1. Del secundario a la universidad
Del Secundario a la Universidad
Autoras
Macarena Acevedo
Antonella Bernasconi
Ana Victoria Cejas Schmoker
Melina Leyes
Nadia Koropecki
Curso
5to “C” – Comunicación, Arte y Diseño
Profesora
Mónica Robledo
Materia
Producción Verbal
Año
2011
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2. Del secundario a la universidad
Índice
Introducción …………………………………………………………..………………..…… Pág. 3
Parte 1
Capítulo 1: Adolescencia………………………………………………….……..… Pág. 4
Independencia – Identidad – Autoimagen
Fases de la adolescencia
Fase final del período Adolescente: Búsqueda de intimidad y de la
construcción del rol social
Factores sociales en el desarrollo adolescente
Capítulo 2: En búsqueda de la identidad…...……………………….………..…. Pág. 6
Identidad frente a la confusión de la identidad.
Niveles de identidad: crisis y compromisos
Exclusión – Moratoria - Logro de la identidad
Confusión de la identidad - Identidad sexual
La inteligencia sometida.
Explicación
Desarrollo de la personalidad
Capítulo 3: Educación y proyecto personal de vida………...…….…………... Pág. 9
Las metas de madurez
EL HOMBRE: Su identidad y sentido. Metas de madurez
Interioridad: Conciencia - Libertad
1) El hombre, presencia consciente y creadora; valorante
y rectora. Ubicarse y orientarse
2) El hombre, interioridad libre y responsable.
Conquistarse y gobernarse.
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Parte 2
Capítulo 1: ¿Sólo Estudio?.............................................................................. Pág. 14
Mitos y verdades: ¿Cuáles de las creencias son verdad y cuales son mitos?
Miedos típicos al ingreso a la universidad
Algunos miedos al elegir la carrera
¿Cómo me organizo?
Capítulo 2: EL EXAMEN: el miedo más común............................................. Pág. 16
Tipos de exámenes
Capítulo 3: Universidad… ¿Pública o privada?............................................. Pág. 17
Mitos y verdades: Cómo elegir la universidad
Capítulo 4: La puerta de entrada……………………………………………….…Pág. 19
Parte 3
Capítulo 1: Testimonios……………………………………………………………Pág. 20
Conclusión................................................................................................................. Pág. 27
Fuentes....................................................................................................................... Pág. 28
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3. Del secundario a la universidad
Introducción
La adolescencia es un período complicado, ya que la persona pasa por una gran
cantidad de cambios, tanto físicos como psicológicos y sociales.
Como si todos los cambios sufridos fuesen poco, a los jóvenes les toca decidir su futuro
en la última y más difícil etapa de la adolescencia; justo cuando el ser humano está
buscando su identidad, debe decidir que quiere ser profesionalmente en un futuro no muy
lejano.
Elegir una carrera universitaria o terciaria resulta difícil porque existen muchos miedos,
como la pérdida de amigos de la infancia, y el no acostumbrarse al nuevo estilo de vida.
Otra cosa que influye mucho en la decisión son los padres, que muchas veces no dejan
que sus hijos escojan la carrera, y por ello fracasan.
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Parte 1
Capítulo 1
Adolescencia
Adolescencia (17-19 años):
INDEPENDENCIA:
*Emocionalmente próximo a los padres, a sus valores.
*Las relaciones íntimas son prioritarias.
*El grupo de pares se torna menos importante.
IDENTIDAD:
*Desarrollo de un sistema de valores.
*Metas vocaciones reales.
*Identidad personal y social con capacidad de intimar.
AUTOIMAGEN:
*Aceptación de la imagen corporal.
Fases de la adolescencia
En el funcionamiento psicológico, las dimensiones más destacadas del desarrollo
adolescente se dan en el plano intelectual, sexual, social y en la elaboración de la
identidad, nosotros ampliaremos siempre los temas referidos a la última etapa adolescente,
la cual es la que nos interesa en esta monografía). Con la finalidad de facilitar la
sistematización de sus características, analizaremos la evolución que presentan a través de
tres fases. No se trata de secuencias rígidas, pues las aceleraciones y desaceleraciones
de los procesos dependen, a lo menos, de las diferentes subculturas, la situación
socioeconómica, los recursos personales y tendencias previas, los niveles alcanzados de
salud mental y desarrollo biológico, las interacciones con el entorno, y, entre estas, las
relaciones de género y las relaciones intergeneracionales.
- Fase I. Temprana (10 - 13 años) Preocupación por lo físico y emocional.
- Fase II. Media (14 - 16 años) Preocupación por la afirmación personal social.
- Fase III. Final (17 - 19 años) Preocupación por lo social
*Búsqueda de afirmación del proyecto personal-social
*Reestructuración de las relaciones familiares
*Locus de control interno
*Desarrollo de instrumentos para la adultez
*Exploración de opciones sociales
*Avance en la elaboración de la identidad
*Duelo parental por la separación física
*Grupos afines en lo laboral, educacional, comunitario
*Relaciones de pareja con diferenciación e intimidad
*Capacidad de autocuidado y cuidado mutuo
Fase final del período Adolescente: Búsqueda de intimidad y de
la construcción del rol social
En la última fase de la adolescencia se comienza a evolucionar de un proyecto de vida
complementario con el proyecto familiar a una forma de enfrentamiento personal y social
propia que se deberá ir poniendo a prueba en la práctica concreta y aportará a la
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consolidación de la identidad y los roles. No se trata tanto de la elaboración de un proyecto
planificado de principio a fin, como podía esperarse tradicionalmente, sino del compromiso
con pasos y experiencias dadas en su presente, que constituyan vías flexibles hacia los
roles y metas de acuerdo con la incertidumbre de los tiempos. las figuras parentales
enfrentan el duelo que provoca el desprendimiento físico del medio familiar por el
adolescente.
En las culturas modernas, se espera que, en la fase final de la adolescencia, el locus de
control externo, propio del status dependiente de la niñez y de la relación asimétrica con las
figuras adultas, haya evolucionado hacia un locus de control interno. Esto significa que los
y las adolescentes no atribuyan lo que les ocurre fundamentalmente a circunstancias
externas (locus de control externo), sino que pueden reconocer y expresar sus capacidades
de iniciativa, anticipación de resultados y manejo de consecuencias, negociación en la toma
de decisiones y puesta en práctica de la solución de problemas. De esta forma procuran
que sus sentimientos de adecuación y seguridad provengan de sus propias realizaciones.
Las capacidades de autocuidado y cuidado mutuo tienen la posibilidad de despegarse
eficazmente, en la medida que los y las adolescentes hayan contado con la asesoría y
atribuciones requeridas. Las parejas dejan de cumplir el rol de exploración y descubrimiento
de mundos emocionales y sexuales, para introducir como vivencia central, la apertura a la
intimidad que emerge entre personas con identidades más diferenciadas que se enriquecen
con el acompañamiento afectivo y el establecimiento de vínculos profundos.
Los grupos o redes se van estableciendo por afinidades en lo laboral, educacional,
comunitario, cultural, etc. La participación organizada se llega a constituir en una opción
para el desarrollo de destrezas en la negociación con entes adultos, la construcción
innovadora de vías de satisfacción de sus necesidades y de aceptación de sus expresiones
naturales.
Esta fase se puede ver bloqueada por la evitación del duelo que implica abandonar
identidades potenciales que parecen ser más gratificantes por roles posibles (que a
menudo se tornan excluyentes) así como enfrentar los pasos para llegar a desempeñarlos.
Otro importante factor que opaca con frecuencia el empuje por explorar las perspectivas
más afines de realización personal y participación social, es la desesperanza objetiva o
aprendida de que no existen las opciones que permitan el desarrollo anhelado. En
adolescentes depravados, emocional o económicamente, se establecen convicciones que
llevan a rehuir las tensiones propias de su desarrollo y de las condiciones del ambiente, lo
que favorece salidas sustitutivas, refugio en gratificaciones efímeras, acting out, reacciones
depresivas, etc.
Factores sociales en el desarrollo adolescente
Con la modernización y la globalización, el dominio directo de la familia y el sistema
escolar sobre el entorno ha disminuido. La rapidez de los cambios ha conducido a
interpretar la realidad con códigos diferentes entre las generaciones.
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Capítulo 2
En búsqueda de la identidad
La adolescencia, es un periodo de transición, una etapa del ciclo de crecimiento
que marca el final de la niñez y prenuncia la adultez, para muchos jóvenes la adolescencia
es un periodo de incertidumbre e inclusive de desesperación; para otros, es una etapa de
amistades internas, de aflojamiento de ligaduras con los padres, y de sueños acerca del
futuro.
Identidad frente a la confusión de la identidad:
Para formar una identidad, el ego organiza las habilidades, necesidades y deseos de una
persona y la ayuda a adaptarlos a las exigencias de la sociedad. Durante la adolescencia la
búsqueda de "quien soy" se vuelve particularmente insistente a medida que el sentido de
identidad del joven comienza donde, donde termina el proceso de identificación. La
identificación se inicia con el moldeamiento del yo por parte de otras personas, pero la
información de la identidad implica ser uno mismo, en tanto el adolescente sintetiza más
temprano las identificaciones dentro de una nueva estructura psicológica. Eriksson
concluyó que uno de los aspectos más cruciales en la búsqueda de la identidad es
decidirse por seguir una carrera; como adolescentes necesitan encontrar la manera de
utilizar esas destrezas; el rápido crecimiento físico y la nueva madurez genital alertan a los
jóvenes sobre su inminente llegada a la edad adulta y comienzan a sorprenderse con los
roles que ellos mismos tienen en la sociedad adulta. Cuando los jóvenes tienen problemas
para determinar una identidad ocupacional se hallaran en riesgo de padecer situaciones
perturbadoras como un embarazo o el crimen. Erickson considera que el primer peligro de
esta etapa es la confusión de la identidad, que se manifiesta cuando un joven requiere
un tiempo excesivamente largo para llegar para llegar a la edad adulta (después de los
treinta años). Sin embargo es normal que se presente algo de confusión en la identidad que
responde tanto a la naturaleza caótica de buena parte del comportamiento adolescente
como la dolorosa conciencia de los jóvenes acerca de su apariencia. De la crisis de
identidad surge la virtud de la fidelidad, lealtad constante, fe o un sentido de pertenencia a
alguien amado o a los amigos y compañeros. La fidelidad representa un sentido muy
ampliamente desarrollado de confianza; pues en la infancia era importante confiar en otros,
en especial a los padres, pero durante la adolescencia es importante confiar en sí mismos.
Niveles de identidad: crisis y compromisos
De acuerdo con el psicólogo James E. Marcia, estos estudiantes se hallan en cuatro
niveles diferentes del desarrollo del ego. Marcia amplió y aclaró la teoría de Eriksson al
determinar varios niveles de identidad y correlacionarlos con otros aspectos de la
personalidad; identificó cuatro niveles que difieren de acuerdo con la presencia o ausencia
de crisis y compromiso, relacionando estos niveles de identidad con características de la
personalidad con ansiedad, autoestima, razonamiento moral y patrones de
comportamiento; Marcia clasificó a las personas en una de cuatro categorías:
Exclusión: (compromiso sin ninguna crisis) nivel de identidad descrito por Marcia, en el
cual una persona que no ha dedicado tiempo a considerar alternativas, es decir, que no
ha estado en crisis, se compromete con los planes de otra persona para su vida.
Moratoria: (crisis sin compromiso) nivel de identidad descrito por Marcia, en el cual una
persona considera alternativas (está en crisis) y parece dirigirse hacia un compromiso.
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Logro de la identidad: (crisis que lleva a compromiso) nivel de identidad descrito por
Marcia, que se caracteriza por el compromiso con opciones tomadas después de un
período de crisis, un tiempo delicado a pensar en alternativas.
Confusión de la identidad: (sin compromiso, crisis incierta) nivel de identidad descrito
por Marcia, que se caracteriza por la ausencia de compromiso y al cual, puede seguir un
período de consideraciones de alternativas.
Identidad sexual
La orientación sexual del adolescente, al margen de las prácticas que puedan haber
existido inicialmente, puede dirigirse hacia personal del mismo sexo del propio sexo o hacia
actividades sexuales peculiares. La homosexualidad no es una enfermedad ni un vicio, sino
una particular orientación del deseo ante la que hay que dejar de lado todo
el prejuicio moralizante y toda idea preconcebida.
La relación sexual, en el ser humano, no se limita a un comportamiento encaminado a
la reproducción, sino que pone en juego un profundo intercambio de deseos y
peculiaridades individualidades. Durante la adolescencia, el deseo sexual de los jóvenes
puede verse afectado por tendencias particulares (fetichismo, sadismo, masoquismo),
exactamente como sucede con los adultos.
Al analizar la sexualidad de los jóvenes durante la adolescencia hay que referirse, casi
siempre, a prácticas más que tendencias. Su verdadera definición sexual puede discurrir
por causas muy distintas a determinadas conductas específicas que de forma ocasional
puedan aparecer. Nada esta consolidado en ellos ni nada es aún definitivo.
La inteligencia sometida.
Muchos de los conflictos que vive el adolescente, por no decir todos, sin excepción,
constituye episodios absolutamente normales dentro del mismo proceso
evolutivo impuesto por el desarrollo del individuo. Esta normalidad sin embargo, no evita
que los adolescentes vivan esta etapa con incertidumbre y ansiedad. Así los brotes de
emotividad las crisis internas, acompañados por los cambios físicos y hormonales propios
de la edad, en estos momentos van ha tener una gran incidencia en el rendimiento
intelectual. Los maestros y profesores, sobre todo, saben perfectamente que suele ocurrir
en estas edades. Los alumnos que hasta la fecha habían venido trabajando con resultados
más que excelentes, demostrando en cada etapa un nivel óptimo de inteligencia, de
repente entran en una fase de desconcierto y retroceso, tienen dificultades de comprensión
y concentración en clases y para realizar las tareas escolares en casa.
Explicación: aunque los conflictos que vive el adolescente constituyen episodios
inevitables en el desarrollo del ser humano, los jóvenes sucumben temporalmente a la
incertidumbre y a la ansiedad. En semejante situación reaccionan poniendo en juego
sus recursos cognitivos, que al ser desviados de su función original disminuye
temporalmente las facultades del individuo.
Durante algún tiempo, los adolescentes de ambos sexos deberán poner en juego toda su
capacidad intelectual para afrontar y resolver los inevitables conflictos que conllevan la
adolescencia
Desarrollo de la personalidad
Sobre el desarrollo de la personalidad se han desarrollado variadas teorías, por parte de
diferentes autores dedicados al estudio de los diversos aspectos que influyen en el
desarrollo y comportamiento del individuo en la adolescencia.
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La adolescencia es, si se quiere una etapa muy delicada y clave en el desarrollo de la
personalidad que va a regir la vida del adulto, su desarrollo social, emocional y
desenvolvimiento positivo en la sociedad.
Según algunos autores, se creía, que el temperamento y el carácter, integrantes
principales de la imagen corporal estaban determinados biológicamente y venían
predicados por la información general.
La imagen corporal adquiere mayor importancia cuando el adolescente se encuentra en
grupos que dan demasiada importancia a los atributos físicos tanto del varón como la
hembra, o cuando en su entorno familiar o social se burlan de cualquiera de sus
características físicas, estatura, contextura, color, etc.
La imagen corporal se toma mas en cuenta en la hembra que en el varón y hasta en
algunos casos determinan la profesión escogida.
Pero es necesario hacer hincapié, que aunque la imagen corporal juega un papel en el
desarrollo de la personalidad, son factores de mayor importancia el ambiente donde se
mueve el joven, la familia y los valores que se mueven a su alrededor y de vital importancia
la motivación como el motor que pone a funcionar todas sus acciones hacia el logro de
metas trazadas.
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Capítulo 3
Educación y proyecto personal de vida.
Las metas de madurez
La educación va muchísimo más allá de la función informativa, más allá de la
transmisión cultural y científica. Trasciende los planteos académicos, y piensa en el hombre
todo y en todos los hombres como personas y como comunidad. La diversidad de los
saberes instrumentales ha de contribuir al bien total de la persona y no ser incorporados de
tal modo que le causen deterioro. Pero, ¿cómo estructurar y configurar esa integración
armoniosa de los saberes instrumentales y cómo hacerlo en función de algo más allá de un
perfeccionamiento narcisista, algo que signifique trascendencia y profundidad? ¿Cuál es la
tarea medular de la educación? ¿en que consiste esa educación como promoción del
personal proyecto de vida? ¿Cómo traducir el "aprender a ser"?.
Lo que caracteriza a la persona es ser una unidad bio-psíquico-espiritual, una presencia
consciente y creadora en el mundo, confiada a su libertad y responsabilidad, en medio de
otras personas con las que no sólo debe convivir, sino autoconstruirse mediante la
interacción con ellas y responder así al llamado de una misión trascendente. En estas
características esenciales de la persona está señalado el programa de tareas educativas
fundamentales. La persona en cuanto persona lleva en su Ef. 1, 4: Por cuanto nos ha
ser su quehacer fundamental: su programa educativo. Eso elegido en él antes de la fundación
es lo que hemos querido expresar al hablar del hombre del mundo, para ser santos e
inmaculados en su presencia en el
como esencial proyecto dinámico y de la educación como amor.
autoconducción del personal proyecto de vida. Proyecto 1 Cor. 15, 28: Cuando hayan sido
que en definitiva debe coincidir con el proyecto de Dios sometidas a él todas las cosas,
entonces también el Hijo se
sobre el hombre y sobre el mundo que culmina en Cristo someterá a Aquel que ha sometido
como fin de la creación (Ef. 1,4 - 1 Cor. 15,28). Esta a él todas las cosas, para que Dios
unidad armoniosa del todo es la clave que orienta y sea todo en todos.
explica el quehacer del hombre en el mundo en el cual se
debate para alcanzar su íntimo deseo de "ser como Dios". Si educar es humanizar, educar
es, en ese sentido, divinizar, pues "la humanización del hombre es como un signo y la
Epifanía de su divinización" (Sínodo 1974. Cf. L'Osservatore Romano 13-10-74)
Sin dejar de tener presente que la persona es una unidad bio-psíquico-espiritual en
interacción social y que no admite por tanto considerar en ella sectores separados como
comportamientos estancos, ya que cualquier aspecto repercute en todos los otros,
consideramos como objetivos educativos fundamentales las metas de madurez de la
personalidad en tres grandes dimensiones: Interioridad - Encarnación - Vocación. Y en
vistas a tener un, panorama concreto que oriente y sugiera las correspondientes tareas
educativas; las analizaremos algo más detenidamente de acuerdo con el siguiente cuadro
de referencia:
EL HOMBRE: Su identidad y sentido. Metas de madurez
a) Interioridad
b) Encarnación
c) Vocación
De todas ellas ampliaremos la información de Interioridad, ya que es la parte que más
se refiere a nuestro tema, las dos siguientes son más relacionadas con la Iglesia.
Interioridad: Conciencia - Libertad
1) El hombre, presencia consciente y creadora; valorante y rectora. Ubicarse y
orientarse.
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El hombre es el único ser de la naturaleza capaz de interrogarse. El único que tiene
capacidad de problematizar y problematizarse. Vivir como hombre es percatarse de los
interrogantes y planteos de la existencia y tener que darles adecuada solución, so pena de
sentirse frustrado en sus ansias de autorrealización. La conciencia es una dimensión
fundamental de la persona. Aquella por la cual el hombre se rescata del mundo de los
objetos y se descubre y actúa como sujeto, fuente responsable de sus acciones. (Cf. GS.
16, DHC. 13). Incluso para encontrarse a sí mismo ha de encontrar el sentido de la vida,
descubrir su quehacer en este mundo, para qué está en él con poderes de opción y
decisión personales. La conciencia es el órgano del sentido de la vida, del por qué y el para
qué del mundo y de la marcha de la historia, el por qué y el para qué del trabajo, del dolor,
de la culpa, del amor. Si pues lo que caracteriza al hombre es esta capacidad de presencia
consciente ante los datos de la realidad, capacidad de percibir la necesaria modificación de
lo dado o de crear algo nuevo; si al mismo tiempo la concienciamoral permite al hombre
discernir cuándo su intervención resultará conducente o no a su destino de esta capacidad
fundamental del hombre: la conciencia.
Surge de aquí la necesidad de cultivar la observación, la apertura a la realidad, la
respetuosa actitud contemplativa ante la naturaleza, el criterio para discernir, la actitud
sanamente crítica y valorativa, la capacidad de interpretar los hechos y el sentido de los
signos de los tiempos. En síntesis, voluntad de verdad y justicia como fidelidad al ser,
prudencia como virtud rectora hacia los fines propios de cada cosa: ubicarse.
Correlativamente resulta indispensable tener el marco de referencia de una cosmovisión
congruente a la luz de la cual surjan claras y rectas convicciones respecto al sentido, valor
y uso del poder, de las posesiones, el dinero, la fama, el éxito, el sexo, el ocio, la
publicidad, los medios de comunicación social, etc. Tal es el camino hacia una jerarquía de
valores y orientaciones de conducta que sirva de base a una opción fundamental en la vida:
el paso de la indefinición o ambigüedad a la definición y orientación existencial. De tales
confrontaciones surge sin duda la disposición de transformación responsable de la realidad
en función de objetivos más humanos y trascendentes, mediante estrategias y acciones
igualmente dignas y humanas. En cuanto a esta tarea de hacer tomar conciencia caben
desde el punto de vista pedagógico algunas reflexiones que emergen de la experiencia.
El momento de la verdad y el modo de conducir a ella forman parte. de la verdad. En la
comunicación humana, el análisis de la verdad va más allá del mundo del emisor, incluye al
receptor y al contexto. No basta estimar que lo que uno dice es verdad. Es necesario tener
en cuenta qué habrán de entender, y más aún qué resonancia desencadenará esa
comunicación de una realidad. Y cuando con una verdad no se construye comunión, no se
está plenamente en la verdad. Hacer concientizar problemáticas que de ningún modo
podremos gobernar ni conducir, normalmente no es sino imprudencia, alarde y ostentación
de saberlo todo o incapacidad de autogobernarse: a menudo resentimiento, impaciencia y
falta de experiencia.
Ayudar a crecer y madurar exige atención al momento oportuno y requiere su tiempo de
proceso. Pero esto no es excusa para la dilación. Dejar en la inconsciencia cuando se
necesita y se puede provechosamente asumir una realidad para modificarla es traicionar a
las personas, los grupos y la sociedad, ya que la toma de conciencia es el primer paso para
un proceso de liberación y madurez personal y comunitaria. No permitir la toma de
conciencia, no ayudar a lograrla es manipular al ser humano, impedir su desarrollo integral.
La educación que suprime el juicio crítico, que no despierta el sano sentido crítico, que
no cultiva la creatividad, que se mueve sólo en términos de adaptación a la cultura vigente
y observancia de un modelo rígidamente estático de sociedad, no es verdadera educación,
sino amaestramiento, domesticación y abuso del dominio de unos sobre otros. Son
igualmente manipulaciones las visiones reduccionistas o unidimensionales del hombre y de
la sociedad. En efecto, niegan al educando el sentido de la totalidad que nos permite la
síntesis y la orientación. Cultivar una personalidad y una sociedad cuya función totalizante
sea la economía o la política, o la técnica, como sistema preponderante y omnipresente,
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que no deje vislumbrar alternativas, es deformar al hombre. Una familia, una escuela, una
institución, centradas exclusiva y excluyentemente en el negocio, el comercio, el arte, el
desarrollo científico-técnico, no sólo le niegan al hombre una educación integral, sino que
efectivamente lo cercenan, porque además de reducirle el acceso al horizonte de lo
humano, lo condicionan estructurando en su mente una deformación que, en mayor o
menor escala, le quita plasticidad para la percepción de otras realidades que exigen mayor
capacidad de abstracción y trascendencia. Pero también debemos advertir que la lucha
obsesiva contra la manipulación o contra cualquier ideología puede terminar a su vez en
otro caso de manipulación. Una auténtica actitud liberadora parte de la verdad y del amor
que edifican y destierra la ignorancia y el odio que destruyen.
La autenticidad como fidelidad al personal proyecto de vida requiere percibir y
enfrentarse con la realidad de sí mismo y desde la propia originalidad enfrentarse con la
realidad del mundo entorno. Del término "autenticidad" se hace también en el lenguaje
corriente un gran abuso y no sin una lamentable consecuencia. Muchos, en efecto, lo
hacen sinónimo de espontaneidad, sinceridad, franqueza, y así, so pretexto de rechazar la
hipocresía y con el autojustificativo y autoengaño de "autenticidad" se defienden cuando
desbordan en explosiones instintivas, exabruptos de impaciencia y falta de tole rancia
carencia de criterio para ubicarse en lo que una elemental prudencia exige o una
circunstancia requiere y en fin, cuando faltan a la debida consideración a los demás. Nadie
está propiciando, por supuesto, el ocultamiento de los vicios y defectos, ni se quiere
insinuar tampoco la represión de una sana expresividad.
Se esta hablando simplemente de sensatez. Lo que aquí se quiere recalcar es que la
expresión "ser auténtico" en realidad significa ser de hecho y de ver dad lo que se es de
nombre. Y tanto puede emplear se para hacer resaltar una cualidad negativa, coma
auténtico ladrón, auténtico embustero, como par enfatizar una cualidad positiva como
auténtico maestro, auténtico cristiano. Pero cuando se utiliza la expresión "ser auténtico" en
forma absoluta y sin más aditamento, ha de aplicarse a lo que todos los hombres son en
forma absoluta y esencial, a lo que define su vida como humana. Y entonces resulta
auténtico sólo aquel que en su medida vive el empeño de llegar a ser mejor como persona
y vivir la vida íntegra que corresponde a la dignidad y plenitud humana.
2) El hombre, interioridad libre y responsable. Conquistarse y gobernarse.
La autoconciencia, pues, y la toma de conciencia de las situaciones tienen como función
principal permitir al hombre disponer de sí para poder optar. Tomar posición personal ante
la vida, ser en cierto modo, creador de su mundo, ya que la persona es un mundo en el
mundo. Incluso también creador de sí: su mayor obra de arte ha de ser su vida misma. Dijo
ya S. Gregorio de Nisa: "Somos en cierto modo padres de nosotros espíritu nos formamos
a nosotros mismos, nos engendramos, nos damos a luz" (Homilía sobre el Eclesiastés.
GPG. 44-702-03). Y bien está señalarlo, precisamente en esta época en que la insistencia
exacerbada de algunos en los condicionamientos del pasado inconsciente y la gravitación
de los primeros años de vida sobre todo el curso de ella, parecieran culminar en una
doctrina de la irresponsabilidad. Sentirse hombre requiere sentirse dueño de elegir.
Sentirse dueño de su hacer. Sólo por el camino de la libertad siente el hombre que la vida
es "su vida" y el bien alcanzado un bien realmente personal. Liberar entonces, dar libertad,
no es sólo dejar hacer, sino capacitar para hacer y sobre todo, educar para poder ser.
La libertad en sí misma no es un fin. Ser libre por serlo, no tiene sentido. Sólo tiene
sentido cuando el hombre, a través de ella ordena su existencia hacia un fin trascendente
en todos los planos de su vida personal, familiar, ciudadana, religiosa. Hacer de la libertad
en sí el fin del hombre es un contrasentido. Estamos ante un dilema: o la libertad es para
que el hombre logre ser hombre por decisión personal, o, si la libertad es el fin, que el
hombre acepte el absurdo de no tener destino ni sentido: sólo seria libre para ser en
definitiva, libre. En realidad, la libertad se logra en una obediencia - un tener en cuenta un
mandato existencial- que, en definitiva, coincide con las pautas liberadoras del ser
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12. Del secundario a la universidad
personal. La libertad física se basa en la certeza de los resultados cuando conocemos y
secundamos las leyes físicas. La libertad psíquica crece en la medida en que maduramos
en autoconciencia y autogobierno. La libertad moral, la que nos conduce al ser que
debemos llegar a ser, crece y se afianza en la medida en que vivimos en la verdad y el
amor. Se es libre en la medida en que se descubre y se adhiere al orden ínsito de la
naturaleza, es decir a la verdad y al bien. "Libre en realidad, es la persona que modela su
conducta responsablemente conforme con las exigencias del bien objetivo" (Juan Pablo II,
Homilía Filadelfia 3-1 0-79). Por eso el hombre de hoy necesita educar su libertad, porque
en sus ilusiones de libertad, en su anarquía, es también de otro modo, demasiado
obediente, sumiso y esclavo. Despreocupado de su orientación, a merced de la
instintividad, se somete, sin resistencia ni sana crítica, a cuanta opinión entra en el torrente
de la moda, a cuanta teoría pseudo científica aparece, a cuanta concurrencia le sugieran
los slogans de publicidad a cuanto modelo de vida asoma en las pantallas, a cuanto "se
dice", "se piensa", "se estila". La libertad profunda. Más que referirse al hacer esto o
aquello, se refiere al definirse y disponer el hombre sobre sí mismo (Cf. GS. 17, DP. 322).
Es la capacidad de disponer de sí para hacerse a sí mismo en cada elección y ejecución,
ya que el hombre al hacer algo se esta haciendo a sí mismo. Su acto de libertad toca dos
dimensiones: el hacer algo y el hacerse. En aquel "hacer algo" vemos la perfección o
imperfección técnica y en el "hacerse" consideramos la perfección o imperfección ética.
La educación es el camino para incorporar la libertad al sentido de la vida: No sólo para
señalar al hombre las altas finalidades de la existencia, sino para formar hábitos operativos
de modo que dichos fines sean fuente de motivaciones auténticas en todo comportamiento.
No es educar, entonces, el secundar la ley del menor esfuerzo, el entrenar en la inercia, en
la renuncia a toda iniciativa personal, en la supresión de toda intervención comprometida.
Antes bien, educar es una ardua tarea para ayudar al hombre a superar sus esclavitudes y
sus miedos a la libertad. En última instancia, decir que el hombre es libre significa que es
capaz de libertad, pero no que ya la posea. Es en realidad un ser en proceso de
autoliberación de pulsiones internas y de presiones externas que lo condicionan. Por eso
hablamos de "conquistarse". Porque el logro de los hábitos personalizantes que requiere la
libertad constituye aquella tarea existencial que San Pablo comparó con el entrenamiento
del atleta (Cf. 1 Cor. 9, 24-27). Llegar a ser dueño de sí es, innegablemente, una conquista.
Un análisis de aquella comparación de San Pablo nos mostrará que la abstención, la
aceptación de la prueba, la lucha y el dolor no son de carácter negativo, inhibitorio,
restrictivo. Contienen una invitación al crecimiento, capacitación para los fines anhelados.
Por eso hablamos de "gobernarse", evitando términos que pudieran insinuar represión o
mutilación sin sugerir su sentido (contenerse, refrenarse, dominarse). Gobierno es el
ordenamiento y canalización finalista de las fuerzas actuantes. El gobierno de sí las
reconoce todas y busca encauzarlas de modo personalizante en función de motivaciones
válidas.
Lo que importa a la educación va mas allá de la exterioridad de las conductas, que
también puede obtenerse por otros medios no educativos o antieducativos. Importan las
razones y motivaciones del obrar, el crecimiento interior de la persona. Por eso la disciplina
empleada como mero recurso para evitar desordenes y molestias, no tiene más alcance
que ese sentido utilitario; entendida en cambio como indispensable ejercicio de
autogobierno y aporte solidario a la convivencia es una escuela de formación. La verdadera
disciplina es el hábito fundamenta para la calidad de vida. Significa poseer pautas, orden y
método para el obrar adecuado. Es, en definitiva, educación. El permisivismo omnímodo
teórico-práctico postulado por algunos, aparte de desconocer las diferencias entre la
psicología y pedagogía de cada edad, es la negación del sentido de la libertad y por lo
tanto, es también la ruina de la libertad misma, ya que en vez de concebir la libertad como
poder disponer de sí para una misión en la vida le propone al hombre disponerlo todo para
sí.
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13. Del secundario a la universidad
Educar en la libertad y para la libertad presupone un sano optimismo y confianza en la
bondad de la persona y en la sensatez de los grupos cuando se les sabe proponer valores
y caminos a la madurez. Lo cual no significa desconocer las limitaciones de lo humano y la
realidad del pecado original. Es precisamente a consecuencia de el, que el ser humano
vislumbra en su indigencia la necesidad de la Gracia. El más hondo y profundo sentido de
la liberta lo hallamos en el Nuevo Testamento. La libertad es una estructura fundamental de
lo cristiano. Es el fruto de la acción salvífica de Dios. San Pablo nos dice: "Han sido
llamados a la libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto par satisfacer los
deseos carnales: háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor
(Gal. 5, 13). La libertad de San Pablo es la liberación de la esclavitud del pecado, de la
muerte y de yugo de la antigua ley para lanzarnos al dinamismo del amor (Rom. 6,
11.18.22; 8, 2 - Rom. 6, 16-23 Gal. 4, 21-31 - Rom. 7, 24). Una vez más aparece la libertad
como disponibilidad de sí para la oblación y donación en el amor. Con él se inserta el
hombre solidaria y constructivamente en medio de la comunidad para participar en el
destino de la humanidad, sin la cual él tampoco tendría educación. "Cristo nos ha liberado
de la servidumbre que nos esclaviza, pero no del servicio que se presta por amor. Si somos
libres es para poder amar auténticamente y sólo en el amor se realiza la verdadera
libertad". (El Libro del Pueblo de Dios p. 2348).
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14. Del secundario a la universidad
Parte 2
Capítulo 1
¿Solo Estudio?
¿Cuáles son las creencias más comunes cuando pensamos en la vida en la
universidad?
Mitos y verdades al respecto
Lo mas común que se piensa cuando se acerca cuando se acerca la hora de ir a la
universidad es:
“No voy a poder ver mas a mis amigos”
”Voy a tomar forma de silla después de estar todo el día sentado estudiando”
“Ahora que yo soy el que elije, no me va a costar ir a clase”
“Por suerte, ahora tengo toda la libertad de hacer lo que quiera”.
Todas estas creencias se refieren a la pregunta: ¿Cómo será la vida una vez que
empiece la universidad? El comienzo de la carrera universitaria despliega un millón de
fantasías al respecto. ¿Cuántas veces los jóvenes imaginan este momento?
¿Cuáles de las creencias son verdad y cuales son mitos?
Es muy común relacionar la universidad con la libertad. Creyendo que se va poder
hacer todo lo que se desea. Esto es porque es cada uno quien decide estudiar algo
determinado para poder desarrollarnos profesionalmente en lo que nos gusta. Pero también
es cierto que empezar la universidad requiere esfuerzo, cumplir horarios, entregar trabajos,
estudiar… por más que, por ejemplo, en muchas facultades no sea obligatorio asistir a
todas las clases, o hacer deberes o tareas, eso no significa que no debemos cumplir ciertas
reglas y organizar nuestra agenda para poder así aprobar el cursado y los exámenes
finales.
Empezar esta nueva etapa sin el acompañamiento de amigos de toda la vida, también
te llena de incertidumbre y melancolía. La buena noticia es que, además de los amigos
que uno ya tiene, generará nuevas amistades y oportunidades para conocer gente distinta.
En la mayoría de las carreras es común el trabajo en equipo, lo que favorece la
integración, aun la de los más tímidos. Por ello, la vida universitaria no implica dejar a viejos
amigos, sino, simplemente, verlos en otras situaciones. Se debe aprender a organizar los
tiempos, de modo tal que quede lugar para la vida social y recreativa; esto es
imprescindible si se quiere mantener un equilibrio e ir bien en el estudio.
Otro temor recurrente son los exámenes con modalidades de las ya conocidas:
parciales, finales, orales. Los primeros generan muchos nervios y temor, algo que es
inevitable, pero a medida que pasa el tiempo esa experiencia se hace cada vez más normal
y uno, finalmente, se acostumbra. Algunos se adaptan en forma más fácil y rápida que
otros, pero siempre el resultado es aprendizaje, superación y crecimiento personal.
Para muchos empezar la universidad implica un cambio más radical aún: dejar su
hogar y trasladarse a las ciudades donde se elige estudiar. Es importante tener paciencia,
esto exigirá un tiempo de adaptación a la nueva vida y las nuevas responsabilidades
cotidianas (hacer las compras, la limpieza del hogar, etc.). Un error común es creer que te
equivocaste en la elección de la carrera porque te cuesta acostumbrarte a este estilo de
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15. Del secundario a la universidad
vida tan diferente. Es muy factible que lo que consideramos un error sea, en realidad, una
dificultad o la sensación de melancolía que implica la vida en un lugar desconocido.
Esta situación puede llegar a afectar los resultados académicos, ya que suele disminuir
la concentración y la energía para estudiar. Adaptarse a lo nuevo puede generar mucho
cansancio.
Lo cierto es que al empezar una carrera universitaria nos esperan años de esfuerzo,
pero también de muchísimas satisfacciones, debido a las nuevas oportunidades que se
abren, a las amistades que se forman y, sobre todo, el echo de estar haciendo aquello que
uno ha elegido por cuenta propia es solo cuestión de esfuerzo, organización y planificación.
Miedos típicos al ingreso a la universidad:
A los exámenes orales
A la organización del tiempo de estudio
A la exigencia académica
El cumplimento de las normas de la institución Fecha de inscripción
Fechas de exámenes
Algunos miedos al elegir la carrera:
A equivocarse: Por eso lo importancia de la orientación vocacional. Si
todavía no sabes que seguir y estas en quinto, se puede pedir ayuda para conocer
mas y mejor a uno mismo.
A perder a los amigos: vas a ganar amigos y generalmente son los que
perduran.
Que sea más difícil: es cuestión de dedicarle más tiempo. Esto es lo que vos
elegiste, por eso ganas se multiplican.
Es bueno ocuparse más que preocuparse. Cuanto antes puedas ocuparte, menos nervioso
vas a estar.
¿Cómo me organizo?
- Realizar una grilla semanal con las - Planificar las tareas: proyectar los tiempos
materias y horarios de cursado. para evitar “corrida a último momento”. Pueden
organizarse las tareas de más urgencia a menor
- Conseguir las fechas de las actividades en urgencia y según el grado de complejidad. Por
una agenda (entregas de trabajos, exámenes ejemplo, para iniciar un tema nuevo es
parciales y fínales). preferible comenzar por locuras introductorias
hasta llegar a las mas complejas; y para
- Definir prioridades para dedicar a cada una estudiar es conveniente comenzar por lo mas
de las materias. También es fundamental complejo ya que al principio se tiene mayor
organizar los tiempos de estudio y ocio porque concentración. También es aconsejable estudiar
la vida social y recreativa es necesaria para en grupo.
“despejarse” y mantener un equilibrio.
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16. Del secundario a la universidad
Capítulo 2
EL EXAMEN: el miedo más común
Los parciales y los fínales pueden parecer atemorizantes, pero son instancias para la
que todo estudiante universitario puede prepararse para afrontar con éxito.
Para muchos parece imposible “¿estudiar varios libros en pocas semanas y rendirlos en
un examen? No voy a poder”. Durante la época escolar los adolescentes se acostumbran a
las pruebas, pero en vísperas de comenzar la universidad, saltar de esas simples
evaluaciones a un parcial o final resulta algo que puede parecer irrealizable casi todo los
preuniversitarios están convencidos de que no van a ser capaces de aprobar el primer
parcial de su carrera… ¡y ni hablar del ultimo final!
Existen tantos mitos entorno a la universidad que no es raro que uno de los mayores
miedos sea el de los exámenes. A no desesperar y darse por vencidos antes de haber
empezado. Es cierto que es muy distinto ser un alumno secundario que estudiar en la
facultad, pero si existen licenciados, doctores y magísteres es por que se puede. Nadie
empieza una carrera siendo un experto muchos menos conociendo métodos y técnicas de
estudio a la perfección. Lo importante es saber que algo que visto desde el colegio parecía
imposible, en esta nueva etapa será un obstáculo superable.
Uno de los mayores miedos parece ser el momento de rendir el examen: “¿y si me
pongo tan nervios que me olvido de todo? ¿Y si no sé como expresarme? ¿Y si…?
Es lógico que uno se sienta inseguro ante una instancia que jamás le toco vivir y para la
que no sabe si va estar bien preparado o no. Para superar ese miedo, primero es
fundamental derribar la creencia de que rendir un parcial o un final equivale a comparecer
frente a un tribunal de inquisición. Uno no se presenta a un examen para ser cuestionado o
juzgado, sino para demostrar cuanto sabe de un determinado tema. Además, los exámenes
no son todos iguales; según la carrera, la evaluación puede ser oral o escrita, o puede
consistir en la presentación y defensa de un trabajo práctico o de investigación.
En la universidad no solo se aprende el contenido de una u otra materia, también se
aprende a aprender. A lo largo de la carrera cada alumno va conociendo y asimilando
distintas técnicas de estudio. De a poco las incorpora a su metodología y luego las adapta
a sus necesidades. Por supuesto, estas técnicas resultan eficaces si son partes de un
“comportamiento universitario” más general: para aprobar un examen también será
necesario estar al día con las lecturas, asistir a las clases, tomar apuntes, despejar las
dudas apenas se presenten, hacer los trabajos prácticos requeridos…
Cursar una carrera no es solamente rendir exámenes. La experiencia universitaria
consiste en disfrutar, día a día la carrera elegida y demostrarse a uno mismo cuanto se ha
aprendido.
Tipos de exámenes
Evaluación escrita a Evaluación escrita a Evaluación oral Monografía
libro cerrado. libro abierto
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17. Del secundario a la universidad
Capítulo 3
Cómo elegir la universidad
Una vez que los jóvenes deciden qué quieren estudiar, tienen que tomar la segunda
gran decisión: adónde. Los factores para tener en cuenta son muchos y varían según
los objetivos y preferencias de cada uno.
“Toda mi vida fui a colegio privado, así que lo más lógico es que vaya a una universidad
privada”. “Mis amigos van a estudiar en una pública, mejor me inscribo con ellos para no
quedarme solo”. “No creo que pueda estudiar y trabajar al mismo tiempo”.. “Esta
universidad parece divertida, aquella otra no es tan conocida y seguro que no es buena”.
Todas estas creencias deben ser derribadas para basar la elección en un fundamento
sólido. Una de las condiciones esenciales para tomar una buena decisión es estar
informado y tener en claro cuáles son las prioridades a la hora de elegir el lugar dende uno
se formará como futuro profesional.
¿Quiero dedicarme full-time a los estudios o también quiero trabajar? ¿Me gustaría
cursar un cuatrimestre en el exterior? ¿Qué perfil se adecua más a mí: el empresarial o el
humanístico? ¿Prefiero que la universidad esté cerca o tengo ganas de mudarme a otra
ciudad? ¿Me interesa tener un seguimiento personalizado por parte de los docentes? ¿Me
gusta el plan de estudios o preferiría tener un enfoque más práctico/teórico? Son sólo
algunas de las preguntas que debería hacerse todo adolescente durante el proceso de
selección de universidad. No hay que olvidarse que las opciones no se reducen solamente
a dos o tres instituciones. – las “más conocidas” o populares -, sino que existe una amplia
variedad de ofertas que deben ser tomada en consideración y analizada según los
siguientes criterios:
· Contenido Curricular y extracurricular Contenido del plan de estudios, organización
de las materias o trabajo final, materias optativas.
· El profesorado y el equipo directivo Qué experiencia tienen los docentes, de qué áreas
profesionales provienen, cómo es el trato con los
alumnos y la disponibilidad horaria para consultas.
· Prestigio y trayectoria de la institución Si las carreras cuentan con validez nacional o
acreditación internacional, cuáles son los objetivos
y calores de la institución, qué reconocimiento
tiene el título en el mercado laboral.
· Características de la cursada Full-time o part-time, horarios fijos o flexibles, si tiene
mayor carga horaria teórica o práctica. Cómo es la metodología
de estudio, si se puede cuerear a distancia.
· Inserción laboral e intercambios Si tiene pasantías en empresas u organizaciones, si
tiene convenios con universidades extranjeras.
· Infraestructura Cómo es el edificio, la ubicación, el ambiente, las comodidades.
· Costos Aranceles, becas, relación precio-calidad, accesibilidad económica, material extra.
Todos estos factores deben ser reordenados y jerarquizados según la necesidad y las
posibilidades de cada uno. Po eso, lo importante es preguntarse cuáles son los objetivos
para los próximos 4 a 6 años y anteponer eso frente a todo. Así como la carrera, la elección
de la universidad es también algo muy personal, y cuanto más informado se esté, más
completa será la decisión.
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18. Del secundario a la universidad
Universidad… ¿Pública o privada?
Mitos y verdades
“Esta universidad no la elijo porque es como seguir en el colegio”. “La universidad
pública es solamente para los más organizados”. “En tal universidad no hay heterogeneidad
de gente”. “Si estudiás ahí, no ves ni la luz del sol”. “. “ En esta otra comprás el título”. “Esta
universidad es una burbuja”. Muchísimos son los mitos alrededor de las universidades. Los
hermanos mayores, amigos y conocidos van “desparramando” y fomentando algunas de las
creencias que, de a poco, y sin darse cuenta, uno las va tomando como verdades
absolutas. Seguramente, muchas de estas creencias tengan algo de cierto, pero eso no
significa que haya que basar la decisión en ellas. Y como no se sabe a ciencia cierta qué
parte es real y qué parte es mito, lo mejor y más razonable es investigar e informarse lo
máximo posible. Así como para elegir la carrera uno debe as3esorarse, indagar, hablar con
profesionales y profesores; para elegir la universidad se debe hacer lo mismo y tomar los
mismos recaudos.
“Las privadas son un colegio”, es uno de los típicos mitos que circulan acerca de estas
instituciones. Analizándolo en detalle, es cierto que las universidades privadas permiten
más cercanía entre los alumnos y profesores y entre todo el personal que lo compone.
También es cierto que la información suele estar más a mano y las instalaciones son
cómodas y limpias. “Los alumnos saben dónde están los libros, dónde pueden comprar los
apuntes, saben qué día , a qué hora y en qué aula rinden”, explican en el Departamento de
Desarrollo Profesional y en el Departamento de Administraciones de la Universidad del
Cema (UCEMA). Y continúan: “Tienen toda la información para que sólo se dediquen a
estudiar, lo cual no tiene una comparación visible con un colegio secundario, ya que la
exigencia es otra!. Sobre el mismo mito , Ana María Mass, decana de la Facultad de
Administración y Negocios de la UADE, argumenta: “No está todo servido, está todo como
debe estar en una universidad. Se respeta, así, al docente y al alumno”.
Alrededor del sistema de ingreso hay otro prejuicio muy importante. Ocurre que mucha
gente se fija si hay examen de ingreso, si es eliminatorio o no, y cual es su grado de
dificultad. Y sobre esta base eligen una universidad. “Esto genera una división entre
aquellos que buscan un ingreso fácil (sin dar examen) y basan su elección en función de
aquella que presenta el proceso más sencillo, y aquellos que miden la calidad de la
universidad de acuerdo a la complejidad del proceso”, explica la UCEMA. En ambos casos
basar la decisión en estas creencias resulta muy superficial y, seguramente traiga
problemas a futuro. Dicho de otra manera, no podemos elegir una institución solamente por
su sistema de ingreso.
“La exigencia empieza con ese examen y continúa durante toda la carrera. Después se
certifica en cada materia mediante exámenes, evaluaciones, trabajos prácticos, etc. Existe
el monitoreo constante del proceso pedagógico constructivo entre docentes y alumnos. Las
notas no se regalan. Los diplomas no se compran. Tampoco se deja al alumno librado su
suerte: si tiene problemas personales, académicos, económicos, se procura asistirlo para
que los resuelva”, concluya Mass.
A pesar de los mitos que giran alrededor de la universidad pública y, en especial, de la
Universidad de Buenos Aires (UBA), hay que reconocer el renombre que posee gracias a
su larga trayectoria. “La imagen prestigiosa que los alumnos tienen de la UBA se vincula a
su tradición y calidad académica, como así también, a la amplitud de su oferta curricular, la
calificación de sus docentes, y el valor y reconocimiento que se le otorga a los títulos de
esta institución en el campo laboral y en el mundo científico”, explica Alicia Cibeira,
directora del Departamento de Orientación Vocacional del CBC de la UBA.
Otro error frecuente es comenzar a buscar información a último momento, cuando las
inscripciones empiezan a cerrar y, de ese modo, elegir la universidad de manera frágil, lo
que repercutirá, más adelante, en los estudios. Incluso, se puede llegar a pensar que uno
se ha equivocado de carrera, cuando en realidad sucede que esa institución no es la
adecuada.
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19. Del secundario a la universidad
Capítulo 4
La puerta de entrada
El curso de ingreso es el primer paso de la experiencia universitaria, el momento
ideal para comenzar a familiarizarse con la futura carrera y con la universidad.
Los jóvenes ya hicieron su elección más difícil: qué y donde estudiar. Se informaron
acerca de la universidad, del plan de estudios, de los programas de becas e intercambio.
Hablaron con profesionales, con familiares, con amigos, con amigos de amigos. Intentaron
imaginar cómo como va a cambiar sus vidas en los próximos años y, seguramente,
sintieron ansiedad y miedo. Después de tanta investigación, llega el momento: empieza el
curso de ingreso, empieza la vida universitaria. No se puede hablar de este curso en
términos generales, ya que las características dependerán de la carrera y de la universidad
que cada uno haya elegido. Hay cursos que duran un año (como el CBC), otros que duran
un par de meses, y algunos que se hacen en semanas o días. Hay universidades que lo
exigen como condición de ingreso, otras que lo dan de manera optativa y algunas que,
incluso, no lo tienen. Cada uno debe averiguar: a veces el buen promedio del secundario
exime a los nuevos ingresantes de rendir dicho eximen.
La mayoría de los cursos se dictan de manera presencial y hay varios llamados al año
para realizarlos, tanto en época escolar como en vacaciones. Una muy buena noticia para
quienes viven en el interior y no tienen tiempo para trasladarse a las grandes ciudades res
que varias instituciones ofrecen la modalidad virtual. En ambos casos, el objetivo es el
mismo: ayudar a los nuevos estudiantes a realizar la transición entre el colegio y la
universidad para que el paso de uno a otro no sea tan de golpe.
La instancia final del curso es el examen de ingreso. Al igual que las características del
curso, la modalidad dependerá de la carrera. Hay quienes toman un escrito para
desarrollar, otros prefieren el Multiple Choice y algunos evalúan en forma oral.
Nuevamente, el objetivo es familiarizar a los adolescentes ingresantes con los exámenes
que tendrán que rendir en el futuro.
Este es el momento ideal para empezar a saborear la vida universitaria sin meterse
todavía de lleno. Es una especie de anticipo de lo que se viene durante los próximos cuatro
o cinco años, una versión reducida de lo que será la carrera en sí. Es el tiempo perfecto
para aprovechar conocer a los nuevos compañeros, inspeccionar el edificio, charlar con los
profesores, ponerse en contacto con estudiantes de otros años, en fin, “hacer sociales”
como se dice normalmente. Esto se debe tomar como el inicio y la introducción a lo que
será la carrera.
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20. Del secundario a la universidad
Parte 3
Capítulo 1
Testimonios
Torcuato Finelli / 20 años
Agronomía / UBA (CBC)
“Estoy cursando algunas materias de primero y me queda una materia del CBC. Lo que
viví del CBC no me pareció el fin del mundo ni algo muy difícil. Quizás un poco complicado
porque no te diseñada si faltás o si te vas antes, y tenés que ponerte las pilas solo. Eso es
lo difícil en realidad. Es una experiencia y lo que no te mata te fortalece. Es mejor hacerlo y
hacerlo bien.
Un consejo… No falte nunca porque te perdés, te atrasás y es muy difícil, después,
ponerte al día. Leé todos los días lo que viste si podés, hacelo a la mañana. Andá siempre
un paso adelante; te ayuda mucho a aprovechar más las clases”
Juan Ignacio Gratton / 25 años
Arquitectura / UNC (5to Año)
¿Por qué elegiste estudiar en esta universidad?
“Por el prestigio que tiene la UNC”
¿Cómo fue el ingreso?
“Consiste en el aprendizaje de los elementos básicos de la Arquitectura. El ingreso no
esa eliminatorio, sino más bien nivelatorio”
¿Te resultó fácil o difícil?
“Difícil, porque son temas que no había visto en el colegio. Lo difícil fue acostumbrarme
al ritmo de entregas, de maquetas y láminas. En la mayoría de las entregas estás hasta el
último momento trabajando, llegás a la facu muerto de cansancio y todavía seguís con las
láminas, pegando detalles de las maquetas… o si no, estás en la compu hasta último
momento esperando que te ploteen las láminas o chqueando las que salieron mal y que
hay que corregir… Ahí, entregás todo y volvés a las tres horas o al día siguiente para que
te den la nota. Ese es el peor momento, porque a pesar de que sabés cómo está la cosa
encaminada y tenés esperanzas, muchísimas veces te dicen “volvé en diciembre y corrgí
esto o aquello”. ¡Por una pavadita hay que imprimir todo otra vez!”
María Victoria Coussio / 20 años
Relaciones Públicas / UADE
“El curso de ingreso lo viví con un poco de nervios y entusiasmo, como suele pasar
cuando alguien comienza una nueva etapa y se produce el gran cambio del colegio a la
facultad. No podría definir si fue fácil o difícil. Estudié lo suficiente como para poder afrontar
el examen de ingreso. El estudio valió la pena porque las notas fueron muy buenas.
Me preparé leyendo todo lo que me dieron, rescatando lo más importante y resumiendo.
Cuando terminé de juntar la información más importante me reuní a repasar y a consultar
con algunas dudas con una amiga; nos completábamos entre las dos.
¿Un consejo? No se dejen llevar por los prejuicios o lo que se dice de la carrera que les
gusta. Todos tenemos dudas a la hora de elegir porque es una etapa de grandes cambios.
El tema de dónde estudiar es importante, si uno puede elegir, vale la pena informarse antes
de tomar una decisión”
Andrés Hatum
Profesor de Comportamiento Humano en la Organización del IAE Business School.
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21. Del secundario a la universidad
“No todas las carreras son buenas en la misma universidad. Las universidades, si bien
poseen muchas carreras, se destacan por algunas en particular. Esto es importante para
todos los que estén por decidirse por una carrera y más aún para aquellos que realizan
carreras tradicionales. La elección del lugar en este caso es calve para fortalecer a futuro la
red de contacto y asegurar la calidad del título. En definitiva, en la medida de las
posibilidades, hay que intentar elegir el mejor lugar para estudiar la carrera que uno elija.
Eso es clave para acceder a futuros empleos.”
Lic. María José Fittipaldi, coordinadora General de la Secretaría Académica.
Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA)
“Los errores más comunes en el momentote rendir están claramente vinculados con la
preparación de esa instancia. Planificar en forma adecuada el estudio de la materia por
rendir evita caer en los habituales errores: manejo inadecuado del tiempo, falta de
organización en el momento de responder las preguntas. Bloqueos frente a las consignas
de examen, poca claridad en el desarrollo de las respuestas, falta de discriminación de las
nociones más importantes que responden a la respuesta correcta.”
Lic. Marcela Capatti, asesora familiar
www.hacerfamilia.com.ar
“Los tests vocacionales son de gran ayuda y, si está dentro de las posibilidades es
bueno que el adolescente lse haga uno. El error es volcar en ese test todas las
expectativas. En ocasiones, señala un perfil muy definido en dos o tres carreras; en otras,
la devolución es más amplia y confusa, y exige un trabajo posterior mayor”
Ana María Mass, decana de la facultad de Administración y Negocios de la UADE
“La pregunta es por qué existe para muchos la división entre universidad pública y
privada que resulta en ensalzar un modelo y denotar el otro. Yo prefiero creer que existen
bondades y oportunidades de mejora en ambos sistemas y que el futuro estudiante debe
buscar la opción formativa que más se adecúe a sus objetivos, necesidades, aptitudes y
personalidad”
Alejandro Veiga / Arquitecto egresado de la UBA
“Uno cree que con la formación de la facultad tiene que abrir su estudio y hacer cosas.
Pero, a veces, la vida te va llevando por otros lugares y vez que estás preparado para un
montón de otras soluciones y tenés las herramientas, aunque no siempre tenés la
posibilidad de darte cuenta cómo podés maximizar eso.”
Silvioa Torres Carbonell, Directora Ejecutiva del Centro de Entrepreneurship
IAE, Business School
“Primero hay que encontrar la oportunidad, que no es lo mismo que la idea. De ideas
está lleno el mundo “Pago noventa y nueve dólares por la implementación y sólo uno poor
la idea”, decía Bill Gates. Lo que hay que analizar es si esa idea está realmente capturando
una oportunidad importante. Para eso hay que mirar si hay mercado, cuál es la estructura
de ese mercado y si es rentable. Son las tres M: Market demand (demanda del mercado),
Market Size (tamaño del mercado) y Margin (margen).
Lo que hay que ver es el modelo de negocio con el que se va a capturar esa
oportunidad: con qué material, con qué estructura de costos y de qué manera se va a llegar
al criterio final.”
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27. Del secundario a la universidad
Conclusión
La adolescencia es una etapa en la que el ser humano está identificándose como
persona en la sociedad, y como si no fuese suficiente el “desorden” que todavía existe
dentro de cada uno, los jóvenes deben elegir la carrera que deben seguir para ser
profesionales en el día de mañana.
A nosotras, personalmente, no nos costó decidirnos por el rubro de la carrera que
queríamos seguir, pero sí cambiamos varias veces el tipo de carrera, y sobre todo de
universidad. Algunas tenemos la oportunidad de irnos, otras debemos limitarnos a las
carreras que hay dentro de nuestra ciudad de origen.
Para las personas que nos vamos lejos existe el miedo de la nueva ciudad, de un lugar
más grande del que estábamos acostumbradas, comienzan nuestras “responsabilidades
del hogar”.
Pero para todo estudiante que termina el secundario y está por ingresar a la facultad
existe el temor de los exámenes el “no voy a tener tiempo para mis amigos”, y el “voy a
desaprobar todos los exámenes porque no sé estudiar”. Pero sabemos que son problemas
que se plantea toda la juventud en este gran paso que se debe dar del secundario a la
universidad.
Es este el tiempo en que los jóvenes maduramos, nos independizamos y nos
responsabilizamos.
A la hora de elegir nuestra carrera no debemos dejarnos llevar por lo que dicen nuestros
padres, o por lo que hacen nuestros compañeros y amigos, no debemos ingresar en una
carrera porque “ahí se inscribió mi amiga, a si que voy a anotarme con ella”; y mucho
menos el “a mi me gustaría estudiar paisajismo, pero mis padres quieren que siga la
carrera de medicina, a si que lo haré”.
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28. Del secundario a la universidad
Fuentes
Informe “El desarrollo psicológico en la adolescencia: las transformaciones en
una época de cambios”
(BINASSS: Biblioteca Nacional de Salud y Seguridad Social Caja Costarricense de Seguro Social)
Colección Clarín de libros de orientación vocacional: “Q’estudio”
Fascículos del 1 al 10 + guía para padres (colección completa)
Apuntes de “Psicología Evolutiva” de la Prof. Yezenia Bolívar
(Universidad pedagógica experimental Libertador. Instituto Pedagógico De Caracas)
“Educación y Proyecto de vida” Documento de la Conferencia Episcopal Argentina
(Versión CONSUDEC) - Puerto de Palos – CONSUDEC 2004
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