Disfunciones sexuales femeninas

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Disfunciones sexuales femeninas
desde la mirada biológica
Nereyda Lacera Reales. Médica Sexóloga de
Profamilia Bogotá. Educadora Sexual
(Universidad Santo Tomás). Sexóloga Clínica
(Certificada por FLASSES).
Los problemas sexuales de la mujer se vienen
visibilizando cada vez más a medida que se
reconoce el derecho de sentir y expresar
placer sexual. Seguramente, nuestras
abuelas no tuvieron la posibilidad de conocer
sus cuerpos, de sentirse sexuadas ni de
poder manifestar abiertamente sus
necesidades o pensamientos íntimos porque
era mal visto en épocas pasadas.
La Sexología ofrece en la actualidad un
arsenal terapéutico, limitado por cierto, para
ayudar a aquellas mujeres que presentan
alteraciones en su respuesta sexual. Por
supuesto, las causas orgánicas deben
descartarse antes de pensar en factores
emocionales o relacionados con la pareja. Se
habla de un 5% de disfunciones sexuales de
origen físico y entre los principales
elementos están las patologías endocrinas,
neurológicas, genitourinarias y vasculares,
además de medicamentos o sustancias como
el alcohol que pueden alterar la respuesta
sexual femenina.
Las disfunciones sexuales de la mujer, según
el DSM IV, son:
 Trastornos del deseo
 Trastornos de la excitación
 Trastornos del orgasmo
 Disfunción sexual por dolor
Cualquiera de estas disfunciones debe ser
valorada por el ginecólogo, inicialmente,
para descartar las posibles causas orgánicas
que estén causando el problema sexual. No
debemos olvidar que las diferentes etapas
del ciclo vital de la mujer pueden originar
fallas en la respuesta sexual, ya que esta
última tiene una influencia hormonal
importante.
En efecto, los estrógenos tienen un efecto
vasoprotector y vasodilatador aumentando
la circulación de sangre en vagina, clítoris y
uretra, facilitando la respuesta excitatoria.
Igualmente, los estrógenos favorecen la
producción de óxido nítrico que interviene
en la vasocongestión de los órganos
genitales.
Cuando las hormonas estrogénicas bajan
durante la menopausia, aparecen cambios
tróficos en la vagina con disminución de su
elasticidad y lubricación, lo que origina
disminución del deseo, de la excitación o
coitos dolorosos, que mejoran con la terapia
de reemplazo.
Si en la mujer postmenopáusica se detectan
niveles bajos de testosterona, se utilizan
medicamentos que buscan elevar los niveles
de andrógenos y mejorar así las quejas de las
pacientes. Aquí se evidencia la importancia
del trabajo conjunto de ginecólogos y
sexoterapeutas para ayudar a las mujeres
disfuncionantes en resolver las causas
orgánicas que se asocian, muchas veces, con
depresión, ansiedad, vergüenza o conflictos
con su pareja.
¿Cuántas mujeres presentan disfunciones
sexuales? Se afirma que, a nivel mundial,
entre un 40% a 50% pueden presentar

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problemas en su vida sexual. Realmente la
estadística es alta y es por ello que los
profesionales de la salud deben estar atentos
a indagar sobre la salud sexual de sus
pacientes. Muchas de ellas no cuentan sus
quejas sexuales a sus médicos por la
vergüenza o por creencias culturales o
religiosas que les hacen creer que no es
bueno hablar del tema y, mucho menos, con
un desconocido.
El enfoque que se le brinda a una mujer que
presenta alguna disfunción sexual debe ser
integral. Existen medicamentos psicotrópicos
para aumentar el deseo, cremas o parches
para aumentar la lubricación, terapias de
reemplazo hormonal en el climaterio o en
pacientes histerectomizadas y otras
herramientas farmacológicas que ayudan a
resolver las disfunciones de tipo físico. Pero
no olvidemos que la sexualidad humana es
integral y por lo tanto, la terapia sexual debe
incluir los sentimientos, creencias,
pensamientos y valores que enriquecen la
vida sexual de las mujeres.