Tras la independencia de Chile, una serie de desajustes políticos marcados por un periodo de "anarquía" llega a su fin con la instauración de un bloque que tras las disputas entre las facciones conservadoras y liberales se disputaban el control del gobierno de Chile. Es así como los triunfadores conservadores gobiernan nuestro país por un periodo de 30 años desde 1831 a 1861, para luego dar paso a la facción liberal que poco a poco se va consolidando como la nueva opción para el desarrollo natural de la política chilena del siglo XIX.