2. Alejandro Zambra nace un 24 de septiembre de 1975. Con 39 años de edad es uno de los
escritores reconocidos más jóvenes en Chile. Con tres novelas publicadas, su narrativa se
podría describir como un relato simple, que a través de las páginas se va transformando
cada vez en algo más realista y complejo.
Si bien Alejandro Zambra es un escritor netamente contemporáneo, su libro más reciente;
Formas de volver a casa, es una constante mirada al pasado de Chile; la dictadura. El libro
se divide en cuatro capítulos, y dentro de aquellos se dividen en tiempos completamente
distintos, ya que el capítulo uno y tres (en su mayoría) relatan sucesos pasados, mientras
que el dos y el cuatro muestran lo que está sucediendo mientras el personaje principal
escribe la novela. En este informe desglosaremos y analizaremos cada capítulo.
3. I. Personajes Secundarios es el primer capítulo de esta novela. Comienza con él
terremoto de 1985. En este capítulo el personaje relata su infancia recordando a
Claudia, una joven de doce años de la cual este se siente atraído. De esta relación y
junto a algunos pasajes del libro, se puede deducir que el escritor decide hacer la
novela sólo para recordar recuerdos entorno a Claudia.
Por otro lado, encontramos fragmentos relacionados puramente con la situación
política de estos años;
“En cuanto a Pinochet, para mí era un personaje de la televisión que
conducía un programa sin horario fijo, y lo odiaba por eso, por las
aburridas cadenas nacionales que interrumpían la programación en
las mejores partes.”
Otros personajes que abordan este capítulo son los padres del escritor, los cuales
se encuentran al margen respecto a la dictadura. Para concluir, un último
personaje aparece en este capítulo; Raúl, vecino del personaje principal, quién es
la razón para que Claudia y el protagonista se reúnan de vez en cuando.
II. La literatura de los padres es el segundo capítulo de esta novela, el cual está
completamente desprendido del tiempo cronológico de la anterior, ya que el
narrador ahora relata lo que está viviendo actualmente; una crisis relacionada con
su ex pareja, Eme. Casi todo el capítulo hace referencia a las conversaciones entre
ellos dos después de la ruptura; la nueva novela de él, recuerdos de infancia,
dónde se estableció ella, sus vidas sexuales, el recuerdo de la separación, entre
otras;
“Volver a hablar con ella fue bueno y tal vez necesario. Le conté
sobre la novela nueva. Le dije que al comienzo avanzaba a pulso
seguro, pero que de a poco había perdido el ritmo o la precisión.”
Sin embargo, fuera de la mayoría de letras dedicadas a Eme, hay unas pocas
páginas dedicadas a otro recuerdo de su infancia; la lectura de un libro llamado
Madame Bovary. El joven hace una breve reseña del libro y acota todo lo que
conllevó leerlo, como lo decepcionante que había sido la película, ya que tenía otra
percepción de lo que podía ser y el 3,6 que obtuvo en el examen.
4. Volviendo al presente, luego de ese recuerdo de infancia, menciona que hace un
viaje a Punta Arenas, algo breve. Más tarde se resfría y recibe visitas de Eme. Un
día decide ir a ver a sus padres y quedarse allí; en donde tiene una conversación
con su madre sobre el momento de hace quince años, cuando decide irse de la
casa. Ellos concluyen que fue mejor de esta manera, ya que hay otros jóvenes que
deciden irse muchos años después. El final de este capítulo concluye con una breve
conversación entre el escritor y su hermana.
III. La literatura de los hijos es el tercer capítulo de la novela. En éste se vuelve a la
infancia por un instante y luego al presente, en el cual el protagonista relata el
encuentro con Claudia. En este capítulo aparece un nuevo personaje; Ximena,
quien es la hermana de Claudia, una mujer muy resentida.
En el momento del reencuentro con Claudia, ella le confiesa que Raúl en realidad
no era su tío, sino su padre, que en realidad se llamaba Roberto.
“Al principio el diálogo sigue el rumbo tímido de una cita a ciegas,
pero a veces Claudia acelera y empieza a hablar en frases largas. La
trama de pronto se esclarece: Raúl era mi padre, dice, sin más
preámbulos. El hombre que murió hace tres semanas, mi padre, se
llamaba Roberto.”
Luego de esta confesión, Claudia le relata una breve historia familiar desde su
nacimiento, en donde habla de la dictadura y como les afectó a ellos como familia,
ya que su padre, Roberto era un militante comunista.
Con este hecho se puede apreciar lo crudo que era vivir en esta época, producto
de las diferencias políticas que se habían generado. Las ideologías eran tan fuertes
en las personas, y la dictadura fue tan opresiva, que las personas debían cambiarse
los nombres para que no fueran encontrados. Durante años, cientos de personas
escaparon de esta manera y de muchas otras.
Por otro lado se comienza a relatar una especie de relación amorosa entre el
protagonista y Claudia. En este lapso, Claudia desea conocer a los padres del
protagonista y este cede. Mientras cenan, Claudia tiene un dolor de cabeza y se
retira por un momento. El protagonista sigue cenando con sus padres. De repente
les pregunta si recuerdan a Raúl. Su padre lo recuerda, y se genera una discusión
sobre los comunistas y la política de ese entonces y actual. El protagonista se retira
de la mesa, sin embargo, se quedan a dormir ahí.
5. Al día siguiente, se van a la casa del escritor, en donde Claudia toma la decisión de
irse.
IV. Estamos bien, conforma el cuarto y último capítulo de este libro. Éste comienza
con la aprobación de Eme para por fin leer el libro del protagonista. Luego de
algunas páginas dedicadas a vagos recuerdos, el protagonista vuelve a la realidad,
en la cual, él está esperando a Eme en un restaurante, ella llega y al rato después
decide irse, disculpándose. Deciden juntarse otro día a comer sushi, Eme rompe
con él.
Finalmente, el protagonista relata cómo fue su vivencia con el terremoto del 2010,
y hace una breve comparación entre él y Roberto, el padre de Claudia;
“Llevo dos años viviendo solo y el vecino no se entera, pensé. Pensé también
que ahora era yo el vecino solo, ahora yo era Raúl, yo era Roberto. Recordé
entonces la novela. Creí alarmado, que la historia terminaría de este modo:
con esa casa de Maipú, la casa de mi niñez, destruida. ¿Qué me había
llevado a narrar el terremoto de 1985? No lo sabía, no lo sé. Sé sin embargo
que durante esa noche tan lejana pensé por primera vez en la muerte.”
Es interesante darse cuenta de que la novela empieza y culmina con dos
terremotos. La narrativa de Zambra puede ser irritante y aburrida al principio, pero
el juego de los tiempos lo hace algo más interesante, aunque en otros casos pueda
convertirse en un factor tedioso y enredado. Está dicho; el realismo de Zambra está
dedicado a lectores dedicados y pacientes.
2 de Diciembre, 2014.