1. EL FIN DEL MUNDO
Estamos en el año 2011. El mundo sigue igual que
siempre. O no?
La temperatura sube, pero nadie la da importancia.
Cada persona cree que el mundo no se va a acabar
por su culpa, que por una gota no se colma el
vaso... Es así como llegamos a don Pepe, un joven
empresario despreocupado de la vida. A Pepe nada
le importa. Es un pasota. Se cree que porque él
contamine no va a pasar nada. Lo que Pepe no
sabe es que él es la gota que colma el vaso, que él
es quien dicidirá si se produce el fin del mundo (si
es que algún día se llega a producir).
2. Los años pasan, Pepe va madurando y se da
cuenta de que si sigue así el mundo tal y como lo
conoce pronto se va a acabar. Decide dar un
cambio radical a su vida: va a hacer todo lo posible
para conservar el medioambiente. Pero pronto cae
en el pesimismo al darse cuenta de que todo lo que
él hace es contrarrestado por muchas de las
personas que habitan el mundo. Esta situación
provoca que Pepe crea que todo lo que hace es
inútil, así que decide volver a ser “un chico malo”:
deja de reciclar, contamina todo lo que puede y
hace todo lo posible por perjudicar a la naturaleza.
Un día, andando por el bosque, Pepe ve unas
personas viviendo en él. Estas personas hacen
3. todo lo posible por respetar la naturaleza. Curioso,
Pepe decide quedarse una semana viviendo con
ellos. Al pasar esa semana, Pepe ve lo difícil que
es para esa gente vivir así y se da cuenta de que
respetar la naturaleza merece la pena para que sus
nietos puedan vivir en un mundo sin contaminación.
Nuestro protagonista vuelve a casa y empieza a
reciclar y a ayudar a la naturaleza, pero sin
agobiarse y sin querer remidiarlo él todo.
Si toda la gente del mundo hiciera lo que hace
Pepe y aportara su granito de arena, la
contaminación no sería un problema.