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Técnicas para demostraciones, usando triángulos equilateros
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Técnicas para demostraciones, usando triángulos equilateros

  1. Unas cuantas características de los triángulos equiláteros (Con una introducción breve a las técnicas para hacer demostraciones matemáticas) Durante la clase previa, algunos de Uds. me hicieron dos preguntas impor- tantes:  ¿Es posible desarrollar fórmulas para áreas y volúmenes de objetos a través de la geometría?  ¿Cómo se puede saber si una fórmula para (por ejemplo) el área de un triángulo es cierto para todo tipo de triángulo? La segunda pregunta es especialmente buena, porque va directamente al corazón de las matemáticas, y de la realidad misma. Hay una rama de la filosofía que se llama la epistemología que se dirige a cuestiones de esta índole. No tenemos espacio aquí para dar a esta pregunta la atención que se merece, pero podemos, con provecho, tratar algunas de las ideas genera- les. ¿Por qué no hacerlo al desarrollar fórmulas para varias de las caracte- rísticas de los triángulos equiláteros? En cuanto a las suposiciones comunes en las demostra- ciones matemáticas… Muchos alumnos se sorprenden al saber que todas las matemáticas se fun- damentan en suposiciones, a las más de las cuales se les dan nombres impresionantes como “postulados” y “axiomas”. La verdad es que no es po- sible razonar sin partir de ciertas suposiciones. Como mínimo, uno debe suponer su propia existencia. Para desarrollar fórmulas para las áreas y los volúmenes de formas y fi- guras geométricas, es necesario suponer mucho más. Primero, se supone que estos objetos “existen” en cierto sentido. (Véase la nota al margen acer- ca del realismo e idealismo.) Se apoya también en suposiciones, la idea que características como longitudes, áreas, y volúmenes pueden ser expresa- dos, con sentido, por medio de números. Amén de la idea que estas caracte- rísticas son relacionadas por medio de operaciones matemáticas. (Omito los detalles.) Nuestras experiencias diarias demuestran, innegablemente, que la arit- mética y la geometría pueden, con bastante precisión, predecir lo que en verdad sucede en el mundo de objetos materiales. Sin embargo—y es nece- sario enfatizarlo—estas experiencias no demuestran que las suposiciones son correctas. Solo demuestran que sí, éstas nos llevan a predicciones que coinciden, con cierta precisión, con lo que realmente sucede. También, es necesario enfatizar que no es—y nunca será—posible sostener que predic- ción alguna coincida perfectamente con lo que sucedió. Solo es posible aco- tar la imprecisión del ajuste de nuestras predicciones a lo sucedido. Bueno, esto, también es tema importante, pero para otra ocasión. De vuelta al tema principal del presente, al desarrollar fórmulas debemos procu- rar enunciar claramente nuestras suposiciones, a menos que estemos segu- ros de que nuestros lectores las conocen bien. Al no hacerlo, nos arriesga- mos cometer errores y provocar malentendidos. Para facilitar la comunica- Dos Doctrinas Relevantes, de la Filosofía El realismo defiende la existen- cia de objetos reales indepen- dientes de la conciencia, y acce- sibles a la capacidad de conoci- miento. O, en otras palabras, sostiene la existencia de un “mundo real” de cosas que existen independiente de que existan, o no, personas que las observen. La mayoría de los científicos toman por cierto el realismo, sin reconocer que están involucra- das, cuestiones primordiales. En cambio, el idealismo sostiene que la idea es el princi- pio de ser, y que el mundo es, en cierto sentido, una creación mental.
  2. Algunas de las propiedades de los triángulos equiláteros 2 de 10 ción, los matemáticos las ponen nombres a las suposiciones más usadas. Por ejemplo, las siguientes “reglas”: La regla de la especificación universal Ésta parece obvia, pero sí, es necesario declararla abiertamente. Para nuestros fines, esta “regla” declara que si todos los objetos de una clase tienen ciertas características, entonces cada uno de los objetos de la clase las tiene. Por ejemplo,  Todos los seres humanos son mortales. Tomás es ser hu- mano. Por lo tanto, Tomás es mortal.  Todos los triángulos equiláteros tienen tres ángulos iguales. Este triángulo es equilátero: Por lo tanto, sus tres ángulos son iguales. 1 La regla de la generalización universal No es fácil comunicar, por medio de palabras, el significado de esta re- gla. Para nuestros fines, dice que si se puede demostrar que una fórmu- la es cierta para un objeto elegido en forma arbitraria de una clase, en- tonces la fórmula es cierta para todo objeto que le pertenece a la clase. Bueno, por supuesto la frase elegido en forma arbitraria nos ocasiona cierta inquietud. La mejor forma de aclarar lo que ésta significa, es por emplear ambas de estas reglas en una demostración. En el caso presente, en el desarrollo de fórmulas para propiedades de triángulos equiláteros. El desarrollo de fórmulas para propiedades de triángulos equiláteros Al comenzar a trabajar cualquier problema matemático, es bueno preguntar- nos ¿Qué es lo que queremos? 2 Es de notarse que nadie nos está obligando a hacer nada: hemos decido investigar las propiedades de triángulos equiláteros por iniciativa nuestra, y por motivos exclusivamente nuestros. Entonces, podemos examinar cuales- quiera propiedades que nos interesen, y que—a nuestras luces—valgan la pena investigar. 1 ¿Puede Ud. explicar por qué sus tres ángulos, además de ser iguales, deben medir 60°? 2 Esta sugerencia viene de mi libro favorito, de matemáticas: Como razonar matemá- ticamente, por J. Mason, L. Burton, y K. Stacey. Es publicado por Editorial Trillas (ISBN-10: 607171544X, ISBN-13: 978-6071715449).
  3. Algunas de las propiedades de los triángulos equiláteros 3 de 10 Entonces, ¿Qué tal si desarrollamos una ecuación que comunique la re- lación entre la altura de un triángulo equilátero, y la longitud de sus lados? O sea, nuestra respuesta sería Queremos una ecuación que comunique la relación entre la altura de un triángulo equilátero, y la longitud de sus lados. ¿Cómo comenzaremos? Un consejo bueno es Siempre y cuando se trabaja un problema matemático, trazar un diagrama que le ayude a visualizar lo que esté en juego. 3 Bueno. Tracemos un triángulo rectángulo: Ahora bien, en cuanto al término “la altura de un triángulo equilátero: ¿a cuál propiedad específica se refiere? El glosario de matemáticas que viene en el currículo Matemáticas Diarias 4 lo define bien: Porque los tres lados de un triángulo equilátero son iguales, también lo son las alturas con respecto a sus lados opuestos correspondientes. (¿Por 3 Una sugerencia atribuida a Alan Schoenfeld de la University of California, Berkeley 4 Obra sin título: disponible en línea en https://www.mheonline.com/assets/wg_download/em/g6_spanish_srb_glosario.pdf (consultada 12 noviembre 2014). © 1998 Everyday Learning Corporation. ¿Qué es lo que que- remos? Queremos una ecuación que comunique la relación entre la altura de un triángulo equilá- tero, y la longitud de sus lados.
  4. Algunas de las propiedades de los triángulos equiláteros 4 de 10 qué?) Entonces, para no seguir ciegamente la costumbre de etiquetar de “la base” al lado inferior del triángulo, ¿por qué no usar el lado AC? Ahora, volvamos a nuestra pregunta: ¿Qué es lo que queremos? Nuestra respuesta fue Queremos una ecuación que comunique la relación entre la altura de un triángulo equilátero, y la longitud de sus lados. Gracias a nuestro diagrama, ya podemos expresarlo de modo más específi- co: Queremos una ecuación que comunique la relación entre las longitudes de los segmentos 𝐵𝐷̅̅̅̅ y (por ejemplo) 𝐴𝐵̅̅̅̅. Al parecer, nos han servido bien, los consejos de Schoenfeld y de Mason, Burton, y Stacey. Para seguir adelante, seguimos otro consejo suyo: Pregúntese, “¿Qué puedo usar?” 5 Por ejemplo, se podría agregarle otra línea a un diagrama. Un punto dé- bil mío es que con frecuencia, no me ocurre hacer tal cosa. Otra idea que suele resultar provechosa es usar un conjunto de símbolos para representar longitudes, áreas, o cualquiera otra cantidad que juegue en el problema. Hagámoslo ahora: 5 Traducción tomada prestada de la versión en español de la obra de Mason, Burton, y Stacey. El original en inglés dice el equivalente de “¿Qué puedo introducir?”, en el sentido de “poner en uso”.
  5. Algunas de las propiedades de los triángulos equiláteros 5 de 10 Al resolver cualquier tipo de problema, es imprescindible seguir un tecer consejo bueno: Pregúntese, “¿Qué sabemos?” Por uno, sabemos que el punto D divide parte al segmento 𝐴𝐶̅̅̅̅ en mitades. Agreguémosle esta información al diagrama: Admás, sabemos que ADB y CDB son triángulos rectángulos. También, que el Teorema de Pitágoras se verifica para todos los triángulos rectángulos. Por lo tanto, este Teorema se verifica para ADB y CDB. Por motivos de brevedad, diremos que 𝐴𝐵̅̅̅̅ es la hipotenusa del ADB, por lo que (𝐵𝐷)2 + (𝐴𝐷)2 = (𝐴𝐵)2 . (1) Ahora, sustituimos AB por a, BD por h, y AD por a 2 en la Ecuación (1), para obtener (ℎ)2 + ( 𝑎 2 ) 2 = (𝑎)2 . Defínanse: a = La longitud de los lados del triángulo ABC. Por ejemplo, la longitud de 𝐴𝐵̅̅̅̅. h = La longitud de 𝐵𝐷̅̅̅̅. ¿Cómo sabemos que el punto D divide parte al segmento 𝐀𝐂̅̅̅̅ en mitades, y que los triángulos ADB y CDB son triángulos rectángulos? Éstas son preguntas muy buenas. No las responderemos aquí, pero sería bueno investigarlas fuera de la clase.
  6. Algunas de las propiedades de los triángulos equiláteros 6 de 10 Hagamos una pausa para reconocer que ya hemos obtenido lo que queremos. Es decir, ya tenemos una ecuación que comunica la relación entre la altura (h) del trángulo rectángulo, y la longitud de sus lados (a). Sin embargo, deberíamos procurar simplificar la ecuación. Por ejemplo, por combinar los términos en los cuales aparece la variable a: (ℎ)2 + ( 𝑎 2 ) 2 = (𝑎)2 . (ℎ)2 + ( 𝑎 2 ) 2 − ( 𝑎 2 ) 2 = (𝑎)2 − ( 𝑎 2 ) 2 ℎ2 = 𝑎2 − 𝑎2 4 ℎ2 = 3 4 𝑎2 . Esta versión es más o menos satisfactoria, pero se puede simplifarcla más todavía, por sacar la raíz cuadrada de ambos lados: √ℎ2 = √ 3 4 𝑎2, ℎ = 𝑎 √3 2 , o equivalentemente, ℎ = 𝑎√3 2 . Por fin tenemos lo que queremos, y en una forma conveniente. Para comprobar nuestra fórmula (a saber, la ℎ = 𝑎 √3 2 ), deberíamos medir a en nuestro diagrama, usar nuestra fórmula para calcular h, y comparar el resultado del cálculo con la medida verdadera de h. También, debemos investigar si nuestra fórmula tiene lógica. Por ejemplo, ¿cómo cambia la altura cuando el triángulo se hace más grande? Obviamente, la altura se incrementa conforme se incrementa el tamaño del triángulo. Pero, ¿es esto lo que nuestra fórmula predice? En cambio, si el triángulo se disminuiera hasat convertirse en un punto, la altura sería cero. ¿Nuestra fórmula lo predice? Les prometí que en el curso de desarrollar nuestra fórmula, veríamos cómo emplear La regla de la generalización universal y La regla de la espe- cificación universal. La verdad es que las usamos sin mencionarlas. Yo de- bería no haberlo hecho. Entonces, ahora presentaré un desarrollo mejorado, señalando dónde se ha empleado las dos reglas. Solo es necesario agregar- le unos cuantos comentarios al desarrollo ya presentado. En la tabla que sigue, los comentarios en cursivas azules son explicativos; no son parte del desarrollo mismo. Siempre busquen cómo compro- bar cualquiera formula que desarrollen. Por fin, verán dónde usamos La regla de la generaliza- ción universal y La regla de la especificación universal.
  7. Algunas de las propiedades de los triángulos equiláteros 7 de 10 Desarrollo mejorado Comentarios explicativos para cada paso del desarrollo mejorado Sea T, arbitrario, un triángulo equilátero. En otras palabras, “Imagine un triángulo equilátero cualquier, y llamarlo ‘T’”. Sea a la longitud de los lados de T. Aquí, se usa La regla de la especificación universal varias veces. Como se suele hacer, no decimos que estamos usándola, sino la usamos y ya. Hay ciertas propiedades que todos los triángulos las tienen. Por ser un triángulo equilátero, T las tiene también. Una de las propiedades que nos permite hacer la declaración a la izquierda, es que los lados de un triángulo equilátero son segmentos que tienen la misma longitud. A su vez, todos los segmentos de línea tienen ciertas propiedades. Por lo tanto, los lados de T las tienen. Una de estas propiedades es que se puede expresar la longitud de un segmento en la forma de un número no negativo.6 IMPORTANTE: No suponemos nada más acerca de T o a. Sobre todo, aparte de que a≥0, no suponemos nada acerca del valor de a. (Aquí vienen todas la declaraciones que nos llevaron a la fórmula ℎ = 𝑎 √3 2 .) De nuevo, usamos La regla de la especificación uni- versal sin mencionarla. Como todos los números no negativos, al a se le puede efectuar la multiplicación, división, etc. Porque T fue un triángu- lo equilátero arbitrario, podemos concluir que nuestra fórmula es cierta para todos los triángu- los equiláteros. (Fin del desarrollo.) Nos permite hacer esta declaración, La regla de la generalización universal. Acerca de T, supusimos que tiene las propiedades que tienen todos los triángulos equiláteros, y ninguna más. Se demostró que por tener nuestro triángulo rectángulo arbitrario estas propiedades, y ninguna más, forzosamente deber verificarse que 𝒉 = 𝒂 √𝟑 𝟐 . Por lo tanto, es correcto concluir que esta fórmula se verifica para todos los triángulos equiláteros. Desafortunadamente, los libros de texto—aun los avanzados—suelen omitir mencionar el uso de La regla de la generalización universal. Por lo tanto, los más de los alumnos nunca se enteran de que sí, podemos sacar conclusiones como aquella que acabamos de presentar. Tampoco—y mu- cho menos—lo que es necesario hacer en nuestros desarrollos y demostra- ciones para poder emplear esta tan valiosa regla. 6 Por otro lado, cada número puede ser representado como un segmento de cierta longitud. Por lo tanto, para cada número no negativo x, existe (¡al menos en nuestras mentes!) un triángulo equilátero cuyos lados tienen dicha longitud. A los alumnos, se suele presentar estos conceptos como obvios, pero son realmente sutiles, y los ma- temáticos no lograron fundamentarlos rigurosamente hasta los medios del Siglo XIX. Para la conveniencia del lector, se presen- tan de nuevo: La regla de la especifica- ción universal Si todos los objetos de una clase tienen ciertas caracterís- ticas, entonces cada uno de los objetos de la clase las tiene. y La regla de la generaliza- ción universal Si se puede demostrar que una fórmula es cierta para un objeto elegido en forma arbi- traria de una clase, entonces la fórmula es cierto para todo objeto que le pertenece a la clase.
  8. Algunas de las propiedades de los triángulos equiláteros 8 de 10 Supe de esta regla cuando estudiaba— ¡a la edad de 50 años!—cómo hacer demostraciones formales. Sin embargo, creo que se la puede enseñar con éxito, a los alumnos del nivel primario. Bueno, a esas alturas hemos visto que la geometría sí, se puede usar para desarrollar ecuaciones (“fórmulas”) que expresen la relación entre las características de una figura. Además, hemos visto  Cómo se puede “saber” que una fórmula es cierta para todas las figuras del tipo que nos interesa.  Que al decir que lo “sabemos”, nos apoyamos en una suposi- ción, la cual se llama La regla de la generalización universal. Para atar cabos sueltos, pongamos de relieve que nuestro desarrollo de la ecuación ℎ = 𝑎 √3 2 se realizó con apego a todos los rituales y costumbres del extraño pueblo que se denomina de Matemáticos. Por lo tanto, podemos agregarle, al cuer- po de propiedades comunes a todos los triángulos equiláteros, esta relación entre la altura y los lados. Así que en el futuro, al tener que encontrar la altu- ra de un triángulo equilátero dado, por ejemplo éste… podremos decir, “Todos los triángulos equiláteros cuentan con la propiedad de que su altura —con respecto a cualquier de sus tres lados—es √3 2 veces la longitud de sus lados. Entonces, dicha relación se verifica para nuestro triángulo. Por lo tanto, la altura de nuestro triángulo es de 5 metros por √3 2 . O sea, es de aproximadamente 4.33 metros. (¡Compruébelo!) Una cosa de debe enfatizarse en cuanto a esta fórmula (y todos las de- más) es que es una constancia de una relación entre números. Concreta- mente, nos cuenta que el número que expresa la altura de un triángulo equi- látero es √3 2 veces el número que expresa la longitud de sus lados. Por lo tanto, si sabemos la altura de un triángulo equilátero, y queremos saber la longitud de sus lados, solo es necesario despejar al a en nuestra fórmula. Por ejemplo, siguiendo los pasos abajo presentados: Longitud de los lados: 5 metros
  9. Algunas de las propiedades de los triángulos equiláteros 9 de 10 ℎ = 𝑎 √3 2 𝑎 √3 2 = ℎ (Cometo menos errores si la incógnita está en el lado izquierdo.) 𝑎 √3 2 √3 2 = ℎ √3 2 𝑎 = ℎ ( 2 √3 ) 𝑎 = ℎ ( 2 √3 ) [ √3 √3 ] 𝑎 = ℎ ( 2√3 √3∙√3 ) 𝑎 = ( 2√3 3 ) ℎ . Fíjense que no tuvimos que “partir de cero” para desarrollar esta ecuación. Es decir, no tuvimos que volver a analizar nuestro triángulo arbitrario T. Ha- biendo desarrollado la fórmula ℎ = 𝑎 √3 2 , y habiendo dicho que a y h son números no negativos, fue lícito trasformar nuestra formula de cualquiera manera que nos diera en gana, con tal que nuestros pasos respetaran las propiedades de los números y de la igualdad. De hecho es lo que hicimos para trasformar la ecuación que obtuvimos di- rectamente del Teorema de Pitágoras, (ℎ)2 + ( 𝑎 2 ) 2 = (𝑎)2 , para obtener una versión más conveniente: ℎ = 𝑎 √3 2 . Ahora debemos comprobar que 𝑎 = ( 2√3 3 ) ℎ. Entonces, por favor que mi- dan la altura y los lados del triángulo equilátero presentado a continuación (ver, por favor, la página que sigue), para saber si coincide el valor de h cal- culado a partir de la fórmula, con la medida de h. ¿Verdad que la longitud de los lados es 𝟐√𝟑 𝟑 veces la altura?
  10. Algunas de las propiedades de los triángulos equiláteros 10 de 10 Fin
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