¿Qué son la gratitud, el desagradecimiento y la ingratitud?

1. ENSAYO
DESAGRADECIMIENTO
E INGRATITUD
Leyder Lasprilla Barreto
18/11/2019

2. 2
“Quien no agradece,
no merece”.
Anónimo
“El defecto más grave
del hombre es la ingratitud”.
José Ortega y Gasset
“La ingratitud es
la esencia de la vileza”.
Immanuel Kant
“No tires piedras en
el manantial donde has bebido”.
Proverbio Arameo
“Al que devuelve mal por bien,
el mal no se apartará de su casa”.
Proverbios 17: 13

3. 3
Introducción
El universo interpersonal es un espacio donde múltiples fenómenos constantemente se presentan.
Dichos fenómenos son la resultante de la conjunción de lo que cada miembro de la relación
interpersonal alberga en su intrapersonalidad (y aporta a la relación). De esta manera, se puede decir
que uno se relaciona con los demás de acuerdo con lo que uno lleva en su mente y en su corazón, así
como los demás se relacionan con uno de acuerdo con el mismo criterio. Por esto, si la benevolencia
es lo que desprende un sujeto de su intrapersonalidad, la solidaridad caracterizará su interpersonalidad,
pero si lo que habita en la psique de dicho sujeto es la psicopatía, la reificación del prójimo no se hará
esperar como mecanismo de trato con los demás. De aquí que se pueda decir con toda certeza: “Dime
cómo piensas y sientes a los demás y te diré como los tratarás”.
Bajo esta premisa, aparece en escena un fenómeno intrapersonal de crucial importancia para la armonía
interpersonal. Dicho fenómeno es la gratitud1
. Esta palabra deriva del latín gratitudo; a su vez de
gratus, adjetivo que significa que merece encomio. Etimológicamente, puede entenderse como la
condición de merecer exaltación. Se define como el aprecio que se siente por un favor recibido o por
la intención de hacerlo (aunque no se recibió) que motiva al receptor a corresponder2
. En la gratitud
siempre está muy marcada la actitud de intentar compensar lo recibido, por lo que es natural que lo
primero que salga a relucir, por parte del beneficiado, sea la expresión “Gracias”3
, que luego debe ir
seguida de las acciones tendientes a corresponder al benefactor4
. Dar las gracias sin sentir gratitud ni
intentar devolver el beneficio recibido5
es un acto de hipocresía que, más temprano que tarde, se
revelará como tal ante el ejecutor del favor.
Un ser agradecido es un individuo ético con alto sentido del valor del prójimo, de ahí que sea una
persona honorable6
y muy respetuosa7
, volcada a la prudencia para evitar importunar con sus acciones
o gestos a los demás8
. Por ello, es normal verlo compartiendo sus bondades con otros9
, ya que
comprende que así como recibe de la vida, debe dar a los demás; y este dar a los demás activa el dar
1
En este tenor, expresó Charles Louis de Secondat, mejor conocido como barón de Montesquieu: “Solo hay una cosa
que puede formar un vínculo entre los hombres y esa es la gratitud”.
2
En esta misma línea de la gratitud como sentir, dijo el músico de jazz y director de orquesta Lionel Hampton: “La gratitud
se da cuando la memoria se almacena en el corazón y no en la mente” y el obispo y político de la Revolución Francesa
Jean Baptiste Massieu comentó: “La gratitud es la memoria del corazón”.
3
Al respecto acotaron: 1) el escritor estadounidense William Arthur Ward: “Sentir gratitud y no expresarla es como
envolver un regalo y no darlo”, 2) el narrador y poeta estadounidense William Faulkner: “La gratitud es una cualidad
similar a la electricidad: debe producirse, descargarse y agotarse para poder existir”, 3) el tenor estadounidense Robert
Brault.:“No existe la gratitud no expresada”, 4) la escritora británica Gladys Bronwyn Stern: “La gratitud silenciosa no es
de mucha utilidad para nadie”, 5) el clérigo y poeta británico Robert South: “La persona agradecida no solo confiesa sino
que proclama sus deudas”, 6) el filántropo y escritor William Clement Stone: “Si realmente estás agradecido, ¿qué haces?
Compártelo” y 7) el filósofo y poeta James Allen: “Ningún deber es más urgente que el de devolver las gracias”.
4
“Al expresar nuestra gratitud, nunca debemos olvidar que la mayor apreciación no es pronunciar las palabras, sino vivir
de acuerdo con ellas”, expresó John Fitzgerald Kennedy (trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos).
5
: “El agradecimiento que sólo consiste en el deseo es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras”, escribió el literato
Miguel de Cervantes Saavedra.
6
“Nada es más honorable que un corazón agradecido”, escribió el político y filósofo romano Lucio Anneo Séneca.
7
No por casualidad expresó el Dalai Lama: “Cuando practicas la gratitud existe un sentido de respeto hacia los demás”.
8
Al respecto acotó el escritor español Francisco Gómez de Quevedo: “El agradecimiento es la parte principal de un
hombre de bien”.
9
Reforzando esto, transcribo las palabras de William Clement Stone: “Si realmente eres agradecido, vas a compartir”.

4. 4
de la vida para con él, por lo que cuanto más ofrece de sí mismo tanto más recibirá10
. Ipso facto, las
cumbres del éxito estarán disponibles para él en cualquier proyecto que se proponga realizar, así este
demore mucho en llegar11
.
Por otra parte, un ser agradecido es un ser lleno de belleza12
. Es un ser que desprende humildad. Es un
ser con una actitud supremamente positiva ante la vida13
. Es un ser virtuoso14
. Es un ser que es
consciente de que nadie tiene la obligación de darle absolutamente nada y, por ello, al recibir no
descansará hasta devolver toda la ayuda que otro ser le haya tendido. De ahí que ante su benefactor
tenga la disposición de colaborar tanto como pueda: por lo que si recibe una llamada de él, le conteste
y, si no pudo contestar, más tarde se comunique con él y le explique con toda honestidad la razón por
la cual no pudo responder el llamado. Igualmente, si recibe de su benefactor un mensaje de texto por
cualquiera de las redes sociales en las que estén en contacto, es un imposible, cuando la gratitud
desborda del corazón, que deje los menajes en visto por muchas horas, días o, incluso, para siempre
sin responder15
.
Si, por alguna razón del destino, quien prestó ayuda en el pasado cae en desgracia, el sujeto consciente
de dicho pasado y cargado con gratitud intensifica sus esfuerzos por ayudar a quien lo necesita y en el
ayer hizo lo mismo con él. Un ser agradecido jamás abandona a quien le ayudó por el hecho de que
hoy carezca de comodidades o de poder. Por el contrario, ahora en la desgracia es cuando más atento
se pone para servirle a su pasado benefactor. Para él, lo único presente es la deuda de gratitud que tiene
con ese ser16
y no el hecho de que hoy pase por una mala situación.
La gratitud es una expresión de divinidad17
. Quien está teñido por ella en sus pensamientos, palabras,
afectos y acciones tiene, a futuro, asegurada las puertas de los cielos18
, e incluso, las puertas de las
regiones puramente espirituales de las que hablan los Santos del más alto orden, tanto del Sufismo
como del Surat Shabd Yoga, pues es con la gratitud absoluta al Gurú que todo puede lograrse. Tan
importante es la gratitud en la vida de una persona, que sin ella sería imposible llegar lejos en lo que
10
Por eso dijo el poeta y pintor británico William Blake: “El receptor agradecido tiene una cosecha abundante”.
11
“Aquellos que tienen la capacidad de ser agradecidos, son los que tienen la capacidad de alcanzar la grandeza”,
comentó el escritor y comentarista de radio Steve Maraboli. Y líder teológico Dietrich Bonhoeffer expresó: “…Es solo con
gratitud que la vida se enriquece”.
12
“La gratitud es la flor más bella que brota del alma”, comentó el clérigo congregacionalista Henry Ward Beecher.
13
En palabras del vendedor y orador motivacional estadounidense Hilary Hinton “Zig” Ziglar: “La gratitud es con seguridad
la “actitud” más importante que podemos adquirir y la que logra más cambios en tu vida”.
14
No por azar llegó a escribir el filósofo y político romano Marco Tulio Cicerón: “La gratitud no es solo la más grande de
las virtudes, sino la madre de todos los demás”.
15
El filósofo francés Jacques Maritain dio en la diana al decir: “La gratitud es la forma más exquisita de cortesía”.
16
De ahí que en una ocasión, dicen, le comentara a un amigo suyo, el fallecido capo di tutti capi colombiano, Pablo Emilio
Escobar Gaviria: “Hay que tener días malos para darse cuenta de quién es familia, quién es amigo y cuáles son los
verdaderos amores”.
17
Con toda la razón, alguien acotó: “La gratitud está al lado de la Divinidad”.
18
“Es a través de la gratitud por el momento presente que se abre la dimensión espiritual de la vida”, expresó el místico
y escritor alemán Eckhart Tolle.

5. 5
se emprenda, pues sin apoyo, como dijo, en una conferencia, el actor y exgobernador de California
Arnold Schwarzenegger, nadie logra absolutamente nada en la vida19
.
Un ser auténticamente agradecido jamás olvida a todos los que alguna vez le colaboraron. La mala
memoria no existe en él, pues su sentir está tan impactado por los “dardos” de los servicios recibidos,
que su mente nunca deja de recordar a los protagonistas de dichos favores. Por ello, no escatima un
momento, cuando la oportunidad se presenta, de recordarle a su interlocutor y benefactor lo agradecido
que está con él, con el respaldo de una actitud que indique “a la orden para lo que necesites, porque
es lo mínimo que puedo hacer”.
Para un ser lleno de gratitud jamás existirá la vergüenza de expresar que recibió ayuda de otros; nunca
sentirá pena por comentar que alguien, con nombre propio, le ayudó cuando más lo necesitaba; nunca
sentirá que su valía personal ante los demás está en juego si reconoce públicamente que un compatriota
le tendió la mano; y mucho menos, minimizará el pequeño, moderado o gran favor recibido, pues para
él todo favor tiene un valor que debe respetarse.
Teniendo ya claridad sobre lo que significa la virtud de la gratitud, se puede, ahora sí, entender con
mayor propiedad lo que significan los opuestos de ella. En este sentido el presente ensayo tiene como
finalidad definir, explicar y ejemplificar qué son los vicios denominados desagradecimiento e
ingratitud, para que el lector pueda identificar a quienes los padecen y no caiga en sus garras, puesto
que este tipo de personas son altamente responsables de que el Señor Jesús haya dicho que el Samsara
era un valle de lágrimas.
Desarrollo
Desagradecimiento
Desagradecimiento es la acción y efecto de desagradecer. Desagradecer deriva del prefijo des, que
significa no, y del verbo agradecer; que, a su vez, deviene del prefijo a, que significa cabalmente, el
vocablo latino gratus, que significa agradable y la terminación de infinitivo española –ecer.
Etimológicamente, desagradecer puede entenderse como el fenómeno de desconocer lo agradable de
un favor ante quien lo hizo. Se define como el proceso de olvidar los favores o intentos de favores
recibidos inmerecidamente20
. Es decir, desagradecer es no sentir aprecio por la intención de favor o
el favor concretado que se ha obtenido21
.
19
No por capricho escribió el místico alemán, discípulo de Santo Tomás de Aquino, Meister Eckhart: “Si la única oración
que dijiste fue “gracias”, eso sería suficiente” y el escritor y periodista británico Gilbert Keith Chesterton, se atrevió a
decir: “El objetivo de la vida es la gratitud”.
20
“Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada más rápido que un favor”, dijo el líder teológico y doctor en
filosofía Martin Luther King.
21
Por lo frecuente del desagradecimiento, Lucio Anneo Séneca llegó a escribir: “Nadie escribe en su agenda de bolsillo
los favores recibidos”.

6. 6
En el desagradecimiento es muy marcada la postura de no intentar compensar lo recibido22
, por lo que
es muy fácil entender la dificultad que tiene el beneficiado de expresar unas sentidas “Gracias” a
quien le hizo el favor23
. Y en caso de hacerlo, se nota a leguas su hipocresía. Es decir, que lo que dice
no se corresponde con lo que siente24
.
Un ser desagradecido es un individuo antiético, con bajo sentido del valor del prójimo; de ahí que sea
una persona sin honor, poco respetuosa y afín a la imprudencia: por lo que con relativa facilidad puede
importunar con sus acciones o gestos a los demás. Por ello, es casi imposible ver a un ser así
compartiendo lo que tiene con su alteridad, ya que no comprende que, así como recibe, debe dar para
que la vida le siga dando a través de los demás. De aquí que cada vez reciba menos y las puertas del
éxito, en los proyectos que desea materializar, estén estrechamente abiertas (casi cerradas) para él25
.
Por otra parte, un ser desagradecido carece de belleza. Es un ser que desprende soberbia26
. Es un ser
con una actitud negativa ante la vida. Es vicioso y totalmente inconciente de que nadie tiene la
obligación de darle absolutamente nada; por ello, al recibir, no siente aprecio por ni ganas de devolver
lo recibido. De esto se desprende que ante su benefactor carezca de la disposición a colaborar tanto
como pueda; razón por la cual si recibe una llamada de él, no le conteste y si luego lo hace, dé una
excusa débil o con fastidio de la razón por la cual no le dio la gana de contestar en ese momento.
Igualmente, si recibe de su benefactor un mensaje de texto por cualquiera de las redes sociales en las
que están conectados, por la falta de aprecio al beneficio recibido, deja los mensajes en visto por
muchas horas, días o, incluso, para nunca contestar.
Ahora bien, si, por cualquier razón, quien prestó ayuda en el pasado cae en desgracia, el sujeto
consciente de dicho pasado, pero carente de gratitud, todavía más manifiesta desmotivación por ayudar
a quien lo necesita y en el ayer lo ayudó. El ser desagradecido abandona con “mayor rapidez que la
luz” a quien lo benefició si lo ve atravesando dificultades. Esta se convierte en un motivo más para
justificar su falta de solidaridad a pesar de la deuda que tiene con su benefactor. Para él lo único
importante es su bienestar y no el de los demás27
. De aquí que si el benefactor logra mantener su
22
En este tenor, el comediógrafo romano Tito Maccio Plauto escribió: “Mal hombre es aquel que sabe recibir un beneficio
y no sabe devolverlo” y el político y polímata estadounidense Benjamin Franklin manifestó: “Estará más dispuesto a
hacerte un nuevo favor aquel que ya antes te hizo otro, que aquel a quien tú se lo has hecho”.
23
El Maestro espiritual Param Sant Kirpal Singh ji Maharaj decía que la boca hablaba de la abundancia del corazón. Por
lo tanto, si la boca tiene dificultades para dar las gracias, es porque la gratitud no es abundante en el corazón. Así de
simple.
24
“Pocas veces quien recibe lo que no merece, agradece lo que recibe”, acotó Francisco Gómez de Quevedo.
25
No por casualidad dijo el escritor brasileño Paulo Coelho de Souza: “Nadie llega muy lejos si se olvida de aquellos que
estaban a su lado cuando lo necesitaba”. Y, en caso de lograr algo extraordinario, le califican muy bien las siguientes
palabras del escritor e ingeniero español Melchor de Palau y Catalá: “Si la memoria pierdes cuando estás alto, haces ver
que no vales lo que has logrado”.
26
De aquí la verdad expresada por el pastor y escritor estadounidense Max Lucado: “El hombre orgulloso rara vez es una
persona agradecida porque nunca cree que ha recibido tanto como merece”. Lo interesante es que realmente no merece
nada.
27
El desagradecido siente que no le debe nada a quien le hizo uno o más favores e, incluso, llega a ver a su benefactor
como inferior a él.

7. 7
posición de abundancia (no cae en desgracia), el desagradecido, a punta de lisonjas28
o con súplicas
falsas29
, lo exprima constantemente30
.
El desagradecimiento es una expresión diabólica en la interpersonalidad. Quien está teñido por él en
sus pensamientos, palabras, afectos y acciones tiene, a futuro, aseguradas las puertas del infierno y
muy pero muy lejana estará la posibilidad de realización espiritual, porque en un desagradecido la
Gracia de Dios no penetra, en virtud de que está cerrado para ella.
Para un sujeto desagradecido existe vergüenza a la hora de expresar que recibió ayuda de otros; siente
pena por comentar que “Fulano” lo ayudó cuando más lo necesitaba; considera que su valía personal
ante los demás está en juego si reconoce públicamente que un compatriota le tendió la mano; y tiene
una marcada tendencia a minimizar cualquier tipo de favor recibido31, ya que para él ningún favor
vale tanto como para apreciarse. De esta manera, si con grandes favores no agradece, menos lo hará
con los pequeños.
Solo un desagradecido puede concebir que dar las gracias está demás (sobra) en una situación32
. Nadie
más33
.
Por último, es realmente impresionante observar el nivel de descaro del desagradecido cuando, por su
mala conducta, su benefactor le recuerda el favor que le hizo. Respuestas del siguiente calibre son
típicas de este desconsiderado coprocórdico: “¿Y me lo echas en cara?”, “¿Me estás restregando “lo
poco” que hiciste por mí?”, “Los favores no se ‘tiran’ en cara”; y las peores de todas: “La verdad es
que yo no te pedí que lo hicieras” y “¿A caso yo soy papá tuyo o pareja tuya para estarte haciendo
favores?” Igualmente, es increíble verlos indignarse cuando les dicen en su cara que son
desagradecidos. Ellos consideran que eso es una calumnia y se sienten ofendidos.
Ingratitud
Ingratitud es el sustantivo abstracto correlativo al adjetivo ingrato, que deriva del prefijo latino in,
que significa no y el vocablo gratus, que significa agradable. Etimológicamente, refiere a lo mismo
que desagradecido, aunque en nuestra lengua no alude exactamente a lo mismo. Ingratitud puede
definirse como el fenómeno de desagradecer lo que hace otro por uno, acompañado de daño o
28
Muy acertadamente escribió el filósofo chino Confucio: “Una persona aduladora y pretensiosa no es demasiado
benevolente”.
29
Hay un proverbio alemán que dice: “Die bitte ist warm, der dank ist kalt” (la petición es cálida, el agradecimiento es
frío).
30
Sabiendo esto escribió el filósofo y militar francés François duque de La Rochefoucauld: “Mientras uno se ve en posición
favorable para dispensar favores, no suele encontrar personas desagradecidas”.
31
Si lo invitan a un buen restaurante a almorzar un exquisito y abundante plato, luego dice que lo invitaron a un
“almuercito”. Si durante años le patrocinaron momentos de esparcimiento a él y a su familia, dice que “solo fueron un
par de veces y nada fuera de lo común”. Todo lo minimiza.
32
Incluso, hay casos en los que se le dice abiertamente que no ha dado las respectivas gracias y prefiere guardar silencio
para no darlas. Un fenómeno espantoso, solo propio de quien siente que todo se lo merece y que el mundo está en deuda
con él. ¡Una desubicación interpersonal total! No es nadie y se siente supremamente importante. No he conocido al
primer desagradecido que no sea soberbio e, ipso facto, considere que quien le dice “desagradecido” es escaso de mente,
por lo que le sale mejor callar y retirarse (en su mente descompuesta, obviamente).
33
Por el contrario, el ser con gratitud siempre sentirá que sus palabras de agradecimiento quedan cortas.

8. 8
intento de daño físico, moral o de cualquier otra índole34. Es decir, ingratitud no solo es desagradecer
a secas (con todo lo que ello involucra y se dijo antes), sino también devolver daño o tener la intención
de hacerlo35
.
En la ingratitud está muy marcada la posición de ver cómo se le causa daño al benefactor, motivo por
el cual es muy fácil entender la disponibilidad que tiene el ingrato para despotricar de quien le hizo un
favor36
. En lugar de sentir gratitud, el ingrato, tras de que desagradece, siente envidia37
de la posición
que tiene su benefactor38
, de ahí que lo termine odiando39
. Esto lo convierte en un monstruo completo
de altísima peligrosidad40
, pues ante la manifestación de amor siente lo peor hacia el vehículo a través
del cual Dios lo benefició41
.
Un ser ingrato es un sujeto superlativamente antiético con nulo sentido del valor del prójimo42
. De ahí
su falta total de honor, su afinidad con el irrespeto y su condición de altísima imprudencia: es un
experto mordiendo la mano que le da de comer43
. Por esto, cuando tiene, calla y disfruta en soledad
para no compartir con nadie, pues no tiene la más mínima idea, aunque diga lo contrario, de que cuando
se da, la vida devuelve44
. Y, como consecuencia de ello, las compuertas que conducen a las cumbres
del éxito las tiene, casi siempre, totalmente cerradas.
Por otra parte, un ser ingrato es horrible por dentro. Es un ser que destila soberbia in extremis45
. Es
completamente vicioso y cabalmente inconciente de que no hay motivos para despreciar a quien nos
trata con benevolencia. Así las cosas, además de carecer de la motivación por colaborar con su
benefactor, no desperdicie la oportunidad para hacerle daño (tanto en la cercanía como en la distancia,
tanto de frente como por detrás)46
. Esto hace del ingrato un ser más sucio que el traidor47
, ya que este
último daña cuando se le presenta la oportunidad de conseguir algo mejor de otro o cuando desea
salirse de una situación crítica, pero el ingrato hace el daño (o lo intenta hacer) cuando nada está
34
“No sólo los hombres tienden a perder el recuerdo de los beneficios y de las injurias, sino que incluso odian a sus
benefactores y dejan de odiar a quien los ofendió”, acotó François De La Rochefoucauld.
35
“…La ingratitud es el peor de los vicios”, dijo el capellán e historiador inglés Thomas Fuller.
36
“Quien usa beneficios con un ingrato, lo que siembra en finezas, recoge en agravios”, sentenció el escritor español
Pedro Calderón de la Barca.
37
Con toda razón dijo el dramaturgo y poeta francés Victor Marie Hugo: “¿Qué es un envidioso? Un ingrato que detesta
la luz que le alumbra y le calienta”.
38
Por algo comentó Víctor Manuel Plaza Concha: “Servir a un ingrato es como perfumar un cadáver”.
39
El odio es el deseo o la necesidad de hacer daño. Cuando se le incomprende y se perpetúa, deviene como rencor.
40
Por ello, escribió el dramaturgo y actor inglés William Shakespeare: “La ingratitud es monstruosa”.
41
Como anillo al dedo caen las palabras del actor y humorista español José Luis Coll García: “Cualquier tipo de maldad es
el trueno; la ingratitud es el rayo. El trueno asusta, pero el rayo mata”.
42
No por casualidad comentó el poeta y relator romano Décimo Magno Ausonio: “No ha producido la tierra peor planta
que el ingrato”.
43
No obstante, como dijo el escritor y filósofo estadounidense Eric Hoffer: “La gente que muerde la mano que la alimenta
normalmente lame la bota que la patea”. Por esta razón, los ve uno pasando “las duras y las maduras” con relativa
frecuencia, en diferentes dimensiones de su vida y victimizándose ante sus nuevas potenciales víctimas, para que se
conviertan en sus benefactoras, ignorando estas la clase de basura a las que se están acercando.
44
Por ello, dijo una gran verdad Melchor de Palau cuando expresó: “Vicios hay en el hombre de gran tamaño, pero el
peor de todos es ser ingrato, pues hasta las fieras reconocen la mano que las sustenta”.
45
Por esto dijo Miguel de Cervantes Saavedra: “La ingratitud es hija de la soberbia”.
46
“La ingratitud es el precio del favor inmerecido”, acotó el abogado y político mexicano Ignacio Manuel Altamirano
Basilio.
47
Y esto lo observó William Shakespeare cuando expresó: “La ingratitud es más fuerte que el arma del traidor”.

9. 9
pasando48
. Su pervertida psique lo lleva a sentir perturbación -y no aprecio- por quien le alivió el
malestar de un infortunio.
Ahora bien, si el desagradecido abandona hoy al benefactor de ayer, cuando este último cae en
desgracia por algún motivo, el ingrato da un paso más necrosado y es capaz de crearle al benevolente
mecenas dicho infortunio, ya que, como la envidia lo carcome por dentro, no tolera el bienestar ajeno
(lo sataniza). Es un protervo personaje de tiempo completo, a quien darle la mano significa ganarse un
enemigo gratuito de alta toxicidad49
. Eso sí, a pesar de su envidia, mientras pueda exprimir el bolsillo
de su mecenas, cual psicópata parasitario, dirá “Gracias”; se mostrará servicial en los momentos de
pedir y recibir el favor, ya que es un profesional de la actuación con doctorado abordo50
, en virtud de
que sabe que si el benefactor descubre su infamia, no lo ayudará. No obstante, como la podredumbre
que guarda en su corazón puede más que su actuación, al final siempre termina descubierto,
normalmente generando una gran sorpresa, acompañada de decepción, en quien lo ayudó (sobre todo
cuando le comienzan a llegar las noticias de todas las porquerías que el sujeto de marras decía51
mientras con sumisión y casi llorando pedía ayuda)52
.
La ingratitud es una expresión más que diabólica en la vida de cualquiera53
. Quien está teñido por ella
en sus pensamientos, palabras, afectos y acciones tiene, a futuro, asegurado un infierno especial dentro
del infierno; y la posibilidad de realización espiritual estará perdida por un largo tiempo, ya que, en un
ingrato, además de que la Gracia de Dios no penetra, el infortunio será su recompensa.
A diferencia del desagradecido, que olvida a los que alguna vez le colaboraron, el ingrato los recuerda
con mucha envida54
. De aquí que si por fuerza le toca reconocer que fue ayudado por algún sano
conciudadano, inmediatamente minimice eso y dé inicio a una disertación de horrores sobre el mismo
para dañar su imagen y justificar su odio hacia él55
. El ingrato hasta lo bueno lo ve malo, como buen
envidioso que es56
.
48
Cuando Carlos Castaño Gil, el otrora poderoso comandante paramilitar de las AUC, le dijo al periodista Mauricio
Aranguren Molina: “La línea que separa la ingratitud de la traición es tenue”, se quedó corto, pues el ingrato está más
podrido por dentro que el traidor.
49
Ya podremos imaginar lo que padecía el rey Luis XIV de Francia con estos individuos cuando expresó: “Cada vez que
proveo una plaza vacante, creo cien descontentos y un ingrato”.
50
“La ingratitud humana no tiene límites”, comentó el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.
51
“Cuando la ingratitud eriza de púas el dardo de la injuria, la herida es doblemente peligrosa”, decía el dramaturgo y
político británico Richard Brinsley Sheridan.
52
Los ingratos son capaces de dañar el matrimonio de quien los ayuda; disolver las relaciones de amistad más sanas que
pueda tener su mecenas; generar despido de la empresa en quien los ayudó a entrar en ella; enamorar a la pareja del
benefactor; entre decenas y decenas de porquerías más que solo pueden existir en la psique negra y retorcida de un ser
así.
53
“…La ingratitud es un crimen horrible; un crimen horrendo”, dijo el Maestro Espiritual Kirpal Singh.
54
“No des a nadie lo que te pida, sino lo que entiendes que necesita… y soporta luego la ingratitud”, sentenció el filósofo
español Miguel de Unamuno.
55
Con toda razón recordaba el dramaturgo y director de cine español Jacinto Benavente y Martínez: “Lo peor de la
ingratitud es que siempre quiere tener razón”.
56
No fue por azar que el filósofo e historiador florentino Francesco de Guicciardini dijera: “Naturalmente, ninguna cosa
hay tan fugaz ni de vida más corta que la memoria de los beneficios; cuanto mayores son éstos, tanto más suelen pagarse
con la ingratitud”.

10. 10
Solo un ingrato puede concebir que se debe devolver odio a quien le beneficia con el amor. Más
nadie57
.
Por último, como desagradecido que es, el ingrato se siente un dios del Olimpo sobre la Tierra. Maneja
unos niveles de arrogancia tales que, de acuerdo con su oscura consciencia, todo el mundo está por
debajo de él y sus benefactores le deben alabanzas, por ello no soporta que le recuerden los favores
otorgados en su cara (lo perturba sobremanera). Se autoproclama un “ser importante” y camina como
si fuese un emperador, cuando la cruda realidad es que su valor no se acerca ni siquiera al de una
deyección.
Conclusiones
 El desagradecimiento comporta amnesia sobre los favores recibidos.
 La ingratitud está llena de desprecio por los favores recibidos.
 El desagradecimiento no conlleva la motivación por retribuir al benefactor.
 La ingratitud conlleva la motivación por destruir al benefactor.
 El desagradecido tiende a ser egoísta.
 El ingrato destroza la mano que lo ayuda.
 El desagradecido hace caso omiso de los momentos de desgracia en los que pueda caer su
benefactor.
 El ingrato está constantemente calculando cómo puede provocar la desgracia en su benefactor.
 Al desagradecido no le gusta decir “Gracias” ante su benefactor.
 Al ingrato le gusta despotricar de su mecenas.
 Tanto el desagradecido como el ingrato están llenos de orgullo exacerbado.
 Tanto el desagradecido como el ingrato están cerrados a la Gracia de Dios.
 Al desagradecido hay que mantenerlo distante, pero del ingrato hay que cuidarse.
57
Como buen conocedor de la maldad de nuestra especie y de la alevosía con la que procede el ingrato, escribió el filósofo
y político florentino Nicolás de Maquiavelo: “Los hombres son ingratos, frívolos, mentirosos, cobardes y codiciosos;
mientras se los trate bien lo apoyan a uno… Pero cuando se está en peligro se vuelven contra uno”.

11. 11
Dedico este ensayo a todas las personas que a
a lo largo de mis 32 años de vida, sin tener obligaciones conmigo,
han “estado ahí” para darme la mano cuando más lo he necesitado.
¡Gracias por todo a todas!