Las empresas se pueden clasificar de diferentes formas: por su actividad (sector primario, secundario o terciario), por su capital (privada, autogestionada, pública o mixta), por su forma jurídica (individual, sociedad o cooperativa) y por su tamaño (micro, pequeña, mediana o gran empresa). También se clasifican según su ámbito de actuación, si es local, nacional o internacional. Las empresas interactúan con su entorno para materializar ideas que satisfagan las demandas y deseos de los clientes.