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Sumario
De Portada..........................2
Posgrado.............................9
Acontecer UES..................10
CSU..................................15
DerechosUniversitarios.....19
Opinión Universitaria.........20
Entrevista.......................22
Arte y Cultura....................24
Multidisciplinarias............26
Cartelera...........................26
Directorio
Rector:
Msc. Rufino Antonio Quezada
Vicerrector Académico:
Arq. Miguel Ángel Pérez
Vicerrector Administrativo:
Msc. Óscar Noé Navarrete
Dirección:
Msc. Douglas Hernández
Coordinación:
Msc. Ana María Campos
Diagramación:
Iván Yash
Delmy González
Fotografía:
Lic. Cristóbal Arévalo
Redacción:
Licda. Ana María Campos
Licda. Xochilt Escalante
Lic. Luis Alemán
El Universitario es una publicación
de la Secretaría de Comunicaciones
de la Universidad de El Salvador.
Ciudad Universitaria, San Salvador.
Final Av. Mártires Estudiantes del 30
de Julio. El Salvador. C.A.
Tel. 2225-8930.
Puede acceder a esta publicación
en:
A 33 años…
¿Dónde están los
desaparecidos y los
responsables de la
masacre?
Época XIII, No.5 			 Ciudad Universitaria Julio de 2008				
www.ues.edu.sv
acontecerues.blogspot.com
U
n día después de la ma-
sacre, el 31 de julio de 1975,
El Consejo Superior Univer-
sitario (CSU) de la UES se reúne
en sesión extraordinaria, celebrada
en el decanato de Medicina, según
consta en el acta 123, se toma el
acuerdo de condenar la masacre,
rechazar la versión oficial del go-
bierno de turno, exigir la liberación
de los capturados, entrega de los
cadáveres, informe de los desapa-
recidos, exigir el respeto de la in-
tegridad física de la comunidad
universitaria y el pueblo en gene-
ral. Además, se acordó denunciar
y exigir el juzgamiento de los res-
ponsables de la masacre.
30 de julio de 1975
El Universitario
/ Julio de 2008
De portada
E
l 25 de julio de 1975, las
fuerzas militares del en-
tonces presiente Arturo Ar-
mando Molina, intervinieron el
Centro Universitario de Occiden-
te de la Universidad de El Salva-
dor, para evitar la realización de
un Show Bufo, que los estudian-
tes desarrollaban cada 26 de julio,
en vísperas de las fiestas patrona-
les de Santa Ana y en el cual, éstos
ridiculizaban al gobierno.
La intervención evitó que los
estudiantes salieran ese día. En
protesta el 30 de julio de ese año,
los estudiantes del Campus Cen-
tral organizan una manifestación
que parte del estacionamiento de
la Facultad de Jurisprudencia y
Ciencias Sociales de la UES, ha-
cia el Parque Libertad. A esta se
unen estudiantes de secundaria de
San Salvador.
Los estudiantes que marchaban
de forma pacífica, son masacrados
en las inmediaciones del puente a
dos niveles, ubicado sobre la 25
Avenida norte, ahora Calle Már-
tires 30 de julio, a inmediaciones
Seguro Social.
	
Testimonio de Mirna Perla
La comunidad universitaria
salió a la calle por la 25 Aveni-
da Norte a decirle al régimen del
país, que la Universidad de El Sal-
vador estaba unida a través del
FUERSA, el UR19, el FAU y toda
la comunidad universitaria. Estu-
diantes, docentes y trabajadores
marchamos por las calles de San
Salvador para decirle al Coronel
Arturo Armando Molina que el
estudiante universitario estaba de-
fendiendo el derecho que la cons-
titución ha consagrado para el
pueblo salvadoreño, la educación
superior.
A pesar que el General Carlos
Humberto Romero, Ministro de
Defensa nos había advertido a tra-
vés de la radio, la televisión y con
papeletas tiradas de un avión, que
la universidad se atenía a las últi-
mas consecuencias.
La decisión de salir
Fueron momentos difíciles dis-
cutimos mucho los estudiantes re-
volucionarios en aquel momento
si salíamos, si aceptábamos que la
dictadura pusiera una mordaza a
la Minerva pero dijimos no, y di-
jimos vamos a desafiar al régimen
porque tenemos una gran respon-
sabilidad con nuestros antepasa-
dos. Desde hace 500 años los pi-
piles defendieron estas tierras y no
podíamos quedarnos en el recinto
universitario, mientras la bota mi-
litar había invadido nuestro cam-
pus y por eso salimos, salimos con
mucha alegría, con muchas pan-
cartas, con muchos cantos y so-
bre todo con la razón de nuestra
parte.
Llegaron las tanquetas
Cuando estábamos a la altura
del Externado San José empeza-
mos a ver las tanquetas que venían
y los aviones que nos sobrevola-
ban en ese momento y decidimos
cambiar de rumbo nuestra marcha
que se dirigía hacia el parque Cus-
catlán y que luego partiría hacia el
Parque Libertad donde íbamos a
realizar un mitin de protesta.
Pero cuando doblamos a la al-
tura del paso a dos niveles, apare-
cieron los antimotines de la Poli-
cía y Guardia Nacional con cascos
y gases lacrimógenos, disparando
sus fusiles y empezaron a ametra-
llar a las personas que encabeza-
ban la marcha. Nosotros creímos
que había que retroceder pero en
ese momento nos cortaron el paso
(al inicio del paso a dos niveles)
las tanquetas que venían a aplas-
tar a los estudiantes universita-
rios, pues muchos compañeros ca-
yeron.
Las víctimas
Ustedes han visto algunas de
sus fotos y algunos de sus nom-
bres, esas personas nunca han sido
encontradas están en calidad de
desaparecidos aunque sabemos
que por ejemplo Carlos Fonseca
iba muerto cuando se lo llevaron,
porque después de que atacaron la
marcha nos tiraron gases lacrimó-
genos y tiraron las tanquetas enci-
ma de todas las personas que está-
bamos ahí reunidas.
Vinieron con ambulancias a
recoger los cadáveres y heridos,
después pasaron tirando agua con
jabón para borrar las huellas de los
asesinos. Esa noche esta universi-
dad estaba llena de estudiantes.
30 de Julio en la historia
El 30 de julio de 1975 marca un
punto clave para la radicalización
de muchos estudiantes de la épo-
ca. El hecho no puede verse aisla-
do al contexto nacional e interna-
cional, coinciden el actual Rector
del Alma Máter y los historiado-
res.
La masacre se sitúa en medio
de un periodo que el historiador
Ricardo Argueta denomina de au-
toritarismo militar (1931-1992),
donde “a finales de los años 60 ya
comienza a sentirse una universi-
dad opositora”.
Poco se conoce del contexto
y de la propia masacre. “La uni-
versidad no ha profundizado casi
nada en su historia”, dice el histo-
riador Ricardo Argueta, y propone
la creación de una entidad dedica-
da a esta tarea.
El régimen autoritario militar
En El Salvador, los militares se
habían instalado en el poder desde
los años 30 del siglo XX, con el
apoyo de la oligarquía cafetalera.
El país era el reflejo de la olea-
da latinoamericana de dictadu-
ras militares apoyadas por la cla-
se dominante local y los Estados
Unidos.
Exceptuando el periodo de
Maximiliano Hernández Martí-
nez, en El Salvador no puede ha-
blarse de un régimen totalitario
o fascista, debido a que siempre
hubo más de un partido político,
un pluralismo político, aunque li-
mitado.
Antes del 31 no se califica de
autoritario al régimen político de
una “oligarquía democrática”.
Argueta prefiere calificar de des-
pótico, donde la élite que gobier-
na el país se encarga de repartirse
el poder, sin ninguna fuerza opo-
sitora que le cuestione. El régi-
men no necesita entonces recu-
rrir a prácticas coercitivas hacia
la oposición porque ésta no exis-
te. “Se establecen redes clientela-
res”.
La universidad tampoco cons-
tituía una fuerza opositora antes
Rufino Quezada, Rector UES:
“El 30 de julio no podemos
verlo como hecho aislado”
Por: Luis Alemán y Roselía Núñez
Julio de 2008/ El Universitario
De portada
de los 30. Durante el periodo de
gobierno de los Meléndez Quiñó-
nez (1913-1927) el ejecutivo se
encargaba de nombrar al Rector,
docentes y administrativos. Épo-
cas donde la mayoría de universi-
tarios eran hijos de una élite ma-
yormente urbana.
Universidad-Régimen
La masacre no puede verse
fuera de la relación universidad-
régimen político, ni desligada del
histórico papel de la universidad
vinculado con el Estado.
Es precisamente el mismo mes
y año que el Estado Salvadoreño
es declarado soberano e indepen-
diente (1841) que se decreta tam-
bién la fundación de la universi-
dad como base intelectual en la
que se sostendría el naciente Es-
tado.
Al principio la universidad
nace bajo el dominio clerical,
hasta su secularización a partir de
la década de 1850.
La evolución de la universidad
decantará hasta adquirir “la fun-
ción de refugiar a la oposición en
un régimen autoritario militar y
lleva a la universidad, anteponer
la función política ante la función
académica o de investigación”.
Como la mayoría de univer-
sidades latinoamericanas, la Re-
forma de Córdoba da vida a una
nueva universidad, que exige au-
tonomía y cogobierno, donde los
estudiantes van a tomar protago-
nismo.
Córdoba
En medio de la corriente mo-
dernista de Rubén Darío, la Ins-
titución Libre de Enseñanza,
inspirada por Francisco Giner de
los Ríos, que impulsaría una di-
námica de reforma educativa a
partir de la idea de libertad, na-
cen a principio del siglo XX los
centros de estudiantes y las fede-
raciones universitarias.
Argentina (1905) y Chile
(1906) son los primeros países
donde universitarios, hombres y
mujeres, se organizan.
El Siglo XX conoce las pri-
meras “huelgas estudiantiles” y
organizaciones de estudiantes,
que tenían gran similitud con los
sindicatos.
En 1918 lo que comenzó con
una simple huelga de los estu-
diantes de la Universidad Nacio-
nal de Córdoba, en la que exigían
profundas reformas universitaria,
se convirtió rápidamente en un
amplio movimiento en toda Ar-
gentina y en América Latina, con
influencia también en España y
Estados Unidos.
El nuevo siglo traía consigo el
legado del sufragio universal, la
democracia y la gestación de una
corriente educativa que “replan-
teaba las tradicionales relaciones
de autoridad en la educación y la
enseñanza, para poner el acento
en el protagonismo del estudian-
te”.
El manifiesto de la Federación
Universitaria de Córdova plan-
teaban los principios fundamen-
tales de la reforma: autonomía
universitaria, cogobierno, ex-
tensión universitaria, acceso por
concursos y periodicidad de las
cátedras, libertad de cátedra, cá-
tedra paralela y cátedra libre, ac-
ceso masivo y gratuito, vincula-
ción de docencia e investigación,
inserción en la sociedad y rol de
la universidad, solidaridad lati-
noamericana e internacional y
unidad obrero-estudiantil.
Con el estandarte de Córdo-
ba muchas universidades obtie-
nen la autonomía y comienzan un
proceso de mayor inserción en la
sociedad.
Argentina (1919), México
(1929), Costa Rica (1949), Re-
pública Dominicana (1961), Bo-
livia (1931), Chile (1931), Perú
(1920), Uruguay (1958), Vene-
zuela (1958). En El Salvador a
pesar que la autonomía se había
reconocido en varias ocasiones,
fue hasta 1950 cuando alcanza la
calidad de disposición constitu-
cional.
La UES no fue la única que su-
frió intervenciones en el marco
de estas reformas. Similares pro-
cesos de violación a la autonomía
los tuvieron la mayoría de univer-
sidades latinoamericanas.
La reacción de un movimien-
to estudiantil y los principios de
Córdoba ya comenzaban a tener
mayor resonancia y casi simultá-
neamente a la autonomía, muchas
universidades latinoamericanas
implementan el cogobierno.
El estudiantado latinoameri-
cano realiza varios congresos en
el marco de las rerformas de Cór-
doba, entre estos:
q En 1921, en México se
realiza el Primer Congreso Inter-
nacional de Estudiantes en donde
surgió la Organización Interna-
cional de Estudiantes.
q 1925 en México, el Primer
Congreso de Estudiantes Ibero-
americanos.
q 1937, en Santiago de Chile
el Primer Congreso Latinoameri-
cano de Estudiantes
q 1957 en la ciudad de La
Plata, Argentina, Segundo Con-
greso Latinoamericano de Estu-
diantes.
Los ideales de la reforma uni-
versitaria no sólo sobrepasaron
las fronteras políticas, también
las hicieron suyas muchos artis-
tas como Diego Rivera, David Si-
queiros, Miguel Ángel Asturias,
Pablo Neruda, Deodoro Roca,
Germán Arciniegas, entre otros.
Por lo que se considera también
una reforma cultural.
Posterior a Córdova se dan las
revueltas estudiantiles en Estados
Unidos en las décadas de 1960 y
1970 y el Mayo francés de 1968.
En los Estados Unidos, en la
década de los 60, los estudiantes
de Berkeley reclamaban pacífi-
camente por la libertad de expre-
sión (free speech movement).
En México, el 2 de octubre de
1968 se da la masacre de Tlate-
lolco. Aún no se ha aclarado el
número de muertos pero se esti-
man unos 300.
Córdoba también abanderaba
el ingreso masivo a la universi-
dad. En los años 60 comienza a
sentirse el crecimiento en la po-
blación estudiantil en la UES.
Una de las cosas que contri-
buyó a incrementar la población
Génesis del CAPUES
Se decide que el ejecutivo nombre una Comisión Normalizadora para
custodiar y administra el patrimonio de la UES y para trabajar en una nue-
va Ley Orgánica y Estatutos, juramentada un día después de la interven-
ción de 1972.
La Comisión la integraron cinco miembros: Dr. Mario Alberto Fernán-
dez, Dr. Ricardo Gavidia Castro, Ing. Efraín Amaya, Dr. Francisco José
Retana y Dr. Juan José Fernández este último electo como Presidente.
El 1º de julio del 73 asumió como rector el Doctor Juan Allwood Pare-
des. La universidad fue entregada oficialmente el 5 de julio del 73 a las
nuevas autoridades, aunque no inició funciones inmediatamente.
El Coronel Arturo Armando Molina en su afán por controlar cualquier
tipo de oposición maniobró para tener autoridades a sus servicio. Había
llegado a la presidencia por medio de fraude, arrebatándole las eleccio-
nes a la Unión Nacional Opositora (UNO) y a su candidato presidencial, el
democristiano José Napoleón Duarte. Las votaciones se hicieron el 20 de
febrero y la toma presidencial el 25 de marzo del 72.
Duarte había ejercido como profesor de Cálculo en la Facultad de Inge-
niería de la UES, luego de finalizar sus estudios en la universidad de Notre
Dame, en Indiana, Estados Unidos. A pesar de haber pertenecido a la co-
munidad universitaria, intervino militarmente durante cuatro años el Alma
Máter, a partir del 26 de junio de 1980.
El Universitario
/ Julio de 2008
fue la residencia estudian-
til en la época del rector
Fabio Castillo, para al-
bergar a estudiantes aleja-
dos de las urbe capitalina,
para eliminar la barrera de
la distancia que era lo que
impedía a muchos el ac-
ceso a la educación supe-
rior. la idea es incrementar
la población estudiantil, el
crear residencias es parte
de eso.
En los 60 también se co-
mienza el proceso de des-
centralización de la uni-
versidad. En Santa Ana se
crea la primera regional,
en 1965 y una año des-
pués en San Miguel.
El giro de 1972
Como en casi toda La-
tinoamérica, las dictadu-
ras eran una “moda” con
la que se vestían las oli-
garquías para la defensa
de sus intereses. Las crí-
ticas hacia sus actos eran
reprimidas y poco se co-
nocía el concepto de De-
rechos Humanos.
Después de la inter-
vención del 19 de julio de
1972, y del cierre de las
instalaciones, entregadas
hasta el siguiente año, la
universidad comienza un
proceso de represión y
de intervenciones. Los si-
guientes gobiernos la ten-
drían en la mira. El men-
saje que la UES dio en el
44, durante la huelga de
Brazos Caídos era de una
universidad opositora.
“Después del 72 cuan-
do se abre la universidad
no hay un control especí-
fico del movimiento estu-
diantil, se sabe que es an-
tirrégimen pero se le dan
espacio dentro de la uni-
versidad”, aclara historia-
dor Argueta.
“No podemos hablar
del 30 de julio de 1975 sin
hablar de lo que pasó en
1972”, dice Roberto Ca-
ñas, uno de los sobrevi-
vientes de la masacre y
catedrático universitario.
El 19 de julio 1972,
mediante decreto legisla-
tivo, debido a “constan-
tes violaciones a la Ley
Orgánica y Estatutos”,
de acuerdo con la versión
oficial, se deja sin efecto
los nombramientos de au-
toridades, docentes, per-
sonal administrativo y de
servicio.
Rafael Menjívar tenía
cuatro meses en el recto-
rado y el Coronel Arturo
Armando Molina 19 días
de haber asumido la presi-
dencia. En la intervención
es apresado el Rector, jun-
to al entonces Decano de
Humanidades y uno de los
impulsores de los prin-
cipios de Córdoba cuan-
do fue Rector en los años
60, Fabio Castillo. Ambos
son exiliados junto con 13
personas más.
Nidia Díaz, recuerda
que era estudiante univer-
sitaria para la época. “Es-
tábamos luchando porque
la universidad estuviera
más proyectada al pueblo,
estudiábamos y todo pero
yo practicaba danza mo-
derna al medio día...es-
tábamos haciendo danza
cuando intervino el ejér-
cito y nos sacó con todo
y mayas. A nosotros solo
se nos dijo váyanse, por-
que estaban repletos los
camiones. Salí por la en-
trada de derecho y pude
observar que cientos de
personas eran captura-
das”.
Díaz, recuerda que ya
habían organizaciones es-
tudiantiles como el MERS
(Movimiento Estudian-
til revolucionario de Se-
cundaria) con dirigentes
como Febe Elisabeth, Fe-
lipe Peña y Atilio Corve-
ra. También existía una
organización social de-
mócrata y el FAU (Fuerza
de Acción Universitaria)
como expresión de secto-
res radicales.”Después del
cierre de la universidad es
donde más se perfilan las
corrientes”, opina.
Fuera de la universidad
se crea FUERSA (Fren-
te Universitario Estudian-
til Salvador Allende) re-
cuerda Nidia, y dice que
se instala en la UES cuan-
do se reabre, un año des-
pués. Surge con un mayor
perfil el UR19 (Unión Re-
volucionaria 19 de julio
de 1972) FAU. En el 75
personas que integran es-
tos grupos formaron par-
te de otras organizaciones
multisectoriales que invo-
lucran también a sectores
campesinos.
Un desfile Bufo
boicoteado
Los universitarios de
Santa Ana criticarían el
régimen de Molina, ridi-
culizándolo en un desfi-
le bufo en el marco de las
Fiestas Julias de 1975. El
gobierno se enteró e inter-
vino el campus occidental
el 25 de julio y boicoteó
el desfile.
Como respuesta de los
estudiantes de occiden-
te, otra marcha se organi-
zó para el 29 de julio. Fue
reprimida con gases lacri-
mógenos. A esta marcha
se habían unido estudian-
tes del Movimiento de Es-
tudiantes Revolucionarios
de Secundaria (MERS).
En solidaridad con sus
compañeros, los estudian-
tes del campus central or-
ganizan una marcha para
el 30 de julio.
Para esa época la Rec-
toría la asumía el Doc-
tor Carlos Alfaro Casti-
llo, luego de la renuncia
del Doctor Juan Allwood
Paredes. Sobre la manera
de cómo se eligió a ambos
rectores no hay una inves-
tigación histórica profun-
da. Pero se sabe que luego
Alfaro Castillo también
formaría parte del Con-
sejo de Administración
Provisional de la Univer-
sidad de El Salvador (CA-
PUES), que fue impuesto
a la universidad por el go-
bierno de Armando Moli-
na. El CAPUES fue una
especie de policía interna
que controlaba a los estu-
diantes y el funcionamien-
to de la UES, les llamaban
“los verdes de la UES”.
El contexto
Al contextualizar 1975,
la diputa del Parlamento
Centroamericano (PAR-
LACEN) Nidia Díaz, ha-
bla de un país que pasa-
ba por un momento difícil
de “dispersión ideológica,
política y organizativa.
A finales de los 60 y
principios de los 70 hubo
una división en el seno
del Partido Comunista.
Surge un planteamiento
nuevo con las FPL, pero
también surge el Ejército
Revolucionario del Pue-
blo (ERP). “Esas eran
como las 3 grandes co-
rrientes revolucionarias,
pero lógicamente existían
los demócratas cristianos
y los social demócratas,
del MNR”.
“Es en esos años del 70
al 75 cuando se producen
las fisuras, principalmente
del ERP, y es donde des-
ciende lo que posterior-
mente sería el PRTC. La
mayor fisura que tuvo el
ERP fue a raíz del asesi-
nato de Roque Dalton, el
10 de mayo de 1975”.
Las cinco organizacio-
nes que posteriormente
constituirían el FMLN se
disputaban, en 1975, el
protagonismo del proceso
revolucionario.
La disputa también lle-
gaba hasta las organizacio-
nes estudiantiles. Díaz re-
cuerda que el 1º de agosto
del 75 durante la toma de
catedral, un ejemplo claro
de lo anterior fue que los
estudiantes no se pusieron
de acuerdo de quién los
representaría como sector
en el comité de la toma.
“Me dijo Manuel Fe-
derico Castillo, el hijo de
Fabio Castillo, que era el
líder también de la Liga
para la Liberación: aca-
bamos de acordar entre
todas las organizaciones
que al finalizar la misa va-
rios nos vamos a quedar,
De portada
Julio de 2008/ El Universitario
De portada
nosotros te hemos propuesto por
la Liga para la Liberación que te
quedes en catedral”, recuerda Ni-
dia.
“Yo si yo me quedo le dije. Sa-
lieron los féretros, todo mundo y
cerramos la catedral. Había sec-
tor campesino, iglesia, obreros,
dijimos que para formar el comi-
té coordinador había que elegir
una persona por sector, todos es-
tábamos separados. Roberto Vie-
ra por la Democracia Cristiana,
Tony Martínez Uribe por FAU”.
Al final había electo a Antonio
Martínez Uribe, pero algunos no
estaban de acuerdo y propusieron
que fuera la asamblea que eligiera
ante la falta de consenso. “Como
yo había trabajado en FECAS con
el sector campesino, el FAPU, ahí
me propusieron a mí, entonces yo
sabía que no tenía el aval de toda
esa fuerza estudiantil, pero como
tenía el aval del sector campesi-
no, obrero iglesia, tuve la oportu-
nidad de estar”, continúa relatan-
do Nidia Díaz.
El 5 de agosto, fuera de la Igle-
sia, MélidaAnaya Montes declara
el surgimiento del Bloque Popu-
lar Revolucionario (BPR), pieza
clave en la lucha de masas.
Nidia agrega que fuera de ca-
tedral se comienza a organizar
los comités militares y se confor-
ma también el Comité de Orga-
nizaciones Populares 30 de julio,
COP.
El cierre de 1976
Un año después, en 18 de no-
viembre de 1976 son las autori-
dades universitarias, encabezadas
por el rector Carlos Afaro Casti-
llo, quienes deciden cerrar la uni-
versidad, luego de un incidente al
interior del campus, donde resul-
tó muerto por cinco impactos de
bala uno de los custodios y deto-
naron artefactos explosivos, de
acuerdo con fuentes periodísti-
cas.
Durante este cierre se gesta la
creación del CAPUES de manera
oficial, aunque un comunicado de
la AGEUS de la época denuncia
que “son los mismos que habían
estado manejando la universidad
desde el cierre del 18 de noviem-
bre del 76”.
Oficialmente el CAPUES sur-
ge mediante unas reformas de
carácter transitorio a la Ley Or-
gánica que aprueba la Asamblea
Legislativa, el 31 de marzo de
1977 mientras la UES continuaba
cerrada, dando la vía legal para
el establecimiento de un “Conse-
jo de Regencia, que sustituya en
forma temporal a la AGU”, que
luego se conocería como CA-
PUES. (Ver recuadro con lista del
CAPUES).
Este consejo trabajaría para la
“pronta apertura de las instalacio-
nes y la total normalización de las
clases”.
El 16 de septiembre de ese mis-
mo año en que conforma el CA-
PUES, asesinan al Rector Carlos
Alfaro Castillo, junto a su moto-
rista y guardaespaldas. Las FPL
una de las organizaciones arma-
das se hizo cargo de las muertes
mediante un comunicado que di-
vulgaron posteriormente. Asume
la Rectoría el Ingeniero Salvador
Jovel.
El 1 de julio del 1977, Carlos
Humberto Romero asumió la pre-
sidencia, continua el control por
la universidad y el CAPUES se
instala oficialmente, mantenién-
dose hasta el derrocamiento de
Romero, el 15 de octubre del 79.
Lunas de miel
Ricardo Argueta por su parte,
insiste en que debe estudiarse la
relación universidad-régimen po-
lítico y que “no siempre los es-
tudiantes llamaron a los militares
gorilas”
Ha estudiado lo que llama
“luna de miel” entre la casa de
minerva y la bota militar. “Los
estudiantes universitarios decían
que la juventud militar era su ge-
melo, que tanto la juventud mili-
tar como la universitaria llevarían
al país al desarrollo”.
Es en esa etapa, cuando en
1952 el gobierno del presidente
Óscar Osorio llega con apoyo de
la universidad y de la AGEUS, el
líder estudiantil Reynaldo Galin-
do Pohl forma parte del régimen.
“Sin embargo esa luna de miel
se rompe en el 52 porque algunas
medidas que toma Osorio general
ciertas críticas no de la universi-
dad sino de otras organizaciones
sociales en el país, de alguna opo-
sición política que ha surgido”.
José María Lemus, también
llegó al poder con el benepláci-
to de la AGEUS. “Eso era im-
portante porque el estudiantado
universitario era como una ex-
presión de legitimidad de un go-
bierno. La población salvadoreña
en realidad esperaba ver que de-
cían los estudiantes y a partir de
eso se creaba una idea de ese go-
bierno”.
En el caso del presidente Julio
Rivera, Argueta opina que “es el
presidente del siglo XX con ma-
yor acercamiento a la universidad.
Algunos plantean que ese acerca-
miento se da por la amistad con
Fabio Castillo, su ex compañero
de colegio. Ese fue un periodo de
modernización de la universidad
en términos de infraestructura y
apoyo económico. Entre el 62 y
67 hubo menos relación conflic-
tiva con la universidad y menos
acciones represivas”.
Martínez y la UES
Maximiliano Hernández Mar-
tínez también tuvo una etapa de
acercamiento con la UES, lue-
go de haber quitado la autono-
mía en el 32 y devolverla en el 33
se reúne con las autoridades uni-
versitarias interesado en ver pro-
puestas sobre la autonomía y fun-
cionamiento de la universidad,
que vinieran de la misma comu-
nidad universitaria.
El mismo Martínez busca un
terreno para la universidad y par-
ticipa en algunas actividades aca-
démicas. Pero en 1938, termina la
“luna de miel” y nuevamente le
quita la autonomía, porque los es-
tudiantes protestaron ante las in-
tenciones de mantenerse en el po-
der otro periodo más.
Durante la etapa de buenas re-
laciones con la universidad tam-
bién se mejoran las condiciones
de los docentes y las autoridades
universitarias se muestran com-
placientes con el gobierno, tra-
tando de aplacar los residuos de
descontento dentro de la univer-
sidad.
Después de la revuelta del 32
se conoce de un movimiento es-
tudiantil llamado Renovación cu-
yos miembros pasan luego a for-
mar parte de otro movimiento
que se llamó Revolución Univer-
sitaria, núcleo de donde salen los
estudiantes que luego se vincula-
ron al Partido Comunista.
Las autoridades universitarias,
que mantenían buenas relaciones
con el régimen de Martínez, ex-
pulsan a un grupo de estudiantes
El Universitario
/ Julio de 2008
que simpatizaban con los
residuos del Partido Co-
munista que habían que-
dado después del 32, entre
estos se encontraban Julio
Fausto Fernández, Adrián
Piche Rivas, Alejandro
Escalante Dimas, Rodolfo
Jiménez y Manuel López
Pérez, quienes trataron de
recomponer el movimien-
to estudiantil al interior de
la UES.
En 1932 habían asesi-
nado a Mario Zapata y Al-
fonso Luna, universitarios
vinculados con el movi-
miento estudiantil y fun-
dadores, de la AGEUS,
junto a Farabundo Martí,
fusilado el 1 de febrero de
1932, luego de ser captu-
rado el 19 de enero y con-
denado a muerte por un
Consejo de Guerra.
Despertar de la me-
moria
La mayoría de hechos
traumáticos, específica-
mente los conflictos civi-
les en Latinoamérica no
han sido aclarados. Re-
cientemente, la memoria
histórica ha empezado a
florecer y en algunos ca-
sos como el de Chile, se
ha hecho justicia contra
crímenes de hace tres dé-
cadas.
“A veces es necesario
dejar este periodo de olvi-
do mientras se construyen
ambientes democráticos”,
opina la Doctora Corinne
Bonafoux, invitada a im-
partir una conferencia en
la UES, el pasado 2 de ju-
lio, especialista en temas
relacionados con la me-
moria y la historia de he-
chos traumáticos.
Bonafoux, que también
estudió en el Instituto de
Ciencias Política de París,
ejemplifica con el caso de
la guerra civil española.
“Nadie se atrevía ni que-
ría hablar del suceso cuan-
do recién pasaba”, pero
cuando la generación de
la guerra se encontraba en
una edad senil, los hechos
comenzaron a aclararse y
una nueva generación se
interesa por realizar estu-
dios históricos.
“Cuando la generación
de la guerra se encuentre
al final de su vida se irá
hablando de algunas co-
sas”, es la tesis de la doc-
tora Bonafoux, que se for-
talece al hacer un recuento
del auge de publicaciones
que comenzaron en la pos-
guerra.
En Chile, el tiempo no
sólo hizo florecer el re-
cuerdo. Se llevó ante los
tribunales a Augusto Pi-
nochet, un militar golpis-
ta contemporáneo al régi-
men de Arturo Armando
Molina en El Salvador,
en el año de la masacre de
1975, cuando los regíme-
nes militares apogeaban
en la región.
Irónicamente, fue un
salvadoreño quien juzgó
a Pinochet: Juan Salvador
Guzmán Tapia, nacido en
el país en 1939, mientras
su padre, Juan Guzmán
Cruchaga, un poeta chi-
leno que se opuso al régi-
men de Maximiliano Mar-
tínez, se destacaba como
encargado de negocios.
Para el historiador Ri-
cardo Argueta, “no hay
trabajos sistemáticos de
fondo que den cuenta no
sólo de la historia políti-
ca de la Universidad sino
de la académica, intelec-
tual. Debe crearse una ins-
tancia que se dedique a es-
tudiar a la universidad, en
países como México los
hay, tienen un equipo de
investigadores que abor-
dan la historia de la uni-
versidad”.
¿Por qué no se de-
nunció la masacre
en su época?
“En aquel momento ni
siquiera se nos ocurrió ir
a los tribunales porque
era imposible que un juez
asumiera un caso de estos
porque sencillamente si se
atrevía a hacer algo lo ma-
taban o sencillamente no
le permitían hacer nada”,
responde la Magistrada
Mirna Perla.
En el 2005, la Asam-
blea General Universita-
ria saliente conformó una
comisión para investigar a
profundidad los hechos y
determinar responsables
directos.
También en el 75 se
formó una comisión simi-
lar, el día 17 de septiem-
bre, según el acta 126-III
del CSU “para investigar
los sucesos e indagar so-
bre el paradero de los des-
aparecidos”. En diciembre
la comisión nombrada rin-
dió un informe, que el si-
guiente año, el día 12 de
febrero, el CSU decidió
dar difusión.
La AGEUS y diputados
de oposición también pi-
dieron un informe consti-
tucional al Ministerio de
Defensa, que “sobre he-
chos de violencia ocurri-
dos desde 1972”.
También quieren
justicia
Los sobrevivientes del
30 de julio no sólo piden
hacer memoria histórica
de los sucesos. Por una-
nimidad, los entrevistados
por este medio también
piden justicia.
“Los principales res-
ponsables de la masacre
viven tranquilos en Es-
tados Unidos”, denuncia
el Rector de la UES, In-
geniero Rufino Quezada,
mientras exige al Estado
Salvadoreño aclarar éste y
otros casos en los que mu-
rieron decenas de salvado-
reños el siglo pasado.
“Yo rechazo, denuncio
y condeno enérgicamente
esa masacre porque hasta
este momento ningún mi-
litar ha sido condenado a
pesar que en aquel tiempo
se conocieron los nombres
especialmente del ministro
de defensa de ese enton-
ces, el General Humber-
to Romero y el presidente
Arturo Armando Molina”,
agrega el Rector.
Inmediatamente de los
Acuerdos de Paz se decre-
ta una Ley de Amnistía.
Mirna Perla, actualmen-
te Magistrada de la Corte
Suprema de Justicia dice
que “los Crímenes de Lesa
Humanidad no prescriben,
por lo tanto éste se enmar-
ca dentro de lo que son el
genocidio que se cometió
contra nuestro pueblo, es
más, podríamos decir que
hay un crimen de Lesa
Cultura que se cometió
contra toda la Universidad
de El Salvador”.
De portada
Julio de 2008/ El Universitario
De portada
L
a ONU declaró
1975 como el año
de la mujer, desde
una visión de reivindica-
ciones sociales.
Algunos organismos
de mujeres y ElAteneo de
El Salvador aprovecharon
la ocasión para proponer
ante el CSU un Doctora-
do Honoris Causa para
Alicia Lardé de Venturi-
no por sus méritos acadé-
micos.
La paradoja
Dos grandes “concur-
sos de belleza” giraban en
torno al año 1975. Lo que
ocupaba espectaculares
fotos en la prensa nacio-
nal de ese año: la elección
de la reina de las fiestas
agostinas y la expectación
porque en El Salvador se
realizaría Miss Universo.
El evento internacio-
nal de belleza se llevaría
a cabo por iniciativa de
empresarios que habían
apostado con parte de su
fortuna al financiamien-
to de concurso de belleza,
con el propósito de pro-
mover la industria turísti-
ca y proyectar la política
exterior del coronel Mo-
lina.
El eslogan era simple:
“El Salvador, el país de la
sonrisa”. Para la entonces
estudiante Mirna Perla,
eso era contradictorio a
la desigualdad económica
y el luto que se vivía, por
masacres recién pasadas,
conocidas como las de La
Cayetana y Tres Calles.
“El contexto era difícil,
había mucha represión
contra los sindicatos, ha-
bían capturas arbitrarias,
torturas, desapariciones
forzadas....ya empezaban
signos muy claros de re-
presión.
El 11 de agosto de 1975
el Diario Latino publicó
una fotografía con cente-
nares de mujeres de dis-
tintos sectores sociales en
una marcha de duelo por
la masacre.
M
uchos de los que lograron esca-
par de la masacre lo hicieron sal-
tando el paso a desnivel que se
encuentra a los alrededores del Instituto
Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) y
la Alameda Juan Pablo Segundo.
Los que escaparon, como Dagoberto
Gutiérrez, ingresaron al ISSS haciéndose
pasar como enfermos o enfermeros, ayu-
dados por el personal del hospital, “eso
fue una cosa muy solidaria de todos los
trabajadores y médicos del seguro”, re-
cuerda la diputada Nidia Díaz.
Otros, según recuerda Mirna Perla, hu-
yeron por la zona de Metrocentro y al-
gunos se refugiaron en la colonia Tutu-
nichapa.
“A mi criterio la gue-
rra en este país comenzó
en 1975 porque muchos
estudiantes inmediata-
mente se fueron ya di-
rectamente a la clandes-
tinidad”, Doctor Alcides
Gómez, era presidente de la Sociedad de
Estudiantes de Medicina, ASEMEA
Aunque no se hayan ido a la cárcel
están con nombre y apellido los respon-
sables de ese crimen. Es
importante tener en la
memoria la reconstruc-
ción de todos estos he-
chos que se dieron.
Nidia Díaz
Diputada.
“Yo me refugié en el
hospital del Seguro So-
cial, gracias a que ahí ha-
bía una enfermera que me
conocía...que me vistió de
enfermo y me puso en una
cama y entonces así lo-
gramos evitar que nos capturaran”, Eli-
seo Ortiz Ruiz, Era Vicepresidente de la
AGEUS en 1975.
“Los sucesos del 30 de
julio de 1975 deben recor-
darse siempre como una
de las grandes batallas por
la libertad y la democracia
en El Salvador. Fue una
de las tantas grandes con-
tribuciones de la UES al proceso de cons-
trucción de una nueva sociedad”, Evaris-
to Hernández, Catedrático de la Facultad
de Economía.
El año de la mujer en
“el país de la sonrisa”
Algunos que sobrevivieron
para contarlo
Consejo de Administración
Provisional de la Universidad
de El Salvador (CAPUES)
El CAPUES se creó oficialmente el 31de marzo de 1977
por decreto legislativo. La universidad estaba cerrada
desde el 18 de noviembre de 1976, por decisión de las
autoridades universitarias.
De acuerdo con notas periodísticas de la época, un grupo
de padres de familia y ciudadanos pidieron a las autori-
dades gubernamentales que tomaran acciones para la
normalización de clases. Estas respondieron creando el
CAPUES.
Sin embargo, desde la intervención de 1972, el gobierno se
interesó por controlar la universidad y reprimir todo tipo
de protestas.
La siguiente lista refleja como algunos de los miembros
que dirigían la universidad se mantuvieron durante el
CAPUES.
Otras autoridades, como el entonces Decano de la Facultad
de Jurisprudencia y Ciencias Sociales, Doctor Luis Do-
mínguez Parada, se atrevieron a denunciar la creación
del CAPUES y a renunciar de sus cargos, calificando a
este organismo como “tiranía legal universitaria”, dando
sus declaraciones a los medios de comunicación.
El CAPUES, quedó integrado el 1º de abril de 1977 por los
siguientes miembros:
	 Rector: Dr. Carlos Alfaro Castillo
	 Presidente de la AGU: Dr. Carlos Humberto Sigüenza
	 Secretario General: Dr. Manuel Atilio Hasbún
					 Dr. Raymundo Rodríguez Barrera
	 Fiscal: Dr. Manuel Antonio Ramírez
	 Secretario de la AGU: Dr. Ricardo Alfaro Sandoval
	 Decano de Agronomía: Ing. Salvador Enrique Jovel
	 Decano de Economía: Dr. Carlos Alberto Rodríguez
	 Decano de Ingeniería y Arquitectura:
						 Arq. Manuel Enrique Alfaro
	 Decano de Medicina: Dr. Mauricio Salazar Torres
	 Decano de Odontología: Dr. Miguel Antonio Barrios
	 Decano de Química y Farmacia:
						 Dr. Amilcar Avendaño y Ortiz
	 Decano de Jurisprudencia y Ciencias Sociales:
				 Dr. Luis Domínguez Parada (renunció)	
			 Dr. Francisco Vega Gómez
	 Decano de Ciencias y Humanidades:
				 Lic. René Vaquerano
El Universitario
/ Julio de 2008
E
l número de muertos, des-
aparecidos y heridos, pro-
ducto de la represión de la
marcha, aún es incierto.
A pesar de la magnitud, la ma-
sacre trató de invisivilizarse. Mi-
nutos después que las calles estu-
vieran despejadas “llegaron con
camiones cisternas a limpiar la
sangre, se llevaron los cuerpos
que quedaron ahí y limpiaron para
que no quedara ninguna eviden-
cia”, recuerda el Doctor Martínez
Uribe.
Los medios de comunicación
tampoco daban cuenta. Hasta que
algunos fueron presentando pe-
queñas notas que cubrían las ver-
siones oficiales.
“Confirman que hubo un solo
muerto en mitin”, decía un titular
de la página tres del Diario Latino
del 1º de agosto.
“De acuerdo con las investiga-
ciones llevadas a cabo por el Juez
Segundo de Paz, José Orosio No-
lasco, el muerto reconocido es el
bachiller Roberto Antonio López
Miranda (conocido como José
Mario López), estudiante de se-
gundo año de Economía”. Lo ve-
laron un día después de la masacre
en Auditorio de Derecho, mientras
en Catedral metropolitana se cele-
braba una misa por los muertos y
desaparecidos.
Luego se reconoció a Balmo-
re Antonio Cortez Vásquez, de 25
años, estudiante de quinto año de
Ingeniería Agronómica e hijo del
coronel Virgilio Antonio Cortez,
Jefe de la Guardia Nacional de
San Vicente. Murió el 8 de agosto
del año de la masacre, a las 4:30
de la tarde en las instalaciones del
ISSS (La Prensa Gráfica, 9 de
agosto de 1975, página 31).
De acuerdo con medios de co-
municación nacionales, pronun-
ciamientos de la AGEUS y fuen-
tes testimoniales, los muertos
fueron:
Balmore Antonio Cortez Vásquez
Roberto Antonio López Miranda
(conocido como José Mario Ló-
pez)
Morena Velasco
Julio César Velado
Marlene López
Carlos Fonseca
Sergio Antonio Cabezas
Elizabeth Iraheta Milla
Napoleón Orlando Calderón
Reynaldo Hasbun
Carlos Humberto Hernández
José Domingo Aldana
María E. Miranda
Desaparecidos (según Diario
Latino de la época y quitando
otros que AGEUS reportó como
muertos)
Guillermo Aparicio
Eber Gómez Mendoza
Heridos, según medios de comu-














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nicación:
Silvia Elizabeth Montalvo López
Fernando Merino Rivas
Luis Eduardo Carías
Daniel Gómez Mendoza
Nelson Omar Colato
Luis Orlando Acosta Gómez
Gilberto Ayala García
Ricardo Cantón García
Mario Alberto Pleitez García
Ricardo Mayorga Rivas
José Rogelio Cáceres Serrano
Luis Alberto Reyes
María Idalia Machuca
Carlos Alberto Villacorta Prado
José Alberto Ramos
Israel Ruiz
María Elizabeth Jiménez
Israel Dubón Castro
Mirna Perla Recinos
Nelson Moreno Rodríguez
Jorge Alberto Ramos Martínez
Mauricio Bonilla Peraza
Mario Alberto Pleitez
Heridos que no participaban de
la marcha:
Dr. José Luis Coreas (se encontra-
ba en la segunda planta del ISSS
viendo por la ventana y fue herido
por una bala).
Juana Ramos (Menor de edad que
era familia de una señora que ven-
día golosinas contiguo al ISSS).
Capturados que fueron libera-
dos el 1º de agosto por diálogo
entre Molina y autoridades uni-
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
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
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
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




versitarias:
Isaac Herbert Menjívar (3º año de
Artes)
Efraín Ramos Mejía (2º año de Ba-
chillerato)
Felipe Albelardo Mendoza
Leonel Edgardo Gallegos
Miguel Ángel Canjura (2º año de
Medicina)
Julio Isabel Meléndez (4º año de
Medicina)
Pablo Salvador Cárcamo (2º año
de Medicina)
Francisco Mendoza García (2º año
de Odontología)
Ramón Ábrego González (Tenedor
de libros)
Daniel Pérez (Licenciado en Mate-
mática)
Carlos Alberto Escobar (Profesor
de un colegio aledaño)
Militares Heridos, según Diario
Latino, 7 de agosto del 75, pági-
na 3:
Encarnación Escobar (Cabo)
Manuel Rodríguez (Cabo)
Héctor Polío (Guardia)
Juan Carpio (Guardia)
Vidal Cruz Piche (Guardia)
Los militares también presenta-
ron ante la prensa vehículos blin-
dados del ejército dañados su-
puestamente con bombas molotov
e impactos de balas, en conferen-
cia de prensa del día 2 de agosto
en la Guardia Nacional.
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
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












M
ario Pleités es ac-
tualmente docen-
te de una univer-
sidad privada, recuerda el
30 de julio como si fuera
ayer. Se puso con la “piel
de gallina” y los ojos roji-
zos cuado comenzó a tra-
tar de recordar el suceso en
el que participó. No pudo
terminar la corta entrevis-
ta, decidió referirse a un
cuento que escribió a ma-
nera de catarsis hace tres
años, titulado “Sangre en
el asfalto” (http://www.
buhonegro.20m.com).
Mientras era estudian-
te de tercer año de Inge-
niería Química sucedió la
masacre. Recuerda haber
visto a su amigo y com-
pañero herido en el suelo,
Reynaldo Hasbun, que al-
gunos lo ubican entre los
muertos y otras referen-
cias entre los desapareci-
dos.
Recuerda que en el año
2000 asistió a una conme-
moración, donde los es-
tudiantes de Ingeniería
lo habían incluido en una
placa con los nombres de
los muertos del 30 de ju-
lio. Él les aclaró que esta-
ba vivo y sorprendidos los
estudiantes le dijeron que
diera su testimonio en esa
oportunidad.
“Yo soy uno de los
que aparecen en la lista
de muertos. Para mí cada
30 de julio es un martirio,
empiezo desde que ama-
nece a ver la misma pelí-
cula una y otra vez, pero
no lo puedo decir, me
trauma y cuando llegan
las 4:30 de la tarde yo es-
toy en schok”.
“El pueblo salvadoreño debe saber que
son nuestros héroes”: Mirna Perla
“Yo aparezco en la lista de los muertos”
El Universitario
Julio de 2008/ 19
Defensoría de los Derechos Universitarios
Posición de la Defensoría de Derechos
Universitarios ante la MASACRE del 30 de
julio de 1975
“
El crimen según va-
rios testimonios y re-
porte periodísticos de
la época, fue cometido por
la fuerzas de seguridad pú-
blica durante la presidencia
del CoronelArturoArman-
do Molina y bajo las orde-
nes directas del General
Carlos Humberto Romero,
años después Presidente
de la República…el núme-
ro de victimas desarmadas
que cayeron bajo el fuego
de los militares, se suman
los capturados y posterior-
mente desaparecidos…
”(Tomado de periódicos
de la época)
¿Un crimen de Lesa
Humanidad que es
imprescriptible?
Para contestar esta inte-
rrogante es preciso cono-
cer algunos antecedentes:
1.	 Antes de la Se-
gunda Guerra Mundial
(1907) existe una escasa
atención al concepto: De-
recho de Gentes. La ex-
presión crímenes contra la
Humanidad se comenzó a
utilizar en la Declaración
de los Gobiernos de Fran-
cia, Gran Bretaña y Rusia,
para denunciar la matanza
de Armenios a 	 manos de
los Turcos.
2.	 Después de la Se-
gunda Guerra Mundial
(1945-Francia, Reino Uni-
do, URSS y Estados Uni-
dos) firmaron el Acuerdo
de Londres y el Estatuto
del Tribunal Militar Inter-
nacional incluyen los crí-
menes de Lesa Humani-
dad cuando expresan:“El
asesinato, la extermina-
ción, la esclavitud, la de-
portación u otros actos in-
humanos contra cualquier
población civil, antes o du-
rante la guerra, o la perse-
cución	 por motivos políti-
cos, raciales o religiosos”
3.	 Por su parte la Co-
misión de Derecho Interna-
cional (CDI) sostiene que
actualmente hay un consen-
so según los cuales los crí-
menes contra la humanidad
son delitos de derecho inter-
nacional,conbasealosprin-
cipios generales del derecho
que dan lugar a una jurisdic-
ción universal. La ONU, lo
define así:“CRIMEN CON-
TRA LA HUMANIDAD:
La comisión sistemática o
en gran escala e instigada,
dirigida por un gobierno o
por una organización polí-
tica o grupo de cualquiera
de los actos siguientes: Ase-
sinato, exterminio, tortu-
ra, persecución por motivos
políticos, raciales, religio-
sos, étnicos, discriminación,
deportación, traslado forzo-
so, encarcelamiento arbitra-
rio, desaparición forzada de
personas, violación, pros-
titución y otras formas de
abuso sexual, mutilación y
lesiones graves”.
4.	 En este orden de
ideas el Estatuto de Roma
de la Corte Penal Interna-
cional expresa lo siguien-
te: Artículo 7 CRIMENES
DE LESAHUMANIDAD:
“Asesinato, Extermino, es-
clavitud, deportación o tras-
lado forzoso de población,
encarcelación u otra priva-
ción grave de libertad física,
tortura, violación o esclavi-
tud sexual, prostitución for-
zada, persecución, desapa-
rición forzada de personas,
crimen de apartheid, otros
actos inhumanos”.
5.	 Por su parte la Con-
vención sobre la impres-
criptibilidad de los críme-
nes de de Guerra y de Lesa
Humanidad expresa: “Ad-
virtiendo que la aplicación
a los crímenes de guerra y a
los crímenes de lesa huma-
nidad de las normas de de-
recho interno relativas a la
prescripción de los delitos
ordinarios suscita grave pre-
ocupación en la opinión pú-
blica mundial, pues impide
el enjuiciamiento y castigo
de las personas responsa-
bles de esos crímenes: Ar-
tículo 1: Los crímenes son
imprescriptibles, cualquie-
ra que sea la fecha en que se
hayan cometido, situación
que ha sido retomada por el
Estatuto del Tribunal Mili-
tar Internacional de Nurem-
berg, y confirmada por las
resoluciones de la Asam-
blea General de la ONU, el
13 de febrero de 1946.
Los hechos del 30 de
julio de 1975, a la luz de
los planteamientos antes
descritos es un Crimen de
Lesa Humanidad y por lo
tanto imprescriptible, es
por ello que la Asamblea
General Universitaria de
la cual fue Presidente el
Ing. Salomón Rivas, Pre-
sidente AGU (2004) de
nuestra Universidad tuvo a
bien tomar un acuerdo so-
bre los hechos del 30 de
julio de 1975, para que se
investigarán y se llevaran
ante la justicia internacio-
nal, pero por razones de
presupuesto para financiar
la investigación aún no ha
podido ser cumplido dicho
acuerdo. Como Defenso-
ría de Derechos Univer-
sitarios, exhortamos a la
actual Asamblea General
Universitaria, al Consejo
Superior Universitario, al
maestro Rufino Antonio
Quezada Sánchez, Rector
de nuestra Universidad y
demás autoridades Univer-
sitarias que en las víspe-
ras de conmemorar un año
más de la masacre de nues-
tros compañeros y compa-
ñeras universitarias/os que
ofrendaron su vida por una
sociedad mas justa a reto-
mar el acuerdo de la AGU
y así poder hacer justicia
a los familiares de las/os
caídas/os el 30 de julio de
1975.
¿Qué se debe hacer?
1.	 Investigación Do-
cumental y testimonial de
los hechos.
2.	 Agotarlavíadelde-
recho interno, investigando
si se hicieron las denuncias
correspondientes por los ho-
micidios, lesiones y desapa-
recimiento forzoso de com-
pañeras/os universitarios.
3.	 Agotada la instan-
cia interna, acudir a la Co-
misión Interamericana sobre
Derechos Humanos, por vio-
laciones a la Carta de la OEA
y violaciones de la Conven-
ción Americana sobre Dere-
chos Humanos (también co-
nocido como Pacto de San
José, Costa Rica) (Sede:
Washington. EE.UU)
4.	 La Comisión puede
llevar el caso a la Corte Inte-
ramericana de Derechos Hu-
manos ( Sede actual Costa
Rica).	
5.	 Si la Corte deci-
de que hubo violación de
un derecho o libertad pro-
tegidos por la Convención
Americana sobre Derechos
Humanos, la Corte Intera-
mericana de Derechos Hu-
manos dispondrá que se
garanticen a las víctimas
y familiares el goce de sus
derechos conculcados. Dis-
pondrá asimismo, si ello
fuera procedente, que se re-
paren las consecuencias de
la medida o situación que ha
configurado la vulneración
de estos derechos y el pago
de una justa indemnización
a la parte lesionada”.
HECHO:		 Represión de marcha estudiantil
RESULTADO: 	 37 Muertos aproximadamente,
	 	 heridos, desaparecidos (desconocido)
LUGAR: 	 25 Avenida Norte, SS. Por Hospital ISSS
FECHA: 	 30 julio de 1975
Por: Msc. Nelson Boanerges López Carrrillo
Defensor de Derechos Universitarios
Universitarios y estudiantes de sacundaria en la marcha que fue masacrada el 30 de julio de 1975.
El Universitario
20/ Julio de 2008
Opinión
Universitaria
Conmemoración de la masacre del 30 de julio de 1975
Omar Palacios
Miembro de Bases
Para nosotros como estudiantes orga-
nizados es importante tener presente
la historia universitaria. Por ejemplo,
aquel 30 de julio de 1975, en el que compañeros organizados
salieron a protestar a las calles por las medidas represivas y
por lo que siempre hemos estado luchando nosotros; un me-
jor presupuesto justo para la universidad. Nuestro lema es: ni
perdón ni olvido. Entonces, para nosotros como organizacio-
nes es realmente importante rescatar y mantener la memoria
histórica del 30 de julio de 1975.
¿Qué significó la masacre?
Jaime Perla
Juventud Roja, 8 de octubre
Es el rescate de la memoria histórica
no sólo de la universidad, sino de aquel
momento que vivía el país en esas luchas, donde el pueblo
deseaba salir adelante. Yo creo que es importante recordar a
los compañeros que enaltecieron este tipo de luchas porque
hasta hoy valen algunas de sus banderas de lucha, como bus-
car la excelencia académica. Es importante para poder hacer
una crítica constructiva a nuestra sociedad y generar un pen-
samiento crítico para dar solución a problemáticas como la po-
breza y el analfabetismo.
Dagoberto Martínez
UERS 30
Para mí es significativo e importante
porque siguen vigentes las banderas
de lucha de quienes participaron el 30
de julio de 1975. Yo pienso que no sólo hay que recordarlos,
sino honrarlos en la práctica. Es decir, no perder los ideales,
como estudiantes organizados y el espíritu revolucionario que
ellos tenían. Uno de sus objetivos era defender la autonomía
universitaria y dentro de este contexto es necesario reabrir un
castigo pues, hasta ahora, esa masacre ha quedado impune.
La importancia de conmemorar el 30 de julio
Oswaldo Nataren
FURD
Dentro de las fechas que existen en la
universidad y que son valiosas, existe
la conmemoración del 30 de julio que marca una etapa impor-
tante para el desarrollo del movimiento estudiantil de la época,
por todo el contexto que englobaba en ese entonces a El Sal-
vador. Retomarlo y conmemorarlo en estos días tiene mucho
significado, porque contextualizamos un poco como está el
movimiento estudiantil y como está el país. En ese sentido, no
sólo realizamos el acto propiamente conmemorativo sino que
también aprovechamos para demandar la situación del país.
¿Debería abrirse un proceso contra los culpables de la masacre del 30 de julio?
Andrés Merino
ASEIAS
Es necesario y debería de ser obligatorio, pero mientras siga-
mos con el gobierno actual no se puede hacer. Hay otras en-
tidades que en el tiempo de la guerra fueron víctima de la vio-
lación de sus derechos humanos y ellas si llevaron un juicio.
Ahora bien, como este atentado fue contra el pueblo no se ha
juzgado. Aquí en nuestro país el pueblo no tiene quien lo de-
fienda, por eso por medio de la conmemoración damos a co-
nocer que hay problemas y que no nos podemos quedar calla-
dos, hay que seguir exigiendo porque se nos siguen violando
nuestros derechos. Tenemos que recordar a los héroes que
fueron masacrados vilmente por el gobierno de ese tiempo.
Geraldo Najarro
MURE 32
Es necesario castigar, porque los auto-
res del crimen todavía siguen libres y
ellos tienen que enfrentar la justicia. Creo que la Universidad
está vinculada con esta justicia. La universidad tiene que pre-
ocuparse por reabrir este caso y que los culpables sean casti-
gados. Se cometió un atropello a los derechos humanos y es
un crimen que a más de 30 años ha quedado impune. Pienso
que si los autores de este crimen siguen vivos lo más correcto
es hacerles un juicio.
El Universitario
Julio de 2008/ 21
Opinión
Universitaria
Br. Osiris Tejada
Representante estudiantil
Facultad de Ciencias Naturales y
Matemática
Básicamente nosotros le queremos dar
un aspecto diferente en base a que los hechos empezaron a
suceder desde el 25 y culminaron el 30. Entonces la impor-
tancia es que también los estudiantes se den cuenta de todos
los hechos que acontecieron y de todos los sucesos que pa-
saron a partir de la masacre. La Comisión de Arte y Cultura
de la Asamblea General Universitaria ha tenido la iniciativa de
dar un aspecto diferente a esta conmemoración, como darle
otra modalidad, una cuestión más formal, como más académi-
ca, no que tenga miedo la gente de salir a la calle o que va a
ir gente encapuchada y cosas así, sino que darle un tinte más
académico una conmemoración diferente a la fecha.
Miembros de la
Asamblea General Universitaria (AGU)
Br. Vladimir Jiménez
Representante estudiantil
Facultad de Ciencias Agronómicas
La importancia es el hecho de mante-
ner viva la historia y darle un realce di-
ferente a esa conmemoración de los hechos que se dieron en
el 75 que son prácticamente base del movimiento estudiantil
en la universidad.
Para el país, en primer lugar la importancia que tiene es que
no tiene que volver a suceder, el hecho de que se asesinen
estudiantes que en su momento estaban ejerciendo su dere-
cho y que de alguna manera fueron reprimidos hasta el punto
de ser asesinados, entonces la principal importancia de con-
memorar esta fecha es recordarle a todas las autoridades, a
la población en general que este tipo de hechos no tiene que
volver a suceder.
¿Qué significa como estudiante trabajar en la conmemoración del 30 de julio?
Sobrevivientes de
la masacre del 30 de julio de 1975
Norma Guevara
Concejal de la Alcaldía de San
Salvador
Nuestra generación, por lo menos
de la que yo era parte, de la Socie-
dad de Estudiantes de Educación,
teníamos propósitos muy claros,
creíamos que era un deber y ade-
más un derecho de luchar por mejorar la calidad de la educación,
abogamos por la democratización de la universidad y por recuperar
la autonomía de la universidad que estaba intervenida. También, lu-
chábamos por la calidad científica de la educación y por una educa-
ción más liberadora en derechos humanos y también buscábamos
que la universidad como ente capaz de analizar la realidad del país,
pudiera dar alternativas para los sectores más humildes.
La conmemoración del 30 de julio es importante por que vale la pena
recordar y evitar que vuelva a ocurrir porque el olvido es malo. Vale
la pena decir que esta gesta dejó una huella de conciencia al resto
de la sociedad sobre los niveles terribles a los que la dictadura era
capaz de llegar y entonces ese sacrificio ayuda a la toma de con-
ciencia de que no se puede seguir callando cuando hay injusticia.
¿Cómo eran las organizaciones y asociaciones estudiantiles de la década de los 70 y 80?
Roberto Cañas
Docente de Ciencias Económicas
Yo estoy convencido que el movi-
miento de la década de finales de
los 60 y 70 es uno de los movimien-
tos estudiantiles que más le con-
tribuyó al país en distintos niveles
como la reflexión y elaboración de
pensamiento alrededor del análisis
de la realidad estudiantil, era un mo-
vimiento permanentemente preocu-
pado por su formación teórica. Era
un movimiento que hacía honor a su lema de AGEUS que era estu-
dio y lucha. Éramos estudiantes que además de estar organizados
políticamente, muy inquietos sobre la realidad del país, pensando
en lanzarnos a la lucha armada, también estudiábamos.
El movimiento estudiantil de hoy tiene que ponerse en serio a estu-
diar para que cuando puedan tener una participación sobre la reali-
dad de la universidad o del país pueda ser una opinión fundamen-
tada en un conocimiento teórico y sólido.
Ellos, hoy a la luz del 30 del julio deben ser dignos herederos de la
tradición de lucha del movimiento estudiantil universitario. El desa-
fío que tienen es el de mejorar la capacidad de conocimiento, de
análisis y de elaboración de pensamiento que se tuvo en aquella
época.
El Universitario
22/ Julio de 2008
Estudiantes, docen-
tes y trabajadores de la
Universidad de El Sal-
vador fueron masacra-
dos, durante una mar-
cha, por elementos de
la Guardia Nacional en
1975.
La marcha salió de la
UES sobre la 25 aveni-
da norte y a la altura del
puente, frente al edificio
del Instituto Salvadore-
ño del Seguro Social, fue
brutalmente reprimida.
Con la organización
de la marcha, los estu-
diantes repudiaban la
represión militar im-
puesta por la dictadura
del Coronel Arturo Ar-
mando Molina, presi-
dente de la época.
A 33 años de la ma-
sacre estudiantil, El
Universitario intenta
que los estudiantes no
olviden los hechos que
marcaron a la juventud
universitaria.
Entrevista con el Li-
cenciado Evaristo Her-
nández, sobreviviente de
la masacre y docente de
la Facultad de Ciencias
Económicas. Para el Li-
cenciado Hernández la
protesta en contra de
la dictadura militar y el
respeto a la autonomía
universitaria se convir-
tió en “una matanza,
una masacre, un geno-
cidio, que no hay forma
de explicarlo humana-
mente”.
¿En qué contexto
se realiza la mar-
cha del 30 de julio
de 1975?
La década del 70 es
una etapa muy impor-
tante en la vida política
de El Salvador. La mo-
vilización se da en un
contexto donde el go-
bierno iba desarrollan-
do amplias y profundas
formas de represión en
contra del movimiento
popular que había cre-
cido. En el año de 1970
y 1971 surgen dos or-
ganizaciones guerrille-
ras (Fuerzas Populares
de Liberación Farabun-
do Martí FPL y el Ejér-
cito Revolucionario del
Pueblo) que tuvieron
una manifestación per-
manente en la vida po-
lítica del país. En estos
grupos participaban uni-
versitarios que contaban
un grado de conciencia
social desarrollado y el
único sitio en donde ex-
ternaban sus ideas, por-
que había un respiro de-
mocrático en medio de
una dictadura militar,
era aquí en la Universi-
dad.
¿Por qué surge un
movimiento social
tan fuerte en esa
década?
En la década del 60
se desarrolló en toda
Centroamérica un Mo-
delo de Sustitución de
Importaciones o Mode-
lo de Integración Cen-
troamericana, eso fue
un proceso de creación
de un segmento exten-
so de asalariados en zo-
nas industriales donde
surgen zonas como el
Boulevard del Ejército,
lo que antes eran cerros
se transformaron en ur-
banizaciones obreras.
Con este modelo se
engendró una serie de
luchas, huelgas en em-
presas como La Cons-
tancia, Fabrica Aceros
S.A, entre otras y se ace-
leró la proletarización
en el campo, extendién-
dose los cordones de mi-
seria en la ciudad de San
Salvador.
La posición en el seno
de la izquierda era como
cambiar la situación de
la dictadura militar que
se había mantenido du-
rante mucho tiempo.
El contexto en que se
da la masacre, es tam-
bién es el agotamien-
to que produce en una
sociedad una dictadura
militar. Cuando pasa la
masacre del 30 de julio,
ya habían ocurrido otras
como la de Chinamequi-
ta y otros pueblos. Los
jóvenes de ese período
estábamos en la misma
sociedad, respondíamos
a esos hechos y nos sen-
sibilizábamos.
El contexto es de una
lucha social en contra
de una dictadura que va
acelerando un proceso
de respuesta represiva
militar.
¿Qué motivó a
realizar la mar-
cha?
La Universidad de El
Salvador fue interveni-
da en 1972 y la reabren
con sus autoridades en
el exilio y acusadas de
comunistas.
El 30 de julio de 1975
constituye un corte, por-
que antes de ésta hubo
represiones a marchas
masivas, pero el 30 de
julio marca una forma
de lucha de masas ha-
cia delante y una forma
donde el régimen repri-
me a las masas disparán-
doles directamente.
La dictadura mili-
tar veía en cada civil un
opositor militar y por
eso se dan esas repre-
siones como la del 30
de julio, porque ahí nos
dispararon directamen-
te, como que estaban ti-
rándole a animales, no
hubo un intento de ame-
drentamiento, a tal gra-
do que el profesor que
estaba conmigo me dijo
que eran balas de sal-
va, las que disparaban.
Probablemente él lo dijo
para que yo me tranqui-
lizara o porque él creía
que eran balas de sal-
va, no se podía imaginar
que los soldados podían
matar gente así.
Esta Universidad
constantemente era cer-
cada por elementos mili-
tares que pasaban arma-
dos y disparaban hacia
adentro.
La idea que tengo de
la marcha es que era una
protesta en contra de la
dictadura militar y por
el respeto a la autono-
mía universitaria, esas
eran las consignas de lu-
cha, el centro de nuestra
atención era el respeto a
la Universidad, a su au-
tonomía y el incremen-
to del presupuesto eran
consignas invariables.
¿Cuál era la in-
cidencia de la
Universidad en el
país?
ENTREVISTA
30dejuliode1975
“El 30 de julio de
1975 volví a nacer”
Por: Xochilt Escalante
El Universitario
Julio de 2008/ 23
ENTREVISTA
30 de julio de 1975
Esencial. … esencial.
Yo siempre he sosteni-
do que el sector políti-
co de todo el país tiene
una deuda no cancelada
con la Universidad de
El Salvador. Esta Uni-
versidad no sólo es una
institución emblemáti-
ca, sino que es una ins-
titución profunda en la
historia de este país.
Cuando yo ingresé,
la Universidad ya tenía
una trayectoria grandí-
sima, no fue con noso-
tros, los estudiantes de
la época del 70 y 80 que
la institución ha brilla-
do, fue una época cru-
cial para la U, pero no la
única época y coyuntu-
ra en que la institución
ha brillado, porque por
ejemplo, en los años 60
contribuyó al derroca-
miento del Coronel José
María Lemus, esta uni-
versidad viene desde la
huelga de brazos caídos
acompañando al pueblo
en contra del dictador
Maximiliano Hernán-
dez Martínez.
Aquí se gestó con Fa-
bio Castillo como can-
didato a Presidente de la
República, el derroca-
miento del General Fi-
del Sánchez Hernández.
Cuando uno recuerda
toda la incidencia de la
Universidad se emocio-
na porque es grande la
historia de la Universi-
dad. La institución en
general ha tenido altos
niveles de participación
política y académica.
¿La masacre del
30 de julio, marcó
a la juventud uni-
versitaria?
En gran parte del mo-
vimiento estudiantil sí
lo marcó, a mí me hizo
más decidido. Yo me
imagino que muchos
eran ya estudiantes or-
ganizados en estructu-
ras estudiantiles que ya
tenían algunos vínculos,
no era la gran mayoría
porque siempre las van-
guardias se construyen
con grupos pequeños.
Yo comento que ese
día, el 30 de julio de
1975 volví a nacer, por-
que en realidad estuve
bien cerca que me ma-
taran y eso me hizo to-
mar la decisión de orga-
nizarme, porque como
íbamos a permitir que
sucediera, esto me dio
más coraje y más fuer-
za. Aunque hubo per-
sonas que también co-
mentan que decidieron
ya no meterse en nada.
La mayoría de perso-
nas siguieron.
¿Quién convocó
la marcha?
La Asociación Gene-
ral de Estudiantes Uni-
versitarios AGEUS,
porque cuando con-
vocaba alguna orga-
nización que no fuera
AGEUS no íbamos, así
de simple era. Todo te-
nía que contar con el
apoyo de AGEUS.
La marcha se
había planificado
como una marcha
pacífica ¿Dónde y
cómo se desató la
violencia?
Era una marcha paci-
fica, yo iba desarmado
y muchos compañeros
iban desarmados, inclu-
so invité a un compañe-
ro a que se integrara, lo
que me imagino es que
como ya había experien-
cias de represión de ma-
sas, probablemente mu-
chos íbamos con alto
grado de incertidumbre y
de creer que lo que podía
pasar era que nos dieran
una apaleada, que los an-
timotines nos agarraran
y nos dieran una
buena revolcada
con gases lacri-
mógenos, que nos
metieran presos o
termináramos con
una costilla parti-
da, pero ya la di-
mensión de que
te están tirando de
manera directa, no
lo imaginábamos.
Algunos que
tenían una per-
cepción ya más
aguda, probable-
mente pensaron
en protegernos
cuando la guar-
dia nos comenzó
a disparar saltó un cóc-
tel molotov que nos dio
oportunidad de salir.
¿Cómo deben ser
recordadas las
víctimas del 30 de
julio?
Básicamente la gen-
te del 30 de julio deben
ser recordadas por sus
ideales, más que el do-
lor que se pueda sentir.
Yo conocía a Roberto
Miranda, el único que
el gobierno reconoció
como muerto, me con-
mueve todavía recor-
darlo porque él era un
tipo muy sencillo, es-
tuve en la vela de él en
soyapango. Lo que mo-
vió la marcha del 30 de
julio fue la democracia,
la oposición a la imbe-
cilidad militar, a la so-
lución dictatorial, a la
represión contra el pue-
blo, lo que influyó tam-
bién fue el papel de la
Universidad de hacerse
respetar.
Entonces, yo creo
que la gente que mu-
rió debe ser recordada
así. Esa gente como
muchos de nosotros
sentimos que hay una
deuda de esta socie-
dad con la Universi-
dad. Esta Universidad,
a parte de los muertos
del 30 de julio tiene,
más muertos.
En ese momen-
to se conocie-
ron cifras de los
muertos, heridos
o desaparecidos
No, yo he visto un
listado de nombres que
llegan como a 25 pero
me imagino que fueron
más, porque yo pude
ver un camión gran-
de del ejército y lleva-
ba una gran cantidad
de gente adentro y eran
más de 25. Nunca se co-
noció cifras porque los
únicos que se saben son
los que dicen los fami-
liares o conocidos, hay
que averiguarlo.
Son de los rasgos du-
ros de la dictadura mi-
litar, creo que la uni-
versidad debió haber
sido reconocida en los
Acuerdos de Paz, por-
que aquí sólo hubo dos
instituciones del Esta-
do que estuvieron en el
conflicto el Ministerio
de Defensa que por ley
tiene que hacerlo y la
Universidad que es un
sector civil del Estado,
que por los altos niveles
de sensibilidad y de li-
derazgo se involucró en
el conflicto.
¿Deben ser juzga-
das las personas
responsables de
esa masacre?
Claro que sí, induda-
ble, porque eso fue una
matanza, una masacre,
un genocidio, lo que
pasó no tiene raciona-
lidad, no hay forma de
explicarlo humanamen-
te, fue una imbecilidad
militar, porque para el
uso de la fuerza militar
existen convenios para
cuando hay confronta-
ción armada, pero ahí
éramos civiles desar-
mados, no era para des-
atar una barbarie de ese
tipo.
Quizás el mejor cali-
ficativo para esta acción,
es que fue una acción
cobarde, con alevosía y
ventaja se dieron los he-
chos.
Cuando se cumplen
más de 3 décadas de los
sucesos del 30 de julio
de 1975, la comunidad
universitaria, continúa
esperando que los he-
chos sean investigados
y las personas respon-
sables sean juzgadas
ante la Ley.
En el año de 1975 el
Coronel Arturo Arman-
do Molina era el Pre-
sidente de la Repúbli-
ca y el Coronel Carlos
Humberto Romero, era
el Ministro de Defensa,
posteriormente fue Pre-
sidente y derrocado en
1979.
Elementos de la Guardia Nacional durante la masacre del 30 de julio de 1975.

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  • 1. Sumario De Portada..........................2 Posgrado.............................9 Acontecer UES..................10 CSU..................................15 DerechosUniversitarios.....19 Opinión Universitaria.........20 Entrevista.......................22 Arte y Cultura....................24 Multidisciplinarias............26 Cartelera...........................26 Directorio Rector: Msc. Rufino Antonio Quezada Vicerrector Académico: Arq. Miguel Ángel Pérez Vicerrector Administrativo: Msc. Óscar Noé Navarrete Dirección: Msc. Douglas Hernández Coordinación: Msc. Ana María Campos Diagramación: Iván Yash Delmy González Fotografía: Lic. Cristóbal Arévalo Redacción: Licda. Ana María Campos Licda. Xochilt Escalante Lic. Luis Alemán El Universitario es una publicación de la Secretaría de Comunicaciones de la Universidad de El Salvador. Ciudad Universitaria, San Salvador. Final Av. Mártires Estudiantes del 30 de Julio. El Salvador. C.A. Tel. 2225-8930. Puede acceder a esta publicación en: A 33 años… ¿Dónde están los desaparecidos y los responsables de la masacre? Época XIII, No.5 Ciudad Universitaria Julio de 2008 www.ues.edu.sv acontecerues.blogspot.com U n día después de la ma- sacre, el 31 de julio de 1975, El Consejo Superior Univer- sitario (CSU) de la UES se reúne en sesión extraordinaria, celebrada en el decanato de Medicina, según consta en el acta 123, se toma el acuerdo de condenar la masacre, rechazar la versión oficial del go- bierno de turno, exigir la liberación de los capturados, entrega de los cadáveres, informe de los desapa- recidos, exigir el respeto de la in- tegridad física de la comunidad universitaria y el pueblo en gene- ral. Además, se acordó denunciar y exigir el juzgamiento de los res- ponsables de la masacre. 30 de julio de 1975
  • 2. El Universitario / Julio de 2008 De portada E l 25 de julio de 1975, las fuerzas militares del en- tonces presiente Arturo Ar- mando Molina, intervinieron el Centro Universitario de Occiden- te de la Universidad de El Salva- dor, para evitar la realización de un Show Bufo, que los estudian- tes desarrollaban cada 26 de julio, en vísperas de las fiestas patrona- les de Santa Ana y en el cual, éstos ridiculizaban al gobierno. La intervención evitó que los estudiantes salieran ese día. En protesta el 30 de julio de ese año, los estudiantes del Campus Cen- tral organizan una manifestación que parte del estacionamiento de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la UES, ha- cia el Parque Libertad. A esta se unen estudiantes de secundaria de San Salvador. Los estudiantes que marchaban de forma pacífica, son masacrados en las inmediaciones del puente a dos niveles, ubicado sobre la 25 Avenida norte, ahora Calle Már- tires 30 de julio, a inmediaciones Seguro Social. Testimonio de Mirna Perla La comunidad universitaria salió a la calle por la 25 Aveni- da Norte a decirle al régimen del país, que la Universidad de El Sal- vador estaba unida a través del FUERSA, el UR19, el FAU y toda la comunidad universitaria. Estu- diantes, docentes y trabajadores marchamos por las calles de San Salvador para decirle al Coronel Arturo Armando Molina que el estudiante universitario estaba de- fendiendo el derecho que la cons- titución ha consagrado para el pueblo salvadoreño, la educación superior. A pesar que el General Carlos Humberto Romero, Ministro de Defensa nos había advertido a tra- vés de la radio, la televisión y con papeletas tiradas de un avión, que la universidad se atenía a las últi- mas consecuencias. La decisión de salir Fueron momentos difíciles dis- cutimos mucho los estudiantes re- volucionarios en aquel momento si salíamos, si aceptábamos que la dictadura pusiera una mordaza a la Minerva pero dijimos no, y di- jimos vamos a desafiar al régimen porque tenemos una gran respon- sabilidad con nuestros antepasa- dos. Desde hace 500 años los pi- piles defendieron estas tierras y no podíamos quedarnos en el recinto universitario, mientras la bota mi- litar había invadido nuestro cam- pus y por eso salimos, salimos con mucha alegría, con muchas pan- cartas, con muchos cantos y so- bre todo con la razón de nuestra parte. Llegaron las tanquetas Cuando estábamos a la altura del Externado San José empeza- mos a ver las tanquetas que venían y los aviones que nos sobrevola- ban en ese momento y decidimos cambiar de rumbo nuestra marcha que se dirigía hacia el parque Cus- catlán y que luego partiría hacia el Parque Libertad donde íbamos a realizar un mitin de protesta. Pero cuando doblamos a la al- tura del paso a dos niveles, apare- cieron los antimotines de la Poli- cía y Guardia Nacional con cascos y gases lacrimógenos, disparando sus fusiles y empezaron a ametra- llar a las personas que encabeza- ban la marcha. Nosotros creímos que había que retroceder pero en ese momento nos cortaron el paso (al inicio del paso a dos niveles) las tanquetas que venían a aplas- tar a los estudiantes universita- rios, pues muchos compañeros ca- yeron. Las víctimas Ustedes han visto algunas de sus fotos y algunos de sus nom- bres, esas personas nunca han sido encontradas están en calidad de desaparecidos aunque sabemos que por ejemplo Carlos Fonseca iba muerto cuando se lo llevaron, porque después de que atacaron la marcha nos tiraron gases lacrimó- genos y tiraron las tanquetas enci- ma de todas las personas que está- bamos ahí reunidas. Vinieron con ambulancias a recoger los cadáveres y heridos, después pasaron tirando agua con jabón para borrar las huellas de los asesinos. Esa noche esta universi- dad estaba llena de estudiantes. 30 de Julio en la historia El 30 de julio de 1975 marca un punto clave para la radicalización de muchos estudiantes de la épo- ca. El hecho no puede verse aisla- do al contexto nacional e interna- cional, coinciden el actual Rector del Alma Máter y los historiado- res. La masacre se sitúa en medio de un periodo que el historiador Ricardo Argueta denomina de au- toritarismo militar (1931-1992), donde “a finales de los años 60 ya comienza a sentirse una universi- dad opositora”. Poco se conoce del contexto y de la propia masacre. “La uni- versidad no ha profundizado casi nada en su historia”, dice el histo- riador Ricardo Argueta, y propone la creación de una entidad dedica- da a esta tarea. El régimen autoritario militar En El Salvador, los militares se habían instalado en el poder desde los años 30 del siglo XX, con el apoyo de la oligarquía cafetalera. El país era el reflejo de la olea- da latinoamericana de dictadu- ras militares apoyadas por la cla- se dominante local y los Estados Unidos. Exceptuando el periodo de Maximiliano Hernández Martí- nez, en El Salvador no puede ha- blarse de un régimen totalitario o fascista, debido a que siempre hubo más de un partido político, un pluralismo político, aunque li- mitado. Antes del 31 no se califica de autoritario al régimen político de una “oligarquía democrática”. Argueta prefiere calificar de des- pótico, donde la élite que gobier- na el país se encarga de repartirse el poder, sin ninguna fuerza opo- sitora que le cuestione. El régi- men no necesita entonces recu- rrir a prácticas coercitivas hacia la oposición porque ésta no exis- te. “Se establecen redes clientela- res”. La universidad tampoco cons- tituía una fuerza opositora antes Rufino Quezada, Rector UES: “El 30 de julio no podemos verlo como hecho aislado” Por: Luis Alemán y Roselía Núñez
  • 3. Julio de 2008/ El Universitario De portada de los 30. Durante el periodo de gobierno de los Meléndez Quiñó- nez (1913-1927) el ejecutivo se encargaba de nombrar al Rector, docentes y administrativos. Épo- cas donde la mayoría de universi- tarios eran hijos de una élite ma- yormente urbana. Universidad-Régimen La masacre no puede verse fuera de la relación universidad- régimen político, ni desligada del histórico papel de la universidad vinculado con el Estado. Es precisamente el mismo mes y año que el Estado Salvadoreño es declarado soberano e indepen- diente (1841) que se decreta tam- bién la fundación de la universi- dad como base intelectual en la que se sostendría el naciente Es- tado. Al principio la universidad nace bajo el dominio clerical, hasta su secularización a partir de la década de 1850. La evolución de la universidad decantará hasta adquirir “la fun- ción de refugiar a la oposición en un régimen autoritario militar y lleva a la universidad, anteponer la función política ante la función académica o de investigación”. Como la mayoría de univer- sidades latinoamericanas, la Re- forma de Córdoba da vida a una nueva universidad, que exige au- tonomía y cogobierno, donde los estudiantes van a tomar protago- nismo. Córdoba En medio de la corriente mo- dernista de Rubén Darío, la Ins- titución Libre de Enseñanza, inspirada por Francisco Giner de los Ríos, que impulsaría una di- námica de reforma educativa a partir de la idea de libertad, na- cen a principio del siglo XX los centros de estudiantes y las fede- raciones universitarias. Argentina (1905) y Chile (1906) son los primeros países donde universitarios, hombres y mujeres, se organizan. El Siglo XX conoce las pri- meras “huelgas estudiantiles” y organizaciones de estudiantes, que tenían gran similitud con los sindicatos. En 1918 lo que comenzó con una simple huelga de los estu- diantes de la Universidad Nacio- nal de Córdoba, en la que exigían profundas reformas universitaria, se convirtió rápidamente en un amplio movimiento en toda Ar- gentina y en América Latina, con influencia también en España y Estados Unidos. El nuevo siglo traía consigo el legado del sufragio universal, la democracia y la gestación de una corriente educativa que “replan- teaba las tradicionales relaciones de autoridad en la educación y la enseñanza, para poner el acento en el protagonismo del estudian- te”. El manifiesto de la Federación Universitaria de Córdova plan- teaban los principios fundamen- tales de la reforma: autonomía universitaria, cogobierno, ex- tensión universitaria, acceso por concursos y periodicidad de las cátedras, libertad de cátedra, cá- tedra paralela y cátedra libre, ac- ceso masivo y gratuito, vincula- ción de docencia e investigación, inserción en la sociedad y rol de la universidad, solidaridad lati- noamericana e internacional y unidad obrero-estudiantil. Con el estandarte de Córdo- ba muchas universidades obtie- nen la autonomía y comienzan un proceso de mayor inserción en la sociedad. Argentina (1919), México (1929), Costa Rica (1949), Re- pública Dominicana (1961), Bo- livia (1931), Chile (1931), Perú (1920), Uruguay (1958), Vene- zuela (1958). En El Salvador a pesar que la autonomía se había reconocido en varias ocasiones, fue hasta 1950 cuando alcanza la calidad de disposición constitu- cional. La UES no fue la única que su- frió intervenciones en el marco de estas reformas. Similares pro- cesos de violación a la autonomía los tuvieron la mayoría de univer- sidades latinoamericanas. La reacción de un movimien- to estudiantil y los principios de Córdoba ya comenzaban a tener mayor resonancia y casi simultá- neamente a la autonomía, muchas universidades latinoamericanas implementan el cogobierno. El estudiantado latinoameri- cano realiza varios congresos en el marco de las rerformas de Cór- doba, entre estos: q En 1921, en México se realiza el Primer Congreso Inter- nacional de Estudiantes en donde surgió la Organización Interna- cional de Estudiantes. q 1925 en México, el Primer Congreso de Estudiantes Ibero- americanos. q 1937, en Santiago de Chile el Primer Congreso Latinoameri- cano de Estudiantes q 1957 en la ciudad de La Plata, Argentina, Segundo Con- greso Latinoamericano de Estu- diantes. Los ideales de la reforma uni- versitaria no sólo sobrepasaron las fronteras políticas, también las hicieron suyas muchos artis- tas como Diego Rivera, David Si- queiros, Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Deodoro Roca, Germán Arciniegas, entre otros. Por lo que se considera también una reforma cultural. Posterior a Córdova se dan las revueltas estudiantiles en Estados Unidos en las décadas de 1960 y 1970 y el Mayo francés de 1968. En los Estados Unidos, en la década de los 60, los estudiantes de Berkeley reclamaban pacífi- camente por la libertad de expre- sión (free speech movement). En México, el 2 de octubre de 1968 se da la masacre de Tlate- lolco. Aún no se ha aclarado el número de muertos pero se esti- man unos 300. Córdoba también abanderaba el ingreso masivo a la universi- dad. En los años 60 comienza a sentirse el crecimiento en la po- blación estudiantil en la UES. Una de las cosas que contri- buyó a incrementar la población Génesis del CAPUES Se decide que el ejecutivo nombre una Comisión Normalizadora para custodiar y administra el patrimonio de la UES y para trabajar en una nue- va Ley Orgánica y Estatutos, juramentada un día después de la interven- ción de 1972. La Comisión la integraron cinco miembros: Dr. Mario Alberto Fernán- dez, Dr. Ricardo Gavidia Castro, Ing. Efraín Amaya, Dr. Francisco José Retana y Dr. Juan José Fernández este último electo como Presidente. El 1º de julio del 73 asumió como rector el Doctor Juan Allwood Pare- des. La universidad fue entregada oficialmente el 5 de julio del 73 a las nuevas autoridades, aunque no inició funciones inmediatamente. El Coronel Arturo Armando Molina en su afán por controlar cualquier tipo de oposición maniobró para tener autoridades a sus servicio. Había llegado a la presidencia por medio de fraude, arrebatándole las eleccio- nes a la Unión Nacional Opositora (UNO) y a su candidato presidencial, el democristiano José Napoleón Duarte. Las votaciones se hicieron el 20 de febrero y la toma presidencial el 25 de marzo del 72. Duarte había ejercido como profesor de Cálculo en la Facultad de Inge- niería de la UES, luego de finalizar sus estudios en la universidad de Notre Dame, en Indiana, Estados Unidos. A pesar de haber pertenecido a la co- munidad universitaria, intervino militarmente durante cuatro años el Alma Máter, a partir del 26 de junio de 1980.
  • 4. El Universitario / Julio de 2008 fue la residencia estudian- til en la época del rector Fabio Castillo, para al- bergar a estudiantes aleja- dos de las urbe capitalina, para eliminar la barrera de la distancia que era lo que impedía a muchos el ac- ceso a la educación supe- rior. la idea es incrementar la población estudiantil, el crear residencias es parte de eso. En los 60 también se co- mienza el proceso de des- centralización de la uni- versidad. En Santa Ana se crea la primera regional, en 1965 y una año des- pués en San Miguel. El giro de 1972 Como en casi toda La- tinoamérica, las dictadu- ras eran una “moda” con la que se vestían las oli- garquías para la defensa de sus intereses. Las crí- ticas hacia sus actos eran reprimidas y poco se co- nocía el concepto de De- rechos Humanos. Después de la inter- vención del 19 de julio de 1972, y del cierre de las instalaciones, entregadas hasta el siguiente año, la universidad comienza un proceso de represión y de intervenciones. Los si- guientes gobiernos la ten- drían en la mira. El men- saje que la UES dio en el 44, durante la huelga de Brazos Caídos era de una universidad opositora. “Después del 72 cuan- do se abre la universidad no hay un control especí- fico del movimiento estu- diantil, se sabe que es an- tirrégimen pero se le dan espacio dentro de la uni- versidad”, aclara historia- dor Argueta. “No podemos hablar del 30 de julio de 1975 sin hablar de lo que pasó en 1972”, dice Roberto Ca- ñas, uno de los sobrevi- vientes de la masacre y catedrático universitario. El 19 de julio 1972, mediante decreto legisla- tivo, debido a “constan- tes violaciones a la Ley Orgánica y Estatutos”, de acuerdo con la versión oficial, se deja sin efecto los nombramientos de au- toridades, docentes, per- sonal administrativo y de servicio. Rafael Menjívar tenía cuatro meses en el recto- rado y el Coronel Arturo Armando Molina 19 días de haber asumido la presi- dencia. En la intervención es apresado el Rector, jun- to al entonces Decano de Humanidades y uno de los impulsores de los prin- cipios de Córdoba cuan- do fue Rector en los años 60, Fabio Castillo. Ambos son exiliados junto con 13 personas más. Nidia Díaz, recuerda que era estudiante univer- sitaria para la época. “Es- tábamos luchando porque la universidad estuviera más proyectada al pueblo, estudiábamos y todo pero yo practicaba danza mo- derna al medio día...es- tábamos haciendo danza cuando intervino el ejér- cito y nos sacó con todo y mayas. A nosotros solo se nos dijo váyanse, por- que estaban repletos los camiones. Salí por la en- trada de derecho y pude observar que cientos de personas eran captura- das”. Díaz, recuerda que ya habían organizaciones es- tudiantiles como el MERS (Movimiento Estudian- til revolucionario de Se- cundaria) con dirigentes como Febe Elisabeth, Fe- lipe Peña y Atilio Corve- ra. También existía una organización social de- mócrata y el FAU (Fuerza de Acción Universitaria) como expresión de secto- res radicales.”Después del cierre de la universidad es donde más se perfilan las corrientes”, opina. Fuera de la universidad se crea FUERSA (Fren- te Universitario Estudian- til Salvador Allende) re- cuerda Nidia, y dice que se instala en la UES cuan- do se reabre, un año des- pués. Surge con un mayor perfil el UR19 (Unión Re- volucionaria 19 de julio de 1972) FAU. En el 75 personas que integran es- tos grupos formaron par- te de otras organizaciones multisectoriales que invo- lucran también a sectores campesinos. Un desfile Bufo boicoteado Los universitarios de Santa Ana criticarían el régimen de Molina, ridi- culizándolo en un desfi- le bufo en el marco de las Fiestas Julias de 1975. El gobierno se enteró e inter- vino el campus occidental el 25 de julio y boicoteó el desfile. Como respuesta de los estudiantes de occiden- te, otra marcha se organi- zó para el 29 de julio. Fue reprimida con gases lacri- mógenos. A esta marcha se habían unido estudian- tes del Movimiento de Es- tudiantes Revolucionarios de Secundaria (MERS). En solidaridad con sus compañeros, los estudian- tes del campus central or- ganizan una marcha para el 30 de julio. Para esa época la Rec- toría la asumía el Doc- tor Carlos Alfaro Casti- llo, luego de la renuncia del Doctor Juan Allwood Paredes. Sobre la manera de cómo se eligió a ambos rectores no hay una inves- tigación histórica profun- da. Pero se sabe que luego Alfaro Castillo también formaría parte del Con- sejo de Administración Provisional de la Univer- sidad de El Salvador (CA- PUES), que fue impuesto a la universidad por el go- bierno de Armando Moli- na. El CAPUES fue una especie de policía interna que controlaba a los estu- diantes y el funcionamien- to de la UES, les llamaban “los verdes de la UES”. El contexto Al contextualizar 1975, la diputa del Parlamento Centroamericano (PAR- LACEN) Nidia Díaz, ha- bla de un país que pasa- ba por un momento difícil de “dispersión ideológica, política y organizativa. A finales de los 60 y principios de los 70 hubo una división en el seno del Partido Comunista. Surge un planteamiento nuevo con las FPL, pero también surge el Ejército Revolucionario del Pue- blo (ERP). “Esas eran como las 3 grandes co- rrientes revolucionarias, pero lógicamente existían los demócratas cristianos y los social demócratas, del MNR”. “Es en esos años del 70 al 75 cuando se producen las fisuras, principalmente del ERP, y es donde des- ciende lo que posterior- mente sería el PRTC. La mayor fisura que tuvo el ERP fue a raíz del asesi- nato de Roque Dalton, el 10 de mayo de 1975”. Las cinco organizacio- nes que posteriormente constituirían el FMLN se disputaban, en 1975, el protagonismo del proceso revolucionario. La disputa también lle- gaba hasta las organizacio- nes estudiantiles. Díaz re- cuerda que el 1º de agosto del 75 durante la toma de catedral, un ejemplo claro de lo anterior fue que los estudiantes no se pusieron de acuerdo de quién los representaría como sector en el comité de la toma. “Me dijo Manuel Fe- derico Castillo, el hijo de Fabio Castillo, que era el líder también de la Liga para la Liberación: aca- bamos de acordar entre todas las organizaciones que al finalizar la misa va- rios nos vamos a quedar, De portada
  • 5. Julio de 2008/ El Universitario De portada nosotros te hemos propuesto por la Liga para la Liberación que te quedes en catedral”, recuerda Ni- dia. “Yo si yo me quedo le dije. Sa- lieron los féretros, todo mundo y cerramos la catedral. Había sec- tor campesino, iglesia, obreros, dijimos que para formar el comi- té coordinador había que elegir una persona por sector, todos es- tábamos separados. Roberto Vie- ra por la Democracia Cristiana, Tony Martínez Uribe por FAU”. Al final había electo a Antonio Martínez Uribe, pero algunos no estaban de acuerdo y propusieron que fuera la asamblea que eligiera ante la falta de consenso. “Como yo había trabajado en FECAS con el sector campesino, el FAPU, ahí me propusieron a mí, entonces yo sabía que no tenía el aval de toda esa fuerza estudiantil, pero como tenía el aval del sector campesi- no, obrero iglesia, tuve la oportu- nidad de estar”, continúa relatan- do Nidia Díaz. El 5 de agosto, fuera de la Igle- sia, MélidaAnaya Montes declara el surgimiento del Bloque Popu- lar Revolucionario (BPR), pieza clave en la lucha de masas. Nidia agrega que fuera de ca- tedral se comienza a organizar los comités militares y se confor- ma también el Comité de Orga- nizaciones Populares 30 de julio, COP. El cierre de 1976 Un año después, en 18 de no- viembre de 1976 son las autori- dades universitarias, encabezadas por el rector Carlos Afaro Casti- llo, quienes deciden cerrar la uni- versidad, luego de un incidente al interior del campus, donde resul- tó muerto por cinco impactos de bala uno de los custodios y deto- naron artefactos explosivos, de acuerdo con fuentes periodísti- cas. Durante este cierre se gesta la creación del CAPUES de manera oficial, aunque un comunicado de la AGEUS de la época denuncia que “son los mismos que habían estado manejando la universidad desde el cierre del 18 de noviem- bre del 76”. Oficialmente el CAPUES sur- ge mediante unas reformas de carácter transitorio a la Ley Or- gánica que aprueba la Asamblea Legislativa, el 31 de marzo de 1977 mientras la UES continuaba cerrada, dando la vía legal para el establecimiento de un “Conse- jo de Regencia, que sustituya en forma temporal a la AGU”, que luego se conocería como CA- PUES. (Ver recuadro con lista del CAPUES). Este consejo trabajaría para la “pronta apertura de las instalacio- nes y la total normalización de las clases”. El 16 de septiembre de ese mis- mo año en que conforma el CA- PUES, asesinan al Rector Carlos Alfaro Castillo, junto a su moto- rista y guardaespaldas. Las FPL una de las organizaciones arma- das se hizo cargo de las muertes mediante un comunicado que di- vulgaron posteriormente. Asume la Rectoría el Ingeniero Salvador Jovel. El 1 de julio del 1977, Carlos Humberto Romero asumió la pre- sidencia, continua el control por la universidad y el CAPUES se instala oficialmente, mantenién- dose hasta el derrocamiento de Romero, el 15 de octubre del 79. Lunas de miel Ricardo Argueta por su parte, insiste en que debe estudiarse la relación universidad-régimen po- lítico y que “no siempre los es- tudiantes llamaron a los militares gorilas” Ha estudiado lo que llama “luna de miel” entre la casa de minerva y la bota militar. “Los estudiantes universitarios decían que la juventud militar era su ge- melo, que tanto la juventud mili- tar como la universitaria llevarían al país al desarrollo”. Es en esa etapa, cuando en 1952 el gobierno del presidente Óscar Osorio llega con apoyo de la universidad y de la AGEUS, el líder estudiantil Reynaldo Galin- do Pohl forma parte del régimen. “Sin embargo esa luna de miel se rompe en el 52 porque algunas medidas que toma Osorio general ciertas críticas no de la universi- dad sino de otras organizaciones sociales en el país, de alguna opo- sición política que ha surgido”. José María Lemus, también llegó al poder con el benepláci- to de la AGEUS. “Eso era im- portante porque el estudiantado universitario era como una ex- presión de legitimidad de un go- bierno. La población salvadoreña en realidad esperaba ver que de- cían los estudiantes y a partir de eso se creaba una idea de ese go- bierno”. En el caso del presidente Julio Rivera, Argueta opina que “es el presidente del siglo XX con ma- yor acercamiento a la universidad. Algunos plantean que ese acerca- miento se da por la amistad con Fabio Castillo, su ex compañero de colegio. Ese fue un periodo de modernización de la universidad en términos de infraestructura y apoyo económico. Entre el 62 y 67 hubo menos relación conflic- tiva con la universidad y menos acciones represivas”. Martínez y la UES Maximiliano Hernández Mar- tínez también tuvo una etapa de acercamiento con la UES, lue- go de haber quitado la autono- mía en el 32 y devolverla en el 33 se reúne con las autoridades uni- versitarias interesado en ver pro- puestas sobre la autonomía y fun- cionamiento de la universidad, que vinieran de la misma comu- nidad universitaria. El mismo Martínez busca un terreno para la universidad y par- ticipa en algunas actividades aca- démicas. Pero en 1938, termina la “luna de miel” y nuevamente le quita la autonomía, porque los es- tudiantes protestaron ante las in- tenciones de mantenerse en el po- der otro periodo más. Durante la etapa de buenas re- laciones con la universidad tam- bién se mejoran las condiciones de los docentes y las autoridades universitarias se muestran com- placientes con el gobierno, tra- tando de aplacar los residuos de descontento dentro de la univer- sidad. Después de la revuelta del 32 se conoce de un movimiento es- tudiantil llamado Renovación cu- yos miembros pasan luego a for- mar parte de otro movimiento que se llamó Revolución Univer- sitaria, núcleo de donde salen los estudiantes que luego se vincula- ron al Partido Comunista. Las autoridades universitarias, que mantenían buenas relaciones con el régimen de Martínez, ex- pulsan a un grupo de estudiantes
  • 6. El Universitario / Julio de 2008 que simpatizaban con los residuos del Partido Co- munista que habían que- dado después del 32, entre estos se encontraban Julio Fausto Fernández, Adrián Piche Rivas, Alejandro Escalante Dimas, Rodolfo Jiménez y Manuel López Pérez, quienes trataron de recomponer el movimien- to estudiantil al interior de la UES. En 1932 habían asesi- nado a Mario Zapata y Al- fonso Luna, universitarios vinculados con el movi- miento estudiantil y fun- dadores, de la AGEUS, junto a Farabundo Martí, fusilado el 1 de febrero de 1932, luego de ser captu- rado el 19 de enero y con- denado a muerte por un Consejo de Guerra. Despertar de la me- moria La mayoría de hechos traumáticos, específica- mente los conflictos civi- les en Latinoamérica no han sido aclarados. Re- cientemente, la memoria histórica ha empezado a florecer y en algunos ca- sos como el de Chile, se ha hecho justicia contra crímenes de hace tres dé- cadas. “A veces es necesario dejar este periodo de olvi- do mientras se construyen ambientes democráticos”, opina la Doctora Corinne Bonafoux, invitada a im- partir una conferencia en la UES, el pasado 2 de ju- lio, especialista en temas relacionados con la me- moria y la historia de he- chos traumáticos. Bonafoux, que también estudió en el Instituto de Ciencias Política de París, ejemplifica con el caso de la guerra civil española. “Nadie se atrevía ni que- ría hablar del suceso cuan- do recién pasaba”, pero cuando la generación de la guerra se encontraba en una edad senil, los hechos comenzaron a aclararse y una nueva generación se interesa por realizar estu- dios históricos. “Cuando la generación de la guerra se encuentre al final de su vida se irá hablando de algunas co- sas”, es la tesis de la doc- tora Bonafoux, que se for- talece al hacer un recuento del auge de publicaciones que comenzaron en la pos- guerra. En Chile, el tiempo no sólo hizo florecer el re- cuerdo. Se llevó ante los tribunales a Augusto Pi- nochet, un militar golpis- ta contemporáneo al régi- men de Arturo Armando Molina en El Salvador, en el año de la masacre de 1975, cuando los regíme- nes militares apogeaban en la región. Irónicamente, fue un salvadoreño quien juzgó a Pinochet: Juan Salvador Guzmán Tapia, nacido en el país en 1939, mientras su padre, Juan Guzmán Cruchaga, un poeta chi- leno que se opuso al régi- men de Maximiliano Mar- tínez, se destacaba como encargado de negocios. Para el historiador Ri- cardo Argueta, “no hay trabajos sistemáticos de fondo que den cuenta no sólo de la historia políti- ca de la Universidad sino de la académica, intelec- tual. Debe crearse una ins- tancia que se dedique a es- tudiar a la universidad, en países como México los hay, tienen un equipo de investigadores que abor- dan la historia de la uni- versidad”. ¿Por qué no se de- nunció la masacre en su época? “En aquel momento ni siquiera se nos ocurrió ir a los tribunales porque era imposible que un juez asumiera un caso de estos porque sencillamente si se atrevía a hacer algo lo ma- taban o sencillamente no le permitían hacer nada”, responde la Magistrada Mirna Perla. En el 2005, la Asam- blea General Universita- ria saliente conformó una comisión para investigar a profundidad los hechos y determinar responsables directos. También en el 75 se formó una comisión simi- lar, el día 17 de septiem- bre, según el acta 126-III del CSU “para investigar los sucesos e indagar so- bre el paradero de los des- aparecidos”. En diciembre la comisión nombrada rin- dió un informe, que el si- guiente año, el día 12 de febrero, el CSU decidió dar difusión. La AGEUS y diputados de oposición también pi- dieron un informe consti- tucional al Ministerio de Defensa, que “sobre he- chos de violencia ocurri- dos desde 1972”. También quieren justicia Los sobrevivientes del 30 de julio no sólo piden hacer memoria histórica de los sucesos. Por una- nimidad, los entrevistados por este medio también piden justicia. “Los principales res- ponsables de la masacre viven tranquilos en Es- tados Unidos”, denuncia el Rector de la UES, In- geniero Rufino Quezada, mientras exige al Estado Salvadoreño aclarar éste y otros casos en los que mu- rieron decenas de salvado- reños el siglo pasado. “Yo rechazo, denuncio y condeno enérgicamente esa masacre porque hasta este momento ningún mi- litar ha sido condenado a pesar que en aquel tiempo se conocieron los nombres especialmente del ministro de defensa de ese enton- ces, el General Humber- to Romero y el presidente Arturo Armando Molina”, agrega el Rector. Inmediatamente de los Acuerdos de Paz se decre- ta una Ley de Amnistía. Mirna Perla, actualmen- te Magistrada de la Corte Suprema de Justicia dice que “los Crímenes de Lesa Humanidad no prescriben, por lo tanto éste se enmar- ca dentro de lo que son el genocidio que se cometió contra nuestro pueblo, es más, podríamos decir que hay un crimen de Lesa Cultura que se cometió contra toda la Universidad de El Salvador”. De portada
  • 7. Julio de 2008/ El Universitario De portada L a ONU declaró 1975 como el año de la mujer, desde una visión de reivindica- ciones sociales. Algunos organismos de mujeres y ElAteneo de El Salvador aprovecharon la ocasión para proponer ante el CSU un Doctora- do Honoris Causa para Alicia Lardé de Venturi- no por sus méritos acadé- micos. La paradoja Dos grandes “concur- sos de belleza” giraban en torno al año 1975. Lo que ocupaba espectaculares fotos en la prensa nacio- nal de ese año: la elección de la reina de las fiestas agostinas y la expectación porque en El Salvador se realizaría Miss Universo. El evento internacio- nal de belleza se llevaría a cabo por iniciativa de empresarios que habían apostado con parte de su fortuna al financiamien- to de concurso de belleza, con el propósito de pro- mover la industria turísti- ca y proyectar la política exterior del coronel Mo- lina. El eslogan era simple: “El Salvador, el país de la sonrisa”. Para la entonces estudiante Mirna Perla, eso era contradictorio a la desigualdad económica y el luto que se vivía, por masacres recién pasadas, conocidas como las de La Cayetana y Tres Calles. “El contexto era difícil, había mucha represión contra los sindicatos, ha- bían capturas arbitrarias, torturas, desapariciones forzadas....ya empezaban signos muy claros de re- presión. El 11 de agosto de 1975 el Diario Latino publicó una fotografía con cente- nares de mujeres de dis- tintos sectores sociales en una marcha de duelo por la masacre. M uchos de los que lograron esca- par de la masacre lo hicieron sal- tando el paso a desnivel que se encuentra a los alrededores del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) y la Alameda Juan Pablo Segundo. Los que escaparon, como Dagoberto Gutiérrez, ingresaron al ISSS haciéndose pasar como enfermos o enfermeros, ayu- dados por el personal del hospital, “eso fue una cosa muy solidaria de todos los trabajadores y médicos del seguro”, re- cuerda la diputada Nidia Díaz. Otros, según recuerda Mirna Perla, hu- yeron por la zona de Metrocentro y al- gunos se refugiaron en la colonia Tutu- nichapa. “A mi criterio la gue- rra en este país comenzó en 1975 porque muchos estudiantes inmediata- mente se fueron ya di- rectamente a la clandes- tinidad”, Doctor Alcides Gómez, era presidente de la Sociedad de Estudiantes de Medicina, ASEMEA Aunque no se hayan ido a la cárcel están con nombre y apellido los respon- sables de ese crimen. Es importante tener en la memoria la reconstruc- ción de todos estos he- chos que se dieron. Nidia Díaz Diputada. “Yo me refugié en el hospital del Seguro So- cial, gracias a que ahí ha- bía una enfermera que me conocía...que me vistió de enfermo y me puso en una cama y entonces así lo- gramos evitar que nos capturaran”, Eli- seo Ortiz Ruiz, Era Vicepresidente de la AGEUS en 1975. “Los sucesos del 30 de julio de 1975 deben recor- darse siempre como una de las grandes batallas por la libertad y la democracia en El Salvador. Fue una de las tantas grandes con- tribuciones de la UES al proceso de cons- trucción de una nueva sociedad”, Evaris- to Hernández, Catedrático de la Facultad de Economía. El año de la mujer en “el país de la sonrisa” Algunos que sobrevivieron para contarlo Consejo de Administración Provisional de la Universidad de El Salvador (CAPUES) El CAPUES se creó oficialmente el 31de marzo de 1977 por decreto legislativo. La universidad estaba cerrada desde el 18 de noviembre de 1976, por decisión de las autoridades universitarias. De acuerdo con notas periodísticas de la época, un grupo de padres de familia y ciudadanos pidieron a las autori- dades gubernamentales que tomaran acciones para la normalización de clases. Estas respondieron creando el CAPUES. Sin embargo, desde la intervención de 1972, el gobierno se interesó por controlar la universidad y reprimir todo tipo de protestas. La siguiente lista refleja como algunos de los miembros que dirigían la universidad se mantuvieron durante el CAPUES. Otras autoridades, como el entonces Decano de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales, Doctor Luis Do- mínguez Parada, se atrevieron a denunciar la creación del CAPUES y a renunciar de sus cargos, calificando a este organismo como “tiranía legal universitaria”, dando sus declaraciones a los medios de comunicación. El CAPUES, quedó integrado el 1º de abril de 1977 por los siguientes miembros: Rector: Dr. Carlos Alfaro Castillo Presidente de la AGU: Dr. Carlos Humberto Sigüenza Secretario General: Dr. Manuel Atilio Hasbún Dr. Raymundo Rodríguez Barrera Fiscal: Dr. Manuel Antonio Ramírez Secretario de la AGU: Dr. Ricardo Alfaro Sandoval Decano de Agronomía: Ing. Salvador Enrique Jovel Decano de Economía: Dr. Carlos Alberto Rodríguez Decano de Ingeniería y Arquitectura: Arq. Manuel Enrique Alfaro Decano de Medicina: Dr. Mauricio Salazar Torres Decano de Odontología: Dr. Miguel Antonio Barrios Decano de Química y Farmacia: Dr. Amilcar Avendaño y Ortiz Decano de Jurisprudencia y Ciencias Sociales: Dr. Luis Domínguez Parada (renunció) Dr. Francisco Vega Gómez Decano de Ciencias y Humanidades: Lic. René Vaquerano
  • 8. El Universitario / Julio de 2008 E l número de muertos, des- aparecidos y heridos, pro- ducto de la represión de la marcha, aún es incierto. A pesar de la magnitud, la ma- sacre trató de invisivilizarse. Mi- nutos después que las calles estu- vieran despejadas “llegaron con camiones cisternas a limpiar la sangre, se llevaron los cuerpos que quedaron ahí y limpiaron para que no quedara ninguna eviden- cia”, recuerda el Doctor Martínez Uribe. Los medios de comunicación tampoco daban cuenta. Hasta que algunos fueron presentando pe- queñas notas que cubrían las ver- siones oficiales. “Confirman que hubo un solo muerto en mitin”, decía un titular de la página tres del Diario Latino del 1º de agosto. “De acuerdo con las investiga- ciones llevadas a cabo por el Juez Segundo de Paz, José Orosio No- lasco, el muerto reconocido es el bachiller Roberto Antonio López Miranda (conocido como José Mario López), estudiante de se- gundo año de Economía”. Lo ve- laron un día después de la masacre en Auditorio de Derecho, mientras en Catedral metropolitana se cele- braba una misa por los muertos y desaparecidos. Luego se reconoció a Balmo- re Antonio Cortez Vásquez, de 25 años, estudiante de quinto año de Ingeniería Agronómica e hijo del coronel Virgilio Antonio Cortez, Jefe de la Guardia Nacional de San Vicente. Murió el 8 de agosto del año de la masacre, a las 4:30 de la tarde en las instalaciones del ISSS (La Prensa Gráfica, 9 de agosto de 1975, página 31). De acuerdo con medios de co- municación nacionales, pronun- ciamientos de la AGEUS y fuen- tes testimoniales, los muertos fueron: Balmore Antonio Cortez Vásquez Roberto Antonio López Miranda (conocido como José Mario Ló- pez) Morena Velasco Julio César Velado Marlene López Carlos Fonseca Sergio Antonio Cabezas Elizabeth Iraheta Milla Napoleón Orlando Calderón Reynaldo Hasbun Carlos Humberto Hernández José Domingo Aldana María E. Miranda Desaparecidos (según Diario Latino de la época y quitando otros que AGEUS reportó como muertos) Guillermo Aparicio Eber Gómez Mendoza Heridos, según medios de comu-                nicación: Silvia Elizabeth Montalvo López Fernando Merino Rivas Luis Eduardo Carías Daniel Gómez Mendoza Nelson Omar Colato Luis Orlando Acosta Gómez Gilberto Ayala García Ricardo Cantón García Mario Alberto Pleitez García Ricardo Mayorga Rivas José Rogelio Cáceres Serrano Luis Alberto Reyes María Idalia Machuca Carlos Alberto Villacorta Prado José Alberto Ramos Israel Ruiz María Elizabeth Jiménez Israel Dubón Castro Mirna Perla Recinos Nelson Moreno Rodríguez Jorge Alberto Ramos Martínez Mauricio Bonilla Peraza Mario Alberto Pleitez Heridos que no participaban de la marcha: Dr. José Luis Coreas (se encontra- ba en la segunda planta del ISSS viendo por la ventana y fue herido por una bala). Juana Ramos (Menor de edad que era familia de una señora que ven- día golosinas contiguo al ISSS). Capturados que fueron libera- dos el 1º de agosto por diálogo entre Molina y autoridades uni-                          versitarias: Isaac Herbert Menjívar (3º año de Artes) Efraín Ramos Mejía (2º año de Ba- chillerato) Felipe Albelardo Mendoza Leonel Edgardo Gallegos Miguel Ángel Canjura (2º año de Medicina) Julio Isabel Meléndez (4º año de Medicina) Pablo Salvador Cárcamo (2º año de Medicina) Francisco Mendoza García (2º año de Odontología) Ramón Ábrego González (Tenedor de libros) Daniel Pérez (Licenciado en Mate- mática) Carlos Alberto Escobar (Profesor de un colegio aledaño) Militares Heridos, según Diario Latino, 7 de agosto del 75, pági- na 3: Encarnación Escobar (Cabo) Manuel Rodríguez (Cabo) Héctor Polío (Guardia) Juan Carpio (Guardia) Vidal Cruz Piche (Guardia) Los militares también presenta- ron ante la prensa vehículos blin- dados del ejército dañados su- puestamente con bombas molotov e impactos de balas, en conferen- cia de prensa del día 2 de agosto en la Guardia Nacional.                 M ario Pleités es ac- tualmente docen- te de una univer- sidad privada, recuerda el 30 de julio como si fuera ayer. Se puso con la “piel de gallina” y los ojos roji- zos cuado comenzó a tra- tar de recordar el suceso en el que participó. No pudo terminar la corta entrevis- ta, decidió referirse a un cuento que escribió a ma- nera de catarsis hace tres años, titulado “Sangre en el asfalto” (http://www. buhonegro.20m.com). Mientras era estudian- te de tercer año de Inge- niería Química sucedió la masacre. Recuerda haber visto a su amigo y com- pañero herido en el suelo, Reynaldo Hasbun, que al- gunos lo ubican entre los muertos y otras referen- cias entre los desapareci- dos. Recuerda que en el año 2000 asistió a una conme- moración, donde los es- tudiantes de Ingeniería lo habían incluido en una placa con los nombres de los muertos del 30 de ju- lio. Él les aclaró que esta- ba vivo y sorprendidos los estudiantes le dijeron que diera su testimonio en esa oportunidad. “Yo soy uno de los que aparecen en la lista de muertos. Para mí cada 30 de julio es un martirio, empiezo desde que ama- nece a ver la misma pelí- cula una y otra vez, pero no lo puedo decir, me trauma y cuando llegan las 4:30 de la tarde yo es- toy en schok”. “El pueblo salvadoreño debe saber que son nuestros héroes”: Mirna Perla “Yo aparezco en la lista de los muertos”
  • 9. El Universitario Julio de 2008/ 19 Defensoría de los Derechos Universitarios Posición de la Defensoría de Derechos Universitarios ante la MASACRE del 30 de julio de 1975 “ El crimen según va- rios testimonios y re- porte periodísticos de la época, fue cometido por la fuerzas de seguridad pú- blica durante la presidencia del CoronelArturoArman- do Molina y bajo las orde- nes directas del General Carlos Humberto Romero, años después Presidente de la República…el núme- ro de victimas desarmadas que cayeron bajo el fuego de los militares, se suman los capturados y posterior- mente desaparecidos… ”(Tomado de periódicos de la época) ¿Un crimen de Lesa Humanidad que es imprescriptible? Para contestar esta inte- rrogante es preciso cono- cer algunos antecedentes: 1. Antes de la Se- gunda Guerra Mundial (1907) existe una escasa atención al concepto: De- recho de Gentes. La ex- presión crímenes contra la Humanidad se comenzó a utilizar en la Declaración de los Gobiernos de Fran- cia, Gran Bretaña y Rusia, para denunciar la matanza de Armenios a manos de los Turcos. 2. Después de la Se- gunda Guerra Mundial (1945-Francia, Reino Uni- do, URSS y Estados Uni- dos) firmaron el Acuerdo de Londres y el Estatuto del Tribunal Militar Inter- nacional incluyen los crí- menes de Lesa Humani- dad cuando expresan:“El asesinato, la extermina- ción, la esclavitud, la de- portación u otros actos in- humanos contra cualquier población civil, antes o du- rante la guerra, o la perse- cución por motivos políti- cos, raciales o religiosos” 3. Por su parte la Co- misión de Derecho Interna- cional (CDI) sostiene que actualmente hay un consen- so según los cuales los crí- menes contra la humanidad son delitos de derecho inter- nacional,conbasealosprin- cipios generales del derecho que dan lugar a una jurisdic- ción universal. La ONU, lo define así:“CRIMEN CON- TRA LA HUMANIDAD: La comisión sistemática o en gran escala e instigada, dirigida por un gobierno o por una organización polí- tica o grupo de cualquiera de los actos siguientes: Ase- sinato, exterminio, tortu- ra, persecución por motivos políticos, raciales, religio- sos, étnicos, discriminación, deportación, traslado forzo- so, encarcelamiento arbitra- rio, desaparición forzada de personas, violación, pros- titución y otras formas de abuso sexual, mutilación y lesiones graves”. 4. En este orden de ideas el Estatuto de Roma de la Corte Penal Interna- cional expresa lo siguien- te: Artículo 7 CRIMENES DE LESAHUMANIDAD: “Asesinato, Extermino, es- clavitud, deportación o tras- lado forzoso de población, encarcelación u otra priva- ción grave de libertad física, tortura, violación o esclavi- tud sexual, prostitución for- zada, persecución, desapa- rición forzada de personas, crimen de apartheid, otros actos inhumanos”. 5. Por su parte la Con- vención sobre la impres- criptibilidad de los críme- nes de de Guerra y de Lesa Humanidad expresa: “Ad- virtiendo que la aplicación a los crímenes de guerra y a los crímenes de lesa huma- nidad de las normas de de- recho interno relativas a la prescripción de los delitos ordinarios suscita grave pre- ocupación en la opinión pú- blica mundial, pues impide el enjuiciamiento y castigo de las personas responsa- bles de esos crímenes: Ar- tículo 1: Los crímenes son imprescriptibles, cualquie- ra que sea la fecha en que se hayan cometido, situación que ha sido retomada por el Estatuto del Tribunal Mili- tar Internacional de Nurem- berg, y confirmada por las resoluciones de la Asam- blea General de la ONU, el 13 de febrero de 1946. Los hechos del 30 de julio de 1975, a la luz de los planteamientos antes descritos es un Crimen de Lesa Humanidad y por lo tanto imprescriptible, es por ello que la Asamblea General Universitaria de la cual fue Presidente el Ing. Salomón Rivas, Pre- sidente AGU (2004) de nuestra Universidad tuvo a bien tomar un acuerdo so- bre los hechos del 30 de julio de 1975, para que se investigarán y se llevaran ante la justicia internacio- nal, pero por razones de presupuesto para financiar la investigación aún no ha podido ser cumplido dicho acuerdo. Como Defenso- ría de Derechos Univer- sitarios, exhortamos a la actual Asamblea General Universitaria, al Consejo Superior Universitario, al maestro Rufino Antonio Quezada Sánchez, Rector de nuestra Universidad y demás autoridades Univer- sitarias que en las víspe- ras de conmemorar un año más de la masacre de nues- tros compañeros y compa- ñeras universitarias/os que ofrendaron su vida por una sociedad mas justa a reto- mar el acuerdo de la AGU y así poder hacer justicia a los familiares de las/os caídas/os el 30 de julio de 1975. ¿Qué se debe hacer? 1. Investigación Do- cumental y testimonial de los hechos. 2. Agotarlavíadelde- recho interno, investigando si se hicieron las denuncias correspondientes por los ho- micidios, lesiones y desapa- recimiento forzoso de com- pañeras/os universitarios. 3. Agotada la instan- cia interna, acudir a la Co- misión Interamericana sobre Derechos Humanos, por vio- laciones a la Carta de la OEA y violaciones de la Conven- ción Americana sobre Dere- chos Humanos (también co- nocido como Pacto de San José, Costa Rica) (Sede: Washington. EE.UU) 4. La Comisión puede llevar el caso a la Corte Inte- ramericana de Derechos Hu- manos ( Sede actual Costa Rica). 5. Si la Corte deci- de que hubo violación de un derecho o libertad pro- tegidos por la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Corte Intera- mericana de Derechos Hu- manos dispondrá que se garanticen a las víctimas y familiares el goce de sus derechos conculcados. Dis- pondrá asimismo, si ello fuera procedente, que se re- paren las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la vulneración de estos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte lesionada”. HECHO: Represión de marcha estudiantil RESULTADO: 37 Muertos aproximadamente, heridos, desaparecidos (desconocido) LUGAR: 25 Avenida Norte, SS. Por Hospital ISSS FECHA: 30 julio de 1975 Por: Msc. Nelson Boanerges López Carrrillo Defensor de Derechos Universitarios Universitarios y estudiantes de sacundaria en la marcha que fue masacrada el 30 de julio de 1975.
  • 10. El Universitario 20/ Julio de 2008 Opinión Universitaria Conmemoración de la masacre del 30 de julio de 1975 Omar Palacios Miembro de Bases Para nosotros como estudiantes orga- nizados es importante tener presente la historia universitaria. Por ejemplo, aquel 30 de julio de 1975, en el que compañeros organizados salieron a protestar a las calles por las medidas represivas y por lo que siempre hemos estado luchando nosotros; un me- jor presupuesto justo para la universidad. Nuestro lema es: ni perdón ni olvido. Entonces, para nosotros como organizacio- nes es realmente importante rescatar y mantener la memoria histórica del 30 de julio de 1975. ¿Qué significó la masacre? Jaime Perla Juventud Roja, 8 de octubre Es el rescate de la memoria histórica no sólo de la universidad, sino de aquel momento que vivía el país en esas luchas, donde el pueblo deseaba salir adelante. Yo creo que es importante recordar a los compañeros que enaltecieron este tipo de luchas porque hasta hoy valen algunas de sus banderas de lucha, como bus- car la excelencia académica. Es importante para poder hacer una crítica constructiva a nuestra sociedad y generar un pen- samiento crítico para dar solución a problemáticas como la po- breza y el analfabetismo. Dagoberto Martínez UERS 30 Para mí es significativo e importante porque siguen vigentes las banderas de lucha de quienes participaron el 30 de julio de 1975. Yo pienso que no sólo hay que recordarlos, sino honrarlos en la práctica. Es decir, no perder los ideales, como estudiantes organizados y el espíritu revolucionario que ellos tenían. Uno de sus objetivos era defender la autonomía universitaria y dentro de este contexto es necesario reabrir un castigo pues, hasta ahora, esa masacre ha quedado impune. La importancia de conmemorar el 30 de julio Oswaldo Nataren FURD Dentro de las fechas que existen en la universidad y que son valiosas, existe la conmemoración del 30 de julio que marca una etapa impor- tante para el desarrollo del movimiento estudiantil de la época, por todo el contexto que englobaba en ese entonces a El Sal- vador. Retomarlo y conmemorarlo en estos días tiene mucho significado, porque contextualizamos un poco como está el movimiento estudiantil y como está el país. En ese sentido, no sólo realizamos el acto propiamente conmemorativo sino que también aprovechamos para demandar la situación del país. ¿Debería abrirse un proceso contra los culpables de la masacre del 30 de julio? Andrés Merino ASEIAS Es necesario y debería de ser obligatorio, pero mientras siga- mos con el gobierno actual no se puede hacer. Hay otras en- tidades que en el tiempo de la guerra fueron víctima de la vio- lación de sus derechos humanos y ellas si llevaron un juicio. Ahora bien, como este atentado fue contra el pueblo no se ha juzgado. Aquí en nuestro país el pueblo no tiene quien lo de- fienda, por eso por medio de la conmemoración damos a co- nocer que hay problemas y que no nos podemos quedar calla- dos, hay que seguir exigiendo porque se nos siguen violando nuestros derechos. Tenemos que recordar a los héroes que fueron masacrados vilmente por el gobierno de ese tiempo. Geraldo Najarro MURE 32 Es necesario castigar, porque los auto- res del crimen todavía siguen libres y ellos tienen que enfrentar la justicia. Creo que la Universidad está vinculada con esta justicia. La universidad tiene que pre- ocuparse por reabrir este caso y que los culpables sean casti- gados. Se cometió un atropello a los derechos humanos y es un crimen que a más de 30 años ha quedado impune. Pienso que si los autores de este crimen siguen vivos lo más correcto es hacerles un juicio.
  • 11. El Universitario Julio de 2008/ 21 Opinión Universitaria Br. Osiris Tejada Representante estudiantil Facultad de Ciencias Naturales y Matemática Básicamente nosotros le queremos dar un aspecto diferente en base a que los hechos empezaron a suceder desde el 25 y culminaron el 30. Entonces la impor- tancia es que también los estudiantes se den cuenta de todos los hechos que acontecieron y de todos los sucesos que pa- saron a partir de la masacre. La Comisión de Arte y Cultura de la Asamblea General Universitaria ha tenido la iniciativa de dar un aspecto diferente a esta conmemoración, como darle otra modalidad, una cuestión más formal, como más académi- ca, no que tenga miedo la gente de salir a la calle o que va a ir gente encapuchada y cosas así, sino que darle un tinte más académico una conmemoración diferente a la fecha. Miembros de la Asamblea General Universitaria (AGU) Br. Vladimir Jiménez Representante estudiantil Facultad de Ciencias Agronómicas La importancia es el hecho de mante- ner viva la historia y darle un realce di- ferente a esa conmemoración de los hechos que se dieron en el 75 que son prácticamente base del movimiento estudiantil en la universidad. Para el país, en primer lugar la importancia que tiene es que no tiene que volver a suceder, el hecho de que se asesinen estudiantes que en su momento estaban ejerciendo su dere- cho y que de alguna manera fueron reprimidos hasta el punto de ser asesinados, entonces la principal importancia de con- memorar esta fecha es recordarle a todas las autoridades, a la población en general que este tipo de hechos no tiene que volver a suceder. ¿Qué significa como estudiante trabajar en la conmemoración del 30 de julio? Sobrevivientes de la masacre del 30 de julio de 1975 Norma Guevara Concejal de la Alcaldía de San Salvador Nuestra generación, por lo menos de la que yo era parte, de la Socie- dad de Estudiantes de Educación, teníamos propósitos muy claros, creíamos que era un deber y ade- más un derecho de luchar por mejorar la calidad de la educación, abogamos por la democratización de la universidad y por recuperar la autonomía de la universidad que estaba intervenida. También, lu- chábamos por la calidad científica de la educación y por una educa- ción más liberadora en derechos humanos y también buscábamos que la universidad como ente capaz de analizar la realidad del país, pudiera dar alternativas para los sectores más humildes. La conmemoración del 30 de julio es importante por que vale la pena recordar y evitar que vuelva a ocurrir porque el olvido es malo. Vale la pena decir que esta gesta dejó una huella de conciencia al resto de la sociedad sobre los niveles terribles a los que la dictadura era capaz de llegar y entonces ese sacrificio ayuda a la toma de con- ciencia de que no se puede seguir callando cuando hay injusticia. ¿Cómo eran las organizaciones y asociaciones estudiantiles de la década de los 70 y 80? Roberto Cañas Docente de Ciencias Económicas Yo estoy convencido que el movi- miento de la década de finales de los 60 y 70 es uno de los movimien- tos estudiantiles que más le con- tribuyó al país en distintos niveles como la reflexión y elaboración de pensamiento alrededor del análisis de la realidad estudiantil, era un mo- vimiento permanentemente preocu- pado por su formación teórica. Era un movimiento que hacía honor a su lema de AGEUS que era estu- dio y lucha. Éramos estudiantes que además de estar organizados políticamente, muy inquietos sobre la realidad del país, pensando en lanzarnos a la lucha armada, también estudiábamos. El movimiento estudiantil de hoy tiene que ponerse en serio a estu- diar para que cuando puedan tener una participación sobre la reali- dad de la universidad o del país pueda ser una opinión fundamen- tada en un conocimiento teórico y sólido. Ellos, hoy a la luz del 30 del julio deben ser dignos herederos de la tradición de lucha del movimiento estudiantil universitario. El desa- fío que tienen es el de mejorar la capacidad de conocimiento, de análisis y de elaboración de pensamiento que se tuvo en aquella época.
  • 12. El Universitario 22/ Julio de 2008 Estudiantes, docen- tes y trabajadores de la Universidad de El Sal- vador fueron masacra- dos, durante una mar- cha, por elementos de la Guardia Nacional en 1975. La marcha salió de la UES sobre la 25 aveni- da norte y a la altura del puente, frente al edificio del Instituto Salvadore- ño del Seguro Social, fue brutalmente reprimida. Con la organización de la marcha, los estu- diantes repudiaban la represión militar im- puesta por la dictadura del Coronel Arturo Ar- mando Molina, presi- dente de la época. A 33 años de la ma- sacre estudiantil, El Universitario intenta que los estudiantes no olviden los hechos que marcaron a la juventud universitaria. Entrevista con el Li- cenciado Evaristo Her- nández, sobreviviente de la masacre y docente de la Facultad de Ciencias Económicas. Para el Li- cenciado Hernández la protesta en contra de la dictadura militar y el respeto a la autonomía universitaria se convir- tió en “una matanza, una masacre, un geno- cidio, que no hay forma de explicarlo humana- mente”. ¿En qué contexto se realiza la mar- cha del 30 de julio de 1975? La década del 70 es una etapa muy impor- tante en la vida política de El Salvador. La mo- vilización se da en un contexto donde el go- bierno iba desarrollan- do amplias y profundas formas de represión en contra del movimiento popular que había cre- cido. En el año de 1970 y 1971 surgen dos or- ganizaciones guerrille- ras (Fuerzas Populares de Liberación Farabun- do Martí FPL y el Ejér- cito Revolucionario del Pueblo) que tuvieron una manifestación per- manente en la vida po- lítica del país. En estos grupos participaban uni- versitarios que contaban un grado de conciencia social desarrollado y el único sitio en donde ex- ternaban sus ideas, por- que había un respiro de- mocrático en medio de una dictadura militar, era aquí en la Universi- dad. ¿Por qué surge un movimiento social tan fuerte en esa década? En la década del 60 se desarrolló en toda Centroamérica un Mo- delo de Sustitución de Importaciones o Mode- lo de Integración Cen- troamericana, eso fue un proceso de creación de un segmento exten- so de asalariados en zo- nas industriales donde surgen zonas como el Boulevard del Ejército, lo que antes eran cerros se transformaron en ur- banizaciones obreras. Con este modelo se engendró una serie de luchas, huelgas en em- presas como La Cons- tancia, Fabrica Aceros S.A, entre otras y se ace- leró la proletarización en el campo, extendién- dose los cordones de mi- seria en la ciudad de San Salvador. La posición en el seno de la izquierda era como cambiar la situación de la dictadura militar que se había mantenido du- rante mucho tiempo. El contexto en que se da la masacre, es tam- bién es el agotamien- to que produce en una sociedad una dictadura militar. Cuando pasa la masacre del 30 de julio, ya habían ocurrido otras como la de Chinamequi- ta y otros pueblos. Los jóvenes de ese período estábamos en la misma sociedad, respondíamos a esos hechos y nos sen- sibilizábamos. El contexto es de una lucha social en contra de una dictadura que va acelerando un proceso de respuesta represiva militar. ¿Qué motivó a realizar la mar- cha? La Universidad de El Salvador fue interveni- da en 1972 y la reabren con sus autoridades en el exilio y acusadas de comunistas. El 30 de julio de 1975 constituye un corte, por- que antes de ésta hubo represiones a marchas masivas, pero el 30 de julio marca una forma de lucha de masas ha- cia delante y una forma donde el régimen repri- me a las masas disparán- doles directamente. La dictadura mili- tar veía en cada civil un opositor militar y por eso se dan esas repre- siones como la del 30 de julio, porque ahí nos dispararon directamen- te, como que estaban ti- rándole a animales, no hubo un intento de ame- drentamiento, a tal gra- do que el profesor que estaba conmigo me dijo que eran balas de sal- va, las que disparaban. Probablemente él lo dijo para que yo me tranqui- lizara o porque él creía que eran balas de sal- va, no se podía imaginar que los soldados podían matar gente así. Esta Universidad constantemente era cer- cada por elementos mili- tares que pasaban arma- dos y disparaban hacia adentro. La idea que tengo de la marcha es que era una protesta en contra de la dictadura militar y por el respeto a la autono- mía universitaria, esas eran las consignas de lu- cha, el centro de nuestra atención era el respeto a la Universidad, a su au- tonomía y el incremen- to del presupuesto eran consignas invariables. ¿Cuál era la in- cidencia de la Universidad en el país? ENTREVISTA 30dejuliode1975 “El 30 de julio de 1975 volví a nacer” Por: Xochilt Escalante
  • 13. El Universitario Julio de 2008/ 23 ENTREVISTA 30 de julio de 1975 Esencial. … esencial. Yo siempre he sosteni- do que el sector políti- co de todo el país tiene una deuda no cancelada con la Universidad de El Salvador. Esta Uni- versidad no sólo es una institución emblemáti- ca, sino que es una ins- titución profunda en la historia de este país. Cuando yo ingresé, la Universidad ya tenía una trayectoria grandí- sima, no fue con noso- tros, los estudiantes de la época del 70 y 80 que la institución ha brilla- do, fue una época cru- cial para la U, pero no la única época y coyuntu- ra en que la institución ha brillado, porque por ejemplo, en los años 60 contribuyó al derroca- miento del Coronel José María Lemus, esta uni- versidad viene desde la huelga de brazos caídos acompañando al pueblo en contra del dictador Maximiliano Hernán- dez Martínez. Aquí se gestó con Fa- bio Castillo como can- didato a Presidente de la República, el derroca- miento del General Fi- del Sánchez Hernández. Cuando uno recuerda toda la incidencia de la Universidad se emocio- na porque es grande la historia de la Universi- dad. La institución en general ha tenido altos niveles de participación política y académica. ¿La masacre del 30 de julio, marcó a la juventud uni- versitaria? En gran parte del mo- vimiento estudiantil sí lo marcó, a mí me hizo más decidido. Yo me imagino que muchos eran ya estudiantes or- ganizados en estructu- ras estudiantiles que ya tenían algunos vínculos, no era la gran mayoría porque siempre las van- guardias se construyen con grupos pequeños. Yo comento que ese día, el 30 de julio de 1975 volví a nacer, por- que en realidad estuve bien cerca que me ma- taran y eso me hizo to- mar la decisión de orga- nizarme, porque como íbamos a permitir que sucediera, esto me dio más coraje y más fuer- za. Aunque hubo per- sonas que también co- mentan que decidieron ya no meterse en nada. La mayoría de perso- nas siguieron. ¿Quién convocó la marcha? La Asociación Gene- ral de Estudiantes Uni- versitarios AGEUS, porque cuando con- vocaba alguna orga- nización que no fuera AGEUS no íbamos, así de simple era. Todo te- nía que contar con el apoyo de AGEUS. La marcha se había planificado como una marcha pacífica ¿Dónde y cómo se desató la violencia? Era una marcha paci- fica, yo iba desarmado y muchos compañeros iban desarmados, inclu- so invité a un compañe- ro a que se integrara, lo que me imagino es que como ya había experien- cias de represión de ma- sas, probablemente mu- chos íbamos con alto grado de incertidumbre y de creer que lo que podía pasar era que nos dieran una apaleada, que los an- timotines nos agarraran y nos dieran una buena revolcada con gases lacri- mógenos, que nos metieran presos o termináramos con una costilla parti- da, pero ya la di- mensión de que te están tirando de manera directa, no lo imaginábamos. Algunos que tenían una per- cepción ya más aguda, probable- mente pensaron en protegernos cuando la guar- dia nos comenzó a disparar saltó un cóc- tel molotov que nos dio oportunidad de salir. ¿Cómo deben ser recordadas las víctimas del 30 de julio? Básicamente la gen- te del 30 de julio deben ser recordadas por sus ideales, más que el do- lor que se pueda sentir. Yo conocía a Roberto Miranda, el único que el gobierno reconoció como muerto, me con- mueve todavía recor- darlo porque él era un tipo muy sencillo, es- tuve en la vela de él en soyapango. Lo que mo- vió la marcha del 30 de julio fue la democracia, la oposición a la imbe- cilidad militar, a la so- lución dictatorial, a la represión contra el pue- blo, lo que influyó tam- bién fue el papel de la Universidad de hacerse respetar. Entonces, yo creo que la gente que mu- rió debe ser recordada así. Esa gente como muchos de nosotros sentimos que hay una deuda de esta socie- dad con la Universi- dad. Esta Universidad, a parte de los muertos del 30 de julio tiene, más muertos. En ese momen- to se conocie- ron cifras de los muertos, heridos o desaparecidos No, yo he visto un listado de nombres que llegan como a 25 pero me imagino que fueron más, porque yo pude ver un camión gran- de del ejército y lleva- ba una gran cantidad de gente adentro y eran más de 25. Nunca se co- noció cifras porque los únicos que se saben son los que dicen los fami- liares o conocidos, hay que averiguarlo. Son de los rasgos du- ros de la dictadura mi- litar, creo que la uni- versidad debió haber sido reconocida en los Acuerdos de Paz, por- que aquí sólo hubo dos instituciones del Esta- do que estuvieron en el conflicto el Ministerio de Defensa que por ley tiene que hacerlo y la Universidad que es un sector civil del Estado, que por los altos niveles de sensibilidad y de li- derazgo se involucró en el conflicto. ¿Deben ser juzga- das las personas responsables de esa masacre? Claro que sí, induda- ble, porque eso fue una matanza, una masacre, un genocidio, lo que pasó no tiene raciona- lidad, no hay forma de explicarlo humanamen- te, fue una imbecilidad militar, porque para el uso de la fuerza militar existen convenios para cuando hay confronta- ción armada, pero ahí éramos civiles desar- mados, no era para des- atar una barbarie de ese tipo. Quizás el mejor cali- ficativo para esta acción, es que fue una acción cobarde, con alevosía y ventaja se dieron los he- chos. Cuando se cumplen más de 3 décadas de los sucesos del 30 de julio de 1975, la comunidad universitaria, continúa esperando que los he- chos sean investigados y las personas respon- sables sean juzgadas ante la Ley. En el año de 1975 el Coronel Arturo Arman- do Molina era el Pre- sidente de la Repúbli- ca y el Coronel Carlos Humberto Romero, era el Ministro de Defensa, posteriormente fue Pre- sidente y derrocado en 1979. Elementos de la Guardia Nacional durante la masacre del 30 de julio de 1975.