El poema habla sobre el viaje del peregrino para descubrir su verdadera identidad detrás de las máscaras y velos. Plantea que todos llevamos velos que ocultan la verdad sobre nosotros mismos y que sólo al aceptarnos podemos deshacernos de ellos. También sugiere que la luz interior es la clave para transformar la realidad y conectarnos con lo eterno.
2. ¿Quién soy yo para dictaminar
las pautas de lo perfecto?
¿Quién soy yo para condenar
lo que considero incorrecto?
¿Quién soy yo para tasar
la medida del universo?
3. El equilibrio del silencio
lo vive el peregrino en todo viaje
con el propósito de completar
cada día ese destello incompleto
que le permite avanzar
cuando alumbra su camino.
4. Los opuestos se neutralizan
y no hay más abismos,
surge entonces la Nada
como centro mismo del Todo,
la vida es el centro de la Vida
y el peregrino recobra su identidad.
5. Todos esos defectos que ves en mí,
son sólo velos que ocultan la verdad
mientras la luz de la eternidad
permanece oculta
en la prisión de mi ego
como tú ocultas la tuya sin saberlo
y todos los viajeros exhiben sus propios
velos.
6. Algún día aceptaremos
que toda creación sigue a su autor,
todo lo bueno que haz hecho
siempre te sigue,
todo lo malo que haz hecho
siempre te sigue,
todo siempre regresa
en proporción perfecta
para desnudarnos de nuestros velos.
7. No importa si sólo te queda un día
para llegar al fin de tu andar,
si logras transformar tu realidad
con esa luz
que te empeñas en ocultar,
habrás concluido en paz
conectando el mundo mortal
con lo inmortal.
8. Muchos pudieron controlar
pueblos enteros,
pocos pudieron controlar
su propio disfraz;
a pesar de lo que los ojos vean,
a pesar de lo que los oídos escuchen,
a pesar de lo que consideres
provocaciones,
esa luz inmortal
siempre está en tu centro.
9. Si busco cambiar mi entorno,
tal vez logre maquillar su rostro
pero nada habrá cambiado
en realidad;
sólo renovando mi interno
podré esperar algo distinto
en genuina proporción
con mi silencio.
10. Dentro de todo aquel que miente
siempre hay un peregrino inseguro
que cree que no puede ser amado
y está convencido
que con su máscara puede
ser capaz de conseguirlo
sin percatarse
que es su impedimento.
11. Todo es cuestión de tamaño,
el miedo cree
que lo temido es grande,
cuando sólo ha venido de visita
para ser disuelto por la luz eterna,
esa luz que no ha de exhibirse
y que nadie puede extinguir.
12. Tan sólo contempla el mar
y hazlo tuyo con tu mirada,
allí está la misericordia;
tan sólo contempla la montaña
y absórbela en cada aspiración,
allí está la fortaleza.
13. No se trata de buscar el amor,
se trata de disolver las barreras
que incesantemente inventamos
para que el amor nos encuentre,
lograr la intimidad con la vida
y ser uno con la inmensidad
del tiempo.
Carlos Rangel
Santiago de Querétaro, México
Abril, 2019