2.
La DFT tiene muchas presentaciones.
Pueden presentar afasia, alteración del
comportamiento, pensamiento, trastornos
motores, acinesia, rigidez, apraxia.
Esta disparidad se debe a la alteración de
diferentes áreas del SNC.
En algunos hay deposito de Tautopatia.
En otros hay Ubiquinopatia y Tubulinopatias.
Complejo de Pick.
3.
4.
Todas las células tienen un citoesqueleto.
3 tipos de fibrillas componen el citoesqueleto:
Microfilamentos.
Filamentos intermedios.
Microtubulos
Los microfilamentos están compuestos de
actina y proteinas asociadas.
Los microtubulos de tubulina a y b
Los filamentos intermedios:
queratina, vimentina y desmina.
Las neuronas están compuestos de
neurofilamentos
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
La proteina TAU esta codificada por el GEN.
Cromosoma 17.
Banda 17q21.
MAPT
Microtubule Associated ProteinTau.
13.
14.
DFT
PSP
DFT con parkinsonismo, con cuerpos de pick.
DFT con parkinsonismo.
DFT con cuerpos de pick.
DFT con parkinsonismo, PSP.
DFT con paralisis supranuclear progresiva.
DFT con degeneración corticobasal.
Hay 122 polimorfismos
15.
La DFT es mucho menos frecuente que la
enfermedad de Alzheimer (4-15 por 100,000
antes de los 65 años en estudios
epidemiológicos de Europa y los EEUU).
Importancia desproporcionada como causa de
demencia de comienzo temprano con todos los
costos socioeconómicos y humanos que implica.
Puede comenzar ya en la tercera o recién en la
novena década.
16.
La DFT tiene un importante componente
genético,
con
herencia
autosómica
dominante o con mutaciones que causan la
enfermedad en alrededor del 10-20% de los
casos en grandes series publicadas y algún
antecedente familiar en mayor proporción.
17.
La mayoría de los casos familiares de DFT tienen
mutaciones en la proteína tau asociada al
microtúbulo (MAPT) o en los genes de
progranulina (GRN) o la expansión por repetición
de hexanucleótido en el gen C9ORF72.
Con menor frecuencia, mutaciones en el gen que
codifica la proteína que contiene valosina (VCP)
causan DFT asociada con miositis con cuerpos
de inclusión y enfermedad de Paget ósea.
18.
Variante conductual. Alrededor de la mitad de
los casos llegan a la consulta con cambios de
conducta.
Afasia progresiva primaria. Se caracteriza por
deterioro de la producción del lenguaje (afasia
progresiva no fluente).
Demencia semántica. Es el deterioro de la
comprensión de las palabras y de la memoria
semántica (la memoria del significado de las
palabras).
19.
Estos síndromes se pueden superponer con el
parkinsonismo atípico y la enfermedad de la neurona
motora.
Es importante que los profesionales, que no son
especialistas, tengan un marco teórico práctico para
sospechar DFT ya que el diagnóstico, en especial al
comienzo de la enfermedad, suele ser problemático.
Al contrario de la enfermedad de Alzheimer (la causa
más frecuente de demencia en personas de edad
avanzada), la DFT a menudo comienza en la mediana
edad.
20.
La memoria, la orientación y otros aspectos
generales del intelecto están conservados al
inicio. Los cambios de conducta o de
personalidad pueden sugerir una enfermedad
psiquiátrica primaria, especialmente si se
acompañan de características psicóticas.
Las claves de que estas características son
precursoras de la DFT son la falta de
antecedentes psiquiátricos y la aparición de
ciertos síntomas específicos, como cambios en
la conducta alimentaria o en la conducta social.
21.
Las alteraciones aisladas del lenguaje también
se pueden atribuir erróneamente a factores
psicológicos: las primeras características de la
afasia progresiva primaria pueden ser las
dificultades con las palabras largas, la aparición
o reaparición del tartamudeo, deslices
gramaticales o problemas con el empleo de
vocabulario especializado asociado con una
profesión o un hobby (por ejemplo, un jardinero
puede olvidar los nombres de las flores).
22.
Disminución
progresiva
de
las
aptitudes
interpersonales y ejecutivas, con alteración de la
respuesta emocional y conductas anormales, tales
como apatía, desinhibición, obsesiones, rituales y
estereotipias.
Puede aparecer insidiosamente y su detección precoz
puede a veces depender de cambios sutiles en las
circunstancias sociales (como cambiar de trabajo o de
pareja), lapsos idiosincrásicos del gusto o la
conciencia social, disminución de la libido, alteración
de las preferencias alimentarias o musicales o
entretenimientos más infantiles.
23.
Los antecedentes pertinentes se deben
buscar activamente hablando a solas con la
persona que cuida al paciente; la pérdida de
memoria puede ser el motivo de
consulta, aunque el interrogatorio cuidadoso
sugiere que la memoria de los hechos
cotidianos está conservada.
24.
Es útil preguntar al cuidador si el paciente dijo o
hizo algo en público que avergonzó a otros; si
parece menos afectuoso; si sus preferencias
alimentarias cambiaron o se restringieron o sus
buenos modales en la mesa se alteraron; si
parece preocupado con los horarios o tiende a
mirar el reloj; si hubo cambios en su sentido del
humor o si tiene nuevos hobbies o
intereses, especialmente con inclinación
religiosa o espiritual y si es obsesivo al respecto.
25.
Durante la consulta, las conductas
espontáneas de los pacientes y sus
interacciones
con
otros,
son
más
esclarecedoras para el diagnóstico que las
pruebas neuropsicológicas: pueden ser
impulsivos o distraerse con facilidad, apáticos
o impasibles, desinhibidos o sin conciencia
social.
26.
La evaluación cognitiva puede revelar
deficiencias de las funciones ejecutivas que
exijan formular una estrategia.
Pruebas ejecutivas muy empleadas son la de
fluidez verbal (nombre en un minuto la mayor
cantidad posible de palabras que comiencen con
la misma letra), estimaciones cognitivas (realice
una estimación fundamentada sobre alguna
propiedad o cantidad arbitraria, por ejemplo
cuántos leones hay en Bélgica) y la
interpretación de un proverbio (resuma el
significado abstracto de un proverbio conocido).
27.
La memoria y las funciones corticales
posteriores a menudo tienen pocas alteraciones
y el desempeño en las pruebas psicométricas a
veces está muy bien conservado.
No
suele
haber
signos
neurológicos
asociados, aunque posteriormente en el curso de
la enfermedad pueden surgir reflejos primitivos
(prehensión o búsqueda) y la variante
conductual de la DFT a veces se asocia con
signos extrapiramidales o de la neurona motora
como parte de un síndrome de superposición
28. Los resultados de la resonancia magnética son
variables: suele haber atrofia del lóbulo frontal y del
lóbulo temporal anterior, que tiende a ser asimétrica
entre los hemisferios.
El grado y la extensión de la atrofia varían mucho
según las personas.
La alteración de la sustancia blanca puede ser
importante, habitualmente en la proximidad de zonas
de atrofia cortical, donde puede reflejar gliosis.
La afectación de la corteza orbitofrontal es un
precursor temprano de DFT, pero su detección puede
ser difícil.
29.
El estudio por imágenes metabólico con
tomografía computarizada (TC) por emisión
de fotón único (SPECT), o la 18Ffluorodesoxiglucosa TC, pueden ser útiles
para detectar disfunción regional cuando los
estudios otros estudios por imágenes
parecen
normales.
30.
Cada vez se hallan más fenocopias de la
variante conductual de la DFT con estudios
por imágenes estructurales y metabólicos
normales y falta de progresión en la
evaluación neuropsicológica seriada. En estos
casos no se sabe bien cuál es la naturaleza de
la
enfermedad
subyacente.
31.
32.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
La demencia semántica es un síndrome muy
característico con afectación progresiva de la
memoria semántica- el sistema que almacena
conocimientos sobre objetos y conceptos
basados sobre la experiencia acumulada del
individuo.
43.
La demencia semántica afecta inicialmente el
elaborado sistema de conocimientos del
cerebro que interviene en el vocabulario –el
conocimiento del significado de las palabras.
Preguntar sobre el significado de palabras
conocidas es patognomónico de la demencia
semántica.
44.
Los pacientes en general llegan a la consulta
con habla fluida, pero vacía, con
circunloquios, siendo la primera dificultad
recordar los nombres, con el empleo de
términos menos precisos y deterioro de la
comprensión del significado de las
palabras, en lo que sería la “variante
semántica de la afasia progresiva” en la
clasificación actual.
45.
Al inicio, la deficiencia semántica puede estar bien
compensada y se manifiesta sólo ante pruebas sobre
conocimientos más especializados que el paciente
antes dominaba.
Posteriormente aparece deterioro semántico más
generalizado que afecta también la información visual
(falta de reconocimiento de las caras conocidas)
(prosopagnosia) o de objetos (agnosia visual) y otras
esferas no verbales, como los olores y los sabores, al
igual que alteraciones de la conducta similares a las de
la variante conductual de la DFT. El examen
neurológico habitualmente es normal.
46.
La demencia semántica tiene características
neuroanatómicas en la resonancia magnética
muy constantes y características, con atrofia
cortical asimétrica del lóbulo temporal
anteroinferior e hipometabolismo.
La atrofia es predominantemente del lado
izquierdo y se puede extender a lo largo del
tiempo entre los hemisferios cerebrales y a la
corteza frontal y temporal.
47.
Este síndrome muestra un deterioro
progresivo de la producción del lenguaje, con
habla poco fluida y trabajosa.
Varios síndromes neurolingüísticos distintos
se incluyen dentro de la clasificación general
de afasia no fluente progresiva.
48.
En algunos pacientes la característica
dominante son los errores en el sonido
(fonémicos)
o
articulatorios
(fonéticos, apraxia del habla); en otros
domina la falta de gramática expresiva con
frases telegráficas.
Estas características suelen coexistir
medida que la enfermedad evoluciona.
a
49.
La apraxia de otros movimientos orofaciales
o de la deglución a menudo acompaña a la
apraxia del habla. La prueba es pedir al
paciente que bostece o tosa, órdenes que no
puede obedecer, aunque lo puede hacer
como reflejo.
El deterioro de la comprensión sintáctica se
demuestra con pruebas neuropsicológicas
50.
También las habilidades para la lectoescritura se
ven afectadas en la mayoría de los casos.
La afasia no fluente progresiva puede anunciar el
inicio de un síndrome neurológico de
superposición con el parkinsonismo atípico o con
la enfermedad de la neurona motora.
La atrofia cerebral varía mucho en extensión y
gravedad según los pacientes.
51.
Un tercer síndrome clínico de afasia
progresiva, la afasia logopénica, se
manifiesta con habla vacilante, pero
gramaticalmente correcta, con pausas para
hallar las palabras, anomia y deterioro de la
memoria de trabajo fonológica, que se
manifiesta como gran dificultad para repetir
frases, desproporcionadamente mayor que
para las palabras aisladas.
52.
La mayoría de los casos tienen patología de
Alzheimer subyacente.
Deficiencias cognitivas más extensas
similares a las de otros fenotipos de
Alzheimer surgen posteriormente en el curso
de la enfermedad.
La resonancia magnética suele mostrar
atrofia temporoparietal predominantemente
del lado derecho.
53.
El espectro DFT se superpone con los
síndromes
de
parálisis
supranuclear
progresiva, síndrome corticobasal y DFT con
enfermedad de la neurona motora.
El síndrome de parálisis supranuclear
progresiva se caracteriza por alteración de la
mirada vertical, inestabilidad postural con
caídas y cambios conductuales frontales con
enlentecimiento cognitivo notable.
55.
En el síndrome de DFT con enfermedad de la
neurona motora, la disfunción de la
conducta o el lenguaje puede evolucionar en
tándem con la enfermedad de la neurona
motora.
En todos los pacientes con manifestaciones
de DFT, se debe investigar si aparecen signos
de la neurona motora (a menudo inicialmente
fasciculaciones del deltoides o el tríceps).
56.
Los síndromes de DFT se deben distinguir de
los procesos no degenerativos que se
manifiestan con importantes alteraciones
conductuales, ejecutivas y del lenguaje (tales
como
enfermedad
psiquiátrica
primaria,
tumores
y
enfermedad
cerebrovascular) y de otras enfermedades
neurodegenerativas (en especial variantes
atípicas de la enfermedad de Alzheimer).
57.
Aunque los cambios cerebrovasculares son
comunes en la resonancia magnética de
pacientes ancianos, la afasia progresiva
primaria se puede distinguir de los síndromes
afásicos vasculares por los antecedentes de
deterioro insidioso; la distinción entre la
variante conductual de la DFT es más
difícil, pero se puede hacer por el grado
relativo de los cambios atróficos vasculares y
regionales.
58.
La evolución de todos los síndromes de DFT
es progresiva.
La disminución de la función en la vida
cotidiana y la acumulación de discapacidades
sociales, cognitivas y neurológicas generan
una completa dependencia que suele
necesitar la institucionalización.
59.
La supervivencia es muy variable: la evolución
más agresiva es la DFT asociada con
enfermedad de la neurona motora, que lleva
a la muerte en tres a seis años, mientras que
una proporción importante de pacientes
(sobre todo los que sufren demencia
semántica) sobreviven durante más de una
década.
60.
Los síndromes tienden a converger con el
tiempo, en muchos casos con aparición de
características neurológicas no cognitivas.
Conductas
dispersas
e
intrusivas, apatía, incontinencia, mutismo y
disfagia son frecuentes hacia el final de la
vida.
La DFT es un peso muy grande para quienes
deben cuidar a estos pacientes, aún mayor
que
el
de
otras
enfermedades
neurodegenerativas.
61.
No existe actualmente ningún tratamiento
que cambie la evolución de las enfermedades
del espectro FTD.
El objetivo terapéutico por lo tanto es
mejorar los síntomas y ayudar a los pacientes
y a quienes los cuidan a sobrellevar el
impacto de la enfermedad.
62.
Los estudios abiertos indicaron que los
inhibidores de la colinesterasa o la memantina
no proporcionan ningún beneficio sintomático.
Un estudio aleatorizado, doble ciego, de
memantina tuvo el mismo resultado.
Estos fármacos pueden agravar el trastorno de
conducta. Pequeños estudios controlados, doble
ciego, proporcionaron alguna evidencia de
mejoría modesta de los síntomas conductuales
con trazodona, pero no con paroxetina.
63.
La experiencia clínica sugiere que los inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina pueden ser
útiles para regular las conductas intrusivas o
compulsivas en algunos pacientes.
Los neurolépticos se pueden asociar con importante
riesgo de efectos secundarios extrapiramidales y
cognitivos, pero faltan estudios controlados para
estimar el riesgo-beneficio de estos fármacos en la
DFT.
Por ahora, parece pragmático reservar el empleo de
neurolépticos para los fármacos de nueva generación
a dosis bajas cuando sea necesario para la agitación
que no se pueda tratar por otros medios.