1. Noticias de Gipuzkoa Miércoles, 7 de abril de 2010 GIPUZKOA SOCIEDAD 7
“Jamás me concederán
el indulto si el 8 de
mayo gana las
elecciones José Estrada,
quien fue presidente”
L A F R A S E
celda me están enseñando cosas de
la cultura vasca. Ya he podido oír la
tamborrada y ahora espero verla
pronto. También me gusta la coci-
na vasca y dispongo ya de unos
cuantos libros.
Está en la cárcel desde hace más de
trece años por un crimen que tan-
to usted como su familia siempre
han mantenido que no cometió.
¿Uno se acaba por acostumbrar o
es una pesadilla diaria?
Desde luego que es una pesadilla
estar en la cárcel por algo que no
has hecho. Es una tragedia para
toda una familia, algo que no es
deseable para nadie. Rezo para que
nadie en el mundo pase por lo que
he pasado.
El caso es que lleva casi tantos años
en prisión como fuera de ella. ¿No
tiene la sensación de perder la cabe-
za?
No, mis tíos (políticos de Filipinas)
también sufrieron la cárcel por la
dictadura y sus casos ayudaron a
derrotarla. Yo sufriría más tiempo
en la cárcel con tal de tener un nue-
vo juicio y que todo el mundo supie-
ra la verdad, un juicio justo para
que no se repitieran los fallos y las
situaciones que yo sufrí.
¿Como cuáles?
El juez me condenó a veinte años
tres meses antes de suicidarse. Dan-
do por hecho que era una batalla
perdida recurrir a la corte supre-
ma, ya que el jefe de justicia del
Supremo era tío-abuelo de las víc-
timas, quise que se conociera la ver-
dad, y me condenaron a muerte.
¿Sigue teniendo fuerzas para
luchar?
La fuerza no la he perdido ni la per-
deré. Es posible que no me convali-
den los casi trece años que he cum-
plido en Filipinas, así que la fuerza
y la fe han de ir conmigo. Aunque a
veces desfallezca, Dios me da fuer-
za.
Las instituciones vascas y la ciu-
dadanía le respaldan, pero también
hay quien duda de su inocencia.
¿Qué les diría?
Es normal que mucha gente no lo
crea, es algo que hasta entiendo,
pero siento tristeza porque la gen-
te no tiene información necesaria
sobre todo lo ocurrido. Pronto
sabrán la verdad. Las Naciones Uni-
das investigaron mi caso y acto
seguido dijeron que debía estar en
libertad puesto que era inocente. El
jefe de Justicia de Filipinas hizo
caso omiso a la decisión.
“Quiero aprovechar esta oportunidad para dar
mil gracias a todos los que creen en mi inocencia”
Recogida de firmas organizada por Amnistía Interncional en apoyo a Paco Larrañaga. FOTO: DAVID MONTERO
DONOSTIA. Testificó que se encon-
traba a 300 kilómetros de donde se
sucedieron los hechos y, además, le
acompañaban algunos amigos que
corroboraron su versión. ¿Por qué
no le hicieron caso?
No sólo había amigos míos sino foto-
grafías de aquella noche, facturas de
un bar, declaraciones del dueño de
ese establecimiento, de los profeso-
res que me examinaron ese día, de
compañeros del instituto…
Parecen pruebas incuestionables…
Sí, tampoco hicieron caso del testi-
monio de una vecina de donde vivía-
mos. Por cierto, fueron registradas
las entradas y salidas de ese edificio,
hubo médicos forenses a los que no
dejaron trabajar. Ninguno de ellos
pudo testificar. Ni siquiera pude
hacerloyo,enmipropiojuicio.Nues-
tros abogados fueron encerrados en
la cárcel y a los tres únicos testigos
en mi contra nadie puedo hacerles
preguntas. La Fiscalía decía que el
crimen se perpetró a las 6.00 horas y
yo a las 8.00 estaba en mi colegio de
Manila. De Cebú (ciudad de la costa
filipina donde se produjo el asesina-
to) a Manila hay más de 400 kilóme-
tros. Casualmente ese día tenía un
vuelo a Cebú a las 15.00 horas para
celebrar el cumpleaños de mi ama.
Tampoco valía como evidencia el
billete de avión.
¿Fue una venganza hacia usted por
pertenecer a una familia pudiente?
Casi con toda certeza puedo decir
que fue una cuestión política. El pri-
mo hermano de mi madre estaba
preparando la campaña para la pre-
sidencia del país. Claro está, aquella
campaña se fue al traste. Yo encar-
celado y el nombre de mi familia
ensuciado.
Hubo alguna que otra coincidencia…
Sí, el nuevo presidente, José Estra-
da, tuvo de secretaria a la tía de las
víctimas. El abuelo de ellas era jefe
del Supremo y sus padres se convir-
tieron en magnates de los negocios.
El presidente no tardó en salir en la
prensa diciendo que yo tenía que
morir cuando fui condenado a vein-
te años. Gracias a Dios Estrada fue
encarcelado por corrupción, extor-
sión, asesinatos y otros muchos deli-
tos… Pues bien, yo no he matado ni
violado a nadie y jamás he visto a las
dos hermanas. Pese a ello, mientras
llevo ya catorce años de prisión, José
Estrada está en la calle, le han pre-
parado el indulto y está preparando
de nuevo su campaña.
¿Y qué ocurrirá si gana?
Las elecciones son el 8 de mayo. Si
gana, jamás me concederán el indul-
to y muchos jóvenes como yo irán a
la cárcel injustamente.
Lo cierto es que Filipinas no se lo
puso precisamente fácil para conse-
guireltraslado.Laprensallegóacol-
garle el cartel de ‘asesino del siglo’.
Los medios de comunicación esta-
ban manipulados por el ex presi-
dente Estrada. Decían que estaba
cortejando a una de las víctimas y
que íbamos al instituto juntos. Mi
nombre es Francisco Juan Larraña-
ga González, pero en la prensa siem-
pre aparecía como Paco Osmeña “el
asesino del siglo”.
¿Creyóenalgúnmomentoqueleaca-
barían dando la inyección letal?
En cuanto pisé el corredor de la
muertepensabaqueibaamorir.Veía
la impotencia reflejada en los ojos de
mis aitas, sabiendo que su hijo era
inocente y moriría seguro. Mi único
consuelo era que seguro tendría un
puesto al lado de mi Creador.
¿Ha escrito a Pablo Ibar, como le han
aconsejado?
Sí, hace tiempo que nos escribimos.
Nos mandamos mucho ánimo y apo-
yo, algo que él necesita ahora más
que nunca. Quería aprovechar esta
oportunidadparadarosmilesdegra-
cias a todos los que creen en mi ino-
cencia. Que Dios os bendiga. >J.N.
“En cuanto pisé el
corredor pensé que
moriría; veía la
impotencia en los ojos
de mis aitas”
L A S F R A S E S
“Cuando recupere mi
libertad iré a la Iglesia
más cercana a dar
gracias a Dios, y
también a una sidrería”
C R O N O L O G Í A
● 16 de julio de 1997. Las herma-
nas Chiong desaparecen.
● 17 de julio de 1997. Aparece el
cadáver de una de ellas, a la que
nunca le practicaron pruebas de
ADN. El de su hermana no ha sido
encontrado.
● 16 de septiembre de 1997.
Larrañaga es detenido.
● 5 de mayo de 1999. Un juez de
Cebú condena a cadena perpetuaa
los acusados, sin aceptar la declara-
ción de 35 testigos que aseguraron
que la noche del crimen Larrañaga
se encontraba en Manila, a más de
400 kilómetros de Cebú. El tribunal
desechó las pruebas.
● 4 de febrero de 2004. El Tribu-
nal Supremo eleva la sentencia a la
pena capital.
● Abril 2006. La presidenta filipina
declara oficialmente que no aplicará
ninguna sentencia de muerte.
● 3 de agosto 2006. La ONU
declara que Larrañaga no tuvo un
juicio justo.
● Mayo 2007. El Estado y Filipinas
firman un acuerdo para que los pre-
sos cumplan las penas en sus paí-
ses de origen.
● Marzo 2009. Filipinas autoriza el
traslado de Larrañaga a España.
● 22 de diciembre de 2009. Tras-
lado a la cárcel de Martutene.