1. [LAS INVESTIGACIONES DEL
HISTORIADOR 3. LA
CRISTIANDAD. LA IGLESIA EN LA
EDAD MEDIA]
En este documento se consignan las conclusiones a la
que prestigiosos historiadores han llegado, tras
estudiar minuciosamente documentos antiguos y
haber visitado castillos, monasterios y otras ruinas
medievales
2. LA IGLESIA EN LA EDAD MEDIA. UNA EUROPA
CRISTIANA
En la Edad Media, hacia el año 1000, la mayoría de
los habitantes de Europa occidental eran cristianos
y, de las gentes más poderosas a las más humildes,
tenían el sentimiento de pertenecer a la misma
comunidad: la Cristiandad, y todos los
acontecimientos de la vida social y de su vida
privada o familiar (el matrimonio, el funeral,…)
estaban marcados por la Iglesia y las ceremonias
religiosas.
La Iglesia se encargaba de fijar las obligaciones
religiosas de los cristianos y de mantener su unidad.
Así, a los europeos se les enseñaba a rezar y a asistir
a misa el domingo; a ayunar en días señalados, a
confesarse una vez al año, comulgar por Pascua y
realizar, si era posible, a un lugar santo (Roma,
Jerusalén, Santiago de Compostela,…) donde se
conservaran reliquias de Cristo, los mártires o los
santos. Igualmente, la Iglesia enseñaba a practicar
la caridad, la vida virtuosa y la donación de bienes
a la Iglesia en el momento de la muerte.
Además, la Iglesia también se encargaba de
organizar la enseñanza, de atender a los pobres y
enfermos, y de proteger a los perseguidos. Así mismo,
cuando empezaron a proliferar las guerras entre
reinos o entre los propios nobles, la Iglesia intervino
para limitar esa violencia. Para ello instituyó la paz
de Dios y la tregua de Dios. Por la paz de Dios se
prohibían los ataques a los viajeros, a los débiles e
indefensos y a los lugares religiosos. Por la tregua de
Dios se limitaba la duración de los conflictos. Las
iglesias y los monasterios fueron considerados asilos
inviolables en los que no se podía entrar sin
autorización.
Para asegurar que todos los cristianos cumplían con
estos mandatos, la Iglesia amenazaba a cualquier
cristiano (campesino, noble o rey) con la
excomunión.
Como la Iglesia era una institución muy poderosa
pues poseía inmensos feudos y cobraba a sus fieles un
impuesto (el diezmo) para mantener al clero, tuvo
graves problemas con reyes y nobles. El conflicto más
grave fue el de la querella de las investiduras.
3. Los cristianos se agrupaban en parroquias, dirigidas
por un sacerdote (el párroco). Un conjunto de
parroquias formaba una diócesis a cuyo frente
estaba un obispo. Curas, párrocos y obispos formaban
el clero secular.
Para rezar a Dios en soledad, monjes y monjas, bajo
la autoridad de un abad o abadesa, fundaron
monasterios y se sometieron a una regla (una
norma para la vida en común). Formaban el clero
regular.
Todos ellos dependían del Papa, máxima autoridad
de la Iglesia, que era elegido y aconsejado por los
cardenales.
IGLESIAS Y MONASTERIOS
En un mundo esencialmente agrícola y rural, en el
que la mayor parte de la población europea era
campesina, la Iglesia se ruralizó, es decir, empezó a
establecer en el campo edificios religiosos para
evangelizar y dirigir la vida de los campesinos. A
partir de ese momento, la iglesia fue el edificio
central de cualquier aldea, pueblo o ciudad. Sus
campanas avisaban de las celebraciones religiosas,
advertían de algún peligro y convocaban a los
vecinos a reunirse por algún motivo.
Un monasterio era un conjunto de edificios y
dependencias. El más importante de ellos era la
iglesia, donde monjes y monjas iban a rezar varias
veces al día pues la oración era su principal
actividad. Pero además estaban las dependencias
donde vivían los monjes o monjas, establos,
graneros, huerto, molino, etc. Entre ellas destacaba
el scriptorium, la sala donde muchos monjes
custodiaban y copiaban, traducían e ilustraban
libros.
La regla regulaba la vida en el monasterio: los
descansos, los rezos, el trabajo en el huerto o en el
scriptorium, la atención a los enfermos, etc.