Publicidad
Publicidad

Más contenido relacionado

Publicidad

El siglo xvii, crisis y decadencia.pptx

  1. EL SIGLO XVII, CRISIS Y DECADENCIA Dr. Carlos Vela Velarde
  2. El siglo XVII fue un periodo de transición y reajustes en la economía del virreinato peruano. Más de tres generaciones habían transcurrido desde los turbulentos años de la Conquista. Para 1600, los españoles habían sometido a la población amerindia, puesto fin a las perturbadoras guerras civiles entre los primeros conquistadores, e impuesto una gran burocracia imperial para así asegurar su dominio.
  3. Una sociedad española esencialmente completa fue transplantada al virreinato durante estos años formativos, y este variado grupo de colonizadores había sentado las bases de una próspera economía de mercado ligada a Europa.
  4. Los ricos depósitos de plata en las sierras del Perú y el Alto Perú brindaron las bases para esta economía colonial y suministraron el capital necesario para financiar sectores de apoyo como la agricultura, el pastoreo y las manufacturas. El capital de inversión fue fluyendo a estas otras empresas productivas a medida que la productividad de las vetas de plata caía y que los vínculos comerciales con España se iban debilitando La minería continuó dominando la economía colonial, pero el desarrollo más extensivo de las industrias vinatera, textil y artesanal, juntamente con la producción de algodón, aceituna, granos, azúcar, uvas y cacao le otorgó una base económica más diversificada al virreinato. Al mismo tiempo fueron surgiendo vínculos comerciales —en bienes tanto legales como
  5. Una amplia gama de factores contribuyó a estimular la demanda agregada y promover el cambio económico en el virreinato del Perú. El crecimiento de los centros urbanos y la participación más activa de los amerindios en la economía de mercado colonial produjo un alza en la demanda de los consumidores de bienes producidos localmente. Aun más, las organizaciones eclesiásticas desempeñaron un papel importante invirtiendo en tierras y extendiendo crédito a los productores locales, así como al gobierno.
  6. los cambios económicos internos a lo largo del siglo XVII les presentaron a las élites coloniales una nueva gama de oportunidades y de problemas. Los cambios económicos también trajeron consigo dificultades políticas. Durante gran parte del siglo, la monarquía de los Habsburgo intentó superar una crisis fiscal sostenida, y en Madrid los funcionarios comenzaron a exigir mayores contribuciones de los gobiernos virreinales para así evitar la decadencia económica y militar de la Corona en Europa.
  7. Al mismo tiempo, en el virreinato, las élites se opusieron vigorosamente a unos impuestos más altos que amenazaban con drenar un importante capital de inversión, necesario durante este periodo de transición de una economía dominada por la minería a otra de base más diversificada.
  8. Estos cambios económicos producidos en el virreinato del Perú, juntamente con los problemas financieros del rey en Europa, llevaron a una lucha política entre el gobierno de Madrid y los magnates coloniales. Su desenlace habría de tener un impacto decisivo sobre la relación política y económica existente entre España y el virreinato peruano a lo largo del siglo XVII
  9. LA METRÓPOLI DE LA PLATA Al iniciarse el siglo XVII, la economía y la sociedad virreinales giraban en torno a las minas del Perú y del Alto Perú, así como de la red comercial transatlántica que tenía su centro en Lima. Sin embargo, estas regiones económicas centrales contaban con el respaldo de una serie de empresas agrícolas, ganaderas y manufactureras en las provincias vecinas, así como en zonas más lejanas como Quito, Chile, Paraguay, Tucumán y el Río de la Plata. El eslabón clave en esta economía colonial integrada del Perú hispano lo conformaban los comerciantes de Lima.
  10. Estos emprendedores comerciantes facilitaban el intercambio de plata y otros bienes coloniales por productos europeos, abastecían a la mayor parte de los mercados del interior y, en general, controlaban gran parte de la vida comercial del Perú hispano. Para 1600, la minería seguía siendo la fuerza impulsora de la economía virreinal. Las minas de oro de Carabaya, Cotabambas y Condesuyos tenían un alto nivel de producción, pero este jamás se comparó con el de las vetas clave de plata de Castrovirreyna, Cailloma, Chachapoyas, Bombón, Pasco, San Antonio de Esquilache, Carangas, Laicacota, Oruro y, claro está, Potosí.
  11. Esta última anualmente produjo por sí sola casi 50.000.000 de marcos de plata durante el siglo XVII, y durante su apogeo la mina de La Fragua, en San Antonio de Esquilache, diariamente arrojaba ella sola depósitos de plata por valor de más de 1.400 pesos. Las minas del Perú hispano produjeron a niveles sumamente superiores a los de sus contrapartes de la Nueva España hasta bien avanzado el siglo XVII, cuando la producción de plata del virreinato septentrional finalmente comenzó a superar al Perú como fuente de metales preciosos.
  12. El Perú no fue el único reino del imperio español que experimentó problemas políticos y financieros durante el siglo XVII. Para apoyar sus compromisos militares en Europa, Madrid diseñó una serie de nuevos y controvertidos impuestos que buscaban recaudar nuevos ingresos en Perú y otras partes del imperio. Lo que estos nuevos impuestos indicaban era un desplazamiento en la asignación tradicional de los recursos económicos y el poder político en el imperio español; era inevitable que esto provocara descontento, en particular en las posesiones menos cargadas de impuestos fuera de Castilla.
  13. El incremento en la presión fiscal contribuyó al estallido de revueltas armadas tanto en Cataluña como en Portugal en 1640, a las que siguieron los levantamientos populares de Sicilia y Nápoles en 1647 y 1648. Hasta México sufrió una periódica inestabilidad política entre 1621 y 1660. Las demandas que el rey hacía no provocaron un descontento similar en Perú, en gran parte debido a que los oficiales reales lograron mantener un equilibrio del poder político operable que preservó la unidad imperial.
  14. A diferencia de sus contrapartes en Cataluña, Portugal, Sicilia, Nápoles e incluso México, estos burócratas lograron reducir las tensiones implementando medidas que producían temporalmente los fondos deseados, pero que no tocaban los intereses económicos vitales de las élites peruanas. Sin embargo, una crisis fiscal se desarrolló hacia la década de 1660, cuando estas políticas fiscales ya no lograron compensar la caída de los impuestos mineros, que socavó el sistema imperial a ambos lados del Atlántico.
  15. Cambio económico y crisis fiscal Los cambios económicos que tuvieron lugar en Perú a lo largo del siglo XVII reforzaron la antipatía normal que las élites locales tenían para con impuestos más altos y las rígidas regulaciones comerciales que Madrid exigió e impuso durante el reinado de Felipe IV. En el transcurso de la primera mitad del siglo, la economía virreinal estaba experimentando un proceso de cambio evolutivo, de una dependencia en la minería de la plata y el comercio transatlántico a otra base más diversificada La minería aún conservaba un lugar importante, pero los sistemas agrícolas cada vez más regionales, las empresas industriales locales y las redes comerciales intercoloniales se convirtieron en los principales motores del desarrollo económico.
  16. El crecimiento de la población española, en particular en centros urbanos como Lima; la gradual integración de la población indígena a la economía de mercado; las mayores inversiones efectuadas por la Iglesia, los comerciantes banqueros y el gobierno virreinal; y el surgimiento del comercio en el Pacífico: todo esto se combinó para estimular la demanda agregada y promover el desarrollo económico. el impulso reformador de Felipe IV y el Conde Duque de Olivares colocó a la Corona en curso de colisión con unos poderosos grupos de interés virreinales. Se avecinaba una amarga lucha en torno a la política impositiva, y el Perú parecía estar destinado a vivir los conflictos en que se hundieron México, Italia y la Península Ibérica.
  17. Sin embargo, los oficiales de hacienda encargados de implementar las políticas fiscales impuestas por Madrid no cumplieron con sus responsabilidades con el rey. El examen de las cuentas del tesoro en este periodo revela que tanto los niveles totales de ingreso como las remesas enviadas a España se mantuvieron relativamente estables hasta la década de 1660, cuando se inició una seria tendencia descendente. Si bien esta caída en las reales rentas en Perú no se hizo aguda sino hasta la década de 1660, podemos remontar las raíces del problema hasta el decenio de 1620, cuando el declive minero se hizo pronunciado. Entre 1607 y 1622, casi el 70% del ingreso virreinal provino de las provincias fuera de Lima, y de los centros mineros en particular . La productividad decreciente de las vetas de plata en Potosí y otros lugares amenazaba con minar la solvencia fiscal del tesoro, precisamente cuando Madrid comenzaba a exigir más dinero del Perú
  18. REFORMAS Y RESISTENCIA La reforma financiera fue una cuestión política dominante en el imperio español durante la mayor parte del reinado de Felipe IV. Al igual que los reformadores Borbón un siglo más tarde, el rey y el Conde Duque de Olivares tuvieron que diseñar un programa coherente de impuestos capaces de aprovechar con mayor efectividad la riqueza económica del imperio. En el Perú, la clave de este programa fue la unión de armas, un proyecto favorecido por el Conde Duque mismo para apoyar la defensa común del imperio. Pero, al igual que en Cataluña, la Corona subestimó el vigor de la oposición virreinal y su influencia sobre la burocracia colonial
  19. Los reformadores Borbónes tuvieron un mayor éxito en estas metas un siglo más tarde, en gran medida porque unieron la reforma tributaria con un conjunto global de cambios comerciales y administrativos.
  20. LA DECADENCIA IMPERIAL La decadencia global de España en Europa a lo largo del siglo XVII se debió, en gran medida, a la incapacidad del rey para incrementar su control sobre los recursos económicos de la monarquía. Hasta los vacilantes esfuerzos de Olivares por establecer “un rey, un reino y una moneda” despertaron una amplia oposición en los reinos españoles. Aunque las perturbaciones producidas en Cataluña, Portugal, Sicilia, Nápoles y México tuvieron todas sus propias causas, un factor común en todas ellas fue el incremento en la presión fiscal de Madrid. En el virreinato peruano, estas demandas regias generaron descontento político, mas no una perturbación seria de la paz. Tales medidas, simplemente, no fueron necesarias.
  21. Las élites peruanas y sus aliados en la burocracia real vencieron al impulso reformador del rey sin tener que recurrir a medidas tan extremas. Sin embargo, el fracaso de los nuevos impuestos y la crisis fiscal resultante, llevaron a la pérdida de control del rey sobre gran parte de los recursos del virreinato. Los decrecientes niveles de ingreso de la caja de Lima hicieron que los oficiales redujeran las remesas de plata enviada a Sevilla, de un promedio anual de 1.483.849 pesos en el decenio de 1630, a un mínimo de 127.189 pesos en los años ochenta Esta drástica caída tuvo lugar cuando el rey estaba luchando por la hegemonía en Europa; ella, indudablemente, contribuyó a la eventual decadencia militar y política de España, juntamente con la pérdida de dinero de las provincias rebeldes en Italia y la Península Ibérica.
Publicidad