2. Término acuñado por Drucker para referirse a la
emergencia de una nueva economía centrada más
en el conocimiento que en el capital, el trabajo o
las materias primas.
Cuatro rasgos básicos de la sociedad del conocimiento
son:
a. El uso intensivo de tecnologías de información y
comunicación
b. La difusión acelerada de la información a través de
redes
c. La utilización del capital humano en las actividades
productivas
d. La explotación económica del conocimiento mediante la
innovación
3. La sociedad de la información en gestación sólo cobrará su pleno sentido si
propicia el surgimiento de sociedades del conocimiento pluralistas y
participativas, que sepan integrar en vez de excluir.
Cinco obstáculos que se oponen al advenimiento de las sociedades del
conocimiento compartido:
La brecha digital: hay todavía en el mundo 2.000 millones de personas
privadas de electricidad y el 75% de la población del planeta no tiene acceso, o
muy poco, a los medios de telecomunicación básicos.
La brecha cognitiva, mucho más honda y antigua, que no sólo traza una
divisoria profunda entre los países del hemisferio norte y los del hemisferio sur,
sino también dentro de cada sociedad.
La concentración del conocimiento: reproduce división Norte/Sur.
El conocimiento es un bien desigualmente repartido: Casi 800
millones de personas en todo el mundo no saben leer ni escribir. En
su mayoría, son mujeres y niñas que pierden los beneficios de la educación. La
proporción de niñas y jóvenes del mundo sin escolarizar se eleva a
un 29%.
4. Invertir más en una educación de calidad para todos. Ésta es la
clave de una igualdad de oportunidades real. Los países tendrían que
dedicar una parte considerable de su producto nacional bruto a la
educación, y la asistencia oficial para el desarrollo de la comunidad
internacional tendría que orientarse más hacia la educación.
Los Gobiernos, el sector privado y los interlocutores sociales tendrán que
examinar la posibilidad de establecer paulatinamente, a lo largo del siglo
XXI, un crédito-tiempo para la educación que otorgue a toda
persona el derecho a cursar un cierto número de años de
estudios después de la escolaridad obligatoria.
Hay que promover también la diversidad lingüística en las nuevas
sociedades del conocimiento y valorar el saber autóctono y tradicional.
Un mundo como el nuestro, que dedica un billón de dólares por
año al gasto militar, ¿no dispone de medios suficientes para
promover sociedades del conocimiento en las que nadie esté
excluido?
5. Estrategia de Lisboa (aprobada Consejo Europeo,
2000): “Convertir a Europa en la economía basada
en el conocimiento, más competitiva y dinámica del
mundo, capaz de crecer económicamente de manera
sostenible, con más y mejores empleos y con más
cohesión social”.
Tres objetivos estratégicos formulados para el logro
de la estrategia:
A) mejora de la calidad y la eficacia de los sistemas de
educación y formación.
B) facilitar el acceso de todas la población a los
sistemas de formación y educación.
C) apertura de los sistemas educativos a un mundo
globalizado.
6. Establecimiento de indicadores de seguimiento (en
uso y en desarrollo).
En uso (algunos): participación en la enseñanza
preescolar e infantil, abandono escolar temprano,
competencias en lectura, matemáticas y
ciencias, tasa de titulación en la segunda etapa de la
ESO…
En desarrollo: educación de alumnos con
necesidades educativas especiales, competencias en
TIC, competencias cívicas, competencias lingüísticas,
competencias en aprender a aprender…
7. OE 1. Hacer realidad el aprendizaje a lo largo de la
vida y la movilidad (al menos un 15% de los adultos entre 25 y
64 años debería participar en aprendizaje permanente).
OE 2. Mejorar calidad y eficiencia de educación y
formación (el porcentaje de alumnos de 15 años de bajo rendimiento
en competencias básicas de Lectura, Matemáticas y Ciencias debería
ser inferior al 15 %).
OE 3. Promover la equidad, la cohesión social y la
ciudadanía (al menos el 95% de los niños/as entre 4 años de edad
y la edad de comienzo de la Enseñanza Primaria deberán estar
escolarizados).
OE4. Afianzar la creatividad y la innovación,
incluyendo el espíritu emprendedor, en todos los
niveles de educación y formación