Secretariado latinoamericano de pastoral
PALABRAS DE CLAUSURA
Corresponde en este momento decir unas palabras al terminar este II Congreso latinoamericano
de pastoral, pero es bueno que nos quede claro que se clausura, se cierra el Congreso, no así el proceso
iniciado. Es un punto final que se convierte en punto de partida para seguir un camino de continuidad de
todo lo vivido y reflexionado estos días.
Haciendo memoria una vez más: Del I Congreso latinoamericano de pastoral realizado en el año
2010 en Brasil, surgió la necesidad de unir fuerzas impulsando procesos de formación en identidad
carismática y de animación pastoral. Por ello ha surgido la creación del Secretariado latinoamericano de
pastoral conformado y representado por hermanas y laicos de las provincias y de los distintos ámbitos
pastorales. Desde esta instancia, desde este puente o nexo que une a los distintos países
latinoamericanos, es que nos acercábamos a ustedes para anunciarles la realización del II CONGRESO
LATINOAMERICANO DE PASTORAL.
El lema y el tema del congreso: “María Rosa Molas, apasionada por el Reino, profeta de la
consolación en América Latina”.
El objetivo General: Compartir, evaluar y fortalecer la acción evangelizadora en el continente
latinoamericano, en el marco del bicentenario del nacimiento de Santa María Rosa Molas.
Este II Congreso queríamos que se realizara en un marco de austeridad y sencillez, en contacto
con la realidad, con una actitud de discípulos misioneros que salen al encuentro de las periferias reales y
existenciales. “Una Iglesia en salida”, la “familia consolación en salida” como nos pide insistentemente el
Papa Francisco: “salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la
luz del Evangelio” (E.G 20). Ayer se ha intentado realizar esta pequeña acción misionera yendo a los
distintos lugares donde hemos hecho la experiencia de llevar el consuelo de Dios, donde hemos
comprobado una vez más que dando se recibe, consolando se es consolado.
Con esta invitación, a participar en el congreso, nos juntamos para seguir escuchando al Espíritu
de Dios que nos quiere hablar y hacer instrumentos sólidos de consolación en medio de los desafíos cada
vez más fuertes de nuestro mundo. Nos juntamos para dejarnos interpelar y alimentar por la Palabra
siempre nueva de Jesús, por la voz de Santa María Rosa Molas y del Magisterio de la Iglesia, en una
dinámica de proceso, como caminantes y buscadores de la perla preciosa que es el Reino: el tesoro que
anhelamos vivir y compartir.
A partir de este momento nos espera un camino de continuidad, un camino que debemos
recorrer laicos y hermanas. Y, como recordábamos ayer, el camino supone movimiento, dinamismo,
peregrinación, itinerario, andadura…No empezamos de cero, María Rosa Molas ha abierto la marcha, la
ruta, ha marcado el sendero a seguir…y su vida es estímulo para continuar apostando y optando por
Jesús y su Reino.
Resuena en nosotros lo compartido por el P. José María Arnaiz. Los clamores que laicos y
religiosos comparten:
Secretariado latinoamericano de pastoral
- ¡Hay una común vocación humana!.
- ¡El encuentro, signo de los tiempos!.
- ¡Una nueva compresión del carisma
- La eclesiología de comunión.
- ¡El predominante rol del laicado en la Iglesia!.
- ¡La realidad de la aparición de las familias carismáticas!. religiosos y laicos que han bebido del
mismo pozo: el carisma. Esa agua común nos hace miembros de esa nueva realidad: la familia
carismática en la que el carisma es el mismo para todos y la forma de vivirlo es diferente y
complementaria.
- La corresponsabilidad
Algunas convicciones:
- Se pasa de la mesa alargada a la mesa redonda.
- Se pasa de la separación al encuentro
- Se pasa de ser destinatarios de la misión a ser responsables y animadores de la misma.
- Se pasa de la sumisión y la obediencia a la vinculación.
Algunos compromisos:
Misión compartida
- Llegar a una adecuada explicitación de lo que supone pasar del “para” al “con”; de trabajar los
laicos “para” los religiosos, a trabajar “con” los religiosos en una obra común
- Seguir construyendo la confianza recíproca
- Mantener el espíritu del carisma
Vida compartida: un lenguaje más nuevo, que en el pensamiento del P. Arnaiz, tiene futuro y crea
sinergia espiritual y comunitaria. En el fondo nace de una profunda y repetida convicción: no hay misión
compartida sin vida compartida. Ello no supone vivir bajo el mismo techo, nos puntualizó.
Me permiten que insista que no empezamos de cero, nos reconocemos en camino y lo hacemos
transitando un modelo de Iglesia que está cambiando y que tiene una palabra que decirnos. Repito las
palabras del Papa Francisco: “aliento a todas las comunidades a una siempre vigilante capacidad de
estudiar los signos de los tiempos. La Iglesia en salida es de puertas abiertas. Salir hacia los demás, es
muchas veces, detener el paso, dejar de lado la ansiedad, añado, el pesimismo, mirar a los ojos y
escuchar, renunciar a las urgencias, acompañar al que se quedó al costado del camino”. Tomando las
palabras de Pablo, desde el punto donde hemos llegado, sigamos adelante, con esperanza y con
optimismo.
Como decía Emilia en la apertura, “que el Congreso logre motivarnos para avivar el espíritu
misionero en nuestras presencias, conscientes que es un gran continente que requiere de nuevas
Secretariado latinoamericano de pastoral
fuerzas, formas y creatividad para seguir evangelizando”. El Espíritu Santo ha soplado con fuerza estos
días. Que ese mismo Espíritu nos siga acompañando para intuir y concretar hacia donde nos quiere
conducir como familia consolación.
Demos gracias a Dios por todo lo vivido estos días, por lo compartido, por lo celebrado, por lo
orado, por tantos momentos emocionantes. Al dar las gracias siempre se corre el riesgo de dejar alguien
de lado pero no puedo dejar pasar la oportunidad de dar gracias en primer lugar a la comunidad
educativa del Colegio, hermanas, profesores, padres, alumnos, personal auxiliar que cada día nos han
recibido y nos han hecho sentir en casa. A las familias que nos han acogido y nos han adoptado con
cariño durante este tiempo. A quienes han preparado la liturgia cada día, al equipo de animación, al
equipo de logística, a las comisiones de formación y de secretaría, a los responsables de los medios de
comunicación, al equipo de ornamentación, a los miembros del MCM, al equipo de enfermería. Al padre
Mario, Diego y Guillermo que nos han acompañado. A Ade, Hector, Emilia, Antonia y Loreto que nos
acompañado estos días.El celebrar este congreso en el marco de la solemnidad de Ntra. Sra. De la
Consolación nos ha permitido también compartir nuestra fe con la gente de Concepción que nos ha
recibido con afecto y ha rezado por nosotros. Gracias a la comunidad de Tafí Viejo, que nos ha
favorecido los desplazamientos y que esta tarde nos va a recibir en su casa. Un signo de que nuestra
fraternidad universal crece y se afianza, ha sido la adhesión que a lo largo de estos días hemos recibido a
través de las redes sociales desde los distintos puntos geográficos donde se encuentra la congregación.
Para la familia de la consolación no existen fronteras, ni países, ni razas, nos une una mujer que
después de 200 años sigue contagiándonos a todos, María Rosa Molas, nos une un carisma y una misión:
consolar. Que como Ella, podamos decir Todo para gloria de Dios, bien de los hermanos y nada para
nosotras. Decíamos el primer día que la Madre desde el cielo, estará sonriéndonos, le pedimos que
desde allí, siga bendiciendo a sus hijos y a su obra.
Termino con las palabras del profeta Isaías que nos regala la liturgia de la Palabra de este
domingo: “Animo, no teman, he aquí su Dios que viene para salvarlos. Brotarán aguas en el desierto y
correrán torrentes en la estepa, el páramo se convertirá en estanque y la tierra seca en manantial”.
Acojamos la invitación del Señor a levantar la frente, ponernos en camino y ser agentes transformadores
de la realidad. Gracias a todos, a los de cerca y a los de lejos, y que el Señor nos bendiga.