Psicopatología, su clasificación y diagnóstico, diversos tipos de trastornos: depresión, ansiedad, esquizofrenía, de alimentación. Terapias psicológicas
Psicopatología, su clasificación y diagnóstico, diversos tipos de trastornos: depresión, ansiedad, esquizofrenía, de alimentación. Terapias psicológicas
Unidad 15. trastornos emocionales y de la conducta. terapias psicológicas
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Trastornos emocionales y de conducta. Terapias psicológicas
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Unidad 15. Trastornos emocionales y de la conducta. Terapias psicológicas
1. ¿Qué es la psicopatología?
1.1 Evolución histórica de la psicopatología
1.2 Modelos de categorización
1.3 Criterios diagnósticos
2. Clasificación y diagnóstico en psicopatología
2.1 Trastornos del estado de ánimo: depresión
2.2 Los trastornos de ansiedad
2.3 Trastornos esquizofrénicos
2.4 Trastornos de la alimentación
3. Terapias psicológicas
3.1 ¿Qué es una terapia?
3.2 Metas terapéuticas
3.3 El psicoanálisis
3.4 Terapia cognitivo-conductual
3.5 Terapia familiar
INTRODUCCIÓN
La psicopatología es el estudio de los trastornos emocionales y de la conducta anormal o
patológica. Una persona puede presentar alteraciones psicológicas, como consecuencia de la
interacción de factores biológicos (genética y cerebro), psicológicos (relacionados con las
experiencias vitales y el aprendizaje) y socioculturales (interacción con el entorno, estilo de
vida).
A comienzos del siglo XXI, la salud mental sigue siendo uno de los principales problemas de la
psicología clínica y de la psiquiatría. Existen varias perspectivas teóricas o modelos sobre la
conducta anormal: el modelo biológico (médico), el modelo psicoanalítico, el modelo
cognitivo-conductual y el modelo biopsicosocial.
La perspectiva biológica considera que las alteraciones psicopatológicas son enfermedades
mentales provocadas por causas biológicas (genéticas, bioquímicas, neurológicas, etc) y se
solucionan con fármacos.
En algunos trastornos psicológicos (como los trastornos de ansiedad) los factores ambientales
desempeñan un papel esencial y se necesita la psicoterapia para afrontarlos.
1. ¿Qué es la psicopatología?
Todos conocemos hechos catalogados como anormales: dictador loco por conseguir o
disfrutar del poder; psicópata mata a muchas personas; líder de una secta planea un
suicidio colectivo…En la vida cotidiana: personas en crisis por la muerte de un ser
querido; problemas matrimoniales; fobias; drogodependencia; juego patológico;
adolescentes anoréxicos; trastornos de ansiedad….
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Estos trastornos, graves o leves, son tratados por la psiquiatría y la psicología clínica,
que tienen aún un largo camino que recorrer.
1.1 Evolución histórica de la psicopatología
Qué entendemos por salud y enfermedad, locura o perturbación psicológica depende
del contexto histórico y de la visión del mundo que tiene una sociedad.
Durante la Antigüedad y en la mayoría de las civilizaciones, los trastornos psicológicos
eran una condena, porque se les atribuían causas sobrenaturales. El concepto de
enfermedad mental es de reciente aparición, pero los de loco, endemoniado o poseído
parece que han existido siempre.
En la Grecia clásica la locura se consideraba producto de la posesión de
espíritus malignos y los médicos-sacerdotes establecían rogativas y
ceremoniales al dios Esculapio. Esta concepción de la locura cambió con
Hipócrates (460-357 a. C.). Este pionero de la medicina señaló que el origen de
los trastornos mentales se debía a un desequilibrio de los cuatro humores
corporales: sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla. Estableció la primera
clasificación psicológica de los temperamentos (colérico, sanguíneo,
melancólico y flemático), y también las tres categorías de trastorno mental:
manía, melancolía e histeria, que perduraron hasta el final de la civilización
grecorromana.
En Roma, la tradición hipocrática fue defendida por Galeno. Para éste las
causas de la locura podían ser orgánicas (lesiones, exceso de alcohol, cambios
menstruales) o mentales (miedos, desengaños, angustias).
En la Edad Media, los trastornos psicológicos como la demencia fueron
considerados una manifestación de potencias maléficas, y los tratamientos
recibidos por las personas que los padecían eran tan bárbaros como las
hogueras organizadas por la Inquisición.
En el siglo XVIII, durante la Revolución Francesa, Philippe Pinel (1745-1826)
elaboró una clasificación de los trastornos mentales (melancolía, manía,
demencia, idiocia), y defendió un tratamiento de la mente que debía seguir los
mismos pasos que los tratamientos físicos para el cuerpo.
Esta consideración biomédica de la enfermedad mental es defendida hoy por
la psiquiatría. El concepto de enfermedad mental sirvió para aceptar que los
individuos con trastornos psicológicos no eran brujas o pecadores, sino
personas que necesitan tratamiento. Duras críticas ha recibido este concepto
por parte de Thomas Szasx en sus obras El mito de la enfermedad mental
(1961) y La fabricación de la locura (1970), en donde afirma que “la
enfermedad mental es un mito creado por el hombre”.
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Trastornos emocionales y de conducta. Terapias psicológicas
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Hoy en día perdura esta controversia sobre el tratamiento psicológico entre la
farmacoterapia y la psicoterapia. El descubrimiento de nuevos medicamentos,
comenzando por los antipsicóticos, como la Torazina, los ansiolíticos o los
tranquilizantes, como el Valium, hasta los más recientes antidepresivos, como
el Prozac, reflejan avances en el conocimiento de las causas genéticas o
bioquímicas de muchos trastornos.
Los fármacos alivian los síntomas, especialmente los de la esquizofrenia
(delirios, alucinaciones, habla desorganizada y retraimiento extremo) y de la
depresión (desesperación, dificultades para pensar, preocupación por la
muerte o el suicidio); sin embargo, la farmacoterapia ataca solo los síntomas
del trastorno, no las causas. Aun cuando un desequilibrio bioquímico lo
desencadene, se necesita la psicoterapia para afrontar los problemas
conductuales y emocionales.
1.2 Modelos de categorización
La psicopatología se interesa por el estudio de las formas indeseables, mal adaptadas y
desorganizadas de la conducta anormal. Los criterios y concepciones teóricas
diferentes implican tres modelos psicopatológicos: el biomédico, el conductual y el
biopsicosocial.
A. El modelo biomédico
Considera el trastorno mental como una enfermedad física más. Cualquier alteración
psicopatológica depende de unas causas biológicas subyacentes, sean genéticas,
neurológicas o bioquímicas. Este modelo ha sido desarrollado por la psiquiatría, que
trata los síntomas de la enfermedad, clasifica los cuadros clínicos y los tratamientos se
realizan con fármacos.
B. El modelo cognitivo-conductual
Describe el comportamiento como un continuo, y las variables que influyen en la
conducta anormal son variadas y complejas, igual que las de la conducta normal. Las
diferencias entre ambas son de grado y no de tipo. Los seguidores de este modelo
conciben la terapia como una tarea educativa que consiste en enseñar a la persona a
enfrentarse a sus dificultades y a tener mayor control de su vida.
C. El modelo biopsicosocial
El paradigma biopsicosocial es un marco conceptual para guiar la práctica clínica, que
trata de analizar la complejidad de la conducta desde tres niveles: biológico (genética,
cerebro, drogas), psicológico (procesos cognitivos, afrontamiento del estrés), y social
(sucesos vitales estresantes). Este modelo acepta la interacción entre diferentes
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niveles, aunque todavía faltan investigaciones para saber cómo se concretan estas
relaciones.
1.3 Criterios diagnósticos
En la sociedad actual todavía existe cierto desconocimiento y miedo frente a cualquier
patología psicológica, pues no es fácil encontrar una definición clara desde el punto de
vista científico. Sin embargo, podemos establecer algunos criterios para deslindar los
límites entre lo normal y anormal. Hay cuatro criterios de “anormalidad” para explicar
los problemas psicológicos.
A. Criterio estadístico
La idea central del criterio estadístico es que las variables psicológicas que definen a un
individuo tienen una distribución normal en su población de referencia. Todo
pensamiento, conducta, emoción que se desvíe de la normalidad es considerado
patológico. Este criterio por sí solo no es válido.
B. Criterio biológico
El comportamiento anormal se debe al imperfecto funcionamiento del organismo, por
alguna alteración del cerebro, bien sea estructural o funcional. Este criterio es
importante pero en estos procesos influyen factores psicosociales y ambientales.
C. Criterio social
Lo psicopatológico es una construcción o convención social establecida en una época
determinada. Dependiendo de las sociedades hay conductas anormales o no, por
ejemplo consumir alcohol.
D. Criterio subjetivo y personal.
Cada individuo sabe cuál es su incapacidad o sufrimiento personal para desarrollar con
éxito su vida. Este criterio no es correcto porque los hipocondríacos son capaces de
inventarse enfermedades y la persona demente es difícil que se valga por sí misma.
Los cuatro criterios son necesarios y relativos.
2. Clasificación y diagnóstico en psicopatología
La psicopatología describe y explica los fenómenos psíquicos anormales. En los
últimos treinta años, las neurosis clásicas de principios del siglo XX: histeria, fobias,
obsesiones, sobre las que creció el psicoanálisis, son sustituidas por las patologías de
la hiperexpresión y los desórdenes de tipo narcisista, características de las nuevas
generaciones videoelectrónicas. Actualmente tenemos dos sistemas de clasificación
para ordenar los comportamientos patológicos.
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Uno es el CIE-10 Clasificación Internacional de las enfermedades, auspiciada
por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aprobada en 1990, e incluye
una taxonomía de los trastornos emocionales, de la conducta y del desarrollo.
El CIE-11 se espera que se publique en el 2014.
Otro sistema es el DSM (Diagnostic and Statistical Manual) de la APA
(Asociación Psiquiátrica Americana). Es una especie de vademécum para uso
clínico que aporta datos epidemiológicos y criterios específicos para cada
trastorno, y es el más aceptado entre los especialistas.
Clasificación de los trastornos psicológicos, según Belloch, Amparo y otros en
Manual de psicopatología, Madrid, MacGraw-Hill, 2010
Psicopatologí
a y procesos
psicológicos:
Trastornos
asociados a
necesidades
biológicas y
adicciones:
Psicopatologí
a del
desarrollo
Estrés y trastornos
emocionales
Tratornos
psicóticos y
de
personalida
d
Atención:
aproxesia
Percepción:
ilusiones y
alucinaciones
Memoria:
amnesia
anterógrada y
retrógrada
Sueño: insomnio
Sexuales
Alcoholismo:
delirium tremes
Otras
drogodependenci
as
Autismo
infantil
El retraso
mental
Estado de ánimo:
depresión
Ansiedad: fobias
Trastorno obsesivo-
compulsivo
Las
esquizofrenia
s
Trastornos
de
personalidad
Pensamientos:
delirios
Lenguaje:
dislexia,
afasia,
disfemia
Trastornos
alimentarios:
anorexia y
bulimia.
Control de los
impulsos: juego
patológico
Trastornos
psicomotores: tics
Trastornos del
aprendizaje:
TDAH (déficit
de atención e
hiperactivida)
Las demencias
seniles
Trastornos
somatoformes:
hipocondría
Trastornos
psicosomáticos:lumbalg
ia
Psicopatías
2.1 Trastornos del estado de ánimo: depresión
La sociedad actual, con su excitado ritmo de actividad y competitividad, su culto al
éxito, la cultura de la satisfacción inmediata, la incomunicación y la desconfianza
hacia el otro, crea un terreno propicio para el desarrollo de trastornos depresivos.
Cuando una persona está deprimida, sus pensamientos suelen ser negativos, existe
malestar físico en forma de abatimiento y dolor, y las emociones están cargadas de
tristeza y desesperanza hacia la vida.
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Podemos distinguir dos tipos de depresiones: endógenas y exógenas. En las
depresiones endógenas no existe una causa externa y son producto de factores
biológicos (deficiencia en el neurotransmisor serotonina), la herencia genética o
problemas neurológicos. Las depresiones exógenas pueden originarse por algún
conflicto psicosocial, como divorciarse o estar sin trabajo.
Los síntomas más significativos de la depresión son:
Físicos: problemas de sueño (insomnio), pérdida de apetito, falta de actividad y
deseo sexual. También suelen aparecer dolores de cabeza, estreñimiento y
pérdida de la menstruación en las mujeres.
Anímicos: tristeza e irritabilidad, un excesivo nerviosismo, sentimientos de
vacío e impotencia.
Cognitivos: el rendimiento cognitivo de un deprimido es menor, porque
disminuye la atención y concentración en sus actividades cotidianas.
La terapia para abordar la depresión, según el psicólogo Aarón T. Beck, se basa en el
cambio cognitivo del sujeto:
Motivacional y conductual: el síntoma más característico es la disminución en
la capacidad de gozar y disfrutar de la vida.
Interpersonal: un deprimido mantiene unas relaciones tensas con las personas
que le rodean, sea en el ámbito familiar o laboral.
2.2 Los trastornos de ansiedad
La angustia y la ansiedad son inherentes a la especie humana, y en algunos casos
constituyen el motor esencial de la actividad cotidiana.
La ansiedad puede ser una sensación en la que se mezclan muchas emociones (miedo,
vergüenza, culpa). Y cuando se pierden el control y la voluntad, aparece la angustia,
asociada a situaciones desesperadas y fuertes tensiones psíquicas.
La ansiedad es una respuesta emocional en la que actúan tres sistemas (fisiológico,
cognitivo y motor), a veces con escasa covariación entre ellos.
Las manifestaciones de estos sistemas son:
Nivel fisiológico: mayor activación del SNA expresada en cambios en el sistema
cardiovascular (presión sanguínea alta, palpitaciones, incremento de la tasa
cardíaca), cambios en el sistema muscular (excesiva tensión muscular),
cambios respiratorios y mayor actividad electrodérmica.
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Trastornos emocionales y de conducta. Terapias psicológicas
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Nivel cognitivo: presentimientos de la situación temida que generan
distorsiones cognitivas e ideas irracionales, y sentimientos de miedo o tensión
emocional.
Nivel motor: las conductas motoras, fruto de la activación fisiológica y la
valoración cognitiva de la situación, consisten en respuestas de escape o
evitación, temblor, quedarse paralizado y tartamudeo.
Los trastornos de la ansiedad podemos agruparlos en: fobias (miedos irracionales ante
una situación), trastorno obsesivo-compulsivo (obsesión por un pensamiento o
conducta que el sujeto no puede evitar), el estrés postraumático (tras un episodio
violento) y el trastorno de ansiedad generalizada.
A. Trastornos fóbicos
Una fobia es un miedo excesivo, persistente, irracional y desproporcionado,
provocado por determinados objetos, animales, personas o situaciones.
Algunos trastornos fóbicos son:
Agorafobia (temor a los lugares públicos y se manifiesta por un conjunto de
temores: no salir a la calle, incapacidad de coger transportes públicos, evitar
lugares donde hay mucha gente, como un cine o el supermercado.
Fobia social (miedo ante situaciones sociales donde la persona se expone a ser
observada, evaluada o humillada por otros y a comportarse o hacer algo
embarazoso. Es un signo de inseguridad y de culpabilidad frente a la mirada
ajena).
B. Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
Las obsesiones son pensamientos, ideas, imágenes o recuerdos inapropiados no
experimentados como voluntarios, sino como invasores de la conciencia y
considerados repugnantes o sin sentido.
Las compulsiones son conductas repetitivas, hechas de forma estereotipada (se
denominan rituales), y se realizan en respuesta a una obsesión. La conducta no tiene
una finalidad en sí misma, sino que está orientada a prevenir algún acontecimiento
futuro.
C. El estrés postraumático
Las personas que han vivido situaciones inusuales como guerras, accidentes de tráfico,
catástrofes naturales o agresiones sexuales pueden sufrir estrés postraumático. En
este caso las víctimas suelen revivir la agresión sufrida o la experiencia vivida como
recuerdos constantes o pesadillas; muestran síntomas de irritabilidad, dificultades
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Trastornos emocionales y de conducta. Terapias psicológicas
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para conciliar el sueño y embotamiento afectivo; y rechazan hablar con sus seres
queridos sobre el acontecimiento traumático.
2.3 Trastornos esquizofrénicos
El término esquizofrenia (mente dividida) significa fragmentación de las capacidades
cognitivas y afectivas.
La esquizofrenia es una de las enfermedades más graves y complejas que pueden
afectar al psiquismo humano. Su inicio se sitúa al final de la adolescencia o al comienzo
de la vida adulta, es padecida por personas de ambos sexos y su incidencia es similar
en distintas culturas.
La etiología de la esquizofrenia es un enigma. Se han señalado varias causas biológicas:
alteraciones genéticas y bioquímicas (relacionadas con la dopamina cerebral),
alteraciones cerebrales (asimetría hemisférica), alteraciones del sistema
inmunológico…
Características más significativas de la esquizofrenia:
Percepciones perturbadas. Un esquizofrénico puede sufrir diferentes tipos de
alucinaciones: auditivas (oye voces que le hablan), visuales (ve formas que no
existen en realidad) o cinestésicas (sensaciones de cambio de forma o tamaño
de un órgano corporal).
Desorganización del pensamiento: Se pueden presentar ideas delirantes: de
grandeza (se cree con poderes especiales), persecutorias (piensa que es
vigilado o perseguido) o somáticas (cree que se estropea su cerebro).
Emociones y conductas inadecuadas. Vive en un mundo ilusorio, no disfruta de
la vida, porque le parece vacía y sin significado.
Retraimiento social.
La psicopatología reconoce cuatro tipos de esquizofrenia:
Paranoide. Se caracteriza por tener ideas delirantes de persecución o de
grandeza. Otros síntomas son las sensaciones auditivas y la desorganización del
lenguaje y del comportamiento.
Catatónica. Las personas que la padecen muestran un negativismo extremo,
son pasivos e incomunicativos, mantienen posturas y movimientos corporales
extraños y estereotipados.
Desorganizada. Presentan un comportamiento infantil en sus poses y
gesticulaciones.
Residual. Es característica de personas con síntomas psicóticos moderados,
como tener un comportamiento excéntrico o un pensamiento ilógico.
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2.4 Trastornos de la alimentación
Los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia nerviosa, son
un problema creciente en las sociedades occidentales.
A. La anorexia nerviosa
Es un trastorno de la conducta alimentaria que se nutre y crece conforme aumenta el
miedo a engordar. Aunque la anorexia afecta a ambos sexos, es típica en chicas de 12
a 20 años. Los criterios para el diagnóstico de la anorexia son los siguientes: realización
de una dieta obsesiva hasta perder más del 15% del peso normal; ausencia de otra
enfermedad orgánica o psíquica; tener una imagen de la talla o silueta corporal
distorsionada y miedo intenso a ganar peso, son buenas estudiantes, hiperactivas y
muy perfeccionistas; amenorrea o pérdida de la menstruación regular; en algunos
casos, la persona se da atracones de comida y realiza conductas purgantes.
B. La bulimia nerviosa
Otro trastorno alimentario, propio de mujeres jóvenes, que se caracteriza por comer
demasiado y realizar conductas purgativas. La bulimia nerviosa se caracteriza por
desarrollar hábitos alimenticios anormales; darse atracones y luego tener
sentimientos de vergüenza, culpabilidad y desprecio; para mitigar su estado
emocional, vomitan, utilizan laxantes, diuréticos o hacen excesivo ejercicio físico,
distorsión de la imagen corporal y sensación de pérdida de control sobre el comer; dos
atracones a la semana durante al menos tres meses; estados de ánimo negativos,
situaciones estresantes y hambre intensa.
3. Terapias psicológicas
La psicología clínica dispone de un conjunto de procedimientos y técnicas terapéuticas para el
cambio y la modificación de los problemas cognitivos, emocionales y de conducta. Puesto que
existen distintas orientaciones psicológicas, cada una ha construido sus técnicas para
restablecer el equilibrio psicológico.
3.1 ¿Qué es una terapia?
El término terapia proviene del griego therapeutikós, que significa “aquel que cuida de otra
persona”. La terapia es una relación de trabajo, entre un terapeuta y un cliente, para
desarrollar formas más viables de estar en el mundo. Un terapeuta no solo se preocupa de las
conductas observables y de las relaciones interpersonales, sino también de las expresiones
afectivas, los estilos cognitivos o los bloqueos que impiden asumir el control y el cambio
personal.
3.2 Metas terapéuticas
En su obra Principios comunes de psicoterapia, Chris Kleinke señala varios objetivos básicos de
las diferentes terapias:
10.
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Ayudar a superar la desmoralización, Afianzar la competencia personal, Superar las
conductas de evitación, Ser conscientes de las propias ideas erróneas.
3.3 El psicoanálisis
La psicoterapia nace a finales del siglo XIX con el psicoanálisis de Sigmund Freud. Utiliza el
procedimiento de la hipnosis en el tratamiento de la neurosis (ansiedad), empleando la
palabra como vehículo terapéutico. Las tres técnicas que emplea son:
La asociación libre. El paciente informa al analista de sus pensamientos sin reprimir.
El análisis e interpretación de los sueños. Los impulsos y deseos reprimidos durante la
vigilia, se manifiestan en el sueño.
La transferencia. Para Freud, la repetición de la experiencia pasada, vivida
emotivamente durante el análisis, permite al paciente transferir al analista la
hostilidad, el afecto o la culpa que sintió en otras épocas hacia sus padres u otras
personas significativas.
3.4 Terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual trata de mantener, cambiar o suprimir una conducta. Aborda
problemas conductuales. Los terapeutas no emiten juicios morales sobre las conductas
problemáticas del individuo, se preocupan de problemas de aprendizaje, de la falta de
habilidades emocionales o sociales y enseñan cómo afrontar los problemas de la vida.
3.5 Terapia familiar
La terapia sistémica surgió con los trabajos de la escuela de Palo Alto (California), encabezada
por Gregory Batgeson, Jean Weakland y Paul Watzlawik. Este modelo terapéutico no considera
al individuo un ser aislado, sino en relación con los demás. La terapia sistémica estudia la
familia, y lo trata como un todo, observa cómo interactúan sus miembros y examina sus
patrones inhibidores o destructivos.
Los sistemas se autorregulan por mecanismos de retroalimentación (feedback), gracias a los
cuales mantienen sus parámetros básicos de funcionamiento.
La familia es una unidad social y la psicoterapia debe permitir a todos sus miembros encontrar
un modo de funcionamiento satisfactorio. El sistema familiar debe ser observado en las
acciones y reacciones de cada miembro de la familia con respecto a los otros. Se pasa de una
descripción de la naturaleza de un sujeto a una descripción de las relaciones familiares.
La forma en que los miembros de una familia se enfrentan o eluden los problemas, la
honestidad u hostilidad en que basan sus relaciones familiares son de gran importancia
durante la terapia.
La terapia familiar analiza las diferentes etapas del ciclo vital y puede ser de gran ayuda en
procesos de separación y divorcio.
Resumen extraído por María Jesús Suárez del libro de texto de Psicología de Bachillerato de Juan Ignacio
Alonso García
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