2. 1. “Nada existe” fuera de nuestras
sensaciones, puesto que son estas la
única vía por lo cual la cosa se hace
presente en el hombre.
2. “Si algo existiera, seria
incognoscible” puesto que las
sensaciones nos engañan, sería
imposible conocer la esencia de las
cosas.
3. “Si pudiéramos conocer algo, este
conocimiento sería incomunicable”:
las sensaciones son particulares a cada
individuo.
3. La primera tesis la defiende de la
manera siguiente: si algo existe
debería o bien ser eterno o no serlo.
Si fuese eterno, habría de ser infinito
y, si fuese infinito, no podría estar en
nada.
Pero, lo que no está en nada no existe.
Por otra parte, si no fuese
eterno, debería haber comenzado a
ser (debería haber nacido, haber sido
creado), pero, para comenzar a
ser, antes debería no ser, lo que es
imposible, ya que el no ser no es (lo
que no existe no puede engendrar la
existencia).
Así, ni es eterno ni tiene origen y, por
tanto, no es. Nada puede existir.
4. La segunda tesis parte de la
afirmación de Parmenides según la
cual no es posible pensar el no ser.
Pero, si el no ser no pudiese ser
pensado, afirma Gorgias, no
existiría el error. Dado que el error
existe, se infiere que puede
pensarse el no ser.
Así, podemos decir que hay cosas
no pensadas que existen, y cosas no
existentes (como personajes
míticos, por ejemplo) que pueden
ser pensadas.
De esta manera señala que existe
una división entre pensamiento y
ser y, por tanto, si algo existiese, no
podría ser pensado. “Si lo pensado
no existe, lo existente no es
pensado”
5. La tercera tesis defiende que la
palabra no comunica más que
sonidos.
Mediante el lenguaje no
transmitimos colores, sabores,
tamaños, etc., sino solamente
sonidos (es decir, no transmitimos
las cosas en sí sino sólo palabras).
Y, al igual que la vista no ve los
sonidos, el oído no oye los colores.
Con ello pone de manifiesto el
divorcio existente entre signo y
significado (entre el término que
designa y el objeto designado), y
destaca la imposibilidad de
transmitir la realidad mediante la
palabra.