2. • No está planificada. Hablamos de forma espontánea, sin haber pensado
previamente lo que vamos a decir. Es dinámica e interactiva.
• Su vocabulario es básico, informal, coloquial, entrecortado y, a veces, con
pequeñas incorrecciones o reiteraciones. Suele ser frecuente el uso de oraciones
simples.
• El emisor usa gestos (lenguaje no verbal) para hacerse entender mejor.
• Utiliza diminutivos o aumentativos y apelativos cariñosos o no.
• Es efímera.
3. • El emisor utiliza un discurso planificado, ordenado y formal (tiene tiempo para
revisarlo y corregirlo).
• El lenguaje empleado suele ser cuidado, muchas veces especializado y menos
repetitivo.
• La gramática es más compleja, con enunciados más largos, ya que tenemos más
tiempo para pensarlo.
• Perdura en el tiempo.