Vigilia munidal

1. Vigilia mundial del Sida.
Enciende una luz
El tercer domingo de mayo, ahora 19, se celebra la
Vigilia por memoria de las personas que han fallecido
por enfermedades relacionadas con el Sida, por las
que viven con el VIH y sus familiares.
El objetivo principal es recordar a las personas que
mueren por enfermedades relacionadas con el sida y
apoyar a sus familias, además de disminuir el estigma
que se generó en torno a esta enfermedad, educar,
implicar, concienciar y sensibilizar a la sociedad y
crear un diálogo con la comunidad sobre la
prevención, el cuidado y el tratamiento para la
enfermedad.
El compromiso de la Iglesia en México frente a esta
pandemia nos llama a escuchar esas voces de miles
de hermanos y hermanas que, en el mundo, en
nuestro continente y en nuestra patria, claman justicia
y dignidad, exigen nuestro compromiso y nuestra
acción.
Los Obispos de la CEM han respondido a este clamor
desde sus inicios a través de la campaña “Esperanza
de VIHDA”, y nos han invitado a un mayor
compromiso con las personas, familiares y
comunidades con VIH a emprender acciones que
permitan frenar el avance de la pandemia y sus
efectos.

2. En las orientaciones de la Comisión Episcopal para la
Pastoral Social para responder a los desafíos del VIH
y Sida; los Obispos nos invitan a ver la realidad pero
desde una mirada de Fe, es decir, contemplar al
Señor Jesús para aprender de El cómo enfrentó las
situaciones deshumanizadoras de pobreza,
marginación, exclusión, dolor, enfermedad y muerte.
Sólo en el encuentro personal y comunitario con El,
podremos aprender y ver la realidad con otra mirada y
anunciar el Evangelio del amor de Dios y de la
dignidad humana.
En estas orientaciones los Obispos nos invitan a
asumir algunos compromisos que puedan hacer
concretas actitudes nuevas, desde la caridad y la
justicia, para colaborar en la respuesta al VIH y Sida:
1. Comprometernos a acompañar humana y
cristianamente a nuestros hermanos que sufren
a causa del VIH.
2. Comprometernos a evitar el señalamiento y la
culpabilidad de las personas que hoy que hoy
viven con el VIH o han muerto a causa del Sida.
3. Comprometernos a mantenernos informados y
actualizados, para hablar con información
científica sobre el VIH y el Sida.
4. Comprometernos a luchar en contra de la
promoción y sostenimiento de mentiras,
distorsiones y mitos en torno a la epidemia, la
enfermedad, sus formas de transmisión y su
prevención.
5. Comprometernos a no cerrar las puertas de
nuestros centros de oración, comunidades de
fe, albergues, escuelas, centros comunitarios,
Iglesias, hospitales, etc. a personas que viven
con el VIH.
El objetivo de la campaña es impulsar
en las comunidades parroquiales, en la
familia y las personas con VIH o sida,
una reflexión seria y profunda sobre
esta pandemia, para crear espacios
solidarios de esperanza, atención y
prevención. Y el lema: “Sin culpas y sin
peros, incluir es fácil”.

3. 6. Comprometernos a no discriminar, maltratar ni
abusar de las condiciones de vulnerabilidad
emocional y social en que se encuentran las
personas afectadas por el sida.
7. Comprometernos a respetar la condición moral
de las personas, respetando sus opciones,
acompañándolas con caridad en los momentos
críticos de sufrimiento y muerte.
8. Comprometernos a participar activamente con
otros actores sociales y desde la fe, en los
programas y campañas de prevención del VIH,
especialmente en aquellos dirigidos a
comunidades en condiciones de vulnerabilidad
social como los indígenas, las mujeres, los
recluidos, jóvenes, campesinos, migrantes,
niños, etc.