3. En primer lugar, la fonología tiene como objetivo la descripción de los sonidos de una lengua como unidades contrastivas dentro del sistema lingüístico general, que constituyen los elementos más básicos de la gramática (no debe confundirse esta disciplina con la fonética, que estudia los sonidos en su realización material o fónica). En el siguiente nivel se halla la morfología, que es el estudio de la formación de las palabras (unidades con sentido pleno) a partir de los sonidos (unidades carentes de significado), así como sus modificaciones gramaticales. A continuación, la sintaxis se ocupa de agrupar estas unidades léxicas mediante reglas de combinación para formar sintagmas y oraciones, que son las unidades superiores de la gramática. Por último, la semántica es la disciplina encargada de clasificar y estructurar los diferentes significados que se pueden expresar mediante las oraciones de una lengua (no debe confundirse con la lexicología, que estudia el léxico o conjunto de palabras de cada una de las diferentes lenguas y sus relaciones contrastivas en un determinado momento de su evolución, ni con la lexicografía, aplicación práctica de la anterior disciplina lingüística destinada a la composición de diccionarios).
4. Gramática Tradicional Las primeras reflexiones acerca del lenguaje las llevaron a cabo los filósofos de la Grecia clásica, alrededor del siglo IV a.C. Preocupados básicamente por cuestiones generales acerca de la naturaleza de los seres humanos y el universo, y con la firme creencia de que debían existir verdades eternas e inmutables, estos filósofos se aproximaron al lenguaje (una capacidad única de los hombres, como creían) con la esperanza de poder hallar en él las respuestas a algunos de los grandes misterios de la vida. Pensaban que los dioses habían otorgado a los hombres el don divino del lenguaje, y que por lo tanto representaba la perfección suma. Por supuesto, dado que se tenía conocimiento de pocas culturas más aparte de la helénica, sólo el griego era digno de estudio; el resto de lenguas eran consideradas como hablas degeneradas o "bárbaras".
5. Gramática Estructural Durante el siglo XIX se empieza a investigar con especial interés acerca del origen de las lenguas y sus relaciones mutuas, lo que da lugar al nacimiento de la gramática histórica y la gramática comparada. El método principal empleado por estas dos disciplinas consistía en reunir gran cantidad de datos lingüísticos (especialmente de carácter fonológico y textual) y extraer conclusiones a partir de ellos. Gracias a estos estudios se consiguió desarrollar auténticas genealogías de las lenguas y clasificar el mapa lingüístico mundial.
6. A comienzos del siglo XX, la gramática estructural abandonó esta dependencia de los testimonios escritos y se centró en el estudio de las lenguas en sí mismas, como sistemas autocontenidos y vivos. Para ello, los estructuralistas tomaron como base de todas sus investigaciones la morfología, disciplina lingüística que se ocupa de la estructura formal de las palabras. Su método de análisis de la lengua se basa en la observación cuidadosa de un corpus lingüístico (o conjunto de datos) tomado del habla de una comunidad para llegar al conocimiento del sistema subyacente a tal manifestación externa. En palabras del lingüista suizo Ferdinand de Saussure, considerado como uno de los padres del estructuralismo, la gramática debe describir la langue ‘lengua’, el sistema de signos lingüísticos comunes a una comunidad de hablantes, en lugar de la parole ‘habla’, realización concreta de la lengua que en sí misma no constituye un sistema organizado. Todo individuo posee un conocimiento interno y subconsciente de la lengua, aunque su habla particular no tiene por qué reflejarlo fielmente debido a causas externas (como pueden ser lapsos de memoria o incapacida d articulatoria).
7. La gramática estructural considera que cada lengua es un "metasistema" compuesto por varios otros sistemas organizados en niveles interrelacionados: en la escala más baja se encuentran los sonidos, que se combinan para formar palabras, que a su vez se combinan para formar oraciones, cuya agrupación se usa para comunicar significados. De esta forma, las distintas disciplinas que estudian estos elementos anteriores (fonología, morfología, sintaxis y semántica) constituyen la gramática en su sentido más general.
8. Gramática Generativa En 1957, el lingüista americano Noam Chomsky publica Estructuras sintácticas, obra de clara inspiración matemática en la que critica los métodos empleados por la gramática estructural. Para él, el estudio de la gramática debe centrarse en el lenguaje mismo como capacidad cognitiva del ser humano, y no en la simple recogida y análisis de datos formales, que no son más que una manifestación externa de aquél. De esta forma, la gramática se equipara a las hipótesis científicas, ya que pasa a definirse como una teoría o sistema que se propone para describir y explicar las oraciones de una lengua específica, no como elementos aislados, sino como reflejo de la capacidad mental del lenguaje común a todas las personas.
9. Una gramática adecuada será aquélla que sea capaz de generar oraciones gramaticales (es decir, ajustadas a una serie de reglas formales y comprensibles por parte de un hablante nativo) y descartar las que no lo sean; pero, sobre todo, ha de ser capaz de generar todas las posibles oraciones gramaticales de una lengua. Por lo tanto, la gramática debe basarse no en la semántica (como hacía la gramática tradicional) ni en la morfología (como hacía la gramática estructural), sino en la sintaxis. Para Chomsky, la sintaxis descansa sobre el principio de la recursividad, un proceso formal mediante el cual se pueden crear infinitas oraciones a partir de la aplicación de un número finito de reglas a un número también limitado de constituyentes sintácticos. En última instancia, la gramática generativa retoma las teorías mentalistas del racionalismo del siglo XVIII, en la medida en que considera el lenguaje como una capacidad innata de las personas cuyas reglas formales reflejan el mecanismo del pensamiento humano.
10. La gramática transformativa (o transformacional) es un desarrollo posterior de la generativa en la que se establece que el paso de un esquema oracional a otro se lleva a cabo mediante la aplicación de determinadas reglas o transformaciones (por ejemplo, la que se aplica a una oración cualquiera para convertirla en interrogativa o formar su correspondiente estructura pasiva).
11. Dos modelos en el estudio de las lenguas: gramática comparada y gramática formal A continuación se presentan dos perspectivas gramaticales distintas —aunque en muchos aspectos complementarias: gramática comparada y gramática formal. La primera, que se engloba dentro de la corriente estructuralista anteriormente explicada, surgió a raíz de las inquietudes de los lingüistas del siglo XIX por encontrar las semejanzas que pudieran existir entre las distintas lenguas conocidas hasta entonces; su estudio se mueve en el doble eje diacrónico y sincrónico, ya que basa sus supuestos en la evolución histórica de las variedades lingüísticas y en sus cambios formales (fundamentalmente de carácter fonológico). La gramática formal, por su parte, se originó tras las investigaciones de la gramática generativa, y busca categorizar las lenguas en base a reglas formales de carácter matemático; su orientación computacional es evidente, en el sentido de que emplea una sintaxis "comprensible" para las máquinas (amén de una terminología básicamente informática). Como puede verse, la gramática comparada y la gramática formal se asemejan en el hecho de que ambas buscan establecer reglas fijas, aunque la primera se basa en el cotejo de varias lenguas y la segunda se centra en el sistema propio de cada una.