1. Debate.En lo que resta de año puede quedar perfilado el nuevo entramado fiscal
¿Qué hacemos con los impuestos?
Falacias
impositivas
IÑAKI ORTEGA
Profesor de Deusto Business School
N
assim Taleb acu-
ñó el término ‘Cis-
ne Negro’ en su li-
bro homónimo de 2007.
Resumiendo, es un suceso
altamente improbable con
gravísimas consecuencias
socioeconómicas. Nadie
previó la crisis sanitaria
del coronavirus y en unos
pocos meses ha traído la
mayor destrucción econó-
mica de toda la historia de
nuestro país. Si en la últi-
ma crisis el PIB cayó entre
2008 y 2013 un total del
8,6%, solamente este año
el producto se hundirá el
doble; la tasa de paro, en-
tonces del 8%, ahora ha-
brá que multiplicarla por
dos; la deuda pública era
de un 40% y en 2020 esta-
rá por encima del triple.
Que esta pandemia es
un ejemplo de cisne negro
es muy conocido, pero lo
que no es tanto es que la
definición de Taleb dice
algo más y es que una vez
pasado el hecho, se tiende
a racionalizar haciendo
que parezca predecible. Es
esta segunda parte de la
definición la que interesa
más en este momento: las
trampas de la mente en si-
tuaciones dramáticas. Las
ilusiones han sido muy es-
tudiadas en economía; el
Nobel Daniel Kahneman
explicó esta falsa percep-
ción cognitiva que llamó
sesgo retrospectivo. Nues-
tra cabeza –impactada por
algo que ha generado mu-
cha atención– nos hace
creer que lo sabíamos des-
de el principio, que era
«obvio» y de «sentido co-
mún». Este estudio tiene
muchos siglos detrás y
Aristóteles, en su manual
contra los sofistas, abundó
en lo que él identificaba
como falacias. Una
falacia no es otra
cosa que un racioci-
nio errado que inten-
ta pasar como verdade-
ro. Un ardid basado en
argumentos supuesta-
mente «obvios» o de «sen-
tido común» para conven-
cer a la audiencia.
Ahora, en pleno inven-
tario de daños de nuestra
economía, aparece como
milagrosa solución una fa-
lacia aristotélica que enca-
jaría en la conocida como
falso dilema. ‘Hay que su-
bir los impuestos, de lo
contrario el país se hundi-
rá’. Los partidarios de au-
mentar la presión fiscal
ocultan que no hemos de-
jado de hacerlo; si segui-
mos comparando indica-
dores con la anterior cri-
sis, el IVA ha pasado del
16% al 21%; se ha recupe-
rado el Impuesto del Patri-
monio y el tipo máximo
del IRPF en territorio co-
mún ha pasado del 43% al
49%. Repiten sin parar
que hay que ser solidarios,
como si hasta ahora no lo
hubiéramos sido. Además,
usan otro dilema, a saber:
como estamos muy en-
deudados, o subimos los
impuestos o no podremos
mantener el Estado del
Bienestar.
Pero no deja de ser un
sofisma, porque se pue-
den obtener más recursos
sin subir los impuestos o
incluso bajándolos si au-
menta la actividad econó-
mica. Olvidan consciente-
mente que, subiendo los
impuestos, se lesiona al
muy dañado tejido pro-
ductivo que verá imposi-
ble su recuperación y se
multiplicarán los cierres
patronales y despidos.
También antes de tomar
decisiones tan arriesgadas
debería racionalizarse el
ingente gasto público y
hacer más eficiente la re-
caudación.
La solución fácil y de-
magógica es exigir que pa-
guen más las empresas
(que nunca han estado
peor que ahora) y expri-
mir más a los cada vez
menos trabajadores (no
está de más recordar el úl-
timo informe de la AIReF
que sitúa en solo uno de
cada tres españoles los
que no viven de lo públi-
co). Pero lo difícil y valien-
te sería recortar gastos su-
perfluos, luchar contra el
fraude, eliminar duplici-
dades e implantar la eva-
luación de hasta el último
euro del erario. Nuestros
vecinos europeos parece
que leen más a Aristóteles
que nosotros y Francia,
Alemania y Reino Unido
no han caído en la trampa
mental y sus planes de re-
construcción que vamos
conociendo incluyen lo
contrario que por aquí,
un atractivo marco
fiscal para los crea-
dores de riqueza
que son las em-
presas.
Subir o no subir;
esa es la cuestión
IGNACIO ZUBIRI
Catedrático de Hacienda Pública de UPV/EHU
E
n la CAPV se nece-
sitan recursos en
el corto plazo para
hacer frente al coste del
Covid. En el medio plazo
es necesaria una reforma
fiscal que mejore la efi-
ciencia, la equidad y la
capacidad recaudatoria
del sistema. Estas necesi-
dades exigen una subida
temporal de tipos en el
corto plazo y una reforma
fiscal estructural en el
medio plazo.
En el corto plazo la
CAPV tiene diversas fuen-
tes de ingresos, incluyen-
do un endeudamiento
que debe llevarse tan le-
jos como sea posible. Sin
embargo, para mantener
el Estado del Bienestar se
necesita un aumento de
impuestos que, por ur-
gencia, debería realizarse
mediante un recargo
temporal en el IRPF y en
Sociedades. La cuantía
dependerá de si el Go-
bierno central sube el IVA
y los especiales, ya que
esto aumentaría la recau-
dación de la CAPV.
Ciertamente hay
quien dice que no es
conveniente subir
impuestos. Sin embargo,
para expandir la econo-
mía subir los impuestos
es una alternativa supe-
rior a bajar los gastos. Lo
que es esencial es que la
crisis no se aproveche
por cazadores de incenti-
vos para lograr rebajas
fiscales y que se trufen
aún más los impuestos
con beneficios para em-
presas, emprendedores,
inversores, rentas altas y
rentas del capital. Esos
incentivos son inequitati-
vos, caros en relación a
su escasa efectividad y
solo ganan quienes redu-
cen su factura fiscal.
En el medio plazo, para
mantener y mejorar el
Estado del Bienestar se
debe realizar una refor-
ma fiscal esencial. Algo
asumible porque la CAPV
tiene una presión fiscal
por impuestos concerta-
dos un 7% inferior a la
del Estado y un 20% infe-
rior al promedio de la Eu-
rozona. En el IRPF la re-
forma pasa por cambiar
la estructura del impues-
to, modificar la tributa-
ción de los rendimientos
del capital, eliminar de-
ducciones y bonificacio-
nes de dudosa justifica-
ción, y cerrar y penalizar
vías de elusión. En Socie-
dades se debe eliminar la
plétora de bonificaciones
ineficientes que hay, ha-
cer que los rendimientos
del capital tributen más,
instar al Estado a endure-
cer la consolidación fiscal
y establecer el tipo míni-
mo en función del resul-
tado contable. Se debe re-
forzar el impuesto sobre
el Patrimonio, crear im-
puestos medioambienta-
les e instar al Estado a eli-
minar bonificaciones en
el IVA. Se deberían explo-
rar, también, vías no fis-
cales para aumentar los
ingresos.
Habrá quien argumen-
te (especialmente quien
vea subir sus impuestos)
que estas reformas pena-
lizan el crecimiento. No
es verdad. Ciertamente,
en una economía digitali-
zada y globalizada hay
riesgos fiscales. Pero la
respuesta no es la desfis-
calización. Es la fiscaliza-
ción inteligente con con-
troles adecuados. Por
otro lado es falso que,
dentro de unos amplios
márgenes, los impuestos
ralenticen la actividad
económica de forma sig-
nificativa. Y es una san-
dez sin base empírica
afirmar que bajar los ti-
pos subirá la recauda-
ción.
Un aumento fiscal no
puede ser una medida
aislada. Para que los ciu-
dadanos lo acepten de-
ben saber que su dinero
se gasta de forma ade-
cuada y que todo el mun-
do paga los impuestos. Lo
primero implica una ra-
cionalización del gasto
(incluyendo reformar la
función pública) y mayor
transparencia. Un clic de-
bería bastar para saber
desde quién ha ganado
un concurso público has-
ta quién ha sido nombra-
do asesor y por qué. La
segunda condición impli-
ca que, además de tener
una fiscalidad justa,
debe darse prioridad a
la lucha contra el frau-
de, cuyos resultados de-
ben medirse y evaluarse
anualmente en el Parla-
mento vasco.
A ECONOMÍA Domingo 06.09.20
EL CORREO48