Una familia sin hijos adoptó a un niño callado de un orfanato. Aunque los padres lo trataron con amor, el niño no hizo amigos en la escuela y los demás niños se burlaban de él. Meses después, otro niño llamado Sebas empezó a hablar con él y a creer en sus amigos imaginarios, volando con él. Desde entonces, Diego tuvo muchos amigos y fue feliz con sus padres y Sebas.