Trabajar para una empresa familiar puede ser una excelente oportunidad para el desarrollo de cualquier profesional, pero también es cierto que en muchas ocasiones puede terminar siendo una debilidad y hasta una “pesadilla”. Aceptemos que es altamente probable que los “ejecutivos no familiares” deben enfrentar situaciones muy difíciles en el desarrollo de sus funciones y responsabilidades, especialmente cuando la familia propietaria no considera las líneas de poder y/o de comunicación en la empresa, o cuando la familia no está debidamente preparada o cuando la familia confunde su rol de accionista (actual o futuro) con el de colaborador o director de la sociedad. Ante la ocurrencia de situaciones complejas, y sin pretender calificar las competencias de los ejecutivos no familiares y el posible impacto en la gestión de la empresa, éstos podrían tomar, entre otras, alguna de las siguientes opciones: Publicado por Luis Scerpella www.luisscerpella.com