la revelacion de jesucristo, estudio del libro Apocalipsis
Está usted preparado para morir
1. ¿Está Usted Preparado Para Morir?
Todos hemos visto los anuncios en la televisión avisándonos el alto costo de los
funerales, con el fin de vender seguros de vida. Se dedica mucho tiempo en hacer
planes para invertir en acciones de algún negocio con el fin de proveer y prestar
atención a las necesidades de los seres queridos que han quedado cuando la persona
muere. Estos son temas importantes a los que todas las personas responsables
deberían dedicar tiempo y prepararse.
La Esencia De La Pregunta
La pregunta: “¿Está usted preparado para morir?” tiene un significado mucho más serio
de lo que se piensa, de hecho la pregunta se hace con la intención de hacernos pensar
más allá de la muerte. La pregunta es esta: ¿Está usted preparado para morir, así
como está usted ahora, con el peso y la carga de sus pecados? ¿Podrá usted pagar el
precio que merecen sus pecados?
¿Cuál es el precio? Se preguntará usted: ¿Cómo lo puedo saber? Déjeme contestarle
esas preguntas desde la única, verdadera y fiable fuente para tal tema: la Biblia, la
Santa Palabra de Dios. La Palabra de Dios nos enseña que el pecado merece un pago;
el pago por supuesto significa la justa recompensa. El Pago es el que es merecido, y la
Palabra de Dios dice:
“La paga (justa recompensa) del pecado es muerte”. Romanos 6:23
“El alma que pecare, ésa morirá”. Ezequiel 18:20
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará”. Gálatas 6:7
Note mi amigo que la Palabra de Dios es clara, que esto significa aún más que la
muerte física. Esto es ciertamente parte del asunto, pero la muerte, la cual es la paga
de nuestros pecados, también significa la separación de Dios en el infierno por toda la
eternidad.
Por favor lea cuidadosamente las siguientes porciones de las Escrituras:
Hebreos 9:27 “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una
sola vez, y después de esto el juicio”.
Apocalipsis 20:12 “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los
libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los
muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la
muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte segunda. 15 Y
el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”.
Dios el Juez Justo, con perfecto conocimiento de tu vida entera, debe juzgar
justamente como Abraham dijo: “El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es
2. justo”? Génesis 18:25 Él es santo y recto, y no puede permitir que el pecado quede sin
castigo; es su Santa Ley que hemos violado. El pasaje anterior del libro de Apocalipsis
es un relato de lo que pasará en un tiempo determinado en el futuro. Cada uno de
nosotros será juzgado por el Dios Todopoderoso de acuerdo con lo que hemos dicho,
hecho y pensado. Incluso nuestros motivos serán revelados.
Imagine cada pecado de toda su vida siendo dado a conocer, cada pensamiento malo
que ha tenido, cada lujuria pecaminosa y pensamiento codicioso, así como el odio,
envidia y orgullo, también cada hecho, incluso aquellos pecados “secretos” que ni su
esposa, esposo, jefe o padres conocen. La Biblia dice: “Porque Dios traerá toda obra a
juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”. Eclesiastés 12:14
Recuerde lo que dice Romanos 6:23, “La Paga (justa recompensa) del pecado es
muerte”. Así como dice Apocalipsis 20:14 también, “Y la muerte y el Hades fueron
lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte segunda”.
Vuelvo a preguntar: ¿Está usted preparado para morir?
Sin Cristo, ¡usted NO Está Preparado Para Morir!
¿Está usted preparado para morir? La respuesta es simple: NO. Ni usted ni yo
podemos prepararnos para morir y estar delante de un Dios Santo con nuestro pecado.
La Palabra de Dios afirma que somos pecadores por nacimiento. Es evidente en
nuestra vida de pecado.
Suponga que usted y yo cometemos sólo tres pecados al día, ya sea de pensamiento,
de palabra o de hecho; aunque por lo general se cometen más de tres. Esto sería un
total de más de 1000 pecados por año; multiplicado por el número de años de nuestra
vida, esto podría equivaler a un mínimo de entre 20,000 – 70,000 pecados en la vida.
¿Cómo podemos escapar de la justa condenación de Dios sobre personas tan malas?
Por eso, Jesús mismo dijo que el que todavía no ha recibido a Cristo ya es condenado.
Hay Esperanza
Pero mi amigo hay esperanza, hay buenas noticias, como el apóstol Pablo dijo:
“Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero”. 1 Timoteo 1:15
También: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros”. Romanos 5:8
Jesús vino para pagar el precio. Jesús pagó la deuda total del pecado. Dios, por medio
de su generosa gracia, envió a su Hijo a este mundo para salvar a los pecadores.
Jesús murió y resucitó para dar perdón y vida eterna a todo aquel que viniera al Padre
a través de Él.
3. ¿Sabe usted que por sí solo es un pecador merecedor del infierno? ¿Se confiesa usted
un pecador frente a Dios? Si usted lo hace, entonces gracias a Dios, porque esto es el
Espíritu Santo que le ha enseñado estas cosas.
Por Gracia y No Por Obras
Todo lo que falta, querido amigo, para que usted sea perdonado, se escape de la ira de
Dios y reciba la vida eterna es confiar en Cristo por fe. Usted no necesita hacer buenas
obras. El bautismo y las oraciones no lo salvarán, ni las buenas obras. La Palabra de
Dios dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Efesios 2:8-9
“Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por
obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra”. Romanos 11:6
“Porquela paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro”. Romanos 6:23
Déjeme concluir con esta sencilla verdad, Jesucristo el Hijo de Dios resucitó de la
muerte. Él vive hoy para salvar a cada pecador que viene a Él por fe. Una vez que
reconocemos por nosotros mismos que somos pecadores culpables, sólo necesitamos
poner nuestra confianza en Jesús como nuestro único Señor y Salvador. Piense
cuidadosamente los siguientes textos bíblicos:
“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Hechos 16:31
“De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán
perdón de pecados por su nombre”. Hechos 10:43
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la
vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. Juan 3:36
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16
¿Está usted preparado para morir? Si usted está todavía sin Cristo Jesús, ¡No, no está
preparado para morir! Usted pasará la eternidad en el infierno, justamente condenado
por un Dios Santo. Sin embargo, si usted está creyendo en Jesucristo como su única
esperanza, como el único que murió y resucitó de la muerte en su lugar, entonces ¡Sí,
sí está preparado para morir!
Crea en Él ahora, ponga su confianza total en Él como su única esperanza de
salvación. Recuerde que Él vino para salvar a los pecadores.
4. Si usted todavía está inseguro o no tiene claro alguna parte de este mensaje, por favor
vuelva a leer este panfleto hasta que usted esté seguro de estar preparado para morir y
encontrarse con un Dios Santo.
Si Dios por su gracia le ha hecho verse como un pecador perdido y le ha dado la fe
para creer en Jesús como su única esperanza de salvación, entonces ore a Él y dele
gracias por su salvación.
Como testimonio de su fe en Cristo como su Salvador usted debe hallar una iglesia
bautista que predique la Biblia y ser bautizado allí como un paso de obediencia para
entonces servirle bien al Señor como miembro fiel de tal iglesia.