1. Universidad Católica Andrés Bello
Área de Proyectos Pedagógicos y Servicio Social.
Diplomado: Promoción de la Lectura y la Escritura
Proyecto: “TEXTOS DE TRADICIÓN: UN MUNDO DE DIVERSIÓN”: Proyecto de
Promoción de Lectura y Escritura dirigido a estudiantes de II Etapa de
Educación Primaria.
I Parte: Contextualización
Colegio: Escuela Básica Estadal “Simón Bolívar”- Nueva Cúa- Municipio
Urdaneta- Región Valles del Tuy
Actividad: Las palabras tienen raíces (Segunda Sesión)
Fecha y horario: 22 de junio de 2012, de 3 p.m. a 5:00 p.m.
Participantes: Promotora y ocho (8) estudiantes cursantes de 6° grado “B”
Asesor UCAB: Profa. Guadalupe Vallebona
II Parte: Descripción de la experiencia
1.- Introducción
Una de las experiencias más significativas que como docente de aula tuve la oportunidad
de vivir junto a un grupo de estudiantes, fue sin duda alguna el haber participado en el XI
Concurso de Creación Literaria del Programa Papagayo, correspondiente al año escolar
2009-2010, organizado y patrocinado por la Fundación BBVVA Banco Provincial. Este
evento se comenzó a llevar a cabo desde el año 1998, como parte del compromiso de
impulsar el desarrollo social y educativo de los venezolanos, orientado fundamentalmente a
“educar en valores, promover la lectura y la escritura creativa, en niñas y niños de 6to grado
de Educación Primaria de escuelas públicas y planteles subsidiados por la Asociación
Venezolana de Educación Católica (AVEC)”.
Cabe destacar que unos de los principios que rigen este fascinante programa están por
un lado, concebir “la literatura como vía placentera para internalizar y construir valores,
explorar e integrar la emoción, el afecto y el intelecto y por otro, el manejo de “la creación
literaria como expresión del ser, del sentir y del saber”.
Estos principios, entre otros, son evidenciados en las diferentes actividades didácticas
que el equipo docente de la Fundación BBVVA Banco Provincial seleccionó y organizó
pertinentemente, considerando tanto a los docentes que formarán parte del concurso, como
a los estudiantes que las desarrollarán. De allí que gracias a la maravillosa oportunidad que
tuve de adquirir, de parte de la fundación, nuevas herramientas para abordar la literatura en
el aula y de haberlas puesto en práctica como orientadora, mediadora y coordinadora de
esta extraordinaria experiencia, a través de la creación de un libro de producciones literarias
a cargo de los niños y las niñas participantes de 6° grado de aquel entonces, consideré
pertinente seleccionar en esta sesión, como un punto de partida, la lectura o el apartado
titulado: Las palabras tienen raíces.
2. 2.- Propósito de la lectura
Entre las actividades y estrategias creativas que propone la Guía de Actividades del
Programa Papagayo, dentro de la Unidad I (Despertar los sentidos), se privilegia la palabra
como fuente principal de inspiración y creación, fortaleciendo además las experiencias
vinculadas al lenguaje, en las que el texto denominado Las palabras tienen raíces de la
autora colombiana Clarisa Ruíz, se convierte en un interesante punto de partida para
sensibilizar a los niños con respecto a la diversidad de palabras que existen y cómo pueden
agruparse según su significado y las asociaciones que con ellas pueden hacerse. Este sin
duda es el propósito que persigue. En esta oportunidad y de manera inesperada, dicha
sensibilización tuvo en el grupo de jóvenes un impacto mucho mayor. Ciertamente se
despertaron los sentidos, las emociones, los sentimientos y los recuerdos de todos los
participantes.
3.- Desarrollo de la actividad
Lo primero que hice fue aclararle al grupo de estudiantes seleccionados que la lectura
que iban a escuchar (Las palabras tienen raíces) no era precisamente un cuento, sino la
visión de una escritora con respecto a su acercamiento con las palabras. Se puntualizó
además la importancia de escuchar con atención las lecturas que se realizarían en las
diferentes sesiones, lo cual les permitiría compartir sus ideas u opiniones acerca de estas.
Previo a ello, los jóvenes expresaron de manera libre y espontánea su opinión acerca de
qué son las palabras y para qué sirven. En este momento sus comentarios no sólo fueron
asertivos sino que coincidieron pertinentemente.
Una vez iniciada la lectura, procedí a formularles a los estudiantes puntualmente algunas
preguntas, tales como: ¿Qué les pareció la lectura? ¿La descripción que da la autora
coincide con las opiniones que dieron ustedes acerca de las palabras? ¿Qué piensan acerca
de esa afirmación que señala la autora con respecto a que las palabras no sólo tienen raíces,
sino también frutos y semillas? La conversación que se generó resultó amena y muy rica en
comentarios. Se observó en ellos agrado e interés, sobre todo en lo que concierne a la
relación que establece la autora del texto entre unas palabras y otras, por ejemplo: palabras
que gustan, como: cáscara o maíz o palabras serias y hasta furiosas como jamás, palabras
que invitan a soñar, como acuarela, galaxia, jaguar.
Seguidamente como se les invitó a escuchar la lectura: Los dos monteadores y la
Sayona”, como uno de los relatos que ofrece el libro Cuentos de espantos y aparecidos, de
la Coedición Latinoamericana (1984) para que luego realizaran algunas vinculaciones entre
el contenido del texto anterior y el que ofrece este cuento. En efecto, los estudiantes
participaron en forma oral y espontánea, haciendo asociaciones entre algunas palabras y sus
significados y las que a su juicio se relacionaban por ejemplo con miedo, misterio, angustia
o noche y que de modo evidente surgieron a partir del citado cuento.
3. Posterior a este intercambio e interacción, les pedí a los jóvenes participantes que
elaboraran una lista de palabras, sugeridas por ellos mismos, de acuerdo a lo que cada una
de ellas evocara. Así, por sugerencia de una de las niñas se elaboró en un papel bond una
suerte de cuadro, en el cual los estudiantes tenían la oportunidad de escribir en forma
abierta y visible las palabras que cada uno iba incorporando según su categoría y
significado, agrupándolas en: palabras que asustan, palabras que dan alegría, que dan
miedo, que invitan a soñar, que dan risa y que causan tristeza.
De esta manera, se fue construyendo una interesante lista de palabras cuya ubicación y
selección de algunas de ellas resultó sorprendente y satisfactorio. Por ejemplo, en la
categoría de palabras que invitan a soñar una niña escribió: lectura, y otra niña, aprender.
En otros casos, los estudiantes escribieron palabras que me desarmaron y no fue muy
agradable verlas allí, pues en la categoría de palabras que asustan, expresaron: mamá y
papá (escritas por dos niños distintos).
4. Esta actividad de manera inesperada y particular causó en uno de esos niños un
desconsuelo enorme, precisamente cuando le correspondió escribir dentro de la última
categoría: palabras que causan tristeza, se acercó y me preguntó: “-Profe, ¿puedo poner ahí
otra vez a mi papá?” Cuando formuló semejante pregunta, me desconcertó y no tuve otra
opción que decirle: “-Si consideras que esa palabra y en este caso, tu papá te produce
tristeza, pues colócala”. Una vez que la escribió el niño comenzó a llorar compulsivamente
y cuando sus compañeros se dieron cuenta de esta situación, también se pusieron muy
tristes. Traté de calmar al niño dándole un fuerte abrazo.
Posteriormente, cuando se invitó al resto del grupo a que intercambiaran sus opiniones
acerca del por qué de las palabras ubicadas en una determinada categoría, en especial en los
otros casos donde aparecían términos no tan comunes como mamá o papá, sus autores
comenzaron también a llorar, expresando frases como: “es que mi mamá me asusta porque
me grita mucho, todo el tiempo me regaña y dice que todo lo que hago está mal” y una niña
manifestó llorando:“mi papá me asusta porque maltrata a mi mamá, le pega y a nosotros
también, nunca nos escucha porque siempre está gritando”.
El otro niño, que no paraba de llorar, como pudo, expresó que él no sabía por qué su
papá se puso así con él después que se separó de su mamá, que él lo trataba de entender,
pero no podía, porque cada vez le mentía más, lo invitaba a salir y le daba su palabra, para
luego embarcarlo, que ni él ni su hermano ni su mamá se merecían que él se portara así”.
Apenas podía entenderse lo que decía. Cabe destacar que una de las niñas expresó con
lágrimas en los ojos que ella entendía muy bien lo que le pasaba a su compañero, porque
ella también vivió una situación similar, pues su padre tan pronto supo que su mamá estaba
embarazada, la abandonó y nunca más apareció ni vio por ellas. A este comentario se unió
el de otra niña, diciendo que ella ni siquiera pudo conocer a su papá porque había muerto
cuando ella estaba recién nacida.
Conviene advertir que debido al manantial de emociones que se desprendieron de esta
actividad, les propuse a los estudiantes elaborar o agregar en la parte inferior del cuadro una
lista de palabras que dio paso a una nueva categoría denominada: palabras que duelen,
asociadas evidentemente a la anterior y a lo que cada uno de ellos estaba sintiendo. De esta
manera escribieron: mentira, engaño, traición, rechazo, preferencia, olvido, ignorar, odio y
5. tristeza, términos que reflejan las carencias y situaciones afectivas que estos jóvenes
padecen y tal como lo mencionó uno de los niños participantes no habían tenido la
oportunidad de expresar en sus hogares y mucho menos en la escuela.
En vista de que la situación se tornó extremadamente emotiva, les pedí a todos los niños
que se pusieran de pie y formáramos un círculo cerrado, al mismo que extendiéramos
nuestros brazos para abrazar a quienes tuviéramos de ambos lados. Los invité a que
cerraran los ojos, respiraran profundo y que valiéndonos de la categoría de las palabras que
nos invitan a soñar, imagináramos un mundo mejor, donde todas esas tristezas no tuvieran
cabida, donde esos padres y madres luego de haber reflexionado mucho, se convirtieran en
los mejores padres, los invité a volar alto, muy alto y llegar al espacio sideral, donde
pudieran ver un planeta lleno de gente bella, buena y feliz, que se sintieran protegidos y
queridos, porque nada malo les iba a suceder. Igualmente los invité a no guardarles rencor a
sus padres y mucho menos a desearles mal, pues el tiempo les hará ver que la forma en que
han venido actuando no es la mejor.
De esta forma, todos los jóvenes se fueron calmando, al mismo tiempo que prometían
siguiendo mis palabras, ser cada día mejores personas, mejores hijos, hermanos, amigos,
estudiantes y en un futuro, los más brillantes y competentes profesionales. Aproveché
entonces para decirles que la lectura era la más potente y maravillosa herramienta para que
ellos pudieran alcanzar exitosamente todo eso que deseaban.
Por respeto a lo que cada estudiante estaba sintiendo y expresando, no consideré
pertinente tomar fotografías o grabar lo que en esta sesión ocurrió. De hecho, les comenté
que lo que habían compartido sería una suerte de secreto que todos debíamos guardar y
respetar.
Definitivamente las emociones que se despertaron a partir de esta actividad, causó sin
lugar a dudas, un profundo impacto tanto en los estudiantes participantes como en mí, en
mi rol de promotora, porque en sintonía con lo que señala en el artículo El valor de las
palabras el escritor y profesor español Manuel Abril Villalba (2000): “hallar esa fuerza
emocional que puede estar bajo las palabras, si no nos las dice alguna voz sensible al
trasiego de los sonidos, o si no las oímos bien dichas o si no nos las decimos a nosotros
mismos”. En efecto, las palabras tienen semillas, frutos y raíces, que permiten, entre otros
aspectos, que se evoquen recuerdos, vivencias de diferente índole. Esa es la magia que ellas
encierran y no sólo hay que descubrirla, sino sentirla y compartirla.
Para finalizar, les propuse a los participantes que expresaran por escrito, cómo se sentían
después de haber compartido abiertamente sus sentimientos y emociones, a partir del
importante significado que encierran las palabras. Luego, los invité a manifestar igualmente
pero en forma oral y en una palabra, cómo se sentían. Algunas de las respuestas fueron:
tranquila, satisfecha, feliz, bien, contento, alegre. Cabe destacar que el niño que había
estado desconsolado minutos antes, comentó que se sentía desahogado, que todo lo que
expresó allí no se podía hacer en el salón.
7. III Parte: Comentarios finales
Aspectos positivos
Uno de los aspectos positivos en que vale la pena mencionar es la incorporación de dos
estudiantes, quienes con mucho interés y curiosidad se acercaron a su docente en la sesión
anterior para formar parte del grupo. De esta manera, ahora suman ocho (8) los
beneficiarios.
Considerando la forma como se expresan y se desempeñan los participantes en cada
sesión, resulta ineludible destacar la labor que realiza en el aula la docente responsable del
grado. Se evidencia compromiso y un trabajo sostenido asociado a mejorar la lectura y
escritura de los jóvenes, quienes según lo que se ha podido observar hasta el momento,
desarrollan dentro de cada jornada escolar lecturas silenciosas o en voz alta vinculadas al
Proyecto de Aprendizaje correspondiente para este último período escolar, titulado:
“Héroes y Heroínas de Venezuela”. Así, ellos comentan, parafrasean, analizan o evalúan el
contenido leído, a partir de una serie de preguntas claves o generadoras que la docente les
formula, luego se disponen a escribir las ideas más importantes. De igual modo, se pudo
constatar que la maestra planifica pertinentemente las clases, organiza los recursos que
requiere y facilita el material de apoyo necesario para cada jornada. Es importante destacar
que en el manejo de los textos utilizados en el aula por la docente predominan los de orden
expositivo e informativo.
Otro aspecto favorable tiene que ver con la excelente disposición y motivación que han
mostrado los estudiantes en cada encuentro, lo cual favorece en gran medida el éxito de las
sesiones. Al hacer referencia a la sesión descrita en este registro, considero que fue una
jornada emotiva, intensa, productiva y altamente reflexiva. Pese a que hubo momentos de
tristeza, al final de la jornada volvió el entusiasmo y la alegría a los rostros de los
participantes y se les sugirió elaborar una nueva lista de palabras y agruparlas según la
categoría y su significado. En esta oportunidad comentaron que no incluirían a sus padres.
8. Aspectos a mejorar
Es necesario e importante acotar que no sólo en esta sesión, sino también en la anterior
se me presentó un problema técnico con la cámara que dispuse para registrar algunos
momentos de las actividades programadas, de allí que la calidad de las imágenes que se
muestran en este instrumento de sistematización, no sean de muy buena calidad. No
obstante, en ellas se pueden apreciar algunos de las vivencias durante el desarrollo de la
sesión. Si bien este aspecto resultó desfavorable, la experiencia vivida fue altamente
significativa y revela cuán valiosas, poderosas y mágicas pueden resultar y de hecho
resultan, las palabras.
Por otra parte, considero substancial que en la institución se cree o acondicione un
espacio en el que los niños, las niñas y los jóvenes puedan acudir placenteramente a leer,
pues la institución no cuenta con una biblioteca y los libros que disponen no están a su
alcance de manera permanente, sólo si cada docente los solicita.
Finalmente se sugiere a la docente incorporar y utilizar en el aula diversos textos
narrativos, preferiblemente de tradición oral, que permitan no sólo dinamizar las clases sino
también acercar aún más a los niños a la lectura, atendiendo fundamentalmente a la
temática del proyecto que los estudiantes están desarrollando en este lapso. Existen pues
diversas narraciones indígenas y tradiciones folklóricas, religiosas e históricas que bien
manejadas y orientadas, pueden resultar de provecho, no sólo desde el saber que sus
páginas encierran sino siguiendo el propósito de que los estudiantes descubran o alimenten
el placer de leer.