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Seguridad del paciente

Médico en Servicio Andaluz de Salud
28 de Dec de 2015
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  1. MÓDULO V: CALIDAD ASISTENCIAL. 5.3. Seguridad del Paciente. La seguridad del paciente es una estrategia básica del sistema sanitario en Andalucía cuya finalidad es alcanzar la excelencia clínica y la mejora continua de la calidad en la atención. Se considera actualmente una prioridad en la asistencia sanitaria nacional e internacional, y está promovida por la mayoría de las organizaciones y asociaciones profesionales. Para aumentar la seguridad del paciente es necesario poner los riesgos de manifiesto y prevenir así los eventos adversos mitigando sus efectos. Para conseguir esto es necesario adquirir más capacidad:  Fomentando la notificación de los errores.  Realizando una investigación competente de los incidentes y un intercambio responsable de datos para anticipar los errores y rastrear las debilidades del sistema. Entendemos por Seguridad del paciente la “Ausencia, para un paciente, de daño innecesario o daño potencial asociado a la atención sanitaria. Garantizar la seguridad de los pacientes es el proceso por el cual una organización proporciona cuidados seguros a los pacientes e involucra el establecimiento de sistemas operativos, elementos estructurales y procesos que reduzcan el riesgo de daño innecesario asociado a la atención sanitaria a un mínimo aceptable”. El objetivo de la seguridad del paciente es lograr que los sistemas sanitarios sean más fiables y reducir al mínimo la probabilidad de producir daño a los pacientes. Para ello, es necesario profundizar en el conocimiento acumulado mediante el análisis de errores, incidentes y eventos adversos.
  2. En primer lugar, necesitamos crear una cultura de seguridad entre los profesionales del sistema, lo cual es, probablemente, el mayor cambio y más difícil de lograr. Deben implantarse políticas y procedimientos para el análisis de los errores que permitan al profesional notificar el evento adverso sin recibir represalias o sanciones por ello. Los riesgos presentados en la atención sanitaria tienen causas diversas y heterogéneas. Las causas pueden estar vinculadas al procedimiento, al tipo de trabajo, a los materiales usados, o estar relacionadas con la persona que desempeña ese trabajo o que interviene en alguna parte del proceso. Objetivos Nacionales de Seguridad del Paciente. Se presentan aquí los referidos a atención primaria y atención hospitalaria, vigentes desde el 1 de enero de 2011. Objetivo 1: Mejorar la identificación del paciente − NPSG.01.01.01: Utilizar al menos dos identificadores del paciente cuando se proporcionan servicios, tratamientos y cuidados. − NPSG.01.03.01: Eliminar los errores en las transfusiones relacionados con la identificación del paciente. Objetivo 2: Mejorar la comunicación efectiva entre cuidadores − NPSG.02.03.01: Informar a tiempo y de manera oportuna sobre los resultados críticos de pruebas diagnósticas. Objetivo 3: Mejorar el uso seguro de los medicamentos − NPSG.03.04.01: Etiquetar la medicación, sus contenedores (jeringas, botes, etc.) y otras soluciones. − NPSG.03.05.01: Reducir el riesgo de daño relacionado con el uso de anticoagulantes.
  3. Objetivo 7: Reducir el riesgo de infección asociada a la atención sanitaria − NPSG.07.01.01: Cumplimiento de la Guía para la mejora de la higiene de las manos de la OMS. − NPSG.07.03.01: Implantar prácticas basadas en la evidencia para prevenir las infecciones por organismos multirresistentes. − NPSG.07.01.01: Implantar prácticas basadas en la evidencia para prevenir las infecciones relacionadas con catéteres venosos centrales. − NPSG.07.01.01: Implantar prácticas basadas en la evidencia para prevenir las infecciones en la localización quirúrgica. Objetivo 8: Asegurar la precisión de la medicación en las transiciones asistenciales. − NPSG.08.01.01: Existe un procedimiento para comparar la medicación actual del paciente con la prescrita durante la hospitalización. − NPSG.08.02.01: Cuando el paciente es transferido a otro hospital o a atención primaria, el listado completo y conciliado de medicación se comunica al siguiente proveedor. − NPSG.08.03.01: Cuando el paciente abandona el hospital se le proporciona un listado completo y conciliado de la medicación, que se explica al propio paciente o a su familia. − NPSG.08.04.01: En los servicios donde el uso de la medicación es mínimo o de corta duración, se realiza un procedimiento de conciliación adaptado. Objetivo 15: El hospital identifica riesgos para la seguridad inherentes a su población − NPSG.15.01.01: Identificar a pacientes con riesgo de suicidio.
  4. En Atención Primaria, son especialmente relevantes los relacionados con la identificación inequívoca del paciente, incluyendo las pruebas complementarias, lo relacionados con la medicación, así como con el uso seguro de vacunas, que son en los que nos centraremos. Para ahondar en esta estrategia es muy recomendable realizar el itinerario formativo de la Estrategia para la Seguridad del Paciente, del Observatorio de Seguridad de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía, que he tomado como documento de referencia para este documento. Sistema de Gestión de Incidentes. “Hacer posible que un día, una mala experiencia sufrida por un paciente en una parte el mundo se convierta en un recurso para aprender en beneficio de futuros pacientes, en muchos países…” El propósito fundamental de un sistema de gestión de incidentes es aprender de la experiencia. Un sistema de gestión de estas características hace referencia a los procesos y la tecnología implicada en la clasificación, el formato, la comunicación, la retroalimentación, el análisis, el aprendizaje, la respuesta y la difusión del conocimiento generado por los incidentes de seguridad que se registran. De acuerdo con la Estrategia para la Seguridad del Paciente, el sistema de gestión de incidentes alojado en el Observatorio de Seguridad del Paciente de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía, es de destacar que tiene carácter voluntario, anónimo, confidencial, y no punitivo; abarca todos los niveles y las áreas de atención, y está abierto también para pacientes y personas cuidadoras. En este sentido, nuestra recomendación es utilizar sólo este sistema de registro, y potenciar la cultura del registro de los incidentes por parte de todos los profesionales se constituye como el punto de partida de nuestra estrategia de seguridad del paciente.
  5. Algunos conceptos. El daño asociado a la atención sanitaria es el daño que deriva de los planes o medidas adoptados durante la prestación de atención sanitaria o que se asocia a ellos, no el que se debe a una enfermedad o lesión subyacente. Un incidente relacionado con la seguridad del paciente es un evento o una circunstancia que podría haber ocasionado u ocasionó un daño innecesario a un paciente. El adjetivo «innecesario» en esta definición reconoce que en la asistencia sanitaria se producen errores, infracciones y actos deliberadamente poco seguros. Estos se consideran incidentes, mientras que ciertas formas de daño son necesarias, como la incisión para una laparotomía, y no se consideran incidentes. Los incidentes pueden tener su origen en actos intencionados o involuntarios. Los errores son, por definición, involuntarios, mientras que las infracciones suelen ser intencionadas, aunque raramente maliciosas, y pueden llegar a hacerse rutinarias y automáticas en algunos contextos. Un error es el hecho de no llevar a cabo una acción prevista según se pretendía o de aplicar un plan incorrecto. Los errores pueden manifestarse al hacer algo erróneo (error de comisión) o al no hacer lo correcto (error por omisión), ya sea en la fase de planificación o en la de ejecución. Una infracción es un desvío deliberado de las normas, reglas o procedimientos operativos. Tanto los errores como las infracciones elevan el riesgo, aunque no llegue a producirse un incidente. El riesgo es la probabilidad de que se produzca un incidente. Un incidente puede ser una circunstancia notificable, un cuasiincidente, un incidente sin daños o un incidente con daños (evento adverso).
  6. Una circunstancia notificable es una situación con gran capacidad de causar daños, pero en la que no se produce ningún incidente (por ejemplo el del traslado de un desfibrilador a una urgencia y el descubrimiento de que no funciona, aunque finalmente no se necesite). Un cuasiincidente es un incidente que no alcanza al paciente (por ejemplo, se conecta una unidad de sangre a la vía de infusión intravenosa del paciente equivocado, pero se detecta el error antes de comenzar la infusión). Un incidente sin daños es aquel en el que un evento alcanza al paciente, pero no le causa ningún daño apreciable (por ejemplo, se infunde la mencionada unidad de sangre, pero no era incompatible). Un incidente con daños (evento adverso) es un incidente que causa daño al paciente (por ejemplo, se infunde la unidad de sangre errónea y el paciente muere de una reacción hemolítica). Los daños comprenden las enfermedades, las lesiones, los sufrimientos, las discapacidades y la muerte, y pueden ser físicos, sociales o psicológicos. Los incidentes se clasifican en diversos tipos: − administración clínica; − proceso clínico / procedimiento; − documentación; − infección asociada a la atención sanitaria; − medicación/líquidos para administración i.v.; − sangre / productos sanguíneos; − nutrición; − oxígeno/gases/vapores;
  7. − dispositivos/equipos médicos; − comportamiento; − accidentes del paciente; − infraestructuras/locales/instalaciones; y − recursos/gestión de la organización. Se entiende por reacción adversa un daño imprevisto derivado de un tratamiento justificado. Por ejemplo, una neutropenia inesperada tras administrar un fármaco que no se sabía que pudiera tener este efecto es una reacción adversa. La recurrencia de una reacción adversa conocida puede ser prevenible (por ejemplo, una reacción alérgica a un medicamento puede prevenirse evitando la reexposición). El resultado para el paciente son las repercusiones para el paciente total o parcialmente atribuibles a un incidente. Cuando se ha producido un daño, el grado del daño es la gravedad, la duración y las repercusiones terapéuticas del daño derivado de un incidente: − Ninguno: el resultado para el paciente no es sintomático o no se detectan síntomas y no hace falta tratamiento. − Leve: el resultado para el paciente es sintomático, los síntomas son leves, la pérdida funcional o el daño son mínimos o intermedios, pero de corta duración, y no hace falta intervenir o la intervención necesaria es mínima (por ejemplo, observar más estrechamente, solicitar pruebas, llevar a cabo un examen o administrar un tratamiento de poca entidad). − Moderado: el resultado para el paciente es sintomático y exige intervenir (por ejemplo, otra intervención quirúrgica, un tratamiento suplementario) o prolongar la estancia, o causa un daño o una pérdida funcional permanente o de larga duración.
  8. − Grave: el resultado para el paciente es sintomático y exige una intervención que le salve la vida o una intervención quirúrgica o médica mayor, acorta la esperanza de vida, o causa un daño o una pérdida funcional importante y permanente o de larga duración. − Muerte: sopesando las probabilidades, el incidente causó la muerte o la propició a corto plazo. Seguridad en el Uso de Medicamentos. Recientes estudios e investigaciones sobre seguridad del paciente evidencian el impacto que los efectos adversos y los fallos o errores en el sistema de utilización de los medicamentos tienen sobre la morbilidad y la mortalidad. Estos errores son, en un alto porcentaje, evitables. Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre promoción del uso racional de medicamentos, en todo el mundo más del 50 % de los medicamentos se prescriben, dispensan y comercializan en forma inadecuada. En los estudios multicéntricos de referencia realizados en diferentes países, y que han analizado de forma global los eventos adversos relacionados con la asistencia sanitaria, los errores relacionados con el uso de los medicamentos han constituido el porcentaje más elevado del total de acontecimientos adversos registrados. Los errores de medicación pueden sobrevenir en cada una de las fases del proceso de utilización de los medicamentos (selección, prescripción, transcripción, dispensación, administración y seguimiento). Es un proceso complejo; en él intervienen diferentes profesionales y colectivos, por lo que en su mayoría los errores de medicación que se producen se deben a multitud de anomalías y fallos durante todo este proceso, destacando:
  9. − Falta de conocimiento sobre el uso correcto del medicamento (indicaciones, contraindicaciones, interacciones, dosis terapéuticas o efectos adversos). − No disponibilidad de información relativa al paciente (alergias, resultados de laboratorio, otras condiciones médicas, etc.) en el momento de la prescripción. − Prescripción manual de medicamentos (letra ilegible). − Prescripciones incorrectas (selección inadecuada del medicamento, indicación, dosis, pautas, vía de administración, duplicidades). − Confusiones de medicamentos, frecuentemente asociadas a nombres similares de medicamentos, uso de abreviaturas, prescripciones incompletas (omisión de dosis, frecuencia, vía de administración, duración del tratamiento) o ambiguas. Un error de medicación es cualquier incidente prevenible que ocurre, por acción u omisión, en cualquiera de los procesos del sistema de utilización de los medicamentos y que puede causar o no daño al paciente. Así, la definición de error contiene tres aspectos importantes: 1. Carácter prevenible de los errores de medicación, de lo que deriva la necesidad de instaurar estrategias de prevención.
  10. 2. No todos los errores causan daño y, de hecho, afortunadamente la mayoría de ellos no llega a producir efectos nocivos a los pacientes. 3. El error puede darse en cualquiera de los procesos del sistema de utilización de los medicamentos. Medicamentos de alto riesgo: son aquellos medicamentos que cuando se utilizan incorrectamente presentan un riesgo elevado de causar daños graves o incluso mortales a los pacientes, algunos de ellos por tener un margen terapéutico estrecho. Los errores asociados a estos medicamentos no implican que sean más frecuentes sino que, en caso de producirse un error, las consecuencias para los pacientes suelen ser más graves. Es por ello que los medicamentos de alto riesgo deben ser objetivo prioritario en los programas de seguridad clínica que se establezcan en los centros sanitarios. Se deben tomar las medidas de control oportunas para la prevención de estos errores de medicación e implantar prácticas para mejorar su seguridad. Alguna de estas prácticas las podemos encontrar en el documento “Prácticas para mejorar la seguridad de los medicamentos de alto riesgo” del Ministerio de Sanidad y Política Social, disponible en: http://www.msc.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/practicas__seguras_ medicamentos__alto__riesgo.pdf Entre los pacientes con un mayor riesgo de sufrir eventos adversos relacionados con los medicamentos podemos destacar: − Ancianos: al aumentar la edad, aumenta el riesgo de sufrir efectos adversos. La elevada frecuencia de reacciones adversas en los ancianos, además de considerarse una consecuencia del envejecimiento, se puede atribuir al hecho del envejecimiento, se puede atribuir al hecho de que las personas ancianas toman más medicación y suelen tener más enfermedades de base que los pacientes jóvenes.
  11. − Pacientes con alteraciones en el aclaramiento plasmático: los pacientes con insuficiencia renal o hepática deben ser monitorizados para evaluar si es necesario un ajuste de dosis. − Pacientes que toman fármacos con un elevado porcentaje de efectos adversos (anticoagulantes orales, digoxina, teofilina, corticoides orales, insulina, hipoglucemiantes orales, anticonvulsivantes) o con un elevado potencial de interaccionar con otros fármacos (inductores e inhibidores enzimáticos como antiepilépticos, antirretrovirales). − Pacientes pediátricos. Almacenamiento de Medicamentos. El almacenamiento de medicamentos debe realizarse conforme a un procedimiento que establezca normas de funcionamiento y control para botiquines y carros de parada. El procedimiento debe difundirse de forma activa y actualizarse periódicamente, con el fin de garantizar que es conocido por todos los profesionales con responsabilidad en el proceso de utilización de los medicamentos. Almacenamiento, conservación y control Condiciones generales: − Los medicamentos deberán estar en condiciones óptimas de temperatura, luz, higiene y seguridad, protegidos de cualquier foco directo de luz o calor (no debe sobrepasar los 25 ºC), fácilmente accesibles para el personal autorizado y no muy visible para el público en general. − Los medicamentos se dispondrán en cajetines que se mantendrán en perfectas condiciones de limpieza, en el exterior de los cajetines figurará una etiqueta con la descripción del medicamento: principio activo, dosis, forma farmacéutica.
  12. − Los medicamentos se colocarán por orden alfabético de principio activo y separados por grupos (ej.: orales, parenterales, tópicos), a excepción de los que requieran condiciones específicas de conservación. − No se mezclarán en el mismo cajetín ni medicamentos diferentes, ni distintas dosis del mismo medicamento, ni distintas formas farmacéuticas del mismo. − Los medicamentos se conservarán en su envase original y, cuando sea preciso extraerlos, se comprobará que en las unidades separadas aparecen de forma perfectamente clara y legible el nombre del medicamento, dosis, lote y fecha de caducidad. − Cuando un medicamento presente una alteración en su aspecto externo (cambios de color, turbidez o precipitado en formas líquidas, rotura de la cadena del frío, etc.), se procederá a su retirada inmediata del botiquín, y se informará al Servicio de Farmacia. − Una vez abiertos los medicamentos multidosis, se les colocará una etiqueta indicando la fecha y hora de apertura, y se conservarán en nevera. − Los representantes de la industria farmacéutica tendrán prohibido distribuir muestras de medicamentos en áreas asistenciales, unidades de cirugía, áreas ambulatorias y de urgencias. − En el carro de parada se controlarán las existencias y caducidades de los medicamentos, sueros y material fungible. Se revisarán al menos una vez al mes. Es aconsejable precintar los cajones con objeto de tener la seguridad de que está en correctas condiciones y anotar la fecha de la última revisión. - En el caso de los medicamentos termolábiles y fotosensibles, se extremarán sus medidas de conservación, adecuándolas a las indicaciones del fabricante.
  13. Programa de revisiones. Control de caducidades Ha de existir un procedimiento para la revisión y control de medicamentos en los botiquines en el que se establezca: − Periodicidad de las revisiones. − Impreso de evaluación de botiquines. − Responsable de la revisión. Las visitas tendrán como finalidad comprobar las condiciones del botiquín y su correcto funcionamiento, así como recoger las impresiones de los profesionales y evaluar los problemas y carencias que pudieran surgir en cuanto a su utilización. Ha de realizarse en presencia del responsable del botiquín y posteriormente se emitirá un informe en el que se refleje el estado del botiquín. El control de caducidades ha de ser mensual, comprobando que no existen medicamentos caducados, retirando los que hubiera y colocando por delante los de caducidad próxima para priorizar su consumo. Los medicamentos suelen caducar a los 5 años de su fabricación, a no ser que se especifique en el envase con un símbolo en forma de dos triángulos opuestos, que nos informa de que su caducidad es inferior a 5 años. Los medicamentos pueden utilizarse hasta el último día del mes al que hace referencia la fecha de caducidad. Cuando un medicamento presente alguna alteración en su aspecto externo (cambios de color, enturbiamiento o precipitado de formas líquidas, rotura de la cadena del frío en aquellos que lo precisen, etc.), se procederá a su inmovilización y posterior retirada del botiquín; habrá que contactar con farmacia, esté o no caducado.
  14. Por problemas de contaminación del medio ambiente, no tirar directamente a la basura ningún medicamento. Seguridad en el Uso de Vacunas En Atención Primaria son clave las estrategias dirigidas a evitar los errores en el uso de vacunas, desgraciadamente más habituales de lo esperado. Cadena de frío Es el conjunto de eslabones de tipo logístico que intervienen en el proceso de almacenamiento, conservación, manejo, transporte y distribución, para mantener a una determinada temperatura los medicamentos que puedan sufrir transformaciones con la variación de la misma, desde que salen de las casas fabricantes hasta que llegan a su destino. Almacenamiento de Vacunas Las vacunas son medicamentos termolábiles por lo que requieren temperaturas inferiores a la ambiental para su conservación y para mantenerse termoestables. Entre las normas que debemos seguir, se encuentran: − Instalar el frigorífico resguardado de toda fuente de calor, a 15 cm de la pared para permitir que el calor se disperse. − Conectarlo a la red general y no a derivaciones, para evitar desconexión accidental.
  15. − Dotarlo de sistema de alarma y generador eléctrico de emergencia que se activen si se desconecta. − Dotarlo de termostato (2-8 ºC). − Dotarlo con termómetro de máxima-mínima. Registro exhaustivo diario de las temperaturas en una gráfica o documento. − Descongelar periódicamente. − Colocar Ice-Pack en el congelador. − Colocar botellas de suero fisiológico en estantes inferiores: estabilizan la Tª interna del frigorífico y mantienen una red de frío de seguridad entre 6-12 h. en caso de avería. En caso de interrupción del suministro eléctrico, debemos adoptar las siguientes medidas: − Mantener la puerta cerrada: autonomía de 6-8 horas. − Pasado este tiempo, se almacenarán en otro frigorífico. − El responsable de vacunas registrará la incidencia siguiendo el protocolo y notificándolo a la Unidad de Farmacia del Distrito. Colocación de las vacunas en el frigorífico según el uso y la caducidad: − Más accesibles: las más frecuentes y las de caducidad más próxima. − Examinar la fecha de caducidad, el último día del mes y retirar las caducadas para su devolución.
  16. − Instalar en el exterior del frigorífico un esquema de ubicación de las vacunas. Administración de Vacunas: El acto vacunal puede dividirse en tres fases: 1. Fase previa a la vacunación En ella se tienen en cuenta la preparación del personal, el material necesario y la realización de la encuesta prevacunal. En todos los centros de vacunación debe haber una persona responsable de los programas de vacunación y personal sanitario cualificado en las técnicas de conservación, manipulación y administración de vacunas. Antes de vacunar se debe llevar a cabo la encuesta prevacunal, que estará formada por el conjunto de información y todas las averiguaciones que el profesional sanitario debe realizar con cada paciente, con el fin de identificar si existe alguna circunstancia que contraindique su vacunación. Se informará también de forma clara y concisa de las ventajas que tiene la vacunación, las características de la enfermedad que va a prevenir, las características de la vacuna que se va a administrar y sus posibles efectos adversos, así como la forma de actuar y dónde acudir en caso de que se produzca una reacción vacunal. 2. Técnicas y procedimientos vacunales 2.1.Lugar y vía de administración Las vacunas inyectables deben aplicarse en el lugar donde la inmunogenicidad sea mayor y con el menor riesgo de que se pueda producir una lesión local de vasos, nervios o tejidos, por lo que se deben usar agujas con la longitud y calibre adecuados. 2.1.1. Vía oral
  17. No deben mantenerse a temperatura ambiente pues disminuye su eficacia, por lo que se extraerán del frigorífico en el momento de ser administradas. − Si se utilizan viales monodosis se administrarán directamente en la boca. − Si son envases multidosis, se dará la dosis correspondiente en una cucharilla de un solo uso. − Si la presentación es en comprimidos, siempre se tomarán con agua y con el estómago vacío. − Si la presentación es en suspensión más gránulos efervescentes, se disolverá siempre en agua, con ayuno antes y después de tomarla. 2.1.2. Vía parenteral Aunque no son las únicas, deben considerarse las siguientes puntualizaciones siempre que se va a vacunar: evitarán errores que pueden desencadenar reacciones adversas: − Siempre que sea posible se administrará una sola vacuna por miembro. Si no lo es, pueden inyectarse dos vacunas compatibles en un mismo miembro separadas de 2 a 2,5 cm para evitar una superposición de reacciones locales. − No inyectar en zonas en las que se observen signos de inflamación. − Administrar siempre las dosis completas de las vacunas. Para evitar reacciones indeseables, es imprescindible que se cumplan estrictamente las técnicas y pautas de administración recomendadas para cada vacuna, atendiendo especialmente a la vía de administración, dosis, intervalo entre vacunas, preparación adecuada y valoración de la edad y estado previo de salud del paciente que se va a vacunar.
  18. 3. Fase postvacunal En esta fase se considerarán las medidas que hay que tomar con el paciente vacunado, el registro de la vacuna administrada y la eliminación correcta y segura del material utilizado y los residuos generados en la vacunación. El paciente vacunado debe vigilarse durante 20-30 minutos por si aparecieran efectos secundarios que requieran atención médica. La reacción más frecuente es dolor e inflamación local que son leves y no requieren tratamiento, pero grave e infrecuentemente es la reacción anafiláctica que precisa tratamiento de choque y reanimación. Una vez administrada la vacuna, se registrará en la cartilla la fecha de administración, el nombre de la vacuna, el n.º de lote, la fecha de caducidad, la vía de administración y el lugar anatómico, el volumen inyectado y la firma del profesional que ha vacunado. Se anotará si se ha producido alguna reacción. Una vez finalizada la vacunación se depositarán las jeringas, agujas y envases vacíos en contenedores de residuos sanitarios.
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