Mortadelo y Filemón, iconos de la historieta española
1.
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3. Ibáñez se inspira para su creación en una
iconografía popular ya utilizada previamente
en nuestra historieta y literatura
nacionales, representada en este último caso
por el escritor humorístico Enrique Jardiel
Poncela, autor de una parodia de los dos
detectives titulada Novísimas aventuras de
Sherlock Holmes, de cuyo argumento, en
opinión de Antonio Tausiet, parecen sacados
los recién nacidos personajes. En el aspecto
gráfico, si el referente de Filemón es
claramente Sherlock Holmes, el de Mortadelo
no se ajusta exactamente al de su ayudante
Watson, médico de edad madura, más bien
bajo y con kilos de más. Es posible que su
indumentaria anacrónica se basara en la de
Fúlmine, creación de Divito para la revista
argentina Rico Tipo, pero las coincidencias
con el personaje acaban ahí.
4. El Primer Mortadelo, 1958
Sombrero hongo,alargado (Para los
disfraces), paraguas, levita, chaqueta larga y gafas sobre nariz
imponente.
5. Ibáñez, que se define como un
consumado admirador de clásicos del
cine cómico como Abbot y
Costello, Chaplin y Harold Lloyd, había
creado un Sherlock Holmes y un
Watson a la española. “Al principio la
historieta era un chiste inflado que se
desarrollaba al final. Los de la censura
querían que nadie pensara, que la
gente pasara el rato. Por eso no
aparecen mujeres en las
historietas, cuando los censores veían a
una le empezaban a recortar las curvas
hasta dejarla como un espárrago
cabezón. Un día dibujé un perro
comiéndose un hueso y me lo
censuraron porque afirmaban que
aquello no era hueso, que aquello era
un miembro viril y que había que
quitarlo”.
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7. La afición de los disfraces de Mortadelo es un encargo que hace el
editor, González, a Ibáñez, un detective que como su personaje favorito
; El Conde de Montecristo de Alejandro Dumas, se disfrace en cada
historia.
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9. “A veces los políticos nos hacen competencia
desleal, ellos tienen más gracia”, ha dicho de
ellos Ibáñez. También ha convertido la
gaviota del Partido Popular en un buitre en
el especial del último Mundial o ha escrito
títulos como El atasco de
influencias, Corrupción a mogollón, El
pinchazo telefónico o se ha atrevido con
temas más universales, como en las
aventuras de Bye, bye, Hong
Kong!, Dinosaurios o Las vacas chaladas.
10. Filemón es ahora un
melómano convencido, gran
coleccionista de discos de
36 revoluciones y siete
motines y de cuadros al óleo
y a la vinagreta. Como
Mortadelo, es un solterón
empedernido pero no duda
en pelearse con él por la
atención de una chica
hermosa. Lo malo es que
con ése siempre tiene las de
perder, no en vano casi
todas las historietas
terminan con Filemón
persiguiendo a Mortadelo
después de alguna de sus
meteduras de pata o
abroncándole porque, por
su culpa, el Súper los quiere
descuartizar.
13. En 1969, tras unas arduas pruebas
a las que sólo se presentaron
ellos, ingresaron en la TIA: ahora la
inspiración era más James Bond
que Sherlock. Las historietas eran
largas (El sulfato atómico es su
primera historia por entregas) y
más elaboradas. Los medios con
los que cuentan para resolver los
casos son mucho más
sofisticados, pero el resultado es el
mismo. En la TIA conocemos al
Súper, Bacterio, Ofelia y otros
personajes secundarios.