El documento resume los elementos que hacen que un libro infantil sea considerado un clásico, como su atractivo universal, su capacidad de no pasar de moda con el tiempo y su factura técnica impecable. También menciona autores e ilustradores clásicos como Charles Perrault, los hermanos Grimm y Maurice Sendak, así como nuevas tendencias en literatura infantil. Finalmente, recomienda que los bibliotecarios conozcan bien los clásicos para poder recomendar buenos libros a los lectores.