¿Qué hacer para escribir una
crónica?
Sugerencias de grandes escritores latinoamericanos
Por: Rosa María Rappa
Ya tengo un tema, ahora ¿qué hago?
Sin duda, no basta con tener una buena historia entre manos. Un poco de organización
previa nos hará falta para poder sentarnos a escribir.
Existen muchas propuestas de cómo estructurar un texto, pero lo más importante es que cada
quien consiga su modo particular de echar el cuento, siempre tomando en cuenta la
necesidad de atrapar y mantener la atención del lector, toda vez que queremos que conozca lo que
tenemos para contarle.
Preparé para ustedes un compendio de sugerencias (y reflexiones) que hacen grandes
periodistas y cronistas latinoamericanos, desde Gabriel García Márquez (Colombia),
pasando por Martín Caparrós (Argentina), Juan Villoro (México), Leila Guerreiro (Argentina),
Alberto Salcedo Ramos (Colombia), hasta llegar a Boris Muñoz (Venezuela).
Según Martín Caparrós
Hacer literatura. Aprovechar las posibilidades del lenguaje la capacidad de hacer aquello que no
puede la imagen: armar un clima, crear un personaje, pensar una cuestión.
Sumar a la escritura, la mirada: el cronista debe saber que todo lo que se le cruza puede ser
materia de su historia. Por tanto debe mantener una atención constante, de cazador primitivo,
atento permanentemente a que salte la liebre.
Buscar no lo extraordinario, sino el interés de lo cotidiano. Si la información tradicional consiste
en contar lo que le pasa a la poca gente que tiene poder, la crónica apuesta por encontrar en lo
común lo que merece la pena ser contado y conseguir que el lector se interese. El efecto aleph
(por el cuento de Borges) se puede producir en cualquier lugar: desde cualquier punto se puede
ver el mundo.
Documentarse, teniendo en cuenta que con Google la clave ha pasado de ser encontrar datos a
desechar datos, pero saber que la base de la crónica es el choque entre lo que esperamos y lo
que encontramos.
Martín Caparrós…
Escribir en primera persona. No, necesariamente, en primera persona gramatical, sino mostrando sin
miedo que hay un yo que cuenta; ser honesto, pero no pretender que lo que se cuenta es la única
verdad, sino una de las miradas posibles.
No confundir escribir en primera persona y escribir sobre la primera persona. El cronista que
habla más de sí que del mundo deja de ser cronista.
No sintetizar lo que -se supone- sucedió, sino ponerlo en escena. Dejar que el lector reaccione, no
decirle cómo debe reaccionar: No decir “la escena era conmovedora”, sino hacerlo ver.
Permitirse la duda.
Buscar siempre nuevas formas de contar la vida.
Negarse a convertirse en la guinda del pastel, el adorno en la máquina de crear realidad que son los
medios. La crónica será marginal o no será.
Según Juan Villoro
Hay que tener en cuenta que hay distintas estrategias para abordar y narrar un hecho.
La literatura enriquece el periodismo y por lo tanto, la escritura de la crónica.
Hay que aventurarse a experimentar todo lo que implica escribir una crónica, debemos tomarnos
tiempo para reconocer e interpretar la realidad. Debemos también emprender el viaje para
apropiarnos de los hechos y espacios que se involucran con nuestros protagonistas.
El cronista sirve a la verdad. Puede reconstruirla de manera intensa con técnicas que involucren
la subjetividad de los testigos y que recuerden la estructura de un relato de ficción, así como las
emociones y sentimientos de los personajes de novela. Pero, en ningún momento, debe novelizar
la realidad; para eso es muy fácil dedicarse a la novela. En la crónica no se puede ni se debe
mentir.
El cronista no tiene la verdad absoluta pues la verdad más valiosa es la que le cuentan sus
personajes.
Juan Villoro…
En la crónica debemos dar la sensación de que estamos poniendo en la encrucijada cosas que no se
habían contado antes. Quiere decir que aunque la crónica trate temas de los que ya se han hablado
antes en las noticias, es importante que revele datos curiosos, emociones y experiencias de los
involucrados en esos hechos para darle un valor agregado a la narración. Los hechos públicos tienen
vida privada y eso es lo que le interesa a la opinión pública.
Si ponemos detalles de la vida privada al principio damos la idea de que estamos poniendo en contacto
con una parte inédita de la realidad. Siempre se debe partir de lo particular, lo individual, lo íntimo,
antes de los datos que lo refuerzan. Pasamos de la historia individual al impacto público.
En la escritura de una crónica, al igual que en la de todo texto, es de vital importancia la noción de
unidad. El lector debe tener esa sensación de que todos los párrafos se conectan y que hay un hilo
conductor que guía la historia.
La crónica busca reconstruir los hechos con la intensidad de quienes lo vivieron.
Hay cosas, características y actitudes de los personajes, que aunque no se escriban en la crónica, se
deben conocer para poder interpretar lo que cuentan.
Según Leila Guerreiro
Tener bien claro el punto de vista: ser dueños del material. Si la historia no está clara para el cronista,
tampoco lo será para el lector. Esto permitirá tener una voz autorizada. El objetivo es que el lector no
esté cada tres minutos preguntándose de qué va la historia.
Someter el arranque del texto a una revisión intensiva: cuando se tiene un arranque que gusta
mucho, debe someterse a muchas preguntas. Hemingway decía que hay que matar a los queridos. Hay
que estar dispuestos a matar incluso lo que más nos gusta.
Hacer una investigación tan ardua que el lector no lo note: si hacemos las cosas bien tendremos
recopilado más de lo que podremos publicar. El 5% es el texto que el lector lee, pero eso flota y se
sostiene por el 95% de cosas abajo que no se ven. El reporteo debe ser exhaustivo para lograr una voz
autorizada.
Tener cuidado con las anécdotas de los entrevistados: a veces las anécdotas nos pierden. Si nos
vamos encantados con el anecdotario, a veces no tenemos nada. Son difíciles de meter en un relato.
Son tan contadas varias veces que a veces no retratan al personaje sino a la leyenda que cuentan de sí
mismos.
Entretejer la forma y el contenido del texto: en la crónica la forma reina, siendo una misma cosa que
el contenido.
Guerreiro…
Evitar explicaciones reduccionistas: las preguntas del qué, cuándo, dónde, cómo y quién deben
estar respondidas, pero no necesariamente en el arranque. El porqué nunca puede ser una respuesta
reduccionista. Siempre hay una serie de causalidades, muchas.
Subordinar la estructura a la intención informativa: en la edición es muy importante la búsqueda del
equilibrio. No puedes hacer pasar al personaje como un loco o loca, debes mediar. Si vas con un
prejuicio, solamente vas a encontrar esas cosas.
Evitar caprichos narrativos injustificados: el arranque es un tirano maravilloso. Por eso es tan
importante que sea muy planeado y que no sea caprichoso. El inicio debe establecer las bases de todo
el texto.
Planear el peso específico del inicio y el final: el principio tiene un peso específico muy fuerte. Va a
definir todo lo demás. Igualmente, todo lo que uno ponga en el final tendrá un peso mayor que todo lo
demás. “Yo no me siento a escribir nunca si no tengo la frase de arranque. A partir de ahí, la estructura
la voy encontrando”.
Hacer un trabajo minucioso de montaje: es lo equivalente a un documental de cine, pero con
palabras. Las crónicas y perfiles son una tarea minuciosa de montaje.
Según Aberto Salcedo Ramos
“Un cronista es alguien que investiga como los periodistas y escribe como los escritores. Convierte
la realidad informativa en asombro”.
“La crónica es un género que informa e interpreta. Un género narrativo e interpretativo. Que
cuenta una realidad o suceso a través de la visión del periodista.”
Terminar una investigación cuando los testimonios se repitan: ¿cómo saber cuando comenzar a
escribir? Cuando lo que estamos averiguando en los testimonios de los personajes empiezan a
ser iguales.
Identificar un inicio con fuerza: el inicio de la crónica es clave para definir el tono que va a tener.
Hay que buscar una entrada potente, que tenga fuerza y trace las coordenadas del viaje.
Evitar los rodeos: por el contrario, buscar una entrada “contundente, que golpee”.
Salcedo Ramos…
No hay necesidad de inventar: La realidad es tan rica, tan compleja y mágica que no hay
necesidad de añadirle las malas ideas que se nos ocurran. Una buena crónica se sustenta en una
investigación exhaustiva.
Usar pero no abusar del uso de la primera persona: la primera persona debe ser usada en un
relato siempre que esté justificada. “No se trata de citarse de manera vanidosa, sino de manera
que mi presencia enriquezca el texto, aportando datos nuevos o por estar en una situación
reveladora que no sería creíble si uno no apareciera dentro de la escena.”
Leer para enriquecer el vocabulario: la única forma de evitar los lugares comunes es leer
mucho, tener un universo lingüístico muy amplio, pues es importante para enriquecer el relato.
“Cuando una persona utiliza frases como el cuerpo como una guitarra o el cabello azabache está
demostrando que no lee.”
Enriquecer el lenguaje: en el camino, el lenguaje no se conoce solo a través de la intuición o
talento, sino que hay que trabajarlo.
Según Boris Muñoz
“El proceso de la escritura es complejo y personal. No creo que el novelista tenga el deber moral de
reflejar una realidad social, ese más bien es un deber que tenemos todos como ciudadanos, es el
compromiso político del vivir en sociedad. Que un novelista o un poeta lo usen como tema literario es su
opción. A veces la poesía puede ser la liberación del peso de esa obligación. Una vez me dijo García
Márquez que para él la narrativa era la yuxtaposición poética a la realidad y efectivamente en sus libros
los temas políticos son llevados a una escala mítica. De todas formas creo que se puede ser un
magnífico escritor sin tener que corresponder a una expectativa social o a un compromiso moral con la
sociedad.”
“Muchos de los grandes escritores de América Latina han escrito crónica y lo siguen haciendo. En la
crónica pueden converger periodismo y literatura. Trato de hacer crónica que no siempre parece crónica
y tampoco parece literatura ni periodismo. Es como una mutación de las cosas. Me siento muy
cómodo en esa convergencia de las dos aguas, la del río y la del mar que se juntan en un delta
tumultuoso.”
Y así decía Gabriel García Márquez:
En 1981, en una entrevista publicada en un diario español, le preguntaron a Gabriel García Márquez cómo
había nacido Crónica de una muerte anunciada. Esta fue su respuesta:
“Esta novela es de hace treinta años. El punto de partida es un episodio real, un asesinato que
ocurrió en un pueblo de Colombia. Yo estuve muy cerca de los protagonistas del drama en un
momento en que había escrito algunos cuentos, pero no había publicado aún mi primera novela.
Inmediatamente me di cuenta de que tenía entre mis manos un material sumamente importante, pero
mi madre lo supo y me pidió que nunca escribiera ese libro mientras estuvieran vivos algunos de sus
protagonistas. Y me dijo los nombres. Yo lo fui dejando. Entonces pensé que el drama estaba
terminado, pero siguió evolucionando, y siguieron sucediendo cosas. Si lo hubiera escrito entonces,
hubiera quedado fuera una gran cantidad de material que es esencial para comprender mejor la
historia.”
Fuentes consultadas
Bueno, Isabella (2012). “La crónica según Juan Villoro”. En Red. Disponible en
https://sites.google.com/site/isabellabuenof91tallerdeperiod/la-cronica-segun-juan-villoro (Consultado el 8 de junio de 2017).
Ceberio, Jesús (1981). “García Márquez: Crónica de una muerte anunciada es mi mejor novela”. En Red. Disponible en
http://elpais.com/diario/1981/05/01/cultura/357516008_850215.html (Consultado el 8 de junio de 2017)
Giménez, Valentina. “Cinco consejos para escribir una buena crónica periodística”. En Red. Disponible en
http://ijnet.org/es/blog/cinco-consejos-para-escribir-una-buena-cr%C3%B3nica-period%C3%ADstica (Consultado el 8 de junio
de 2017).
Riccardi, M; Echeverry, J. (2010). Relatoría del Taller de periodismo Narrativo con Juan Villoro. Fundación Nuevo Periodismo
Iberoamericano (FNPI), Cartagena de Indias: Corporación Andina de Fomento (CAF), CEMEX, Fundemas.
Sanz, Joaquín (2016). “Diez normas para escribir crónicas, según Martín Caparrós”. En Red. Disponible en
http://elobjetodelacomunicacion.blogspot.com/2013/05/diez-normas-para-escribir-cronicas.html (Consultado el 8 de junio de
2017).
Tirzo, Jorge (2012). “10 claves para planear un texto periodístico según Leila Guerreiro”. En Red. Disponible en
http://reddeperiodismocultural.fnpi.org/2012/04/16/10-claves-para-planear-un-texto-de-periodismo-narrativo-segun-leila-
guerriero/ (consultado 8 de junio de 2017).