El documento resume dos informes sobre la demografía española. Resaltan que la población española está envejeciendo y disminuyendo debido a bajas tasas de natalidad y una esperanza de vida más larga. Para 2050, la pirámide de población estará invertida con más personas mayores. Esto plantea retos para el estado de bienestar español ya que habrá menos trabajadores para financiar pensiones y cuidados de salud para los mayores. Además, los gastos sociales como pensiones y atención médica represent
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DEMOGRAFIA Y ESTADO DEL BIENESTAR.
Manfred Nolte
Acaban de aparecer dos informes1 extraordinariamente importantes acerca de la
evolución de la variable poblacional española, -el número y características de las
personas que residen en el país o en una parte del mismo- variable que a pesar
de estar sometida a incansables recordatorios por parte de distintas instancias
civiles, empresariales, políticas y académicas no recibe aun toda la atención que
requiere. Su desarrollo, sin embargo, es crítico para una economía social de
mercado como la nuestra, e incide en numerosos flancos de la construcción
económica, en particular en el ámbito del equilibrio de las cuentas públicas, ya
que en ellas hunden sus raíces los esquemas modernos de protección social,
gastos directamente relacionados con la edad, que cubren las pensiones, la
sanidad, los cuidados de larga duración, la educación y los beneficios asociados
al desempleo. El resultado directo de ambos estudios es que la estructura de
edad de la población española cambiará dramáticamente en las próximas
décadas debido a la dinámicas de sus tasas de fertilidad, esperanza de vida y
migratorias.
Bruselas, autor de la primera publicación, se dirige a los 28 estados miembros
de la Unión. Según la Comisión y el Consejo la crisis ha supuesto una carga
brutal sobre las finanzas públicas disparando los déficits y los niveles de
endeudamiento. Asegurar la sostenibilidad a largo plazo de dichas finanzas por
medio de una consolidación fiscal inteligente y con la implementación de las
oportunas reformas estructurales es una objetivo básico de la Unión Europea en
la actual coyuntura. El segundo informe, del Instituto Nacional de Estadística,
se centra exclusivamente en la realidad española.
1 ‘Padrón Continuo español a 1 de enero de 2015’ elaborado por el Instituto Nacional de Estadística
(http://www.ine.es/prensa/np904.pdf) e ‘Informe de envejecimiento 2015’ presentado por la
Comisión Europea.
( http://ec.europa.eu/economy_finance/publications/ ). Cf. Igualmente: ‘Proy ección de la
Población de España 2014–2064’ (http://www.ine.es/prensa/np870.pdf)
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Lo que sigue es una cita somera de algunos de los rasgos más sobresalientes de
ambos estudios, para establecer a continuación las consecuencias o
conclusiones oportunas.
La población residente en España ha descendido por tercer año consecutivo. A 1
de enero de 2015 sumaba 46,6 millones, lo que supone 170.400 personas menos
que en Enero de 2014. De ese total 4.718.864 eran extranjeros, lo que
representa el 10,1% del total de inscritos. Desde el año 2000 el aumento fue
debido fundamentalmente a la inscripción de extranjeros, cuya cifra pasó de
924.000 ese año a 5.760.000 al 1 de enero de 2011. El sólido crecimiento de la
economía española durante la década moderada que cubre el periodo citado no
tiene, por tanto, su base en incrementos de productividad –despreciables- sino
en el aumento de la población, y en su caso mayoritario, debido al factor
inmigración. La edad media de los inscritos es de 42,4 años. La de los españoles
es de 43,2 por 35,3 la de los extranjeros residentes, medias que no dejan de
avanzar año a año por el progresivo envejecimiento de la población y la mayor
esperanza de vida.
Debido al proceso de envejecimiento y a la salida a Europa y otros destinos, la
mayor caída de población en 2014 se produce en el grupo central de 20 a 39
años con 452.000 personas (2,2 millones desde 2008), seguida por el segmento
de 0 a 4 años que vuelve a perder 81.000 efectivos por el colapso de la tasa de
fecundidad.
Fuente: INE
Pero las comparaciones más relevantes se extraen de las extrapolaciones a largo
plazo realizadas por el INE para el año 2064. El porcentaje de población entre
15 y 67 años perderá 12 puntos porcentuales entre 2000 (67%) y 2050(50%).La
población pasará de los 46,5 millones actuales a 40,8 y en aquella fecha (de
hecho también es aplicable a 2029) las defunciones más que duplicarán a los
nacimientos( 230.000 estos por 560.000 aquellas), cuando a finales del 14 las
cifras son ambas son similares en torno a los 400.000 anuales.
Hacia el 2050, la pirámide poblacional será nítidamente invertida. La evolución
de la mismo habrá girado en torno al saldo vegetativo(fallecimientos vs.
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nacimientos) y al saldo migratorio. Luego llegarán las finanzas.
Resumiendo: si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España
perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años y 5,6 millones en los
próximos 50, el porcentaje de población mayor de 65 años, que actualmente se
sitúa en el 18,2% pasaría a ser el 24,9% en 2029 y del 38,7% en 2064 y el
número de defunciones superaría por primera vez al de nacimientos ya a partir
de 2016. Y complementado en términos de la Comisión Europea, en 2060 la
población vivirá más tiempo(86 años frente a 80 los hombres y 90 frente a 85
las mujeres), el 15% de la población superará los 80 años frente al 6% actual y
los gastos sociales pasarán del 5,9% al 6,9% del PIB en sanidad y del 1% al 2,4%
en cuidados de larga duración.
Fuente: INE
Las proyecciones realizadas son más que útiles para destacar los retos presentes
y futuros impuestos a los sucesivos gobiernos de España por las tendencias
demográficas. Hasta un niño sería capaz de formular las preguntas obvias
derivadas de las mismas: ¿Cuáles son las implicaciones financieras de dichos
supuestos? ¿Como y quien prorrogará en el futuro los actuales esquemas de
protección y gasto social?
Echemos un vistazo, antes de terminar, a la sostenibilidad de las pensiones, un
tema vital, ya que más del 25% del gasto total del Estado va a pensiones. En
España hay 1,32 personas con empleo remunerado por cada pasivo,
considerando como tales a los pensionistas y a los desempleados. Esta tasa que
mide la capacidad de financiación que el país tiene de sus sistemas de
protección social, está en los valores más bajos del siglo. El empleo, a corto
plazo, mejorará y con el la tasa de protección.
Pero la tasa de dependencia (afiliados a la Seguridad Social por cada
pensionista) está en 2,0 activos por pasivo(sin contabilizar como cotizantes los
2,7 millones de desempleados por los que el Estado cotiza durante el tiempo que
cobran prestación) o sea, 17 millones de cotizantes ocupados para financiar las
prestaciones de 8,12 millones de pensionistas Los libros hablan de que un
sistema de repartoes sostenible en el tiempo cuando la tasa de dependencia
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Fuente: INE
arroja una cifra en el entorno de 2,5 cotizantes por pensionista. En España
hemos pasado de tener un ratio de 4 trabajadores por pensionista a finales de
los años setenta a otro de 2,0 en la actualidad, y se espera que el mismo sea de
cerca de 1,2 en las próximas décadas.
Aunque entren en juego factores como la productividad y el crecimiento global
de la economía, las tensiones demográficas afectarán a los ingresos del sistema
público de pensiones dado que, salvo movimientos migratorios muy favorables,
el número de contribuyentes al sistema de la Seguridad Social continuará
reduciéndose en los años venideros. En cuanto a los gastos del sistema, las
proyecciones demográficas continúan evidenciando un incremento en la
esperanza de vida y por tanto un más que posible aumento del tiempo en el que
se percibirán pensiones
Cerrando el tema. Europa mantiene en la actualidad, con un 7% de la población
y un 25% del PIB mundial, el 50% del gasto social del planeta. No hablemos de
la globalización y de la deslocalización que provocarán una creciente movilidad
interregional y un arbitraje de estructuras sociales en todo el planeta en las
próximas décadas. La demografía intensificará esas tendencias y el resultado
final en las estructuras sociales en España es incierto pero, en cualquier caso, el
escenario será sensiblemente distinto del actual.