRACIA Y EL PODER INVISIBLE
NORBERTO BOBBIO
RESUMEN
Loa que estiman que la democracia es el ideal del «buen gobierno», en el sentido
clásico de la palabra, que consigue realizar el bien común, aquí está de nuevo el
tema ya clásico de la teoría de las élites y el aún más clásico de la diferencia que
existe entre democracia formal y democracia sustancial. Y tenemos, finalmente, el
tema de la ingobernabilidad, que ha emergido en estos últimos años.
El gobierno de la democracia puede definirse como el gobierno del poder público
en público. Uno de los conceptos que mejor la definen, es la del Catechismo
republicano de MicheleNatale (el obispo de Vico, ajusticiado en Nápoles el 20 de
agosto de 1799): “¿No hay nada secreto en el Gobierno Democrático? Todas las
operaciones de los gobernantes deben ser conocidas por el Pueblo Soberano,
excepto algunas medidas de seguridad pública, que se deben dar a conocer cuando
haya pasado el peligro”. Este fragmento es ejemplar, porque enuncia en pocos rasgos
uno de los principios fundamentales del Estado constitucional: la publicidad es la
regla; el secreto, la excepción.
En un Estado democrático, el nexo entre principio de representación y publicidad
del poder, es entender la representación como una manera de presentar, de hacer
presente, de hacer visible lo que, de otra forma, quedaría escondido.La teoría del
gobierno democrático ha desarrollado otro tema estrechamente relacionado con el del
poder visible: el tema de la descentralización como revalorización de la importancia
política de la periferia respecto al centro. Se puede interpretar el ideal del gobierno
local como un ideal inspirado en el principio según el cual el poder es tanto más
visible cuanto más cerca se halla.
Mientras que el poder autocrático no sólo se esconde para que no se sepa quién
es ni dónde está, sino que tiende también a esconder sus intenciones reales en el
momento en que sus decisiones deben hacerse públicas. Es algo similar a la relación
esclavo – amo: El esclavo no ve a nadie y sabe que lo están vigilando, mientras que el
amo ve a todos y a él no puede verlo nadie. Sin embargo, el poder invisible se
combate con un poder igualmente invisible, del contraespionaje y, más en general, de
los servicios secretos.No hay Estado, autocrático o democrático, que haya renun-
ciado al mismo. Y no ha renunciado hasta ahora a él ningún Estado porque no hay
mejor modo de saber las acciones ajenas que el de tratar de conocerlas sin hacerse
conocer y reconocer. El propio Kant reconoce el poder invisible al expresar: entre los
artículos preliminares para la paz perpetua interestatal la prohibición absoluta del
recurso a los espías,aduciendo, entre otras cosas, el argumento de que el empleo de
los espías en la guerraacabaría por extenderse también al estado de paz.
El tema más interesante —mediante el cual se puede realmente poner a prueba la
capacidad del poder para derrotar al poder invisible— es el de la publicidad de las
acciones del poder, que, como se ha visto, representa el momento propiamente dicho
del cambio de dirección en la transformación del Estado moderno de Estado
absolutista a Estado de derecho.
3. COMENTARIO
En la democracia ideal, las acciones que los representantes del pueblo realizan
no deben ser secretas, porque de lo contario, carecen de la legitimidad y
representación necesaria para ser un verdadero sistema democrático.
En la actualidad, a los gobernantes que el pueblo elige cada cuatro años, se le
atribuye un equivocado poder absoluto, que lo utilizan para imponer su voluntad y
decidir a su antojo sobre lo que se debe o no realizar, dejando a un lado las
necesidades sentidas de la población, incrementando la deuda externa y
asegurando el futuro de la cúpula de gobierno, lo que hace al país más pobre cada
vez más.
Vale la pena analizar detenidamente el concepto de poder “invisible” y proponer
acciones concretas, que permitan a la población tener más participación en los
asuntos de país y juntos poder construir un país en verdadera democracia.