Cándido Ibar trata de parar la cuenta atrás de la vida de su hijo Pablo, confinado en el corredor de la muerte de una cárcel de Estados Unidos. Ha regresado al baserri familiar de Zestoa para “soltar peso” y reponer fuerzas porque en el nuevo recurso presentado ve su “última oportunidad”. 24 febrero 2008 Noticias de Gipúzkoa