El documento describe cómo el aprendizaje colaborativo, aunque ha sido una práctica común en la historia de la humanidad, solo surgió como un concepto a fines del siglo XX. Señala que el aprendizaje colaborativo implica el intercambio entre pares y puede llevar a resultados sinérgicos, aunque no siempre tiene éxito. También destaca algunos beneficios del aprendizaje colaborativo como el desarrollo del pensamiento crítico y la disminución de sentimientos de aislamiento.