Vargas Llosa argumenta que el abuso de la realidad virtual afecta la atención del lector de tres maneras: 1) reduce las funciones cerebrales como la síntesis y el análisis al proveer información sintetizada, 2) disminuye la capacidad de las personas para sintetizar e interpretar textos por sí mismas, y 3) fomenta el perezo intelectual al hacer que la búsqueda de información sea muy sencilla.