1. El profeta choca con la resistencia de quienes se niegan a escuchar la Palabra que invita a dejar viejas seguridades y a cambiar de camino. Marcos 6, 1-6 14 Tiempo Ordinario –B- 5 Julio 2009
2. 1 Salió de allí y fue a su pueblo, acompañado de sus discípulos. Después de algunos días de intenso trabajo en Cafarnaún, Jesús vuelve a su pueblo, situado a unos cuarenta kilómetros, Nazaret, pequeña aldea, nunca citada en los libros bíblicos. Todos los habitantes de Nazaret habían visto a Jesús crecer, jugar, ir a la escuela, trabajar... Creían conocerlo bien. Este texto tiene mucho que decirnos hoy a nosotr@s. También podemos creer que conocemos bien y de siempre a Jesús, cuando en realidad sigue siendo el gran desconocido. Nazaret
3. 2 Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La mayoría de la gente, al oírlo, se preguntaba asombrada: El asombro forma parte de la vida, del movimiento, del misterio, de la alegría. El asombro puede llevar a la adhesión y al gozo o a la incomprensión y al rechazo. Quienes escuchan a Jesús se sorprenden cuando se dan cuenta de que no piensa ni habla ni vive como ell@s ni como esperaban ni como les conviene. La novedad de Jesús es rechazada por las personas de su pueblo y por su familia. ¿Cuáles son mis interrogantes y preguntas sobre Jesús? ¿Qué me asombra de Él, de su Evangelio, de sus palabras y sus hechos? ¿Ese asombro qué crea, qué hace surgir en mí?
4. – ¿De dónde le viene a éste todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por él? 3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí entre nosotros? Y los tenía desconcertados. Quienes creen conocer a Jesús formulan preguntas entre la desconfianza y la ironía. Jesús es rechazado porque resulta incómodo y porque remueve los cimientos, familiares, sociales y religiosos, sobre los que tienen instalada la vida. Con frecuencia resulta más fácil buscar a Dios en lo espectacular, mágico y extraordinario que donde realmente está: en lo sencillo, habitual y normal. Todo comienza a cambiar cuando en lo cotidiano, en las circunstancias de cada día, se sabe ver y descubrir a Jesús, quien llena la vida de sentido, de confianza, de verdadera riqueza y de libertad.
5. 4 Jesús les dijo: – Un profeta sólo es despreciado en su tierra, entre sus parientes y en su casa. Donde se espera encontrar aliento, ayuda, colaboración..., puede haber indiferencia, incomprensión e incluso hostilidad. En la vida existen fracasos, batallas perdidas, heridas no cicatrizadas... Saber integrar las dificultades supone un proceso de madurez y enriquecimiento y una posibilidad de encuentro con Dios, con nosotr@s mism@s y con l@s demás. Nazaret. Capitel de la Sinagoga
6. 5 Y no pudo hacer allí ningún milagro. Tan sólo curó a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. 6 Y estaba sorprendido de su falta de fe. El rechazo y la incomprensión no desaniman a Jesús. Sigue actuando: buscando y curando a las personas enfermas y pobres. Jesús se sorprende de que la gente prefiera la seguridad de siempre a los nuevos caminos del Reino. En mi vida de fe, ¿de qué se sorprende hoy Jesús? ¿Impido que realice los “milagros” que quiere hacer en mí? “ La raíz de la incredulidad está en la incapacidad de acoger la manifestación de Dios en lo cotidiano” (R.Fabris).
7. Jesús me desafía Tengo miedo y me dices: ¡ánimo! Dudo y me dices: ¡confía! Me siento angustiado y me dices: ¡tranquilo! Busco bienes materiales y me dices; ¡despréndete! Quiero ser jefe y me dices: ¡sirve! Quiero comprender y me dices: ¡cree! Quiero tranquilidad y quieres que esté inquieto. Busco el primer puesto y me dices: ¡siéntate en el último lugar! Quiero esconderme y me dices: ¡muestra tu luz! Quiero ser visto y me dices: ¡reza en lo escondido! ¡No! No te entiendo, Jesús. Me provocas. Me confundes. Al igual que tantos de tus discípulos, también yo quisiera hallar otro maestro que fuera más claro y exigiera menos. Pero me sucede lo que a Pedro: no conozco a nadie que tenga como Tú palabras de vida eterna. (Rev. Homilética)