2. TEXTO CLAVE
“En esto hemos
conocido el amor, en
que él puso su vida por
nosotros; también
nosotros debemos
poner nuestras vidas
por los hermanos”
1 Juan 3:16.
7. La gestión cristiana de la vida
involucra diversas áreas:
1. La mayordomía.
2. Los diezmos y ofrendas.
3. El cuidado de uno mismo.
4. El matrimonio.
5. Las relaciones laborales.
6. Los deberes cívicos.
7. La responsabilidad social.
“El Señor llama hoy a los cristianos, en todo lugar,
para que se consagren enteramente a él,
haciendo todo lo que esté a su alcance para su
obra, según las circunstancias en que se
encuentren.
Él desea verles mostrar, por medio de dones y
ofrendas generosas, cuánto aprecian sus
bendiciones y cuánta gratitud sienten por su
misericordia” Elena G. de White, Eventos de los últimos días, cap. 6, p. 70
8. “Somos mayordomos de Dios, responsables por el uso apropiado del tiempo y de las
oportunidades, capacidades y posesiones, y de las bendiciones de la Tierra y sus
recursos que Él colocó bajo nuestro cuidado. Reconocemos el derecho de propiedad de
parte de Dios, por medio del fiel servicio a Él y a nuestros semejantes, y devolviendo
los diezmos y dando ofrendas para la proclamación de Su Evangelio y para la
manutención y el crecimiento de Su iglesia. (Génesis 1:26-28; 2:15; Hageo 1:3-11;
Malaquías 3:8-12; Mateo 23:23; 1 Corintios 9:9-14)” (Creencia fundamental nº 21)
Suyas son todas las cosas, y
nos las ha dado a nosotros.
Debemos administrarlas
sabiamente viviendo vidas
útiles a Él, a nosotros mismos
y a los demás, mediante el
uso coherente de nuestros
talentos, tiempo y
posesiones materiales.
Ser mayordomos de Dios
implica reconocer el señorío
de Jesús sobre nosotros y
glorificarlo en nuestras vidas.
“De Jehová es la tierra y su
plenitud; el mundo, y los que
en él habitan” (Salmo 24:1)
“Porque habéis sido comprados
por precio; glorificad, pues, a
Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales
son de Dios” (1 Corintios 6:20)
9. Teniendo en cuenta que “Dios ama al dador alegre” (2 Corintios
9:7), el departamento de Mayordomía de la División
Norteamericana propuso los siguientes pasos sencillos para diezmar
alegremente:
Paso 1: Aceptar nuestra relación con Dios. Primero, la
verdadera adoración proviene solo de un
corazón que está en armonía con Dios. Por
eso, el primer paso es aceptar nuestra relación
con Dios.
Paso 2: Aceptar a Dios como Creador. El Creador provee
para todas nuestras necesidades, y
reconocemos esto en la devolución de nuestro
diezmo. Al buscar primero su Reino y su
justicia, elegimos vivir una vida nueva; y diezmar
nos ayuda a cambiar nuestras prioridades.
Paso 3: Renunciar a nuestra propiedad y aceptar la de
él. Adoramos a Dios con nuestro diezmo para
recordar que todo pertenece a él y que
necesitamos de su ayuda para administrar el
resto. De este modo, aceptamos nuestra
responsabilidad de supervisar con cuidado todos
los dones que él ha puesto a nuestro cuidado.
10. Teniendo en cuenta que “Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7),
el departamento de Mayordomía de la División Norteamericana
propuso los siguientes pasos sencillos para diezmar alegremente:
Paso 4: Reconocer el cuidado, la conducción y el amor de Dios. El diezmo que devolvemos a Dios
nos recuerda que él cuida de nosotros, y que, antes de que diezmemos, Él ya ha provisto
para todas nuestras necesidades diarias.
Paso 5: Aceptar que hemos de ser santos para Dios. Por cuanto Él es el Dueño y nosotros le
pertenecemos, nos hace santos y nos separa para su uso especial. Al diezmar,
reconocemos que cada parte
de nuestras vidas le pertenece.
Así, el diezmo es una confesión
de que también nosotros somos
"puestos aparte" para Dios.
Paso 6: Reconsagrar nuestras vidas a
Dios. Cuando aceptamos que el
diezmo es santo, que
pertenece a Dios, reconocemos
nuestra bendición al manejar lo
que es santo. Diezmar llega a
ser una oportunidad para una
reconsagración completa de
nuestras vidas a Dios.
11. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
(Mateo 22:29)
De estas palabras de Jesús (citadas de Levítico
19:18) se desprende que el primer paso para
amar a nuestros prójimos es amarnos a
nosotros mismos.
Somos tesoros de un valor incalculable y
debemos respetarnos y amarnos a nosotros
mismos.
Si te amas, querrás lo mejor para ti mismo, y lo mejor para ti es una
vida consagrada a Dios, una vida que refleje el carácter y el amor
de Dios, una vida que viva no para sí, sino para el bien de otros.
Pero, ¿por qué debemos amarnos a nosotros mismos? Porque Cristo
nos amó primero (1 Juan 4:9). Él nos da la vida (Juan 20:31) y nos
estima a cada uno como lo más precioso (Zacarías 2:8)
“sino, como aquel que os llamó es santo,
sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir” (1 Pedro 1:15)
12. “Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y
carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del
varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre
y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola
carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no
se avergonzaban” (Génesis 2:23-25)
Según la Escritura, el matrimonio es
una institución dada por Dios, en
que dos adultos de diferente género
hacen un pacto para compartir una
relación íntima y duradera. Es decir,
la Biblia marca un vínculo profundo
de unidad entre un hombre y una
mujer, con un sentido de
permanencia, fidelidad y confianza.
Como en la relación con Dios, la
relación entre los esposos debería
ser protegida en forma sagrada.
13. ¿Cómo debe comportarse el creyente
con su jefe o con sus empleados?
1. Como jefe o empleador:
Debe tratar a sus empleados con amor y respeto. “Y
vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las
amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en
los cielos, y que para él no hay acepción de personas”
(Efesios 6:9)
Debe retribuir su trabajo de forma justa. “He aquí, clama el
jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el
cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los
clamores de los que habían segado han entrado en los
oídos del Señor de los ejércitos” (Santiago 5:4)
2. Como empleado:
Realizar su trabajo como si lo hicieran para Jesús mismo.
“Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con
temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como
a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren
agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de
corazón haciendo la voluntad de Dios” (Efesios 6:5-6)
14. “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque
no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por
Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la
autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que
resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los
magistrados no están para infundir temor al que hace el
bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad?
Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor
de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no
en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador
para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario
estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino
también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis
también los tributos, porque son servidores de Dios que
atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que
debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al
que respeto, respeto; al que honra, honra” (Romanos 13:1-7)
16. “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre
mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado
a predicar buenas nuevas a los abatidos, a
vendar a los quebrantados de corazón, a
publicar libertad a los cautivos, y a los
presos apertura de la cárcel; a proclamar
el año de la buena voluntad de Jehová, y el
día de venganza del Dios nuestro; a
consolar a todos los enlutados; a ordenar
que a los afligidos de Sion se les dé gloria
en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar
de luto, manto de alegría en lugar del
espíritu angustiado; y serán llamados
árboles de justicia, plantío de Jehová, para
gloria suya”
(Isaías 61:1-3)
17. “Por medio de las relaciones sociales el
cristianismo se revela al mundo. Todo
hombre y mujer que ha recibido la divina
iluminación debe arrojar luz sobre el
tenebroso sendero de aquellos que no
conocen el mejor camino. La influencia
social, santificada por el Espíritu de Cristo,
debe servir para llevar almas al Salvador.
Cristo no debe permanecer oculto en el
corazón como tesoro codiciado, sagrado y
dulce, para que de él sólo goce su dueño.
Cristo debe ser en nosotros una fuente de
agua que brote para vida eterna y
refrigere a todos los que se relacionen con
nosotros”
Elena G. de White, El ministerio de curación, p. 396
18. REFLEXIÓN
• ¿Qué dice la Biblia acerca del vivir en forma práctica
la vida cristiana?
Dios ha dado talentos a sus hijos y
demostró, en la vida de Cristo, la
abnegación que lo caracterizó.
Sus hijos deben reflejar esa
benevolencia en el uso que hagan de
sus dones, y de sus recursos
personales y materiales.
19. EVALUACIÓN
• Además de devolver los
diezmos y dar
ofrendas, ¿qué otros
dones podemos entregar
a Dios?
20. APLICACIÓN
• ¿Qué hemos aprendido hoy?
• El cristianismo práctico es vivir y
administrar la vida de manera que
refleje nuestro amor a Dios y a
quienes nos rodean
• ¿Para qué nos servirá lo aprendido?
21. CREATIVIDAD
• Piensa en acciones que
pueden ir más allá de un
reconocimiento intelectual
de que Dios es el
propietario.
• Transfiere esta información
a tu corazón y a tus
acciones diarias.
• Ahora comienza a
ejecutarlas con oración.
22. Te invito a bajar y estudiar cada una de las
13 lecciones que tratan sobre el tema
“Crecer en Cristo”
Slideshare.net/chucho1943
ESTE SERVICIO ES GRATUITO Y PUEDES USARLO
Valioso para
GRUPOS PEQUEÑOS