Dos posturas diferentes
En la Biblia encontramos dos posiciones
distintas respecto a los extranjeros que
se relacionan con Israel.
Intolerancia y exclusión
«Si os unís al resto de naciones… vuestro
Dios no arrojará a estos pueblos; serán
para vosotros red, lazo y aguijón…»
Josué, 12-13
No hay que mezclarse
«Habéis sido rebeldes al casaros con
mujeres extranjeras… Ahora, separaos
de la gente del país y de las mujeres
extranjeras» (Esdras 10, 10-11)
Pero en la historia de Rut…
Vemos que los extranjeros sí pueden formar
parte de la comunidad de la alianza, si
obran bien y abrazan la fe en Yahvé.
¡Alerta!
No podemos leer el Antiguo Testamento
con mentalidad dogmática: hay mensajes
distintos correspondientes a momentos
distintos, que pueden contradecirse.
En el post-exilio, Esdras requiere que los hebreos se separen de
las mujeres extranjeras para preservar la “pureza” del pueblo.
El plan de Noemí
Quiere que su nuera sea feliz y le da
instrucciones para que pida «el rescate» de
Booz: matrimonio y descendencia.
Rut obedece: «Haré todo lo que me dices.»
Booz, el hombre justo
Arregla el asunto para poder rescatar a
Noemí, a Rut y casarse con ella, dando un
hijo que perpetuará la estirpe familiar.
Me han contado lo que
hiciste con tu suegra,
después de la muerte de
tu marido, y cómo has
dejado a tu padre y a tu
madre y la tierra en que
naciste, y has venido a
un pueblo que no
conocías.
Que Yahvé te premie por
tu obra.
Noemí, de la amargura a la
dulzura
«Bendito sea Yahvé, que no ha permitido
que te falte uno que te rescate… Será el
consuelo de tu alma y el apoyo de tu
ancianidad…» (Rut 4, 14).
Aceptación del extranjero
Los extranjeros que abrazan la fe en Dios y se
integran pueden formar parte del pueblo de la
alianza.
La Iglesia es Universal
Para ser cristiano tampoco hace falta ser
de ningún país, nacionalidad o cultura
concreta. Todos pueden ser acogidos si
deciden seguir a Cristo.