2. INTRODUCCION
Hasta finales del decenio de 1980 la violencia contra la mujer no fue
un tema prioritario. Los estudios realizados indican que se trata de
una problemática social que trasciende aspectos económicos,
sociales, psicológicos y culturales. Algunos modelos aseguran que el
ser humano es agresivo por naturaleza, pero cuando abordamos el
concepto de violencia no debemos omitir la carga social y cultural que
influye y actúa en el potencial de la agresión. Por esta razón, la
socialización y los constructos emergentes de ésta adquieren un papel
relevante en dicha cuestión. Siempre que aludimos a la violencia
contra la mujer nos referimos a la violencia física, sexual y psicológica
que se produce en la familia, en la comunidad en que vivimos y a todo
tipo de violencia tolerada por el Estado.
3. DEFINICION
Las Naciones Unidas definen
la violencia contra la mujer
como "todo acto de violencia
de género que resulte, o
pueda tener como resultado
un daño físico, sexual o
psicológico para la mujer,
inclusive las amenazas de
tales actos, la coacción o la
privación arbitraria de
libertad, tanto si se producen
en la vida pública como en la
privada".
5. PERFIL DE LA MUJER
MALTRATADA
La mujer maltratada presenta un perfil
muy concreto; la normalidad de sufrir
maltrato es tal que aumenta su
capacidad para afrontar situaciones
adversas; además, se producen
distorsiones cognitivas, sentimientos
de depresión, rabia, culpa, sumisión,
baja autoestima, rencor, falta de
proyección de futuro, déficit en
solucionar problemas, suicidio,
trastornos de ansiedad, disfunciones
sexuales, conductas adictivas,
inadaptación reflejada porque hay
aislamiento social motivado por el
agresor.
PERFIL DEL HOMBRE
AGRESIVO
Los hombres violentos niegan su
violencia y atribuyen el problema a su
mujer. Ellos se autoerigen como víctimas
que necesitan compasión y que carecen
de una comunicación adecuada, razón
por la cual se expresan con la ira. Entre
los hombres agresivos podemos
encontrarnos con diferentes tipologías,
así destacamos: personalidades
narcisistas, caracterizadas por utilizar la
debilidad del otro para engrandecerse.
Son personas intolerantes ante las
críticas, dominantes, seductores, no
empáticas, critican a todos, no admiten
reproches.
6. CONCLUSION
Esta es una trampa muy fuerte, porque está claro que como decíamos si se ha
traspasado la frontera del respeto (el maltrato del tipo que sea) no hay marcha
atrás y según va pasando el tiempo, las fases de arrepentimiento y luna de miel
cada vez son más cortas e incluso llegan a desaparecer, dejando únicamente
activas las dos primeras fases del maltrato y por lo tanto convirtiendo todo en
una lucha diaria y un infierno para quien lo vive. Actualmente podemos observar
cómo los estereotipos están presentes cultural y socialmente, pues educan a la
mujer para ser sumisa, agradar, servir y obedecer y al hombre para no manifestar
sus emociones ni afectos. Desde estos estereotipos ninguno es beneficiado porque
a la mujer se le atribuye una personalidad débil, frágil, insegura y vulnerable,
mientras que al hombre se le atribuye la valoración de la persona según los
logros.
Recuperado de:
http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/87060/1/WHO_NMH_VIP_PVL_13.1_s
pa.pdf
Notas del editor
El maltrato de la mujer va cada vez en aumento según las cifras 2013.