DIGNITAS INFINITA - DIGNIDAD HUMANA; Declaración del dicasterio para la doctr...
Historia de la literatura
1. Literatura
Historia de la literatura
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2. Contenidos
Artículos
¿Qué es? 1
Literatura 1
Literatura fantástica 5
Literatura infantil 6
Referencias
Fuentes y contribuyentes del artículo 12
Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes 13
Licencias de artículos
Licencia 14
3. 1
¿Qué es?
Literatura
La literatura es el arte que utiliza como instrumento la palabra. Por
extensión, se refiere también al conjunto de producciones literarias de
una nación, de una época o de un género (la literatura griega, la
literatura del siglo XVIII, la literatura fantástica, etc) y al conjunto de
obras que versan sobre un arte o una ciencia (literatura médica,
literatura jurídica, etc). Es estudiada por la teoría literaria.
La literatura
En el siglo XVII, lo que hoy denominamos «literatura» se designaba como poesía o elocuencia. Durante el Siglo de
Oro español, por poesía se entendía cualquier invención literaria, perteneciente a cualquier género y no
necesariamente en verso. A comienzos del siglo XVIII se comenzó a emplear la palabra «literatura» para referirse a
un conjunto de actividades que utilizaban la escritura como medio de expresión. A mediados de la misma centuria
Lessing, publica Briefe die neueste Literatur betreffend, donde se utiliza «literatura» para referirse a un conjunto de
obras literarias. A finales del siglo XVIII, el significado del término literatura se especializa, restringiéndose a las
obras literarias de reconocida calidad estética. Este concepto se puede encontrar en la obra de Marmontel, Eléments
de littérature (1787), y en la obra de Mme. De Staël, De la littérature considéré dans se rapports avec les
institutions sociales.
En Inglaterra, en el siglo XVIII, la palabra «literatura» no se refería solamente a los escritos de carácter creativo e
imaginativo, sino que abarcaba el conjunto de escritos producidos por las clases instruidas: cabían en ella desde la
filosofía a los ensayos, pasando por las cartas y la poesía. Se trataba de una sociedad en la que la novela tenía mala
reputación, y se cuestionaba si debía pertenecer a la literatura. Por eso Eagleton sugiere que los criterios para definir
el corpus literario en la Inglaterra del siglo XVIII eran ideológicos, circunscritos a los valores y a los gustos de una
clase instruida. No se admitían las baladas callejeras ni los romances, ni las obras dramáticas.[1] En las últimas
décadas del siglo XVIII apareció una nueva demarcación del discurso de la sociedad inglesa. Eagleton nos cuenta
que surge la palabra «poesía» como un producto de la creatividad humana en oposición a la ideología utilitaria del
inicio de la era industrial. Tal definición la encontramos en la obra Defensa of poetry (1821) de Shelley. En la
Inglaterra del Romanticismo, el término «literato» era sinónimo de «visionario» o «creativo». Pero no dejaba de tener
tintes ideológicos, como en el caso de Blake y Shelley, para quienes se transformó en ideario político, cuya misión
era transformar la sociedad mediante los valores que encarnaban en el arte. En cuanto a los escritos en prosa, no
tenían la fuerza o el arraigo de la poesía; la sociedad los consideraba como una producción vulgar carente de
inspiración.
4. Literatura 2
La literatura se define por su literariedad
En la búsqueda de la definición precisa de los conceptos «literatura»
y «literario», surgió la disciplina de la Teoría de la Literatura, que
empieza por delimitar su objeto de estudio: la literatura. A
comienzos del siglo XX, el Formalismo Ruso se interesa por el
fenómeno literario, e indaga sobre los rasgos que definen y
caracterizan dichos textos literarios, i. e., sobre la literaturidad de la
obra. Roman Jakobson plantea que la literatura, entendida como
mensaje literario, tiene particularidades de tal forma que la hacen
diferente a otros discursos; ese interés especial por la forma es lo que
Jakobson llama Funciones del lenguaje/función poética, por la que la
atención del emisor recae sobre la forma del mensaje (o, lo que es lo
mismo, hay una "voluntad de estilo" por parte del escritor). En
efecto, hay determinadas producciones lingüísticas cuya función
primordial es proporcionar placer literario, un deleite de naturaleza
estético, en relación con el pensamiento aristotélico. El lenguaje
combinaría redundancias y desvíos de la norma, para alejarse del
lenguaje común, causar extrañeza, renovarse, impresionar la
imaginación y la memoria y llamar la atención sobre su peculiar
Don Quijote y Sancho Panza, personajes de Don
forma expresiva.
Quijote de la Mancha.
El lenguaje literario sería un lenguaje estilizado y con una
trascendencia particular, destinado a la perdurabilidad; muy diferente
a las expresiones de la lengua de uso común; destinada a su consumo inmediato. La literatura, por otra parte, exige
por tradición un respaldo sustentable: "El Ingenioso Caballero de la Figura Hidalga" no habría podido escribirse si
no hubieran existido antes los Libros de Caballerías. Un texto literario no puede estimarse de forma inmanente y
autónoma, sino como consecuencia de otros textos: intertextualidad.
Wolfgang Kayser, a mediados del siglo XX, planea cambiar el término «Literatura» por el de «Belles Lettres»,
diferenciándolas del habla y de los textos no literarios, en el sentido de que los textos literario–poéticos son un
conjunto estructurado de frases portadoras de un conjunto estructurado de significados, donde los significados se
refieren a realidades independientes al que habla, creándose así una objetividad y unidad propia.
El término literatura y sus adjetivos
Castagnino, en su libro ¿Qué es la literatura?, indaga sobre qué es literatura y cómo el concepto se extiende a
realidades como la escritura, la historia, la didáctica, la oratoria y la crítica. Según Castagnino, la palabra literatura
adquiere a veces el valor de nombre colectivo cuando denomina el conjunto de producciones de una nación, época o
corriente; o bien es una teoría o una reflexión sobre la obra literaria; o es la suma de conocimientos adquiridos
mediante el estudio de las producciones literarias. Otros conceptos, como el de Verlaine, apuntan a la literatura como
algo superfluo y acartonado, necesario para la creación estética pura. Posteriormente, Claude Mauriac propuso el
término "aliteratura" en contraposición a «literatura» en el sentido despectivo que le daba Verlaine. Todas estas
especificaciones hacen de la literatura una propuesta que depende de la perspectiva desde la que se enfoque. Así,
Castagnino concluye que los intentos de delimitar el significado de «literatura», más que una definición, constituyen
una suma de adjetivaciones limitadoras y específicas.
Si se considera la literatura de acuerdo con su extensión y su contenido, la literatura podría ser universal, si abarca la
obra de todos los tiempos y lugares; si se limita a las obras literarias de una nación en particular, es Literatura
nacional. Las producciones, generalmente escritas, de un autor individual, que por tener conciencia de autor, de
5. Literatura 3
creador de un texto literario, suele firmar su obra, forman parte de la literatura culta, mientras que las producciones
anónimas fruto de la colectividad y de transmisión oral, en ocasiones recogidas posteriormente por escrito,
conforman el corpus de la literatura popular o tradicional.
Según el objeto, la literatura será preceptiva si busca normas y principios generales; histórico–crítica si el enfoque
de su estudio es genealógico; comparada, si se atiende simultáneamente al examen de obras de diferentes autores,
épocas, temáticas o contextos históricos, geográficos y culturales; comprometida si adopta posiciones militantes
frente a la sociedad o el estado; pura si sólo se propone como un objeto estético; ancilar, si su finalidad no es el
placer estético sino que está al servicio de intereses extraliterarios.
Según los medios expresivos y procedimientos, Castagnino propone que la literatura tiene como formas de expresión
el verso y la prosa y sus realizaciones se manifiestan en géneros literarios, universales que se encuentran, más o
menos desarrollados, en cualquier cultura; lírico, épico y dramático. Manifestaciones Líricas son aquellas que
expresan sentimientos personales; Épicas, las que se constituyen en expresión de un sentimiento colectivo
manifestado mediante modos narrativos, y Dramáticas, las que objetivan los sentimientos y los problemas
individuales comunicándolos a través de un diálogo directo. A estos géneros literarios clásicos habría que añadir
además el género didáctico. El fenómeno literario ha estado siempre en constante evolución y transformación, de tal
modo que el criterio de pertenencia o no de una obra a la literatura puede variar a lo largo de la historia, al variar el
concepto de “arte literario”.
Barthes: la literatura como práctica de escritura
Para Barthes la literatura no es un corpus de obras, ni tampoco una categoría intelectual, sino una práctica de
escritura. Como escritura o como texto, la literatura se encuentra fuera del poder porque en ella se está produciendo
un desplazamiento de la lengua, en la cual surten efecto tres potencias: Mathesis, Mímesis, Semiosis.[2] Como la
literatura es una suma de saberes, cada saber tiene un lugar indirecto que hace posible un diálogo con su tiempo.
Como en la ciencia, en cuyos intersticios trabaja la literatura, siempre retrasada o adelantada con respecto a ella: “La
ciencia es vasta, la vida es sutil, y para corregir esta distancia es que nos interesa la literatura.” Por otra parte el saber
que moviliza la literatura no es completo ni final. La literatura sólo dice que sabe de algo, es la gran argamasa del
lenguaje, donde se reproduce la diversidad de sociolectos constituyendo un lenguaje límite o grado cero, logrando de
la literatura, del ejercicio de escritura, una reflexibilidad infinita, un actuar de signos.
Referencias
[1] Eagleton, Terry, Una Introducción a la Teoría Literaria, 29
[2] Barthes, Lección Inaugural, pp. 120-124
Bibliografía
Fuentes bibliográficas de consulta
• Aguiar e Silva, Vítor Manuel. Teoría de la literatura. Madrid: Editorial Gredos, S.A., 1972. pp. 10-13.
• Barthes, Roland. Placer del texto y lección inaugural. México: Siglo XXI, 1986.
• Eagleton, Terry. Una introducción a la teoría literaria. Bogotá: Fondo de cultura económica, 1988.
• Diccionario de la Real Academia Española. "Literatura".
• Miguel Ángel Garrido Gallardo, Lubomir Dolezel et alii . El lenguaje literario. Vocabulario crítico. Madrid:
Editorial Síntesis, 2009.
• Moliner, María. Diccionario de uso del español. "Literatura". Madrid: Editorial Gredos, 1988.
• Kayser, Wolfgang. Interpretación y análisis de la obra literaria. Versión española de María D. Mouton y V.
García Yebra. Madrid: Editorial Gredos, 1992.
6. Literatura 4
• Mignolo, Walter. Dispositio. "La lengua, la letra, el territorio: La crisis de los estudios literarios coloniales".
Department of Romance Languages, University of Michigan. Vol XI, Nos. 28-29, pp. 137-160.
• Castagnino, Raúl H. ¿Qué es la literatura?. La abstracción "Literatura, naturaleza y funciones de lo literario".
Buenos Aires: Editorial Nova, 1992.
• Gómez de Silva. Diccionario internacional de literatura y gramática. "Literatura". México: Fonda de cultura
económica, 1999.
Fuentes bibliográficas generales
• Greimas, A. J. y J. Courtés. Semiótica: Diccionario razonado de la teoría del lenguaje. Madrid: Editorial Gredos,
1990.
• Todorov, Tzvetan. Theorie de la littérature. Textes des formalistes ruses présentés et traduits par Tzvetan
Todorov. París: Aux Éditions du Seuil, 1965 (edición española en Buenos Aires: Signos, 1970).
• Derrida, Jacques. De la grammatologie. Paris: Les Éditions de Minut, 1967 (edición española en Buenos Aires:
Siglo XXI Argentina, 1971).
• Fokkema, W. y E. Ibsch. Teorías de la literatura del siglo XX. Madrid: Cátedra, 1981.
• Wellek, R. y A. Warren. Teoría de la literatura. Madrid: Gredos, 1959.
• Sartre, Jean–Paul. ¿Qué es la literatura?. Traducción de Aurora Bernández. Buenos Aires: Losada.
Enlaces externos
• Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Literatura. Commons
• Wikcionario tiene definiciones para literatura.Wikcionario
• Wikinoticias tiene noticias relacionadas con Literatura.Wikinoticias
• Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Literatura. Wikiquote
• Wikisource contiene obras originales de o sobre Literatura.Wikisource
Wikilibros
• Wikilibros alberga un libro o manual sobre Literatura.
• ¿Para qué sirve la literatura? (http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/
35738385656140386754491/p0000001.htm#I_0_)
• Diccionario de la Real Academia Española (http://www.rae.es)
• Lengua y Literatura para estudiantes de Bachillerato (http://portales.educared.net/wikillerato/
Lengua_y_Literatura)
7. Literatura fantástica 5
Literatura fantástica
El término literatura fantástica es enormemente confuso debido a la divergencia de criterios respecto a su
aplicación. Popularmente, se conoce como literatura fantástica cualquier relato en que participan fenómenos
sobrenaturales y extraordinarios, como la magia o la intervención de criaturas inexistentes. Esta definición resulta
ineficaz, debido a que los elementos sobrenaturales están presentes en todos los relatos mitológicos y religiosos y su
presencia tiene, en consecuencia, un carácter muy distinto del que posee en la civilización actual.
En la ya clásica Introducción a la literatura fantástica, Tzvetan Todorov definió lo fantástico como un momento de
duda de un personaje de ficción y del lector implícito de un texto, compartido empáticamente. Los límites de la
ficción fantástica estarían marcados, entonces, por el amplio espacio de lo maravilloso, en donde se descarta el
funcionamiento racional del mundo y lo "extraño" o el "fantástico explicado", en el que los elementos perturbadores
son reducidos a meros eventos infrecuentes pero explicables. Contra la definición amplia de lo fantástico, esta
definición presenta la debilidad de ser demasiado restrictiva. Se han propuesto diferentes reformulaciones teóricas
que intentan rescatar el núcleo de esta definición con diversas salvedades.[1]
Otra definición posible con criterios históricos sostiene que la literatura fantástica se define en el seno de una cultura
laica, que no atribuye un origen divino y por tanto sobrenatural a los fenómenos conocidos, sino que persigue una
explicación racional y científica. En esta situación, el relato fantástico introduce un elemento sobrenatural,
discordante con el orden natural, que produce inquietud en el lector. El elemento sobrenatural no sólo sorprende y
atemoriza por ser desconocido, sino que abre una fisura en todo el sistema epistemológico de su mundo, susceptible
de dar cabida a toda clase de sucesos insólitos y monstruosos.
Causa confusión, también, que la literatura que es recreada a partir de mitos preexistentes sea llamada fantasía, o
fantasía heroica. Tales son los casos de El señor de los anillos y Las crónicas de Narnia, y aunque sus iniciadores
son más antiguos, fundamentalmente los autores reunidos en torno al círculo de la Puerta dorada o del Dorado
amanecer, en el siglo XIX. Destacan Arthur Conan Doyle y Henry Ridder Haggard, quienes también escribieron
terror y ciencia ficción, creando la actual confusión entre los tres "géneros".
Historia
La obra El diablo enamorado, escrita por Jacques Cazotte en 1772, está considerada como la primera novela
fantástica. Autores románticos, como E.T.A. Hoffmann y Edgar Allan Poe cultivaron el género, otorgándoles a sus
relatos fantásticos un cariz de terror psicológico que habría de presagiar en cierto grado el descubrimiento del
inconsciente (Freud se inspira en un relato de Hoffmann para su definición de lo siniestro) y la concepción
contemporánea de la mente como creadora de realidad –dotándola de elementos fantásticos. Otros hitos en la historia
de la literatura fantástica son Frankenstein o el moderno Prometeo (Mary Shelley, 1818), Drácula (Bram Stoker,
1897) o El extraño caso del doctor Jekyll y míster Hyde (R. L. Stevenson, 1886)
El agotamiento del género: lo neofantástico y lo maravilloso
Durante la transición del siglo XIX al siglo XX, el paradigma epistemológico de Occidente sufre diversas sacudidas.
Su inflexible orden racional se ve sacudido desde todos los campos del saber: las ciencias humanas (Marx), la
filosofía (Nietzsche), la psicología (Freud) e incluso la física (Einstein). La revolución que supone la relativización
de todo el conocimiento acumulado durante siglos es recogida desde el arte dinamitando todos los presupuestos
históricos, incluido el propio concepto de realidad. De este modo, un suceso sobrenatural ya no puede amenazar un
orden inconsistente. Los escritores reaccionan de dos maneras: regresando a la literatura mitológica (H.P. Lovecraft,
Lord Dunsany) o introduciendo el fenómeno sobrenatural, ya no como un inquietante misterio sino como un
elemento integrado con naturalidad en el mundo. Así, La Metamorfosis de Kafka empieza presentándonos a su
protagonista como un insecto, sin que esto merezca ninguna explicación por parte del narrador ni haga tambalear la
8. Literatura fantástica 6
visión del mundo de ninguno de los personajes de la historia. Lo neofantástico se relaciona también con el llamado
“realismo mágico”, que fue denominador común de muchos de los escritores del boom hispanoamericano. Por su
parte, la literatura maravillosa ha creado un público y un sector editorial especializado, gracias al gran éxito de
(además del mencionado Lovecraft) Robert E. Howard, J. R. R. Tolkien, C. S. Lewis, Ursula K. LeGuin o Terry
Pratchett (quien aborda el género desde la posmoderna perspectiva de la parodia y la metaficción). Esta literatura se
conoce igualmente bajo el nombre de literatura fantástica, si bien, como hemos explicado, esta definición es
imprecisa.
Referencias
[1] (http:/ / www. revistaluthor. com. ar/ spip. php?article1) Campos, G. "Déjà Lu: La literatura fantástica, revisitada", en: Revista Luthor, Nº1,
Septiembre 2010
Bibliografía
• Roas, David: Teorías de lo fantástico. Arco/libros, Madrid, 2001.
• Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo. Antología de la literatura fantástica. Edhasa, 1981.
• Todorov, Tzvetan. Introducción a la literatura fantástica. México D.F., Coyoacán, 2003.
Literatura infantil
Se entiende por literatura infantil la
literatura dirigida hacia el lector
infantil, más el conjunto de textos
literarios que la sociedad ha
considerado aptos para los más
pequeños, pero que en origen se
escribieron pensando en lectores
adultos (por ejemplo Los viajes de
Gulliver, La isla del tesoro o Platero y
yo). Podríamos definir entonces la
literatura infantil (y juvenil) como
aquella que también leen niños (y
jóvenes). Ilustración de una casa, de un estilo que podría aparecer en una obra de literatura infantil
En otro sentido del término, menos
habitual, comprende también las piezas literarias escritas por los propios niños. Por otro lado, a veces se considera
que el concepto incluye la literatura juvenil, escrita para o por los adolescentes; pero lo más correcto es denominar al
conjunto literatura infantil y juvenil o abreviado LIJ.
9. Literatura infantil 7
Breve historia de la literatura infantil
La crítica literaria moderna considera esencial el carácter de "literatura" dentro de este tipo de escritos, por lo que
hoy se excluye, de la producción actual los textos básicamente morales o educativos, aunque todavía siguen
primando estos conceptos en toda la LIJ dado el contexto educativo en el que se desarrolla su lectura. Esta es una
concepción muy reciente y casi inédita en la Historia de la Literatura.
La literatura para niños ha pasado de ser una gran desconocida en el mundo editorial a acaparar la atención del
mundo del libro, donde es enorme su producción, el aumento del número de premios literarios de LIJ y el volumen
de beneficios que genera. Esto se debe en gran parte al asentamiento de la concepción de la infancia como una etapa
del desarrollo humano propia y específica, es decir, la idea de que los niños no son, ni adultos en pequeño, ni adultos
con minusvalía, se ha hecho extensiva en la mayoría de las sociedades, por lo que la necesidad de desarrollar una
literatura dirigida y legible hacia y por dicho público se hace cada vez mayor.
La concepción de infancia o niñez, no emerge en las sociedades hasta la llegada de la Edad Moderna y no se
generaliza hasta finales del siglo XIX. En la Edad Media no existía una noción de la infancia como periodo
diferenciado y necesitado de obras específicas, por lo que no existe tampoco, propiamente, una literatura infantil.
Eso no significa que los menores no tuvieran experiencia literaria, sino que esta no se definía en términos
diferenciados de la experiencia adulta. Dado el acaparamiento del saber y la cultura por parte del clero y otros
estamentos, las escasas obras leídas por el pueblo pretendían inculcar valores e impartir dogma, por lo que la figura
del libro como vehículo didáctico está presente durante toda la Edad Media y parte del Renacimiento. Dentro de los
libros leídos por los niños de dicha época podemos encontrar los bestiarios, abecedarios o silabarios. Se podrían
incluir en estas obras algunas de corte clásico, como las fábulas de Esopo en las que, al existir animales
personificados, eran orientadas hacia este público.
Llegado el siglo XVII, el panorama comienza a cambiar y son cada vez más las obras que versan sobre fantasía,
siendo un fiel reflejo de los mitos, leyendas y cuentos, propios de la trasmisión oral, que ha ido recopilando el saber
de la cultura popular mediante la narración de estas, por parte de las viejas generaciones a las generaciones infantiles.
Además de escribir estas obras o cuentos, donde destacan autores como Charles Perrault o Madame Leprince de
Beaumont, destaca la figura del fabulista, como Félix María de Samaniegoo Tomás de Iriarte. En esta época,
además, ocurren dos acontecimientos trascendentes para la que hoy se conoce como Literatura Infantil, la
publicación, por un lado, de Los viajes de Gulliver-Jonathan Swift- y, por otro, de Robinson Crusoe -Daniel Defoe-,
claros ejemplos de lo que todavía hoy, son dos temas que reúne la LIJ: los relatos de aventuras y el adentrarse en
mundos imaginados, inexplorados y diferentes.
Una vez llegado el siglo XIX con el movimiento romántico, arriba el siglo de oro de la literatura infantil. Son
muchos los autores que editan sus obras con una extraordinaria aceptación entre el público más joven. Son los
cuentos (Hans Christian Andersen, Condesa de Ségur, Wilhelm y Jacob Grimm y Oscar Wilde en Europa, y
Saturnino Calleja y Fernán Caballero en España) y las novelas como Alicia en el país de las maravillas -Lewis
Carroll-, La isla del tesoro -Robert L. Stevenson-, El libro de la selva de Rudyard Kipling, Pinoccio -Carlo Collodi-,
las escritas por Julio Verne o Las aventuras de Tom Sawyer entre otras, las que propiciaron un contexto novedoso
para la instauración de un nuevo género literario destinado al lector más joven en el siglo XX, donde la ingente
producción de LIJ coexiste con las obras del género adulto.
Son muchas las obras de renombre por citar de la LIJ, como es el caso de Peter Pan, El Principito, El viento en los
sauces, Pippi Calzaslargas o la colección de relatos sobre la familia Mumin; en todas ellas destaca una nueva visión
que ofrecer al pequeño lector, donde, además de abordar los temas clásicos como las aventuras o el descubrimiento
de nuevos mundos, se tratan la superación de los miedos, la libertad, las aspiraciones, el mundo de los sueños y los
deseos, como actos de rebeldía frente al mundo adulto. Esta producción aumenta considerablemente en las décadas
de los 70, 80 y 90, con autores como Roald Dahl, Gianni Rodari, Michael Ende, René Goscinny (El pequeño
Nicolás), (Christine Nöstlinger, Laura Gallego García o Henriette Bichonnier entre otros. En este siglo XX, además,
aparecen nuevos formatos de la LIJ gracias a las técnicas pictóricas y la ilustración de las historias, donde las
10. Literatura infantil 8
palabras son acompañadas de imágenes que contextualizan la narración y aportando nexos de unión a la historia, es
la aparición del libro-álbum o álbum ilustrado, género en el que destacan autores como Maurice Sendak, Janosch,
Quentin Blake, Leo Lionni, Babette Cole, Ulises Wensell o Fernando Puig Rosado.
Ya, en el siglo XXI, la LIJ se encuentra muy consolidada dentro de los países occidentales, donde las ventas son
enormes y la producción literaria vastísima. Una fuente básica de información sobre el tema en España es la revista
CLIJ, Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil
Elección de textos para niños de 3 a 6 años
Los textos que se le ofrecen a los niños y niñas de 3 a 6 años están basados en el folklore. El folklore es algo que el
niño/a ha vivido y sentido desde su nacimiento, por lo tanto es algo muy cercano a él. Servirá como instrumento de
trabajo y al ser textos pertenecientes a la colectividad, al surgir de su propio contexto cultural, el niño/a verá en él
algo suyo, no ajeno, por lo que no le inducirá a rechazarlo.
Aunque el folclore es ante todo oral, no impide que se trasvase al escrito. Si se tratase aparte, estaríamos
fragmentando arbitrariamente la relación existente entre lengua oral y escrita. El Folklore constituye la base
primordial de lo que debe ser la Literatura en estas edades.
Los textos en verso tienen ventajas, por su fijeza y por su mayor capacidad para el juego y la memorización. Los
textos en prosa fundamentalmente cuentos, tienen su mayor oportunidad para la audición, aunque revisten menor
fijeza lingüística que los versos, y gozan de más facilidad para la adaptación por parte del narrador.
En estas edades lo visual juega un papel muy importante en lo que se refiere a los cuentos. El niño observa las
ilustraciones y re-crea el texto que acompaña a esa ilustración.
Literatura para niños de 6 a 9 años
Concebimos a la didáctica de la literatura
como un campo particular cuya finalidad
prioritaria es desarrollar los modos de
acercamiento al fenómeno literario y, por
consiguiente, conlleva una práctica de
enseñanza específica en la que se relaciona a
la literatura como actividad comunicativa-
relacional y la didáctica como práctica
comunicacional. Cada una integra modos de
comunicación particular que se intersecan
en el acto de enseñar.
Además se la considera como una disciplina
teórico-práctica qué, en un contexto
específico de enseñanza-aprendizaje, orienta
a partir de diversos procesos comunicativos, Niños leyendo.
el aprendizaje de lo literario y, en
consecuencia la construcción del conocimiento centrándose básicamente en el trabajo sobre el texto, contribuyendo
así con el desarrollo de la capacidad crítica y creadora en los alumnos. Consideramos más conveniente la propuesta
para la enseñanza de literatura que se trabaja en el [“Colegio Rosario”] [1] y se basa de la siguiente manera; Ejemplo:
Antes de la lectura de un cuento es necesario analizar lo que se presenta en la tapa realizando preguntas, como: ¿Qué
se representa en la imagen? ¿De que se tratará el cuento? ¿Quién/es será/n el/los protagonistas?... Luego de la lectura
que puede ser realizada por los alumnos o en el caso de primer grado por la docente, se le pide que contrasten lo que
ellos habían pensado antes con lo que el cuento trataba en sí. Y que comenten cuál fue el problema que se presentó y
11. Literatura infantil 9
cómo fue solucionado. Un cuento pude ser trabajado con muchos objetivos pero es necesario que todo lo anterior sea
trabajado, más halla de los objetivos a desarrollar. Si la finalidad es enseñar su estructura, la tarea podría ser que
cambien el final del mismo o directamente no dar el final para que cada niño lo elabore en base a su imaginación,
dando lugar de esta manera al desarrollo de la capacidad creativa. En el caso de trabajar un fonema se puede
presentar un cuento corto con imágenes que tenga en la mayoría de las palabras el fonema que se pretende enseñar,
luego de la lectura charlar sobre las acciones que realiza el personaje, pedir que identifiquen el fonema que más se
repite y que marquen donde suena. A partir de esto se puede presentar un esquema combinando el fonema con cada
una de las vocales en sus cuatro grafías. Como actividades se puede dar imágenes para que completen su nombre,
entre otras, y como tarea se puede pedir la elaboración de oraciones que tengan palabras que lleven el fonema
enseñado. Afirmamos que de esta manera se incentiva a que el alumno desarrolle su creatividad (estimulando su
imaginación), realizando un reconocimiento gráfico-verbal (que consiste en relacionar grafemas con fonemas), y
además se favorece a la ampliación del léxico (adoptando nuevas palabras). En este proceso el docente juega un
papel primordial, ya que debe tener presente todos los aspectos a la hora de programar, temporalizar, seleccionar
contenidos, etc.logrando una integración significativa y secuenciación de los contenidos apropiada al grupo-clase.
Procurando que el alumno encuentre sentido a aquello que el docente como guía, le va mostrando; creemos que ésta
es una manera de favorecer a que el niño pueda integrar los conocimientos nuevos en estructuras cognitivas
coherentes.
Antes de trabajar un texto es necesario realizar un análisis sobre el mismo teniendo en cuenta la correspondencia
entre la edad de los alumnos y la lectura a presentar, además es necesario el conocimiento de los intereses del
alumnado y de su nivel intelectual. A medida que la competencia lingüística y literaria crezca se le irán presentando
distintos textos y trabajando de manera mas compleja sobre los mismos. Desde el diseño del programa hasta el acto
didáctico, la enseñanza debe ser concebida primordialmente, como la reunión de un grupo de lectores en la medida
en que su finalidad prioritaria ha de ser la formación literaria de los educandos a partir del contacto con el texto; en
una palabra, desarrollar no sólo el conocimiento sino el placer por el texto. De este modo, la tarea del maestro es la
de orientador, de guía que despierta la sensibilidad, la imaginación, la creatividad en este proceso comunicativo de
enseñar-aprender, en el que ambos son partícipes.
En este nivel también podemos hablar de una estructura comunicativa que el maestro y el alumno comparten y en la
que ambos tienen la función de emisor y receptor. Ésta se organiza a partir de ciertos componentes mediados por la
conducta de cada uno, la actividad lingüística oral y escrita, así como el contexto y el contenido que les permite o
bien ser transmisores o bien productores de textos. Para ello, es necesario que las actividades sean programadas para
aprender a analizar textos y para producirlos, teniendo en cuenta que la literatura es tanto un proceso creativo como
un objeto de enseñanza que tiene sus leyes propias, que impone procedimientos específicos para la lectura, la
escritura, la enseñanza y la investigación. Los procesos psicológicos implicados en la adquisición del saber, se basan
en; cómo el alumno, sujeto de conocimiento, selecciona, asimila, adopta, transforma e incorpora los contenidos a su
propia estructura cognoscitiva. Así, el aprendizaje de lo literario se logra no sólo a partir del conocimiento de los
textos sino, especialmente, del planteamiento de nuevas preguntas que, a su vez, permiten la formulación de los
problemas de manera diferente.
El aprendizaje escolar, centro de toda actividad didáctica, aparece como resultado de la interacción de tres
elementos: el alumno, quien construye significados, los contenidos de aprendizaje, sobre los que el alumno construye
los significados, y el docente, quien actúa como mediador entre el contenido y el alumno. Pensamos que en la
manera planteada sobre el desarrollo de la enseñanza de la literatura se destacan todas estas cuestiones.
12. Literatura infantil 10
La literatura para niños como mecanismo de educación social
La literatura para niños ha tenido, tradicionalmente, un foco muy marcado en la transmisión de una moral específica.
Con el pasar de los años, estas "morales" se han ido adaptando y es por ello que en muchos cuentos tradicionales, se
han alterado los finales o incluso su núcleo argumental.
Jean Piaget ha demostrado que el niño "crea" como mecanismo natural para descubrir su entorno.
El escritor argentino Julio Cortázar dice al respecto:
Es verdad que si a los niños los dejas solos con sus juegos, sin forzarlos, harían maravillas. Usted vio
cómo empiezan a dibujar y a pintar; después los obligan a dibujar la manzana y el ranchito con el árbol
y se acabó el pibe.
La literatura para niños, ha funcionado como un mecanismo formativo-rector de adaptación del niño a su contexto
social.
Tipos de Literatura Infantil
La literatura de niños puede ser dividida en muchas maneras, entre ellas por género.
Los géneros, en la Literatura infantil, pueden ser determinados por la técnica, el tono, el contenido, o la longitud.
Nancy Anderson, profesora asociada en el Colegio de Educación en la Universidad del Sur Florida en Tampa, ha
delineado seis categorías principales de literatura de niños, con algunos subgéneros significativos:
• Los libros ilustrados, incluyendo libros de consejo (tabla), libros de concepto (la enseñanza de un alfabeto o el
conteo), modelan libros, y libros mudos.
• Literatura tradicional: hay diez características de literatura tradicional: (1) Autor desconocido, (2) introducciones
convencionales y conclusiones, (3) vagos ajustes, (4) personajes estereotipados, (5) antropomorfismo, (6) causa y
efecto, (7) final feliz para el héroe, (8) magia aceptada como normal, (9) breves historias con argumentos
(complots) simples y directos, (y 10) repetición de acción y modelo verbal. La mayor parte de la Literatura
tradicional consiste en cuentos tradicionales, que transportan las leyendas, la aduana, supersticiones, y las
creencias de personas en veces pasadas. Este género grande puede ser descompuesto en subgéneros: Mitos,
fábulas, baladas, música folklórica, Leyendas, cuentos de hadas, fantasia, ciencia ficcion, comedia, romance, etc.
• Ficción, incluyendo los subgéneros de fantasía y ficción realista (tanto contemporánea como histórica). Este
género también incluiría la historia de la escuela, un género único a la literatura de niños en la cual el internado es
un ajuste común.
• Biografías, incluyendo autobiografías.
• Poesía y verso.
• Teatro infantil: teatro para niños(realizado por adultos y destinado a un público infantil que es tan sólo
espectador-receptor) y teatro de los niños (creado para ser escenificado por los pequeños. El se convierte en el
emisor.)Autores importantes fueron: Barrie, Maeterlink, Benavente, Lorca, Valle-Inclán, Elena Fortún, M.
Donato, Carmen Conde, etc.
13. Literatura infantil 11
Objetivos
• Incentiva la creatividad (Estimula la imaginación).
• Reconocimiento gráfico-verbal (Relaciona grafemas con fonemas).
• Ampliación del léxico (Adopción de nuevas palabras).
Funciones
• Transmisión de valores.
• Transmisión de la cultura.
• Incentivar la creación.
Referencias
.Ahumada Zuaza Luis: El teatro para niños de Carmen Conde (2007).Campus Digital Murcia y Revista ClIJ número
216, junio 2008.
• Bravo-Villasante, Carmen. 1959. Historia de la literatura infantil española. Madrid.
• Bravo-Villasante, Carmen. 1971. Antología de la literatura infantil universal. Madrid.
• Bravo-Villasante, Carmen. 1985. Diccionario de autores de la literatura infantil mundial. Madrid.
• Garralón, Ana. 2001. Historia portátil de la literatura infantil. Madrid.
• González, Luis Daniel. 2006. Bienvenidos a la fiesta. Madrid.
Enlaces externos
• Bienvenidos a la fiesta [2] (Revista y diccionario de literatura infantil y juvenil)
• CLIJ: Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil [3]
• SOL: Servicio de Orientación a la lectura [4]
• Tipos de Literatura Infantil [5] (en inglés)
• Red temática de investigación LIJMI [6](cuenta con monográficos y recursos sobre LIJ del marco ibérico e
iberoamericano)
• Interpretación crítica sobre la literatura infantil [7]
• Cuentos infantiles [8] (leer y publicar cuentos)
• International Book Board for Young people [9] (en inglés)
• UNICEF por los niños [10]
Referencias
[1] http:/ / www. colegiorosario. edu. ar
[2] http:/ / www. bienvenidosalafiesta. com/
[3] http:/ / www. revistaclij. com/
[4] http:/ / www. sol-e. com
[5] http:/ / en. wikipedia. org/ wiki/ Children%27s_literature
[6] http:/ / www. usc. es/ lijmi
[7] http:/ / academiaeditorial. com/ cms/ index. php?page=004-literatura-infantil
[8] http:/ / www. antesdedormir. com. ar
[9] http:/ / www. ibby. org
[10] http:/ / www. lanacion. com. ar/ nota. asp?nota_id=991359
15. Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes 13
Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes
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