la revelacion de jesucristo, estudio del libro Apocalipsis
Teología del siglo XX en Suiza: Charles Journet y su obra magna sobre la Iglesia
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TEOLOGÍA DEL SIGLO XX
SUIZA
—TEXTO Juan Luis Lorda
“DapenaqueeldoctorAngélico[SantoTomás
d Aquino], que tenía una devoción tan deli-
cada por la Iglesia y que ha formulado todos
los principios que aclaran su estructura in-
terior hablando en una parte, de Cristo, y en
otra,delossacramentos,nohaya compuesto
con este encuadre un tratado sobre la Iglesia
[…]. Las obras sobre la Iglesia que se hicieron
después[…]sepropusierondefenderlaauto-
ridad de la Iglesia al ser contestada, desde el
fin de la Edad Media, por el poder civil o por
las diversas formas de herejía. De forma que
las cuestiones que se recogen todavía hoy en
los diversos tratados de la Iglesia son princi-
palmente, por un lado, las que se refieren a
la jerarquía, es decir, al poder de orden y al
poderdejurisdicción;yporotro,alasmarcas
o notas que permiten reconocer la verdadera
Iglesia”: una, santa, católica, apostólica…
Así resume certeramente Charles Journet
la situación de la eclesiología, en el prólogo
del primer volumen de su Iglesia del Verbo
Encarnado (1943): “Las preocupaciones apo-
logéticas,ejerciendounainfluenciatanfuerte
en la organización del tratado sobre la Igle-
sia, desplazaban fuera los estudios más des-
interesadosyprofundossobrelaconstitución
íntima de la Iglesia. Pero estos son los temas
que interesan en esta época a los espíritus, y
selosempiezaaagruparenlostratadossobre
el Cuerpomístico de Cristo. Sería funestoque
sepensasequehaycomodostratadosteológi-
cosdistintos,unodedicadoalaorganización
jerárquica (El tratado sobre la Iglesia) y otro
a la vida profunda de los miembros de Cristo
(El tratado sobre el Cuerpo místico)”.
Un gran tratado sobre la Iglesia
ElempeñodeJournetvaaser,precisamente,
construiruntratadounitario.Vaadedicarel
primer volumen (1943) a todo lo que la tra-
dición teológica y canónica había recogido
sobre la potestad de orden y la potestad de
jurisdicción. El segundo volumen (1951), a
recoger todo lo que se había dicho en los úl-
Esteteólogosuizosurgiódeungranamor
alaIglesia,deunapasionadointerésporla
teologíaydeunaasombrosaperseveran-
ciaeneltrabajo. Avecesnohasidotenido
en cuenta por quienes han escrito histo-
rias de la teología demasiado simples.
RAZONES
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Charles Journet (1891-1975)
y la Iglesia del Verbo Encarnado
timosdeceniossobreelmisteriodelaIglesia
talycomoes(sualmaysucuerpo).Yelterce-
roalahistoriadelasalvación,dondelaIgle-
sia aparece como el misterio en el que Dios
convoca y salva a todos los hombres (1969),
bastante novedoso de planteamiento.
Este proyecto dio a Journet una visión pa-
norámica de la eclesiología y le permitió
integrar materiales de procedencia muy va-
riada.Siguesiendounvalormuyespecialde
este tratado. En su día, le quitó importancia
que empezara por lo más conocido: la jerar-
quía. Pero cuando se contempla el segundo
volumen (hoy dividido en dos en las obras
completas), La Iglesia del Verbo Encarnado.
II Su estructura interna y su unidad católica¸
especialmentesiserecorreelcuidadoíndice
de autores y temas, se tiene la sensación de
que está “todo” (en 1300 páginas), incluyen-
dofuentesprotestantesyortodoxas,griegas
y rusas.
Journetesungransintetizador,peronoun
simpleacumuladordemateriales.Hapensa-
do el sitio adecuado para cada tema, ha re-
llenadoloshuecos,ytienesupropiaopinión
de todo. Y aunque siente gran preferencia
teológica por Santo Tomás de Aquino, reco-
ge con interés tantas cosas que le parecen
valiosas. Nunca fue un hombre de escuela,
sino un hombre de Iglesia.
Una obra de referencia del Concilio
Esto hace que, en vísperas del Concilio
Vaticano II, resultara la obra de referencia
máscompleta.Además,laformacióntomista
de Journet, daba al conjunto un aire de doc-
trina teológica común. Se sabe que era uno
de los libros de cabecera de Pablo VI. Hay
evidentes paralelismos entre este volumen
y Lumen Gentium. Por ejemplo, sobre los
nombres y figuras de la Iglesia; o sobre los
distintosgradosdecomuniónyparticipación
en la vida de la Iglesia de las iglesias separa-
das,losmusulmanes,losjudíos,loshombres
de buena voluntad. También es de notar el
hermosocapítuloIII,LaVirgenenelcorazón
delaIglesia¸querecuerdalaintegracióndela
doctrinasobrelaVirgenenelúltimocapítulo
de Lumen Gentium.
EslógicoqueJournetfuerallamadoen1960
alacomisiónteológicapreparatoriadelCon-
cilio, aunque apenas pudo trabajar, debido
a su sordera. Tenía 69 años. Como firmaba
en sus libros, era simplemente un profesor
del Seminario Mayor de Friburgo, en Suiza.
Infancia y formación
Charles Journet nació en 1891 en Ginebra, y
fue bautizado en la parroquia del Sagrado
Corazón, a la que luego serviría como sa-
cerdote (1924-1975). Hay que saber que esa
parroquia se había instalado en un templo
masónico adaptado por los católicos fieles
a Roma, porque el gobierno había creado
una iglesia nacional católica con sacerdotes
casados y se había quedado con los templos
católicos.Lasituaciónsenormalizaría,pero
se comprende que para Journet la relación
entre las dos ciudades y la libertad religiosa
fueran temas importantes.
Sus padres regentaban una lechería; y pu-
sieron interés en que acudiera a la escuela
tanto en francés como en alemán, para que
dominara las dos lenguas. Ayudaba en la
lechería repartiendo los recados. Año tras
año,fueelprimerodelaclaseybastanteau-
todidacta.Aunque,alacabarelprimerciclo,
tuvo que ponerse a trabajar en un banco y
aprendióalgodefinanzas.En1907,murieron
con poco tiempo de diferencia su padre y su
única hermana. Sintió entonces la vocación
sacerdotaly,despuésdealgunasdudas,por-
que le tentaba ser cartujo, se decidió por el
seminariodiocesano.Pensabaqueasípodría
acompañar más a su madre. Le animaron a
que terminara antes el bachillerato y entró
en 1913. Tenía 22 años.
UnadesusprimeraslecturasfueelDiálogo
de Santa Catalina de Siena. Fue un encuen-
tro afortunado, porque el libro no estaba
destinado a los seminaristas. Lo leyó du-
rante toda la noche y le marcó para siem-
pre. Con Santa Catalina, repetirá que en la
Iglesianohaypecado,perohaypecadores.Y
siempre verá en la Iglesia una prolongación
de la Encarnación de Jesucristo. Le encan-
taba la frase de Bossuet: “Jésus répandu et
communiqué”; la Iglesia es Jesús expandido
y comunicado. También repetía que es “el
Evangelioquesigue”.Comotestimoniodesu
devoción,dedicarásugrantratado“ATomás
y Agustín, doctores, y a la virgen de Siena”.
Sacerdocio y encuentro con Maritain
Charles se ordenó en 1917 y comenzó el tra-
bajopastoralordinarioenvariasparroquias.
Se ocupó encantado de grupos de jóvenes,
obreros y acción católica, pero también le
gustaba el estudio. En 1919 falleció su ma-
dre (no le quedaba más familia) y pensó se-
riamente en hacerse dominico, pasando un
tiempodepruebaen1920.Leinteresabamu-
cho la doctrina de Santo Tomás.
En ese mismo año, había conocido por
casualidad a Jacques Maritain. Éste le reco-
mendó seguir en el clero diocesano, porque
tambiéneraunamaneradehacerpresenteal
Aquinate.Desdeentonces,mantendránuna
constante correspondencia donde se cuen-
tan sus proyectos y se mandan sus escritos.
Seconservanmuchoscientosdecartas,que
serán editadas en 6 volúmenes en las obras
completas de Journet. Para Journet, la rela-
ciónconlosMaritainsupusounaenormein-
yección de inspiración y aliento, además de
entrar en contacto con un tomismo abierto
y con capacidad de diálogo.
Constantes vitales
En 1924, por una vacante, el obispo le pidió
que se trasladara a Friburgo para ser profe-
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Paraseguirleyendo
El Mal
Charles Journet
284 páginas
Rialp
Madrid, 1965
Charles Journet.
Un témoin du
XXe siècle
433 páginas
Universidad de
Friburgo, 2002
Charles Journet
Guy Boissard
880 páginas
Salvator, 2008
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RAZONES CHARLESJOURNET
sor del seminario. Solicitará seguir los fines
desemanaconsulaborpastoralenGinebra.
Y eso hará en los siguientes cincuenta años
(1924-1970).Durantelasemana,viveenelse-
minarioydaclases deteologíadogmática;y
en los fines de semana, en la parroquia del
Sagrado Corazón de Ginebra, donde recibe
gente,llevadirecciónespiritual(conbastan-
tes conversos) y visita enfermos.
Desde 1925, organiza retiros a laicos du-
rante el verano (muchos en Ecogia) y pre-
dica para comunidades religiosas. También
esta actividad se prolongará casi cincuenta
años (1925-1974). Busca ciclos de temas que
puedan tener interés. Poco a poco, los que
asisten recomponen las sesiones y se crea
una colección de cuadernos que será una
sección de sus obras completas (Entretiens
sur…¸ Charlas sobre…). Están traducidas sus
charlas sobre la gracia y otro ciclo sobre el
Padrenuestro.
Además,desdelosprimerosaños,empieza
a intervenir en la prensa local, Le Courier de
Genève, y mantendrá esa presencia. Al prin-
cipio,setratadeasuntosdesagradables,por-
que son ataques de protestantes liberales.
Esto le inicia en la polémica. Y de ahí nace
su primer libro, Sobre el espíritu del protes-
tantismoenSuiza(1925),aunquedespuésno
legustaráeltonoynoserecogeensusobras
completas.
Cuando en 1965 Pablo VI lo hace cardenal,
pidepermisoparamantenerlasmismasocu-
paciones y sigue con la misma sotana. Con-
gar lo recuerda en el aeropuerto de Zúrich,
esperandoelvuelodeRomaenunaesquina,
con su viejo gabán y dos cruasanes, que se-
rían su cena: “Simplicidad absoluta de este
hombrealqueelcardenalatonohacambiado
en nada” (16 de noviembre de 65).
Pero falta un elemento importante.
Nova et vetera
Preocupado por promover una cultura ca-
tólica en la suiza francófona, en 1926 funda
conotrocompañerosacerdote,ysinmedios,
una revista de pensamiento cristiano, Nova
et vetera, que dirigirá hasta su muerte. Son
cientos de artículos y allí se forjan sus re-
flexiones, su tratado y sus ensayos.
La revista afronta cuestiones de filosofía y
teología, recensiona libros y se interesa por
la literatura y el arte. Journet siente que el
arteesunadelasaperturasnaturalesdelser
humano hacia la trascendencia y tiene una
visiónpositivadelartemoderno.Además,le
proporcionacontactoscongentemuyvaria-
da(Strawinsky,porejemplo)yuninteresante
campo de apostolado personal.
La revista afronta las grandes cuestiones
político-religiosas que se van presentando
con la emergencia de los totalitarismos, la
guerra de España y la guerra mundial. Jour-
net es una de esas personalidades que des-
puésesunhonorhabertenido,aunqueensu
día no resultaran cómodas. Defiende que la
neutralidad(suiza)nopuedeseralpreciode
callar. Lamenta las cesiones del régimen de
Vichy ante los nazis, entregándole miles de
judíosextranjeros.Protestacontraelantise-
mitismo que le parece profundamente anti-
cristiano.Todoesreunidoenunvoluminoso
libro sobre las Exigencias cristianas en polí-
tica, con artículos entre 1935 y 1945 (he ma-
nejadounejemplarquepertenecióaMichael
Schmaus).Yloharecordadooportunamente
su biógrafo, Guy Boissard en una monogra-
fía: Quelle neutralité face a l’horreur? (¿Qué
neutralidad ante el horror?). También se re-
fleja en su ensayo Destinos de Israel (1945).
Todo esto le produce una profunda expe-
riencia del mal en la historia; también lo co-
noceenlosdramasinterioresdelaspersonas
que atiende. Sus reflexiones (que comparte
con Maritain) le llevan a un gran ensayo So-
bre el mal (traducido al castellano), que será
una de sus obras más difundidas.
Además, merece destacarse una Introduc-
ción a la Teología (1947), un ensayo sobre la
apologéticadePascal(VeritéduPascal,1951),
un Esbozo de desarrollo del dogma mariano
(1954), un ensayo sobre la revelación y su
transmisión (Le Message révelé, 1963) y tres
ensayossobrelaEucaristía:Lapresenciasa-
cramental de Cristo; La Misa, presencia sa-
cramental de la cruz; y El misterio de la Eu-
caristía.
Amigos y discípulos
Journetteníaunpúblicofiel.Eraunsacerdo-
tepiadosoquesecreíaloquepredicabayes-
pecialmente tenía una gran fe en la Eucaris-
tía.SusMisasresultabanunpocolargaspara
losqueteníanprisa(45minutos);tambiénse
alargaba un poco en la homilía; y lo mismo
en clase, porque quería completar las cosas,
como en los libros. Era un profesor un poco
despistado(alfinal,tambiénunpocosordo)y
muyacogedor.Procurabaemplearunidioma
accesible y tenía una sencillez desarmante.
Creía que la teología es para transmitir la fe
almundo,yhacíatodoloquepodía,conuna
chispa de humor.
Undía,alllevarlosoriginalesdelarevistaa
laimprenta,seresbalóenunaplacadehielo,
tuvo una mala caída y murió a consecuen-
ciadelascomplicaciones.Enunabrevenota,
que quería ser su testamento, declaró una
vez más su amor a la Iglesia. Fue enterrado
entierraenlaCartujadelaValsainte,donde
le gustaba retirarse y donde en su juventud
había pensado entrar.
Dejó un amplio número de admiradores
que formaron la Fundación Charles Jour-
net, que se ocupa de la edición de sus obras
y la promoción de su pensamiento. Entre
otros, el cardenal Cottier, amigo y discípulo
suyo, que le sucedió en la dirección de Nova
etVetera;GuyBoissard,autordelabiografía
másconsistenteydirectordeotrostrabajos;
y Pierre Émonet, que compuso un hermoso
“retrato interior”. A ellos les debo los datos
biográficos.
Cabeañadirqueseestápreparandoelpro-
cesodebeatificación.Tambiénsepodríaaña-
dir que el otro teólogo suizo famoso en el si-
glo XX ha sido Hans Küng. n
Charles Journet
TEÓLOGO SUIZO
(1891-1975)
“Las preocupaciones
apologéticas desplazaban
fuera los estudios más
profundos sobre la
constitución íntima de la
Iglesia. Pero estos son los
temas que interesan en esta
época a los espíritus”.
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