George Marshall presentó el Plan Marshall en 1947 en la Universidad de Harvard para abordar la grave crisis económica que afectaba a Europa luego de la Segunda Guerra Mundial. Marshall argumentó que Europa necesitaba ayuda sustancial de Estados Unidos para cubrir sus necesidades de alimentos y otros bienes, debido a que su capacidad de pago era insuficiente. Propuso que los países europeos elaboraran un plan combinado de recuperación y que Estados Unidos brindaría apoyo amistoso a dicho plan.
1. Discurso del Plan Marshall….. 1947
No necesito decirles, señores, que la situación mundial es muy seria (...). Al
considerar lo que se precisa para la rehabilitación de Europa, la pérdida física de vida,
la destrucción visible de ciudades, factorías, minas y ferrocarriles, fueron correctamente
estimados, pero se ha hecho obvio en los últimos meses que esta destrucción visible
era probablemente menos seria que la dislocación de toda la fábrica de la economía
europea (...).
La verdad de la cuestión es que las necesidades de Europa para los próximos tres o
cuatro años en alimentos y otros productos esenciales procedentes del exterior,
principalmente de América, son tan superiores a su presente capacidad de pago, que
tienen que recibir una ayuda adicional sustancial o enfrentarse con un deterioro
económico, social y político de un carácter muy grave.
El remedio consiste en romper el círculo vicioso y restaurar la confianza de la
gente europea en el futuro económico de sus propios países y de Europa como
un todo. El fabricante y el granjero a lo largo y ancho de amplias áreas tiene que tener
capacidad y voluntad de cambiar sus productos por monedas cuyo valor continuo no
esté constantemente en cuestión.
Dejando a un lado el efecto desmoralizador sobre el ancho mundo y las posibilidades
de desórdenes resultantes de la desesperación de la gente afectada, las consecuencias
para la economía de los Estados Unidos parecen evidentes a todos. Es lógico que los
Estados Unidos hagan cuanto esté en su poder para ayudar a volver a una salud
económica normal en el mundo, sin la cual no cabe estabilidad política ni paz segura.
Nuestra política no va dirigida contra ningún país, ni ninguna doctrina, sino
contra el hambre, la pobreza, la desesperación y el caos. Su objetivo debe ser la
vuelta a la vida de una economía operante en el mundo, de forma que permita la
aparición de condiciones políticas y sociales en las que puedan existir
instituciones libres.
Tal ayuda, a mi modo de ver, no debe llevarse a cabo en pedazos a medida que se
desarrollen las crisis. Cualquier ayuda que este Gobierno pueda prestar en el futuro
debe procurar una cura antes que un simple paliativo.
Cualquier gobierno que esté dispuesto a ayudar en la tarea de la recuperación,
encontrará, estoy seguro de ello, plena cooperación por parte del Gobierno de los
Estados Unidos. Cualquier gobierno que maniobre para bloquear la recuperación de
otros países no puede esperar apoyo de nosotros. Más aún, los gobiernos, partidos
políticos o grupos que traten de perpetuar la miseria humana al objeto de
aprovecharse de ella políticamente o de otra manera, encontrarán la oposición de
los Estados Unidos.
Es ya evidente que, antes de que el Gobierno de los Estados Unidos pueda ir
mucho más lejos en sus esfuerzos para aliviar la situación y ayudar a situar al
mundo entero en su camino hacia la reconstrucción, tiene que haber algún
acuerdo entre los países de Europa en cuanto a lo que requiere la situación y a la
parte que estos países mismos tomarán en orden a dar el adecuado efecto a cualquier
acción que pueda ser emprendida por este Gobierno. No resultaría ni conveniente ni
eficaz para este Gobierno intentar montar unilateralmente un programa encaminado a
2. poner a Europa de pie económicamente. Este es el asunto de los europeos. La
iniciativa, pienso yo, tiene que venir de Europa. El papel de este país debe consistir
en una ayuda amistosa en la elaboración de un programa europeo y un ulterior apoyo a
dicho programa en la medida en que pueda ser práctico para nosotros hacerlo. El
programa debería ser un programa combinado, aceptado por un buen número de
naciones europeas, si no por todas.
Parte esencial de cualquier acción afortunada por parte de los Estados Unidos es que el
pueblo de América comprenda, por su parte. el carácter del problema y los remedios a
aplicar. La pasión política y los prejuicios no deben intervenir.
Con previsión, y con la voluntad de nuestro pueblo de enfrentarse con la ingente
responsabilidad que la historia ha puesto claramente sobre nuestro país, las dificultades
que he subrayado pueden ser superadas, y lo serán.
Discurso de George Marshall
Universidad de Harvard
6 de Junio de 1947
ANALISIS DEL DISCURSO DEL PLAN MARSHALL….
El autor del documento:
El autor del documento es George Marshall (1880-1959). Entró en la Academia
militar de Virginia en 1897. En 1902 recibió su despacho de Segundo Teniente de
Infantería. Participó en la Primera Guerra Mundial en Francia. Durante la
Segunda Guerra Mundial se encargó de la instrucción, formación y equipamiento
del ejército de Estados Unidos. En 1944 alcanzó el grado de General. Representó a
los jefes de estado mayor del ejército de EUU en todas las Conferencias que
tuvieron lugar durante y después de la Segunda guerra Mundial, dimitiendo de su
cargo al concluir ésta. A petición del Presidente Harry Truman fue de
intermediario a la guerra civil China. En 1947 fue nombrado Secretario de
Estado, propulsando el plan de reconstrucción europea que lleva su nombre, así
como también la ayuda a Grecia y a Turquía. Por motivos de salud, dimitió de su
cargo en 1949. En 1950 fue nombrado Secretario de Defensa y preparó al ejército
para la guerra de Corea. En 1953 recibió e premio Nobel de la Paz.[1]
Destinatarios, lugar y fecha:
[
3. Tres meses después de que el Presidente Harry Truman anunciara su política de
Contención del Comunismo y la ayuda a los pueblos libres, George Marshall dio a
conocer en público el Programa de Recuperación Europea, generalmente conocido
como Plan Marshall. Si bien es cierto, en mayo de 1947, Dean Acheson[2] había
expuesto las ideas principales del Plan de Recuperación Económica, ante un
numeroso grupos de granjeros en el Sur de EEUU, la promulgación oficial del
Programa se realizó el 6 de junio de 1947 en la Universidad de Harvard, centro
al que había sido invitado el General Marshall para ser investido Doctor Honoris
Causa.
Contenido del documento:
Ante la deplorable situación económica que aquejaba a Europa, Estados Unidos
promueve un Plan de Recuperación Económica, conocido como Plan Marshall. Si
bien es cierto, el Gobierno norteamericano había concedido a Europa Occidental
desde final de la guerra una ayuda de más de 4.500 millones de dólares, más otros
6.800 millones en forma de créditos, éstos no habían sido suficientes para poder
mejorar la situación económica de los países asolados por la guerra.[3] Según los
datos entregados por Rafael Aracil,[4] el panorama europeo en 1947 era el
siguiente: los europeos no podían organizar el flujo de mercancías debido a las
pérdidas sufridas por su marina mercante, el déficit de oro y divisas alcanzaba
8.000 millones de dólares. Al mismo tiempo, al nivel interno se planteaban
problemas de producción, de transportes de mercancías y de mano de obra.
Excepto en Gran Bretaña, la producción agrícola era inferior a la de 1938 a causa de
la disminución de superficies y de rendimientos, así como también por la
desaparición de una parte del ganado. Mientras tanto, el desabastecimiento
alimenticio y la falta de productos de consumo obligaban a mantener un severo
racionamiento y favorecían las fuertes subidas de los precios.
Así pues, George Marshall parte su discurso poniendo énfasis en la preocupante
crisis económica que afectaba a Europa, afirmando que la devastación de la
economía europea hacía imposible que esos países lograran solventar sus gastos
sin la ayuda externa: “las necesidades de Europa para los próximos tres o cuatro
años en alimentos y otros productos esenciales procedentes del exterior,
principalmente de América, son tan superiores a su presente capacidad de pago, que
tienen que recibir una ayuda adicional sustancial o enfrentarse con un deterioro
económico, social y político de un carácter muy grave”. Ante tal situación, la
[
[
[
4. sociedad americana no puede cerrar los ojos, ya que según Marshall, los
problemas económicos que están afectando a Europa no son independientes del
desenvolvimiento económico mundial, por tanto, Estados Unidos debe estar
atento, pues su economía puede verse directamente afectada.
La tarea que propuso George Marshall fue elaborar un plan de ayuda que
permitiera devolver la salud económica al mundo, y con ello también construir
bases sólidas donde cimentar la paz. En este punto, Marshall subraya el carácter
altruista de la política económica que está proponiendo al afirmar que “Nuestra
política no va dirigida contra ningún país, ni ninguna doctrina, sino contra el hambre,
la pobreza, la desesperación y el caos. Su objetivo debe ser la vuelta a la vida de una
economía operante en el mundo, de forma que permita la aparición de condiciones
políticas y sociales en las que puedan existir instituciones libres”. De esta
afirmación se desprende la posibilidad de que el plan también hubiere estado
destinado a los países de la Europa oriental. No obstante, como se verá
posteriormente, el plan fue rechazado por la Unión Soviética y obligó a la órbita
de países ubicados bajo su esfera de influencias a rechazarlo.
En el discurso, George Marshall destaca la necesidad de que la petición de ayuda
provenga de los países europeos, es decir, son éstos los que deben evaluar sus
necesidades y organizarse para solicitar la ayuda que Estados Unidos está dispuesto
a entregar: “La iniciativa, pienso yo, tiene que venir de Europa... El programa debería
ser un programa combinado, aceptado por un buen número de naciones europeas, si
no por todas”. De este modo el discurso pronunciado ante el auditorio de la
Universidad de Harvard, tiene también como principales destinatarios a los
líderes de los países europeos, a quines hace un llamado para que busquen los
mejores mecanismos de organización, a partir de los cuales puedan coordinar
las peticiones de ayuda a los Estados Unidos.
La respuesta por parte de los países europeos no se hizo esperar. Tras un primer
intercambio de puntos de vista entre franceses, británicos y soviéticos, se decidió
responder a la propuesta norteamericana convocando una reunión en París el 27 de
junio. En esta reunión quedó en evidencia que la URSS rechazaba la ayuda
norteamericana por las condiciones que el gobierno norteamericano exigía. Stalin
consideró que si aceptaba la ayuda de los Estados Unidos se acrecentaría la
influencia de este país en las zonas bajo su dominio. “Vio en este plan de ayuda
una verdadera máquina de guerra capaz de distender los lazos entre la Unión
Soviética los países de Europa Central y Oriental”.[5] Por su parte, el conjunto de
países occidentales que sí habían aceptado la ayuda propuesta por Estados
Unidos, en julio se constituyeron un Comité Europeo de Cooperación Económica
(CECE), encargado de elaborar un informe sobre las demandas que desde
[
5. Europa se podrían hacer a Estados Unidos. En septiembre de 1947 se presentó
“el Informe de París”. En él se establecían cuatro objetivos: a) aumento de la
productividad agrícola e industrial hasta alcanzar los niveles de antes de la guerra;
b) estabilidad financiera; c) cooperación económica entre países participantes y
d) solución al problema del déficit en dólares a través de la expansión de las
exportaciones.[6]
Ante las peticiones europeas, el Congreso de Estados Unidos, aprobó el 3 de
abril de 1948 el Foreign assistance act, más conocido como el Programa de
Recuperación Europeo. Entre 1948 y 1952 dieciséis países se beneficiaron de la
ayuda económica del Plan Marshall, quedaron excluidos España y Finlandia por
razones políticas, mientras que la Unión Soviética no lo aceptó y obligó a los
países de su órbita a rechazarlo. En el mapa que se presenta a continuación puede
verse claramente el delineamiento de la frontera generada a partir de la
distribución del Plan Marshall.
[