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Sánscrito संसकृ तम् / Saṃskṛtam [bhaṣa]
Hablado en        India

Nepal

Hablantes

• Nativos:

• Otros:

700.539

• 11.106 (censo de 2011)

• 694.433 como segunda lengua (censo de 2011)

Familia Indo-europeo

Indo-iranio

 Indo-ario

 Sánscrito

Alfabeto devánagari

Estatus oficial

Oficial enIndia

Regulado por      No está regulado

Códigos

ISO 639-1         sa

ISO 639-2         san

ISO 639-3         san

El sánscrito (संसकृ तम् saṃskṛtam) es una lengua clásica de la India, siendo además una de las lenguas
indoeuropeas antiguas más tempranamente documentadas, después del hitita y el griego micénico.

El sánscrito se usa actualmente como lengua litúrgica en el hinduismo, el budismo y el jainismo. Hoy en día es uno
de los 22 idiomas oficiales de India, utilizado con propósitos particulares y en menor medida como lengua
vehicular de cultura. Su posición en la cultura de la India y del sudeste asiático es similar a la del latín y el griego
en Europa.

Literalmente quiere decir ‘perfectamente hecho’: sam: ‘completamente’; kritá: ‘hecho, obra’ (de la raíz kri; está
emparentado con la palabra karma: ‘acción’, y con el latín crīmen: ‘hecho discernible’). Se escribe en el silabario
devanagari.

El sánscrito se utiliza principalmente como lenguaje ceremonial en los rituales hindúes, en la forma de himnos y
mantras. Su forma preclásica, el sánscrito védico (el lenguaje ritual de la religión védica) es uno de los miembros
más antiguos de la familia indoeuropea. En este idioma fueron escritos todos los textos clásicos del hinduismo. Su
texto más antiguo conocido es el Rig-veda (‘conocimiento sagrado sobre himnos’, que contiene 1028 himnos en
alabanza a los dioses). También es el lenguaje del yoga.
Por su importancia religiosa, los primeros gramáticos indios, como Pánini (520-460 a. C.), lo analizaron
exhaustivamente.

La mayoría de los textos sánscritos que se conservaron hasta la actualidad fueron transmitidos oralmente (con
métrica y ritmo nemotécnicos) durante varios siglos, hasta que fueron escritos en la India medieval.

Historia y desarrollo

No se conoce con precisión cuándo se empezaron a hablar lenguas indoeuropeas en el norte de India.
Usualmente se supone que los primeros Estados como la cultura de Harappa estaban formados por pueblos no
indoeuropeos. En su libro de himnos sagrados, Rig-veda, los arios describen la patria que dejaron. En algún
momento del II milenio a. C., pueblos indoeuropeos habrían penetrado en el norte de India. Los primeros
testimonios escritos en lenguas indoeuropeas están en sánscrito védico, la lengua en que se compusieron los
textos védicos. Al menos a partir de comienzos del primer milenio a. C. se extendió por el tercio septentrional de
India, en una escritura llamada brahmi.

Tablillas escritas en idioma sánscrito: el Devi-majatmia o ‘las glorias de la diosa Devi’, manuscrito sobre hoja de
palma, en la antigua escritura bhujimol (de Bihar o de Nepal, siglo XI).

El sánscrito no es exactemente una lengua muerta, ya que algunas decenas de miles en India declaran tenerla
como lengua vehicular habitual en ciertos contextos. De hecho, todavía hoy se enseña a leer y escribir en escuelas
y hogares en toda la India, aunque como segunda lengua. Y algunos bráhmanas llegan a considerarlo como su
lengua materna. De acuerdo con informes actualizados, se está reviviendo como lengua local en el pueblo de
Mattur cerca de Shimoga, en Karnataka.1

Parentesco indoeuropeo

El sánscrito, al igual que las otras lenguas indoarias, está estrechamente emparentado con las lenguas iranias,
hablándose así de la rama de lenguas indoiranias o indoarias. El sánscrito se considera en ciertos aspectos una
lengua conservadora que refleja particularmente bien algunos rasgos del protoindoeuropeo más reciente. El
sáncrito puede considerarse una lengua cercana al antecesor de las modernas lenguas indoarias de India. Otras
lenguas indoarias posteriores cronológicamente al sánscrito son:

prácrito (de la antigua India)

hindi

bengalí

cachemir (de Cachemira)

urdú

marathi

guyaratí

asamés

nepalí

punyabí y

romaní (el idioma hablado por los gitanos).

Durante mucho tiempo se consideró que el sánscrito era el origen de esos idiomas. Pero la evidencia actual ha
probado que el sánscrito no es el antecesor directo o «lengua madre» de las modernas lenguas indoarias, sino
más bien una rama paralela (una especie de «tía materna» de las lenguas más modernas, por así decirlo).
Arcaísmo

El arcaísmo del sánscrito, particularmente en el sistema consonántico, se aprecia cuando se compara con otras
lenguas antiguas, como el latín, el griego, o incluso lenguas modernas que retienen un buen número de
arcaísmos, como el lituano. Aunque todos estos idiomas han experimentado considerables cambios fonéticos y
gramaticales, que han apartado su estructura de la del protoindoeuropeo clásico, mantienen algunas similitudes
notables. J. P. Mallory usa un proverbio lituano (escrito en sánscrito, en lituano y en latín) para mostrar el gran
parecido existente:

Sánscrito: «Devas adadāt datás, Devas dat dhānās».

Lituano: «Dievas davė dantis, Dievas duos duonos».

Latín: «Deus dedit dentes, Deus dabit panem».2

Castellano: «Dios nos dio dientes, Dios nos dará pan».

Préstamos léxicos del sánscrito al español

Palabras prestadas del sánscrito

Texto sánscrito escrito en varios alfabetos: «Que Śiva bendiga a quienes se deleitan en el lenguaje de los dioses»
(Kālidāsa).

ásana (posición de yoga)

atutía o tutía

avatar (ava tara, ‘que desciende’)

ayurveda (medicina áiur-veda)

bandana (bandhana, ‘atadura’)

bodhisattva

brahmán (bráhmana)

Buda

chakra (centro energético)

gurú (‘pesado’, maestro)

esvástica (su astika, ‘muy auspicioso’)

karma

mándala

mantra

maiá (velo ilusorio)

nadi (canal energético)

nirvana (éxtasis)

sánscrito

shanti (paz)
yoga

[editar]Palabras derivadas directamente de un término sánscrito

ario (aria)

brahmanismo

budismo

cingalés (en sánscrito sinjala: ‘con leones’)

Palabras derivadas indirectamente de un término sánscrito

ajedrez (préstamo del árabe, pero de origen sánscrito: chatur anga, ‘cuatro miembros’).

alcanfor: al (árabe) + karpūrā: ‘sustancia química’

añil (del árabe hispano anníl o annír, este del árabe clásico níl[aǧ], este del persa nil, y este del sánscrito nīla).

azúcar (del árabe hispánico assúkkar, este del árabe clásico sukkar, este del griego σάκχαρι /sákhari/, este del
pelvi šakar,3 y este del sánscrito shuklá: ‘azúcar blanco’4 o de sukha ‘felicidad, dulzura’).

azufre (préstamo del árabe, de origen sánscrito śulbāri: ‘enemigo del cobre’; siendo śulbā o śulva: ‘cobre’; āri:
‘enemigo’).

azul (quizá alteración del árabe hispano lazawárd, este del árabe lāzaward, este del persa laǧvard o lažvard, y este
del sánscrito rayavarta,5 ‘lapizlázuli’).6

costo (Costus villosissimus): hierba de flores amarillas originaria de la India (del latín costus, este del griego
κόστος, y este del sánscrito kusthah,7 que significa ‘mal parado’, siendo ku: ‘mal’, y stha: ‘está’).8

jengibre (del latín zingĭber, zingibĕris, este del griego ζιγγίβερις, y este del sánscrito shringavera (siendo shringa:
‘cuerno’ y vera: ‘cuerpo’ o ‘boca’),9 aunque según la RAE proviene de la inexistente palabra sánscrita
singavera).10

laca (del árabe hispano lákk, este del árabe lakk, este del persa lāk, y este del sánscrito laksha, que ya aparece en
el Átharva-veda, de fines del II milenio a. C.).11 Quizá se relacione con lakshá (el número 100 000), quizá en
referencia a la gran cantidad de insectos parecidos a la cochinilla que con sus picaduras hacen que este tipo de
árbol exude esta sustancia resinosa, traslúcida, quebradiza y rojiza.

lacha: vergüenza, pundonor (de layyá).

lila (del francés lilac, este del árabe līlak, este del persa lilang, y este del sánscrito nila, “azul oscuro”).

lima. Comparte su etimología con la palabra «limón». Deriva del árabe hispano lima , este del árábe līmah, este
del persa ‫/ لیمو‬limú/, y este del sánscrito nimbú,12 13

limón (del árabe hispano lamún o laimún, este del árábe laymūn, este del persa limú, y este del sánscrito
nimbú,14 que en realidad se refería a la ‘lima ácida’.13

naranja (del árabe hispano naranǧa, este del árabe nāranǧ, este del persa nārang, y este del sánscrito naranga,15
que posiblemente proviene del sánscrito nagá-ranga (‘el color de la localidad’, el árbol naranjo). También aparece
como , nagáruka, nagá vriksha (‘el árbol de la serpiente’), nagara (ciudad, pueblo), naringa, naringui y narianga.16

[editar]Palabras relacionadas con el sánscrito a través de antepasados comunes

Esto es, visiblemente relacionadas por compartir su raíz indoeuropea con algún término sánscrito o por ser
préstamos de origen sánscrito al castellano a través de otras lenguas:
azulejo: baldosín

berilo: mineral (vaiduria: de Vidura, región del sur de la India)

bramar (bhramaráh: bramar).

brillante: diamante tallado (bahrií: ‘que brilla’).

bruñir (en fráncico brúnjan, en sánscrito bahrií: ‘que brilla’)

burbuja (en sánscrito budbudah)

chita (‘manchada, con colores’)

cabeza (kapitha)

cachemir: clase de lana (kashmiri)

calavera (kapala)

calendario (del latín kal + endae; en sánscrito kāla: tiempo)

carmín: color rojo (en sánscrito: krimi: ‘gusano’)

cítara (sitar)

cuclillo: ave (kokila)

cúrcuma: condimento parecido al azafrán (kunkuma: ‘azafrán’)

dádiva, dar (del latín dare, en sánscrito da: ‘dar’, dadasi: ‘él da’)

deidad (latín deítas, sánscrito devá: ‘dios’)

diente (latín denti; sánscrito danta: ‘diente’)

dios (latín deus, sánscrito diaus: ‘cielo’)

diestro (latín dexter; sánscrito daksina: hábil, derecho)

dormir (latín dormire; sánscrito drati)

hiemal: ‘invernal’ (latín hiemalis; sánscrito hemanta [jemanta]: ‘invierno’)

Júpiter (latín Iu-piter: ‘padre de los dioses’; sánscrito Diaus-pitar: ‘padre del cielo’)

mandarín: funcionario de gobierno (mantrī)

ópalo (del latín opălus, este del griego ὀπάλλιος /opalios/, y este de alguna antiquísima palabra indoeuropea que
produjo también el sánscrito upala).

nardo: especie de flor (del latín nardus, este del griego νάρδος, y este de alguna antiquísima palabra indoeuropea
que produjo también el sánscrito nálada que aparece ya en el Átharva-veda;17 y el hebreo nērd).

ponche: clase de bebida (pancha: ‘cinco’ [ingredientes])

rojo (róhita) [rójita]

serpiente (sarpa)

sopa (supa)
vermífugo: que elimina los gusanos (inglés: worm ‘gusano’; latín vermis; sánscrito krimi )

verraco: ‘cerdo’ (latín verres; sánscrito varaja [varája]: ‘jabalí’)

Curiosidades

Las secciones de curiosidades deben ser evitadas.

Puedes mejorar este artículo introduciendo la información útil de esta sección en el resto del texto y quitando los
datos inapropiados.

En la novela Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Márquez (1927–), Aureliano Buendía aprende
sánscrito para comprender el contenido de los manuscritos donde Melquíades profetizó un siglo de historia de
toda la familia.

En 1998 la cantante Madonna grabó un disco titulado Ray of light, fuertemente influenciado por el hinduismo, la
cábala y otras doctrinas. Uno de los temas del disco se titula Shanti/Ashtangi, contiene versos del Ioga taravali, así
como versos originales, cantados íntegramente en sánscrito.

अिनख़ये सलसर

Glosemática
La glosemática es la teoría lingüística elaborada por el lingüista danés Louis Hjelmslev que tiene por objeto
explicitar las intuiciones profundas de Saussure. Es una teoría formalista que no implica una negativa a considerar
el contenido, sino que pretende dar una descripción formal a los hechos de significación. La glosemática atribuye,
por tanto, un papel central a la forma, depurada de toda realidad semántica o fónica, y relega a un segundo plano
la función, sobre todo el papel que el lenguaje representa en la comunicación, pues ésta está ligada a la sustancia.

Hjelmslev parte de dos ideas saussureanas que se unen en la teoría del signo: el lenguaje no es sustancia sino
forma; toda lengua es, a la vez, expresión y contenido. Sin embargo, quiere ir más lejos que Saussure en lo que se
refiere a la oposición entre la forma y la sustancia, puesto que las unidades lingüísticas deben existir
independientemente de la realidad del sonido y del sentido para que puedan proyectarse sobre esa realidad.

Para ello, Hjelmslev rechaza a estos efectos el principio de oposición y desarrolla al máximo otra concepción
saussureana, según la cual la unidad, puramente negativa y racional, no puede definirse en sí misma sino
únicamente por las relaciones que la unen a las demás unidades de la lengua.

Así pues, si la lengua es forma y no sustancia, lo es porque sus unidades deben definirse por las reglas según las
cuales pueden combinarse. Los símbolos de un sistema lo son en tanto son distintos unos de otros y están
relacionados entre sí por leyes de funcionamiento explícitas, haciendo abstracción simultánea de su significación
y de su manifestación perceptible.

Hjelmslev distingue entonces tres niveles donde Saussure solo veía dos:

- a la sustancia saussureana (la realidad semántica o fónica, independientemente de la lengua), la llama materia.

- a la forma saussureana (subdivisión, configuración, basada en el principio de oposición), la llama sustancia.

- y, en tercer lugar, adopta el término forma para la red relacional que define las unidades, esto es, las relaciones
que unen a una unidad con otras.

La relación entre estos tres niveles (materia, sustancia y forma) se realiza mediante la noción de manifestación: la
sustancia es la manifestación de la forma en la materia.

Al reinterpretar el principio saussureano de que la lengua es forma y no sustancia, Hjelmslev reinterpreta también
la afirmación de que las lenguas se caracterizan a la vez en el plano de la expresión y en el del contenido. Se ve
obligado a ello cuando advierte que, si se abstraen las subdivisiones que correlacionan las expresiones con los
contenidos para considerar solo las relaciones combinatorias entre unidades, entonces la forma de la expresión y
la forma del contenido vendrían a ser la misma, pues las relaciones combinatorias que relacionan los signos
vinculan tanto sus significaciones como sus realizaciones fónica. Consecuentemente, habría que renunciar a tal
distinción.

Para salvaguardarla, Hjelmslev, apoyado en el método fonológico de conmutación, abandona la idea de que el
signo es la unidad lingüística fundamental afirmando que los dos planos no son acordes, en el sentido de que
entre las leyes combinatorias que conciernen a los fonemas y las que conciernen a los semas no puede
establecerse correspondencia.

En consecuencia, la materia, la sustancia y la forma se desdoblan tanto en el plano de la expresión como en el del
contenido, lo cual implica la existencia de seis niveles lingüísticos fundamentales.

Hjelmslev crea una terminología particular: el elemento lingüístico revelado por la conmutación, pero definido
formalmente, se llama glosema; los glosemas de la expresión (correspondientes a los fonemas) se llaman
cenemas; los del contenido (comparables a los semas) son pleremas.

Idiolecto
Idiolecto (del griego: idios – propio– + leksis –lenguaje–) es la forma de hablar característica de cada persona
(cuando la expresión es por escrito se denomina estilo). Se manifiesta en una selección particular del léxico, de la
gramática y también en palabras, frases y giros peculiares, así como en variantes de la entonación y la
pronunciación. Los idiolectos cumplen la función de hacer compatible la necesidad de comunicarse con los
demás, con la necesidad de que cada persona pueda expresar su forma particular de ser y de pensar, sus gustos y
sus necesidades. Cada ser humano posee un idiolecto, o varios (si es bilingüe, trilingüe, etc.). Un idiolecto siempre
tiene, como mínimo, zonas de contacto con un ecolecto, un sociolecto y un dialecto o un idioma.

Ejemplo conocido

Se trata, por lo general, de una categoría más teórica que práctica, pues el estudio de los idiolectos sería
interminable. Pero puede haber algún caso en el que la notoriedad de la persona y su particular forma de hablar
merezca ser objeto de estudio, especialmente cuando se trata de personas bilingües, trilingües o políglotas como
Manu Chao, que además habla y canta en un español muy peculiar.

Entre las características más curiosas del idiolecto de Manu Chao pueden citarse:

El empleo de la liaison, típica del francés, en español. La liaison consiste, en general, en pronunciar la s en final de
palabra, cuando la palabra siguiente empieza por vocal, y en no pronunciarla en caso contrario. Así, por ejemplo,
Manu Chao pronuncia: por tu tierras adentro (canción: Papito..., disco: Próxima estación Esperanza). Es decir, no
pronuncia la s de tus porque la palabra siguiente empieza por consonante y sí, en cambio, pronuncia la s final de
tierras, ya que la palabra siguiente empieza por vocal.

La reduplicación de consonantes típica del italiano, como, pol la vieja sonora (canción: La marea, disco: Próxima
estación Esperanza).

Sociolecto
Un sociolecto o dialecto social describe la variedad lingüística usada por una clase social. Dentro de la clasificación
de las variedades lingüísticas los sociolectos se corresponden con lo que Eugenio Coseriu llama variedades
diastráticas, estrechamente relacionadas con las variedades diafásicas o registros de la lengua.1

Definición

De acuerdo con la tradición greimasiana, el sociolecto. en oposición al idiolecto y al ideoléxico, designa las
actividades semióticas en su relación con la estratificación social, en los niveles de superficie léxica, como en las
organizaciones discursivas y a nivel de las estructuras semánticas profundas. De esta forma, el estudio de un
sociolecto puede dar respuestas, a partir del lenguaje de uso social, sobre lo que se entiende por cultura, en las
interacciones de los universos colectivos e individuales.

Dialecto
En linguística, la palabra dialecto1 hace referencia a una de las posibles variedades de una lengua;2 en concreto, un
dialecto sería la variante de una lengua asociada con una determinada zona geográfica (de ahí que también se use
como término sinónimo la palabra geolecto o, en terminología de Eugenio Coseriu, las expresiones variedad sintópica y
norma espacial). Más concretamente, un dialecto es
un sistema de signos desgajado de una lengua común, viva o desaparecida, normalmente, con una concreta limitación
geográfica, pero sin una fuerte diferenciación frente a otros de origen común.3
El número de hablantes y el tamaño de la zona dialectal pueden ser variables y un dialecto puede estar, a su vez,
dividido en subdialectos (o, hablas).
Independientemente de la antigüedad del término, su uso lingüístico se inicia a finales del siglo XIX cuando la
lingüística histórica dio paso a la aparición de la dialectología como disciplina lingüística dedicada específicamente a las
variedades geográficas de las lenguas.
Los dialectos han de ser entendidos como variantes geográficas condicionadas históricamente, esto es, la historia de
los contactos lingüísticos es el factor que determina la diferenciación dialectal. Como causas de la variación dialectal se
señalan, habitualmente, las siguientes:
el origen de los pobladores que, hablando la misma lengua, ya presentaban diferencias dialectales de origen;
la influencia de otra lengua sobre una parte del dominio lingüístico; y
la separación territorial que da lugar a evoluciones diferenciadas.4
Con todo, la delimitación del concepto de dialecto es un proceso delicado en lingüística, porque exige una adecuada
caracterización de la lengua del territorio, la precisión de su filiación histórica y unos rigurosos análisis sociolingüísticos
y estudios de actitudes lingüísticas por parte de los hablantes.5 Además, obliga a manejar también un determinado
concepto de lengua, respecto del que se define el primero, algo que no está tampoco exento de dificultades. Como
elemento añadido a la hora de dificultar la precisión conceptual de ambos términos, históricamente, la política
lingüística de determinadas comunidades ha podido usar la palabra dialecto con un valor peyorativo, con el objeto de
privilegiar como vehículo de expresión oficial a una determinada lengua en perjuicio de otra u otras a las que, como
forma de descalificación, se les ha aplicado dicho término; en este otro sentido de la palabra, dialecto haría referencia
a un sistema lingüístico que no alcanza la categoría de lengua.3
El concepto de dialecto

Al igual que ocurre con el caso de lengua, las definiciones del término dialecto no son muchas veces coincidentes entre
los especialistas.
Con todo, se asume como principio básico que, lingüísticamente, no hay justificación para una distinción entre las
realidades a las que ambos hacen referencia; esto es, tanto un dialecto como una lengua son «lenguas», en el sentido
de sistemas de comunicación verbales,6 por lo que la explicación y justificación de ambos conceptos debe hacerse
teniendo en cuenta criterios extralingüísticos.
Manuel Alvar, con todo, reconoce como posible esta acepción de dialecto, que sería la de sistema lingüístico que no
alcanza la categoría de lengua; a tal efecto, previamente identifica las lenguas con sistemas bien diferenciados y bien
nivelados en su norma de su uso, y que poseen una tradición literaria relevante. Por lo demás, por debajo del dialecto
estarían conceptos más específicos como habla regional (peculiaridades expresivas de una zona sin la coherencia del
dialecto) y habla local (un conjunto de rasgos poco diferenciados pero característicos de una muy concreta zona
geográfica).
[editar]Aspectos históricos
El estudio de la evolución de las lenguas a lo largo del tiempo, conocido como lingüística histórica, permitió descubrir
que las lenguas modernas emparentadas provienen, a su vez, de otras lenguas que también se habían desarrollado a
partir de la fragmentación de alguna lengua más antigua.
En este sentido, cualquier lengua no deja de ser, en sí misma, un dialecto, en tanto que todas las lenguas provienen de
otras, de las que han sido o son variantes en una geografía determinada. Esta otra acepción de dialecto se considera,
en ocasiones tan importante como la de «variante geográfica»:
Hay dos acepciones principales de dialecto. Una es la que lo considera como lengua derivada de otra. Así, el francés es
un dialecto del latín, el cual a su vez es un dialecto del indoeuropeo; o bien el castellano, el catalán, el francés, el
italiano, etc. son dialectos del latín, mientras que el latín, el griego, el persa, el /sánscrito, etc. son dialectos del
indoeuropeo. Esta acepción suele funcionar en el ámbito del historicismo y, por tanto, dialecto es un término técnico
de la lingüística históricocomparativa. La otra acepción de la palabra lo define como variedad geográfica dentro de una
misma lengua.7
[editar]Aspectos político-sociales
La historia de las lenguas explica también que
por razones distintas (políticas, sociales, geográficas, culturales), de varios dialectos surgidos al fragmentarse una
lengua hay uno que se impone y que acaba por agostar el florecimiento de los otros. Mientras el primero se cultiva
literariamente y es vehículo de obras de alto valor estético, hay otros que no llegan nunca a escribirse, y, si lo son,
quedan postergados en la modestia de su localismo. Mientras el primero sufre el cuidado y la vigilancia de una nación,
los otros crecen agrestemente.8
Este devenir histórico es, la mayor parte de la veces, el responsable de la ambigüedad con que se suelen utilizar, al
menos popularmente, los términos de lengua y dialecto: hay casos en que un dialecto en origen termina por ser
considerado lengua por una decisión político-social (tal podría ser el caso del valenciano) y, de igual modo, una lengua
en origen (el gallego, por ejemplo), estuvo durante siglos (los llamados Séculos escuros) estigmatizada con su
consideración como dialecto.
En este sentido, el aforismo atribuido a Max Weinreich que dice que «Una lengua es un dialecto con un ejército y una
marina»,9 sería una reflejo sintético de esa apreciación.
La endeblez científica de una distinción basada en aspectos de ese tipo se comprueba si se piensa en que las fronteras
políticas no delimitan las líneas del uso de la lengua ni de su comprensibilidad.
El inglés y el serbocroata son un buen ejemplo de esto. Estos idiomas tienen tres variantes principales consideradas
como estándares: el inglés de Reino Unido, Estados Unidos y Australia (otras variantes, como el inglés de Belice, Nigeria
e India son llamadas «variantes indígenas»). El serbio y el croata por otra, junto con otras variedades no tan habladas,
son mutuamente inteligibles. Por razones políticas, analizar estas variedades como «lenguas» o «dialectos» produce
resultados inconsistentes: el inglés británico y el inglés americano, hablados por grandes aliados políticos y militares,
son considerados casi universalmente como dialectos del inglés. Sin embargo, los idiomas estándar de Serbia y Croacia,
cuyas diferencias son comparables en número con las diferencias entre el inglés británico y el inglés americano, son
considerados por muchos lingüistas de la región como idiomas diferenciados, aduciendo entre otras razones que usan
alfabetos distintos; pero en buena parte se debe a que la relación entre ambos países es conflictiva, teniendo en la
religión (católica entre los croatas, ortodoxa entre los serbios) un signo de identidad diferenciada.
Existen discrepancias sobre si el idioma macedonio es un idioma o un dialecto, hay quien lo considera mutuamente
inteligible con el búlgaro. Es considerado un dialecto del búlgaro principalmente en Bulgaria y un idioma independiente
principalmente en la propia República de Macedonia.
En el Líbano, el partido político Guardianes de los Cedros, que se opone a los lazos que unen el país con el mundo
árabe, se está movilizando para que el «libanés» sea considerado como una lengua distinta del árabe, y no un simple
dialecto, e incluso pretende reemplazar la escritura árabe por una resurrección del antiguo alfabeto fenicio.
En España, algunas organizaciones valencianas y baleares consideran sus respectivas lenguas como diferentes del
catalán, a pesar de que existe un reconocimiento institucional y académico en relación a que tanto el valenciano como
el balear son variedades del occitanorromance. El carácter altamente político de estas discusiones no es nuevo:
El filólogo y lingüista catalán Antoni Badia Margarit, rector de la Universidad de Barcelona, dejó escrito en su Gramática
Histórica Catalana (1952): “No es el catalán una lengua románica que siempre haya estado entre las lenguas con
personalidad propia: todo lo contrario, era considerado como una variedad dialectal de la lengua provenzal, y sólo
desde hace relativamente poco, ha merecido la categoría de lengua neolatina independiente” ( "Gramática Histórica
Catalana " (1952).
A lo largo de la historia, han surgido casos de alteraciones de variedades del habla por razones políticas. En el siglo XIX,
por ejemplo, los nacionalistas noruegos crearon el nynorsk a partir de un conjunto de dialectos seleccionados en el
oeste del país y menos influenciados que los dialectos orientales por el danés y el sueco durante la ocupación danesa y
sueca.
[editar]La cuestión del prestigio
Cuando la disputa se da entre dialectos del mismo idioma, surge el concepto de dialecto de prestigio (o variedad de
prestigio), que es la que se asocia en una comunidad que tenga más de un dialecto, con aquel empleado por grupos de
hablantes que ocupan una posición socialmente prestigiosa (élites económicas, culturales, sociales). En consecuencia
de esta condición social, el dialecto de prestigio suele emplearse en las situaciones formales, como la diplomacia, como
también es, por su asociación con las elites, el dialecto que más influencia ejerce en la definición de la lengua estándar.
Dicho dialecto de prestigio suele basarse o estar influido por producciones escritas reconocidas dentro de la
comunidad, como es el caso el Corán para el árabe o la traducción de la Biblia de Lutero para el alemán.
En contraposición a este dialecto de prestigio existe el llamado dialecto vernáculo, que es el lenguaje «hablado en
casa». Según la impronta de la vida pública en la vida privada en una sociedad, este dialecto vernáculo será más
cercano o lejano al dialecto estándar. En los países árabes, por lo general, el dialecto estándar no es hablado por casi
nadie en el ambiente doméstico. En los países nórdicos el vernáculo y el estándar son casi idénticos en las capitales
(Oslo o Estocolmo) y muy distintos en la provincia (en Tromsø o Malmö).
[editar]La ambigüedad del término
Esta vaguedad conceptual, por lo menos en un ámbito no especializado, tiene también parte de su origen en que,
etimológicamente, la palabra dialecto no mantiene vínculo alguno con cuestiones geográficas:
Sin calificativo, la noción es neutra y genérica, equivale a variedad, a norma. (...) Esto explica que en estos últimos años
haya empezado a reemplazarse su sentido de variedad geográfica por la más explícita noción de geolecto.10
La explicación histórica, que en sí misma refleja la dificultad del problema terminológico, es que la lengua griega de la
antigüedad era, en realidad, un grupo de variedades locales distintas (jónico, dórico y ático) que evolucionaron de
forma divergente desde una misma lengua común originaria, llegando a tener cada una de ellas su propia tradición
literaria y sus propios contextos culturales de uso: el jónico para la historiografía, el dórico para las obras corales y
líricas, y el ático para la tragedia. Con el tiempo, el griego de la gran metrópolis, Atenas, se convirtió en la koiné o
lengua «común», esto es, en la norma de la lengua hablada, como una síntesis de la distintas variedades que
terminaron por convergir en el dialecto del centro administrativo y cultural más importante. Así, pues, esa situación se
convirtió en un modelo para la ambigua utilización de los términos lengua y dialecto: lengua como la norma lingüística
o grupo de normas relacionadas y dialecto como cada una de esas normas de forma independiente.11
Consecuentemente, en la actualidad la palabra dialecto se puede encontrar aplicada a cualquier variedad de lengua. En
francés, por ejemplo, se distingue entre dialecte y patois, el primero con el sentido de variedad regional asociada a una
tradición literaria y el segundo a aquella variedad de ese tipo pero sin tradición literaria, con un uso habitual de tipo
peyorativo, esto es, con una valoración inherente de inferioridad. Por lo demás, el francés estándar no se ve como
dialecto del francés, cosa que sí ocurre en inglés. No obstante, en esta lengua, los sentidos de la palabra dialecto se
diversifican: dialect sirve tanto para referirse a las variedades locales del inglés, como para los distintos tipos de habla
informal, de clase baja o rural. En otras ocasiones, incluso, puede referirse a una variedad no estándar o, a veces,
subestándar, con valores de inferioridad. En este sendido, lengua y dialecto pueden ser casi intercambiables.12
Este uso popular de los términos cuenta también, a veces, con el refrendo del uso por parte de lingüistas que, con el
deseo de subrayar las relaciones entre todas las variedades de una lengua, utilizan el término dialecto para referirse
tanto a los dialectos geográficos o espaciales, como a los dialectos sociales u otros (los llamados sociolectos).13 No
obstante, las obras generales de dialectología abordan exclusivamente el dialecto como variante geográfica, siguiendo
la opinión de Eugenio Coseriu y otros lingüistas que reservan ese término solo para esa variedad, al destacar la
relevancia de las variedades geográficas de una lengua frente a otro tipo de variedades (sociales y comunicativas), por
cuanto un dialecto así entendido constituye un sistema lingüístico completo (desde el punto de vista gramatical),
frente a la parcialidad o asistematicidad de los niveles y registros de una lengua.14
En todo caso, y aunque se ha llegado, incluso, a negar la legitimidad del concepto de dialecto por la dificultad de
marcar las fronteras de uso, generalmente se considera que la vinculación a una geografía determinada es un factor
que permite diferenciar variedades dentro de una lengua, por lo que el término dialecto es el que se suele usar en
lingüística para tal concepto.
[editar]La percepción de los hablantes
Simultáneo a este factor, el concepto de dialecto lleva aparejado un factor de «concienciación», en el sentido de que
los hablantes suelen tener una percepción más o menos clara respecto de la variedad que usan; esta percepción de los
hablantes, unida a unas características lingüísticas determinadas, permite a la sociolingüística identificar a los dialectos
como realidades lingüísticas distinguibles de otras. En consecuencia, es preciso recordar que
un dialecto existe cuando los hablantes se consideran miembros de una comunidad de habla dialectal circunscrita a un
determinado territorio, es decir, cuando consideran que su variedad está suficientemente diferenciada de otras y
cuando interpretan y valoran de forma semejante la variación sociolingüística.




लुवस रवेदा
   ु
Sánscrito संस्कृतम्

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Sánscrito संस्कृतम्

  • 1. Sánscrito संसकृ तम् / Saṃskṛtam [bhaṣa] Hablado en India Nepal Hablantes • Nativos: • Otros: 700.539 • 11.106 (censo de 2011) • 694.433 como segunda lengua (censo de 2011) Familia Indo-europeo Indo-iranio Indo-ario Sánscrito Alfabeto devánagari Estatus oficial Oficial enIndia Regulado por No está regulado Códigos ISO 639-1 sa ISO 639-2 san ISO 639-3 san El sánscrito (संसकृ तम् saṃskṛtam) es una lengua clásica de la India, siendo además una de las lenguas indoeuropeas antiguas más tempranamente documentadas, después del hitita y el griego micénico. El sánscrito se usa actualmente como lengua litúrgica en el hinduismo, el budismo y el jainismo. Hoy en día es uno de los 22 idiomas oficiales de India, utilizado con propósitos particulares y en menor medida como lengua vehicular de cultura. Su posición en la cultura de la India y del sudeste asiático es similar a la del latín y el griego en Europa. Literalmente quiere decir ‘perfectamente hecho’: sam: ‘completamente’; kritá: ‘hecho, obra’ (de la raíz kri; está emparentado con la palabra karma: ‘acción’, y con el latín crīmen: ‘hecho discernible’). Se escribe en el silabario devanagari. El sánscrito se utiliza principalmente como lenguaje ceremonial en los rituales hindúes, en la forma de himnos y mantras. Su forma preclásica, el sánscrito védico (el lenguaje ritual de la religión védica) es uno de los miembros más antiguos de la familia indoeuropea. En este idioma fueron escritos todos los textos clásicos del hinduismo. Su texto más antiguo conocido es el Rig-veda (‘conocimiento sagrado sobre himnos’, que contiene 1028 himnos en alabanza a los dioses). También es el lenguaje del yoga.
  • 2. Por su importancia religiosa, los primeros gramáticos indios, como Pánini (520-460 a. C.), lo analizaron exhaustivamente. La mayoría de los textos sánscritos que se conservaron hasta la actualidad fueron transmitidos oralmente (con métrica y ritmo nemotécnicos) durante varios siglos, hasta que fueron escritos en la India medieval. Historia y desarrollo No se conoce con precisión cuándo se empezaron a hablar lenguas indoeuropeas en el norte de India. Usualmente se supone que los primeros Estados como la cultura de Harappa estaban formados por pueblos no indoeuropeos. En su libro de himnos sagrados, Rig-veda, los arios describen la patria que dejaron. En algún momento del II milenio a. C., pueblos indoeuropeos habrían penetrado en el norte de India. Los primeros testimonios escritos en lenguas indoeuropeas están en sánscrito védico, la lengua en que se compusieron los textos védicos. Al menos a partir de comienzos del primer milenio a. C. se extendió por el tercio septentrional de India, en una escritura llamada brahmi. Tablillas escritas en idioma sánscrito: el Devi-majatmia o ‘las glorias de la diosa Devi’, manuscrito sobre hoja de palma, en la antigua escritura bhujimol (de Bihar o de Nepal, siglo XI). El sánscrito no es exactemente una lengua muerta, ya que algunas decenas de miles en India declaran tenerla como lengua vehicular habitual en ciertos contextos. De hecho, todavía hoy se enseña a leer y escribir en escuelas y hogares en toda la India, aunque como segunda lengua. Y algunos bráhmanas llegan a considerarlo como su lengua materna. De acuerdo con informes actualizados, se está reviviendo como lengua local en el pueblo de Mattur cerca de Shimoga, en Karnataka.1 Parentesco indoeuropeo El sánscrito, al igual que las otras lenguas indoarias, está estrechamente emparentado con las lenguas iranias, hablándose así de la rama de lenguas indoiranias o indoarias. El sánscrito se considera en ciertos aspectos una lengua conservadora que refleja particularmente bien algunos rasgos del protoindoeuropeo más reciente. El sáncrito puede considerarse una lengua cercana al antecesor de las modernas lenguas indoarias de India. Otras lenguas indoarias posteriores cronológicamente al sánscrito son: prácrito (de la antigua India) hindi bengalí cachemir (de Cachemira) urdú marathi guyaratí asamés nepalí punyabí y romaní (el idioma hablado por los gitanos). Durante mucho tiempo se consideró que el sánscrito era el origen de esos idiomas. Pero la evidencia actual ha probado que el sánscrito no es el antecesor directo o «lengua madre» de las modernas lenguas indoarias, sino más bien una rama paralela (una especie de «tía materna» de las lenguas más modernas, por así decirlo).
  • 3. Arcaísmo El arcaísmo del sánscrito, particularmente en el sistema consonántico, se aprecia cuando se compara con otras lenguas antiguas, como el latín, el griego, o incluso lenguas modernas que retienen un buen número de arcaísmos, como el lituano. Aunque todos estos idiomas han experimentado considerables cambios fonéticos y gramaticales, que han apartado su estructura de la del protoindoeuropeo clásico, mantienen algunas similitudes notables. J. P. Mallory usa un proverbio lituano (escrito en sánscrito, en lituano y en latín) para mostrar el gran parecido existente: Sánscrito: «Devas adadāt datás, Devas dat dhānās». Lituano: «Dievas davė dantis, Dievas duos duonos». Latín: «Deus dedit dentes, Deus dabit panem».2 Castellano: «Dios nos dio dientes, Dios nos dará pan». Préstamos léxicos del sánscrito al español Palabras prestadas del sánscrito Texto sánscrito escrito en varios alfabetos: «Que Śiva bendiga a quienes se deleitan en el lenguaje de los dioses» (Kālidāsa). ásana (posición de yoga) atutía o tutía avatar (ava tara, ‘que desciende’) ayurveda (medicina áiur-veda) bandana (bandhana, ‘atadura’) bodhisattva brahmán (bráhmana) Buda chakra (centro energético) gurú (‘pesado’, maestro) esvástica (su astika, ‘muy auspicioso’) karma mándala mantra maiá (velo ilusorio) nadi (canal energético) nirvana (éxtasis) sánscrito shanti (paz)
  • 4. yoga [editar]Palabras derivadas directamente de un término sánscrito ario (aria) brahmanismo budismo cingalés (en sánscrito sinjala: ‘con leones’) Palabras derivadas indirectamente de un término sánscrito ajedrez (préstamo del árabe, pero de origen sánscrito: chatur anga, ‘cuatro miembros’). alcanfor: al (árabe) + karpūrā: ‘sustancia química’ añil (del árabe hispano anníl o annír, este del árabe clásico níl[aǧ], este del persa nil, y este del sánscrito nīla). azúcar (del árabe hispánico assúkkar, este del árabe clásico sukkar, este del griego σάκχαρι /sákhari/, este del pelvi šakar,3 y este del sánscrito shuklá: ‘azúcar blanco’4 o de sukha ‘felicidad, dulzura’). azufre (préstamo del árabe, de origen sánscrito śulbāri: ‘enemigo del cobre’; siendo śulbā o śulva: ‘cobre’; āri: ‘enemigo’). azul (quizá alteración del árabe hispano lazawárd, este del árabe lāzaward, este del persa laǧvard o lažvard, y este del sánscrito rayavarta,5 ‘lapizlázuli’).6 costo (Costus villosissimus): hierba de flores amarillas originaria de la India (del latín costus, este del griego κόστος, y este del sánscrito kusthah,7 que significa ‘mal parado’, siendo ku: ‘mal’, y stha: ‘está’).8 jengibre (del latín zingĭber, zingibĕris, este del griego ζιγγίβερις, y este del sánscrito shringavera (siendo shringa: ‘cuerno’ y vera: ‘cuerpo’ o ‘boca’),9 aunque según la RAE proviene de la inexistente palabra sánscrita singavera).10 laca (del árabe hispano lákk, este del árabe lakk, este del persa lāk, y este del sánscrito laksha, que ya aparece en el Átharva-veda, de fines del II milenio a. C.).11 Quizá se relacione con lakshá (el número 100 000), quizá en referencia a la gran cantidad de insectos parecidos a la cochinilla que con sus picaduras hacen que este tipo de árbol exude esta sustancia resinosa, traslúcida, quebradiza y rojiza. lacha: vergüenza, pundonor (de layyá). lila (del francés lilac, este del árabe līlak, este del persa lilang, y este del sánscrito nila, “azul oscuro”). lima. Comparte su etimología con la palabra «limón». Deriva del árabe hispano lima , este del árábe līmah, este del persa ‫/ لیمو‬limú/, y este del sánscrito nimbú,12 13 limón (del árabe hispano lamún o laimún, este del árábe laymūn, este del persa limú, y este del sánscrito nimbú,14 que en realidad se refería a la ‘lima ácida’.13 naranja (del árabe hispano naranǧa, este del árabe nāranǧ, este del persa nārang, y este del sánscrito naranga,15 que posiblemente proviene del sánscrito nagá-ranga (‘el color de la localidad’, el árbol naranjo). También aparece como , nagáruka, nagá vriksha (‘el árbol de la serpiente’), nagara (ciudad, pueblo), naringa, naringui y narianga.16 [editar]Palabras relacionadas con el sánscrito a través de antepasados comunes Esto es, visiblemente relacionadas por compartir su raíz indoeuropea con algún término sánscrito o por ser préstamos de origen sánscrito al castellano a través de otras lenguas:
  • 5. azulejo: baldosín berilo: mineral (vaiduria: de Vidura, región del sur de la India) bramar (bhramaráh: bramar). brillante: diamante tallado (bahrií: ‘que brilla’). bruñir (en fráncico brúnjan, en sánscrito bahrií: ‘que brilla’) burbuja (en sánscrito budbudah) chita (‘manchada, con colores’) cabeza (kapitha) cachemir: clase de lana (kashmiri) calavera (kapala) calendario (del latín kal + endae; en sánscrito kāla: tiempo) carmín: color rojo (en sánscrito: krimi: ‘gusano’) cítara (sitar) cuclillo: ave (kokila) cúrcuma: condimento parecido al azafrán (kunkuma: ‘azafrán’) dádiva, dar (del latín dare, en sánscrito da: ‘dar’, dadasi: ‘él da’) deidad (latín deítas, sánscrito devá: ‘dios’) diente (latín denti; sánscrito danta: ‘diente’) dios (latín deus, sánscrito diaus: ‘cielo’) diestro (latín dexter; sánscrito daksina: hábil, derecho) dormir (latín dormire; sánscrito drati) hiemal: ‘invernal’ (latín hiemalis; sánscrito hemanta [jemanta]: ‘invierno’) Júpiter (latín Iu-piter: ‘padre de los dioses’; sánscrito Diaus-pitar: ‘padre del cielo’) mandarín: funcionario de gobierno (mantrī) ópalo (del latín opălus, este del griego ὀπάλλιος /opalios/, y este de alguna antiquísima palabra indoeuropea que produjo también el sánscrito upala). nardo: especie de flor (del latín nardus, este del griego νάρδος, y este de alguna antiquísima palabra indoeuropea que produjo también el sánscrito nálada que aparece ya en el Átharva-veda;17 y el hebreo nērd). ponche: clase de bebida (pancha: ‘cinco’ [ingredientes]) rojo (róhita) [rójita] serpiente (sarpa) sopa (supa)
  • 6. vermífugo: que elimina los gusanos (inglés: worm ‘gusano’; latín vermis; sánscrito krimi ) verraco: ‘cerdo’ (latín verres; sánscrito varaja [varája]: ‘jabalí’) Curiosidades Las secciones de curiosidades deben ser evitadas. Puedes mejorar este artículo introduciendo la información útil de esta sección en el resto del texto y quitando los datos inapropiados. En la novela Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Márquez (1927–), Aureliano Buendía aprende sánscrito para comprender el contenido de los manuscritos donde Melquíades profetizó un siglo de historia de toda la familia. En 1998 la cantante Madonna grabó un disco titulado Ray of light, fuertemente influenciado por el hinduismo, la cábala y otras doctrinas. Uno de los temas del disco se titula Shanti/Ashtangi, contiene versos del Ioga taravali, así como versos originales, cantados íntegramente en sánscrito. अिनख़ये सलसर Glosemática La glosemática es la teoría lingüística elaborada por el lingüista danés Louis Hjelmslev que tiene por objeto explicitar las intuiciones profundas de Saussure. Es una teoría formalista que no implica una negativa a considerar el contenido, sino que pretende dar una descripción formal a los hechos de significación. La glosemática atribuye, por tanto, un papel central a la forma, depurada de toda realidad semántica o fónica, y relega a un segundo plano la función, sobre todo el papel que el lenguaje representa en la comunicación, pues ésta está ligada a la sustancia. Hjelmslev parte de dos ideas saussureanas que se unen en la teoría del signo: el lenguaje no es sustancia sino forma; toda lengua es, a la vez, expresión y contenido. Sin embargo, quiere ir más lejos que Saussure en lo que se refiere a la oposición entre la forma y la sustancia, puesto que las unidades lingüísticas deben existir independientemente de la realidad del sonido y del sentido para que puedan proyectarse sobre esa realidad. Para ello, Hjelmslev rechaza a estos efectos el principio de oposición y desarrolla al máximo otra concepción saussureana, según la cual la unidad, puramente negativa y racional, no puede definirse en sí misma sino únicamente por las relaciones que la unen a las demás unidades de la lengua. Así pues, si la lengua es forma y no sustancia, lo es porque sus unidades deben definirse por las reglas según las cuales pueden combinarse. Los símbolos de un sistema lo son en tanto son distintos unos de otros y están relacionados entre sí por leyes de funcionamiento explícitas, haciendo abstracción simultánea de su significación y de su manifestación perceptible. Hjelmslev distingue entonces tres niveles donde Saussure solo veía dos: - a la sustancia saussureana (la realidad semántica o fónica, independientemente de la lengua), la llama materia. - a la forma saussureana (subdivisión, configuración, basada en el principio de oposición), la llama sustancia. - y, en tercer lugar, adopta el término forma para la red relacional que define las unidades, esto es, las relaciones que unen a una unidad con otras. La relación entre estos tres niveles (materia, sustancia y forma) se realiza mediante la noción de manifestación: la sustancia es la manifestación de la forma en la materia. Al reinterpretar el principio saussureano de que la lengua es forma y no sustancia, Hjelmslev reinterpreta también la afirmación de que las lenguas se caracterizan a la vez en el plano de la expresión y en el del contenido. Se ve obligado a ello cuando advierte que, si se abstraen las subdivisiones que correlacionan las expresiones con los
  • 7. contenidos para considerar solo las relaciones combinatorias entre unidades, entonces la forma de la expresión y la forma del contenido vendrían a ser la misma, pues las relaciones combinatorias que relacionan los signos vinculan tanto sus significaciones como sus realizaciones fónica. Consecuentemente, habría que renunciar a tal distinción. Para salvaguardarla, Hjelmslev, apoyado en el método fonológico de conmutación, abandona la idea de que el signo es la unidad lingüística fundamental afirmando que los dos planos no son acordes, en el sentido de que entre las leyes combinatorias que conciernen a los fonemas y las que conciernen a los semas no puede establecerse correspondencia. En consecuencia, la materia, la sustancia y la forma se desdoblan tanto en el plano de la expresión como en el del contenido, lo cual implica la existencia de seis niveles lingüísticos fundamentales. Hjelmslev crea una terminología particular: el elemento lingüístico revelado por la conmutación, pero definido formalmente, se llama glosema; los glosemas de la expresión (correspondientes a los fonemas) se llaman cenemas; los del contenido (comparables a los semas) son pleremas. Idiolecto Idiolecto (del griego: idios – propio– + leksis –lenguaje–) es la forma de hablar característica de cada persona (cuando la expresión es por escrito se denomina estilo). Se manifiesta en una selección particular del léxico, de la gramática y también en palabras, frases y giros peculiares, así como en variantes de la entonación y la pronunciación. Los idiolectos cumplen la función de hacer compatible la necesidad de comunicarse con los demás, con la necesidad de que cada persona pueda expresar su forma particular de ser y de pensar, sus gustos y sus necesidades. Cada ser humano posee un idiolecto, o varios (si es bilingüe, trilingüe, etc.). Un idiolecto siempre tiene, como mínimo, zonas de contacto con un ecolecto, un sociolecto y un dialecto o un idioma. Ejemplo conocido Se trata, por lo general, de una categoría más teórica que práctica, pues el estudio de los idiolectos sería interminable. Pero puede haber algún caso en el que la notoriedad de la persona y su particular forma de hablar merezca ser objeto de estudio, especialmente cuando se trata de personas bilingües, trilingües o políglotas como Manu Chao, que además habla y canta en un español muy peculiar. Entre las características más curiosas del idiolecto de Manu Chao pueden citarse: El empleo de la liaison, típica del francés, en español. La liaison consiste, en general, en pronunciar la s en final de palabra, cuando la palabra siguiente empieza por vocal, y en no pronunciarla en caso contrario. Así, por ejemplo, Manu Chao pronuncia: por tu tierras adentro (canción: Papito..., disco: Próxima estación Esperanza). Es decir, no pronuncia la s de tus porque la palabra siguiente empieza por consonante y sí, en cambio, pronuncia la s final de tierras, ya que la palabra siguiente empieza por vocal. La reduplicación de consonantes típica del italiano, como, pol la vieja sonora (canción: La marea, disco: Próxima estación Esperanza). Sociolecto Un sociolecto o dialecto social describe la variedad lingüística usada por una clase social. Dentro de la clasificación de las variedades lingüísticas los sociolectos se corresponden con lo que Eugenio Coseriu llama variedades diastráticas, estrechamente relacionadas con las variedades diafásicas o registros de la lengua.1 Definición De acuerdo con la tradición greimasiana, el sociolecto. en oposición al idiolecto y al ideoléxico, designa las actividades semióticas en su relación con la estratificación social, en los niveles de superficie léxica, como en las organizaciones discursivas y a nivel de las estructuras semánticas profundas. De esta forma, el estudio de un
  • 8. sociolecto puede dar respuestas, a partir del lenguaje de uso social, sobre lo que se entiende por cultura, en las interacciones de los universos colectivos e individuales. Dialecto En linguística, la palabra dialecto1 hace referencia a una de las posibles variedades de una lengua;2 en concreto, un dialecto sería la variante de una lengua asociada con una determinada zona geográfica (de ahí que también se use como término sinónimo la palabra geolecto o, en terminología de Eugenio Coseriu, las expresiones variedad sintópica y norma espacial). Más concretamente, un dialecto es un sistema de signos desgajado de una lengua común, viva o desaparecida, normalmente, con una concreta limitación geográfica, pero sin una fuerte diferenciación frente a otros de origen común.3 El número de hablantes y el tamaño de la zona dialectal pueden ser variables y un dialecto puede estar, a su vez, dividido en subdialectos (o, hablas). Independientemente de la antigüedad del término, su uso lingüístico se inicia a finales del siglo XIX cuando la lingüística histórica dio paso a la aparición de la dialectología como disciplina lingüística dedicada específicamente a las variedades geográficas de las lenguas. Los dialectos han de ser entendidos como variantes geográficas condicionadas históricamente, esto es, la historia de los contactos lingüísticos es el factor que determina la diferenciación dialectal. Como causas de la variación dialectal se señalan, habitualmente, las siguientes: el origen de los pobladores que, hablando la misma lengua, ya presentaban diferencias dialectales de origen; la influencia de otra lengua sobre una parte del dominio lingüístico; y la separación territorial que da lugar a evoluciones diferenciadas.4 Con todo, la delimitación del concepto de dialecto es un proceso delicado en lingüística, porque exige una adecuada caracterización de la lengua del territorio, la precisión de su filiación histórica y unos rigurosos análisis sociolingüísticos y estudios de actitudes lingüísticas por parte de los hablantes.5 Además, obliga a manejar también un determinado concepto de lengua, respecto del que se define el primero, algo que no está tampoco exento de dificultades. Como elemento añadido a la hora de dificultar la precisión conceptual de ambos términos, históricamente, la política lingüística de determinadas comunidades ha podido usar la palabra dialecto con un valor peyorativo, con el objeto de privilegiar como vehículo de expresión oficial a una determinada lengua en perjuicio de otra u otras a las que, como forma de descalificación, se les ha aplicado dicho término; en este otro sentido de la palabra, dialecto haría referencia a un sistema lingüístico que no alcanza la categoría de lengua.3 El concepto de dialecto Al igual que ocurre con el caso de lengua, las definiciones del término dialecto no son muchas veces coincidentes entre los especialistas. Con todo, se asume como principio básico que, lingüísticamente, no hay justificación para una distinción entre las realidades a las que ambos hacen referencia; esto es, tanto un dialecto como una lengua son «lenguas», en el sentido de sistemas de comunicación verbales,6 por lo que la explicación y justificación de ambos conceptos debe hacerse teniendo en cuenta criterios extralingüísticos. Manuel Alvar, con todo, reconoce como posible esta acepción de dialecto, que sería la de sistema lingüístico que no alcanza la categoría de lengua; a tal efecto, previamente identifica las lenguas con sistemas bien diferenciados y bien nivelados en su norma de su uso, y que poseen una tradición literaria relevante. Por lo demás, por debajo del dialecto estarían conceptos más específicos como habla regional (peculiaridades expresivas de una zona sin la coherencia del dialecto) y habla local (un conjunto de rasgos poco diferenciados pero característicos de una muy concreta zona geográfica). [editar]Aspectos históricos El estudio de la evolución de las lenguas a lo largo del tiempo, conocido como lingüística histórica, permitió descubrir que las lenguas modernas emparentadas provienen, a su vez, de otras lenguas que también se habían desarrollado a partir de la fragmentación de alguna lengua más antigua. En este sentido, cualquier lengua no deja de ser, en sí misma, un dialecto, en tanto que todas las lenguas provienen de otras, de las que han sido o son variantes en una geografía determinada. Esta otra acepción de dialecto se considera, en ocasiones tan importante como la de «variante geográfica»: Hay dos acepciones principales de dialecto. Una es la que lo considera como lengua derivada de otra. Así, el francés es un dialecto del latín, el cual a su vez es un dialecto del indoeuropeo; o bien el castellano, el catalán, el francés, el italiano, etc. son dialectos del latín, mientras que el latín, el griego, el persa, el /sánscrito, etc. son dialectos del indoeuropeo. Esta acepción suele funcionar en el ámbito del historicismo y, por tanto, dialecto es un término técnico
  • 9. de la lingüística históricocomparativa. La otra acepción de la palabra lo define como variedad geográfica dentro de una misma lengua.7 [editar]Aspectos político-sociales La historia de las lenguas explica también que por razones distintas (políticas, sociales, geográficas, culturales), de varios dialectos surgidos al fragmentarse una lengua hay uno que se impone y que acaba por agostar el florecimiento de los otros. Mientras el primero se cultiva literariamente y es vehículo de obras de alto valor estético, hay otros que no llegan nunca a escribirse, y, si lo son, quedan postergados en la modestia de su localismo. Mientras el primero sufre el cuidado y la vigilancia de una nación, los otros crecen agrestemente.8 Este devenir histórico es, la mayor parte de la veces, el responsable de la ambigüedad con que se suelen utilizar, al menos popularmente, los términos de lengua y dialecto: hay casos en que un dialecto en origen termina por ser considerado lengua por una decisión político-social (tal podría ser el caso del valenciano) y, de igual modo, una lengua en origen (el gallego, por ejemplo), estuvo durante siglos (los llamados Séculos escuros) estigmatizada con su consideración como dialecto. En este sentido, el aforismo atribuido a Max Weinreich que dice que «Una lengua es un dialecto con un ejército y una marina»,9 sería una reflejo sintético de esa apreciación. La endeblez científica de una distinción basada en aspectos de ese tipo se comprueba si se piensa en que las fronteras políticas no delimitan las líneas del uso de la lengua ni de su comprensibilidad. El inglés y el serbocroata son un buen ejemplo de esto. Estos idiomas tienen tres variantes principales consideradas como estándares: el inglés de Reino Unido, Estados Unidos y Australia (otras variantes, como el inglés de Belice, Nigeria e India son llamadas «variantes indígenas»). El serbio y el croata por otra, junto con otras variedades no tan habladas, son mutuamente inteligibles. Por razones políticas, analizar estas variedades como «lenguas» o «dialectos» produce resultados inconsistentes: el inglés británico y el inglés americano, hablados por grandes aliados políticos y militares, son considerados casi universalmente como dialectos del inglés. Sin embargo, los idiomas estándar de Serbia y Croacia, cuyas diferencias son comparables en número con las diferencias entre el inglés británico y el inglés americano, son considerados por muchos lingüistas de la región como idiomas diferenciados, aduciendo entre otras razones que usan alfabetos distintos; pero en buena parte se debe a que la relación entre ambos países es conflictiva, teniendo en la religión (católica entre los croatas, ortodoxa entre los serbios) un signo de identidad diferenciada. Existen discrepancias sobre si el idioma macedonio es un idioma o un dialecto, hay quien lo considera mutuamente inteligible con el búlgaro. Es considerado un dialecto del búlgaro principalmente en Bulgaria y un idioma independiente principalmente en la propia República de Macedonia. En el Líbano, el partido político Guardianes de los Cedros, que se opone a los lazos que unen el país con el mundo árabe, se está movilizando para que el «libanés» sea considerado como una lengua distinta del árabe, y no un simple dialecto, e incluso pretende reemplazar la escritura árabe por una resurrección del antiguo alfabeto fenicio. En España, algunas organizaciones valencianas y baleares consideran sus respectivas lenguas como diferentes del catalán, a pesar de que existe un reconocimiento institucional y académico en relación a que tanto el valenciano como el balear son variedades del occitanorromance. El carácter altamente político de estas discusiones no es nuevo: El filólogo y lingüista catalán Antoni Badia Margarit, rector de la Universidad de Barcelona, dejó escrito en su Gramática Histórica Catalana (1952): “No es el catalán una lengua románica que siempre haya estado entre las lenguas con personalidad propia: todo lo contrario, era considerado como una variedad dialectal de la lengua provenzal, y sólo desde hace relativamente poco, ha merecido la categoría de lengua neolatina independiente” ( "Gramática Histórica Catalana " (1952). A lo largo de la historia, han surgido casos de alteraciones de variedades del habla por razones políticas. En el siglo XIX, por ejemplo, los nacionalistas noruegos crearon el nynorsk a partir de un conjunto de dialectos seleccionados en el oeste del país y menos influenciados que los dialectos orientales por el danés y el sueco durante la ocupación danesa y sueca. [editar]La cuestión del prestigio Cuando la disputa se da entre dialectos del mismo idioma, surge el concepto de dialecto de prestigio (o variedad de prestigio), que es la que se asocia en una comunidad que tenga más de un dialecto, con aquel empleado por grupos de hablantes que ocupan una posición socialmente prestigiosa (élites económicas, culturales, sociales). En consecuencia de esta condición social, el dialecto de prestigio suele emplearse en las situaciones formales, como la diplomacia, como también es, por su asociación con las elites, el dialecto que más influencia ejerce en la definición de la lengua estándar. Dicho dialecto de prestigio suele basarse o estar influido por producciones escritas reconocidas dentro de la comunidad, como es el caso el Corán para el árabe o la traducción de la Biblia de Lutero para el alemán. En contraposición a este dialecto de prestigio existe el llamado dialecto vernáculo, que es el lenguaje «hablado en casa». Según la impronta de la vida pública en la vida privada en una sociedad, este dialecto vernáculo será más
  • 10. cercano o lejano al dialecto estándar. En los países árabes, por lo general, el dialecto estándar no es hablado por casi nadie en el ambiente doméstico. En los países nórdicos el vernáculo y el estándar son casi idénticos en las capitales (Oslo o Estocolmo) y muy distintos en la provincia (en Tromsø o Malmö). [editar]La ambigüedad del término Esta vaguedad conceptual, por lo menos en un ámbito no especializado, tiene también parte de su origen en que, etimológicamente, la palabra dialecto no mantiene vínculo alguno con cuestiones geográficas: Sin calificativo, la noción es neutra y genérica, equivale a variedad, a norma. (...) Esto explica que en estos últimos años haya empezado a reemplazarse su sentido de variedad geográfica por la más explícita noción de geolecto.10 La explicación histórica, que en sí misma refleja la dificultad del problema terminológico, es que la lengua griega de la antigüedad era, en realidad, un grupo de variedades locales distintas (jónico, dórico y ático) que evolucionaron de forma divergente desde una misma lengua común originaria, llegando a tener cada una de ellas su propia tradición literaria y sus propios contextos culturales de uso: el jónico para la historiografía, el dórico para las obras corales y líricas, y el ático para la tragedia. Con el tiempo, el griego de la gran metrópolis, Atenas, se convirtió en la koiné o lengua «común», esto es, en la norma de la lengua hablada, como una síntesis de la distintas variedades que terminaron por convergir en el dialecto del centro administrativo y cultural más importante. Así, pues, esa situación se convirtió en un modelo para la ambigua utilización de los términos lengua y dialecto: lengua como la norma lingüística o grupo de normas relacionadas y dialecto como cada una de esas normas de forma independiente.11 Consecuentemente, en la actualidad la palabra dialecto se puede encontrar aplicada a cualquier variedad de lengua. En francés, por ejemplo, se distingue entre dialecte y patois, el primero con el sentido de variedad regional asociada a una tradición literaria y el segundo a aquella variedad de ese tipo pero sin tradición literaria, con un uso habitual de tipo peyorativo, esto es, con una valoración inherente de inferioridad. Por lo demás, el francés estándar no se ve como dialecto del francés, cosa que sí ocurre en inglés. No obstante, en esta lengua, los sentidos de la palabra dialecto se diversifican: dialect sirve tanto para referirse a las variedades locales del inglés, como para los distintos tipos de habla informal, de clase baja o rural. En otras ocasiones, incluso, puede referirse a una variedad no estándar o, a veces, subestándar, con valores de inferioridad. En este sendido, lengua y dialecto pueden ser casi intercambiables.12 Este uso popular de los términos cuenta también, a veces, con el refrendo del uso por parte de lingüistas que, con el deseo de subrayar las relaciones entre todas las variedades de una lengua, utilizan el término dialecto para referirse tanto a los dialectos geográficos o espaciales, como a los dialectos sociales u otros (los llamados sociolectos).13 No obstante, las obras generales de dialectología abordan exclusivamente el dialecto como variante geográfica, siguiendo la opinión de Eugenio Coseriu y otros lingüistas que reservan ese término solo para esa variedad, al destacar la relevancia de las variedades geográficas de una lengua frente a otro tipo de variedades (sociales y comunicativas), por cuanto un dialecto así entendido constituye un sistema lingüístico completo (desde el punto de vista gramatical), frente a la parcialidad o asistematicidad de los niveles y registros de una lengua.14 En todo caso, y aunque se ha llegado, incluso, a negar la legitimidad del concepto de dialecto por la dificultad de marcar las fronteras de uso, generalmente se considera que la vinculación a una geografía determinada es un factor que permite diferenciar variedades dentro de una lengua, por lo que el término dialecto es el que se suele usar en lingüística para tal concepto. [editar]La percepción de los hablantes Simultáneo a este factor, el concepto de dialecto lleva aparejado un factor de «concienciación», en el sentido de que los hablantes suelen tener una percepción más o menos clara respecto de la variedad que usan; esta percepción de los hablantes, unida a unas características lingüísticas determinadas, permite a la sociolingüística identificar a los dialectos como realidades lingüísticas distinguibles de otras. En consecuencia, es preciso recordar que un dialecto existe cuando los hablantes se consideran miembros de una comunidad de habla dialectal circunscrita a un determinado territorio, es decir, cuando consideran que su variedad está suficientemente diferenciada de otras y cuando interpretan y valoran de forma semejante la variación sociolingüística. लुवस रवेदा ु