Derechos humanos, medios y fin. Diario Noticias Alava
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Noticias y política
Los desplazamientos forzados constituyen un fenómeno creciente con el que la política exterior europea tiene mucho que ver. 22 Septiembre 2015 Diario Noticias Alava
Derechos humanos, medios y fin. Diario Noticias Alava
2 Diario de Noticias de Álava – Miércoles, 23 de septiembre de 2015
Opinión
Los desplazamientos forzados
constituyen un fenómeno creciente
con el que la política exterior
europea tiene mucho que ver
Acoger significa promover políticas
públicas para conformar una
sociedad abierta, plural y diversa,
evitando discurso de miedo u odio
Crearvidaenlosbarrios
Durante las últimas décadas nos hemos dedi-
cado en Vitoria a extender urbanísticamente la
ciudad a lo ancho (en grandes superficies de
Lakua, Zabalgana o Salburua) y a lo alto (gran-
des torres de muchos pisos). Esto era así por la
presión del sector de la construcción, que se
empeñaba en edificar hubiera o no demanda.
Y no es que no hubiera (recordemos que a fina-
les de los 90 las VPO se las rifaban, en sentido
literal), sino que no se podían pagar esos pre-
cios. Y también porque el Ayuntamiento, en la
última era de Cuerda y en la primera de Alfon-
so Alonso, hallaba una suculenta fuente de
ingresos en la venta de suelo urbanizable.
Ahora resulta que descubrimos que nos sobra
vivienda y suelo por todos los lados y volvemos
la mirada a los barrios viejos en parte para resu-
citar al sector de la construcción (en rehabili-
tación de vivienda) y en parte para que el Ayun-
tamiento de turno se pueda poner una meda-
lla ante los vecinos con las reformas.
Pero en ambos casos, tanto en la estrategia
urbanística expansiva de antes como en la pre-
tensión de crecer hacia dentro, se están descui-
dando las necesidades sociales de los barrios
afectados, antes los nuevos y ahora los viejos.
Una ciudad requiere hacer casas nuevas y reha-
bilitar las viejas, vale, y quizás también hacer
modernas pasarelas por doquier, pero lo que
realmente debería importar es la vida que se
genera en los barrios. Antes hicimos moder-
nos barrios dormitorio y ahora queremos remo-
zar las casas de los barrios viejos, pero nadie
parece pararse a pensar sobre qué vamos a
hacer para generar vida en ellos.
DavidHerrero Vitoria
Eldiscursodelmiedo
A las puertas de las elecciones catalanas, las
fuerzas estatales insisten en lo mala malísima
que es la independencia. Entonces, ¿por qué tie-
nen los españoles Estado propio? ¿Por qué no
podrían vascos y catalanes pagar sus pensiones
cuando son las regiones más prósperas y con
los salarios más altos junto con Madrid? ¿Por
qué se amenaza con la expulsión de la UE?
España tiene pavor a perder, entre otras cosas,
el 25% de su PIB y el 35% de su producto indus-
trial que suman la CAV y Cataluña y a conver-
tirse en un país pobre, condenado al turismo y
la construcción. España tiene miedo e intenta
contagiárselo a vascos y catalanes. Dejen cele-
brar un referendum. Si se abre la puerta de la
jaula, quizá el pájaro decida quedarse.
AitorGarikoitzVillanuevaTäby (Suecia)
Derechoshumanos,mediosyfin
POR JosuOskoz
A
sistimos al mayor número de perso-
nas desplazadas desde la II Guerra
Mundial. No es, sin embargo, un
fenómeno nuevo: año tras año, miles de per-
sonas en el mundo se desplazan forzosa-
mente. Lo realmente novedoso es que, en
esta ocasión, llaman a nuestra puerta, en
número considerable, personas que se ven
forzadas a escapar de su hogar para evitar
los efectos de un conflicto armado, situacio-
nes de violencia generalizada o violaciones
masivas de los derechos humanos.
Conviene recordar que los campos de pobla-
ción refugiada más antiguos y mayores del
mundo no están en Europa. Son precisamen-
te otros pueblos y otros Estados quienes, con
muchos menos recursos, han acogido a cen-
tenares de miles de personas desplazadas
durante décadas.
En Kenia, desde 1991 y con más de 400.000
personas, tenemos el campamento llamado
Dadab. Habilitado inicialmente para acoger
90.000 personas que huían de la guerra de
Somalia, es en la actualidad el mayor campa-
mento de población refugiada del mundo
que acoge mayoritariamente a mujeres,
niñas y niños. En Etiopía, desde 2011 el cam-
pamento Dollo Ado acoge a más de 200.000
personas, en su mayoría somalíes huyendo
tras más de dos décadas de guerra en su
país, pero también procedentes de Sudán del
Sur o Eritrea. Podemos también recordar a
las más de 100.000 personas palestinas que
viven en campamentos en la Franja de Gaza,
a las más de 80.000 personas sirias que mal-
viven desde 2012 en el campo Al Zatari de
Jordania o las 200.000 personas saharauis
refugiadas en el campamento argelino de
Tinduf desde hace décadas tras el abandono
de España del territorio y la posterior ocupa-
ción militar por parte de Marruecos.
Sin embargo, los países europeos –incompa-
rablemente ricos frente a aquellos– han visto
llegar en los últimos meses a aproximada-
mente 350.000 personas huyendo de las gue-
rras de Siria, Irak o Afganistán, menos de las
personas refugiadas que solamente Kenia
acoge desde 1991.
Queda claro que los desplazamientos forza-
dos de personas causados por desastres de
cualquier tipo constituyen un fenómeno cre-
ciente –aunque no nuevo– con el que la polí-
tica exterior europea tiene mucho que ver y
que exige, ante todo y en primer lugar, políti-
cas públicas eficaces que garanticen los
derechos humanos de las personas afecta-
das: asumir, frente al enfoque asistencialista
y reactivo que escuchamos a diario, un enfo-
que de derechos humanos en la atención a
estas poblaciones.
La asociación Argituz, con la vista siempre
puesta en el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, piensa que la especial
vulnerabilidad de estas personas exige de las
administraciones públicas una clara posi-
ción de garante y promotor de sus derechos
humanos, posición que debe orientar las
políticas públicas de regulación y de cuotas
de acogida que se están ahora mismo plan-
teando.
Estas personas, titulares de todos los dere-
chos humanos reconocidos, deben ser desti-
natarias de políticas públicas que promue-
van su adecuada integración en nuestra
sociedad mientras persistan los motivos que
forzaron su huida, garantizando que sus
condiciones de vida sean respetuosas con la
dignidad humana y con el respeto a sus
derechos fundamentales, siendo particular-
mente relevantes, dada su condición de per-
sonas refugiadas, el derecho a solicitar y, en
su caso, obtener asilo, el derecho a la liber-
tad de movimiento, la prohibición de expul-
sión colectiva o el derecho a la unidad fami-
liar.
Facilitar el acceso a los derechos económi-
cos, sociales y culturales –derecho a la edu-
cación, a la salud, al trabajo o a un nivel de
vida adecuado– es el camino y la forma más
eficaz, digna y respetuosa de promover la
integración. Acoger significa también poner
en marcha las políticas públicas pertinentes
para atender inicialmente las necesidades
más acuciantes de estas personas. Pero aco-
ger es además promover políticas públicas
para conformar una sociedad abierta, plural
y diversa, conforme a una concepción poli-
croma de la identidad social que se quiere
construir, evitando los discursos del miedo o
del odio que algunos representantes políti-
cos se empeñan en trasladar.
Atendamos la advertencia que nos hizo
Albert Einstein, una de las mentes más bri-
llantes de la historia, cuando nos decía que
“no podemos resolver los problemas pensan-
do de la misma manera que cuando los crea-
mos”. G
Firman también Miguel Ángel Navarro y
Andrés Krakenberger, miembros de la asociación
Pro Derechos Humanos Argituz
Cartasaldirector
Los textos dirigidos a esta sección de Cartas al
Director y Tribuna Abierta (página 2) deberán ir fir-
mados y debe adjuntarse fotocopia del DNI del
remitente y número de teléfono. DIARIO DE NOTI-
CIAS DE ÁLAVA se reserva el derecho de publicar-
los, resumirlos, extractarlos o corregir su estilo en
función de su interés público. No se mantendrá
correspondencia. Dirección: Cartas al Director. Ave-
nida Gasteiz 22-bis 01008 Vitoria-Gasteiz. Correo
electrónico: cartas@noticiasdealava.com
Lacúpula
númeromil
C
ae una cúpula, otra más,
de ETA. Suena o quiere
sonar a la leche en vina-
greta, perdóneseme la estúpida
rima interna, pero el hecho en sí
no merece mayores alardes dis-
cursivos. A mí no me tima el
pirotécnico ministro Fernández.
Sé que los detenidos, por más
pedigrí que tengan sus nombres
en comparación con otros que
han ido cayendo en las sucesivas
farsas montadas por Interior, no
son más que el retén de guardia a
cargo del cadáver de la bicha.
Vaya a usted a saber desde cuán-
do estaban controlados cada uno
de sus movimientos por guripas
de este o aquel uniforme. Hasta
que un día –ayer mismo– que
convenía porque hay un fuego en
Catalunya, se da la orden de
echarles el guante y mandar el
heroico parte de guerra corres-
pondiente. La filfa, es decir, la
captura de unos tipos acorrala-
dos y ya definitivamente inofensi-
vos se convierte, con la ayuda de
unos titulares salerosos y unas
fotos resultonas, en una gesta de
andar por casa. Para quien quiera
comprarla, claro, que cada vez
queda menos clientela interesada
por el género.
Dicho todo lo anterior, sí le reco-
nozco un mérito al señor español
de la porra. Su guiñol ha servido,
probablemente sin pretenderlo,
para desenmascarar una vez más
a los milongueros del nuevo
tiempo. Con su impudicia habi-
tual –bien es cierto que consenti-
da por nuestro pardillismo digno
de mejor causa– han salido a blo-
que a echar espumarajos contra
la detención de tipos que suman,
entre los cometidos por propia
mano, los ordenados y los pla-
neados, un buen pico de asesina-
tos. Pero claro, los inmovilistas y
los que ponen palos en las ruedas
son siempre los otros. Hay que
joderse. G
POR JavierVizcaíno
Másque
palabras