El documento describe la economía europea a principios del siglo XVIII. En ese momento, la economía era principalmente agraria y estaba dominada por la nobleza y el clero. La agricultura se centraba en el cultivo de subsistencia con bajos rendimientos y crisis frecuentes. Sin embargo, hacia mediados del siglo, la población europea creció gracias a mejoras en la agricultura y la introducción de nuevos cultivos. También aumentó el comercio, especialmente el comercio colonial de productos como el azúcar y el cacao.