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  1. 1. Introducción La ética en las ventas comenzó a profundizarse a partir de la inseguridad que tenían los consumidores por un servicio o producto al momento que se les ofrecía, por tal razón, se fomentó y se desarrolló el uso de mantener una ética al servicio del producto que se estuviera comprando. Los consumidores se forman una imagen de la conducta ética de los vendedores con los que entran en contacto y que esta imagen puede deferir entre unos individuos a otros, en este sentido pensamos que el grado en que se produce esa modificación va a depender de la propia situación de compra. No obstante, el proceso de toma de decisiones para la gestión puede prorrogar en forma notable cuando se trata de una empresa pequeña o de un emprendedor. Se ha argumentado aquí que el emprendedor tiene características muy peculiares entre ellas están: la imaginación, creatividad, sensibilidad y en busca de lo novedoso, su función en la sociedad es capitalizar esos atributos para el bienestar de la economía, creando un producto o servicio nuevo para la sociedad, en respuesta a alguna necesidad latente de los consumidores. El emprendedor acude a su imaginación no sólo con este propósito, sino para comprender el impacto de sus contribuciones en la forma y calidad de vida de sus semejantes.
  2. 2. La pequeña empresa y su cadena de suministro: la ética de comprar y vender La probabilidad de comportarse de manera no ética es mayor en la función comercial que en otros ámbitos de la organización. De hecho, la fuerza de ventas se enfrenta continuamente a situaciones que plantean dilemas éticos, debido a su relación más cercana con los clientes y una elevada presión en su trabajo, ya que son los responsables de generar ingresos a través de las ventas. Las consecuencias de estas prácticas no éticas surgen normalmente a largo plazo, cuando los vendedores pierden la credibilidad de cara a los clientes. Además, los comportamientos no éticos por parte de los vendedores pueden conducir no sólo a la pérdida del cliente y al desprestigio en el mercado, sino también a demandas judiciales. Sin embargo, hoy en día, la mayoría de los vendedores siguen pensando que para conseguir una venta a veces hay que decir “mentiras piadosas” y presionar un poco al cliente. Por su parte, las empresas no quieren responsabilizarse de las tácticas poco éticas que puedan usar sus vendedores y además, muchos directivos creen que los malos actos de un vendedor no tienen que ver ni con la empresa ni con la dirección. Estos planteamientos son claramente erróneos, ya que la falta de ética afecta al vendedor pero también a la organización que este representa. También es cierto que se empieza a tomar conciencia de que el comportamiento da lugar a una disminución de la satisfacción y la confianza del cliente, ya que está demostrado que solo se le puede engañar una vez, pues se le puede prometer algo y si no se le da, no volverá a comprar. Sin embargo una conducta ética por parte del vendedor aumentará la confianza, el respeto y la satisfacción por parte del consumidor. Además, generará una mayor fidelidad en los clientes, dando lugar a una mayor cuota de mercado, a mayores ingresos y por tanto a menores costes de mantener la relación. Por ello, son cada día más las empresas que empiezan a introducir el concepto de venta ética con el objetivo de conseguir la satisfacción y de mantener una relación de largo plazo con este, para que se incrementen los beneficios de ambas partes. Por consiguiente, el énfasis en la empresa pequeña no está en fijar y desplegar una serie de reglas para ser obedecidas, sino tomar decisiones que reflejen los valores fundamentales del
  3. 3. dueño o directivo. Para ser eficaz en esta tarea, el emprendedor debe ser sincero, convincente, honesto, congruente, sin dejar de puntualizar los dilemas éticos recurrentes que pueden poner en tela de juicio la moralidad de la empresa. Bednar (2004) recomienda poner en marcha las siguientes acciones: 1. Clarificar los valores de la empresa, como reflejo de aquellos del director o dueño. 2. Identificar los riesgos potenciales claves del negocio en particular (es decir, trabajo inconcluso o de baja calidad, soborno de proveedores, negligencia en asuntos del ambiente, informes financieros o fiscales). 3. Establecer estándares y controles de conducta moral y de responsabilidad social que sean razonablemente capaces de reducir la propensión a violar la ley o la ética. 4. Designar una persona de alto nivel para que promueva estos estándares y controles. 5. Negar autoridad discrecional a aquellas personas propensas a tomar decisiones cuestionables. 6. Enseñar a supervisores y trabajadores a conocer y respetar los estándares y controles. 7. Monitorear la observancia de los estándares y controles de manera continua. 8. Aplicar medidas disciplinarias a aquellos que no cumplan con lo establecido. En cuanto a la cadena de suministro de la pequeña empresa, existe un campo de enorme trascendencia en cuanto a las prácticas no éticas en los negocios: el abuso del poder. Esta práctica se relaciona con frecuencia con las grandes empresas e instituciones, toda vez que tiene como origen su relación con proveedores pequeños. Ya se habló del caso de Wal-Mart en México y de otras prácticas de empresas multinacionales; baste aquí agregar que en la industria de la construcción se presenta un fenómeno similar: muchas veces los pequeños subcontratistas son forzados a violar condiciones de calidad y seguridad. Finalmente, es importante que la dirección enfatice un compromiso claro para que el personal de ventas no se sienta presionado por la consecución de objetivos de venta a corto plazo. Para ello, el paquete retributivo ha de ir encaminado a constituirse como una fuente de motivación para los vendedores, incorporando valores para ser justo y actuar con responsabilidad social y profesional. Es por ello que la retribución debe tener un componente fijo y otro variable ligado no solo a los objetivos de venta, sino a otros aspectos como la satisfacción de los clientes.
  4. 4. Bibliografía  FERRELL, O. y FRAEDRICH, J. (1994): Business Ethics (2ª edición). Boston: Houghton Mifflin.  KOTLER, P. y KELLER, K. (2016): Dirección de Marketing. 15º Edición, Pearson Prentice Hall.  KÜSTER, I. y ROMÁN, S. (2014): Gestión de la venta personal y de equipos comerciales. Ed. Thomson-Paraninfo, Madrid.  REST, J., NARVAEZ, D., BEBEAU, M. J., y THOMA, S. J. (1999): Postconventional moral thinking: A neo-Kohlbergian approach. Mahwah, NJ: Erlbaum  ROMÁN,S. y MUNUERA, J.L. (2005): Determinantes and consequences of ethical behaviour: an empirical study of salespeople, European Journal of Marketing, Vol. 39 Iss: 5/6, pp.473 – 495.  ROMÁN, S y RODRÍGUEZ, R. (2011): Determinantes sobre la evaluación en torno a los comportamientos de venta éticamente cuestionables, Boletín Económico de ICE Nº 3004, pp. 39-52. .

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