DESDE LA PERFECCIÓN DE LA SENCILLEZ EN: “REVELACIONES EN EL
TORRENTE VIALES”, SE IRÁ A UNA CERNIDA ETERNIDAD
En esta noche de frío otoñal, he terminado de leer esta apasionante novela del
escritor Mario Esparza: “Revelaciones en el Torrente Viales”. Mario se ha
transformado en un amigo de rutas, sueños, esperanzas, y utopías con las
cuales comulgamos. Yo conocí a este escritor, hace ya unos años, en el
“Encuentro de Escritores de la Montaña”, que organiza otro gran amigo y
compañero, César Retamal Pezo, en la ciudad de Curacautín. Allí, en ese
espectáculo de ríos, bosques, nieve, lluvias, vientos y montañas lo conocí. Con
Mario nos destinamos en un extenso diálogo acerca de la realidad Mapuche; él
era un libro abierto para introducirnos de mejor manera en el tema.
Ese encuentro literario, fue una jornada extraordinaria que nos proporcionaba la
vida, reencontrarnos con viejos y nuevos amigos, después de viajar varios
kilómetros, desde la ciudad de La Serena a Curacautín.
Hoy, al confiarme estas palabras preliminares, me lo está señalado. En esta
novela, y otros textos que me ha permitido compartir, como “Un Andén de
sueños”, lo reconozco y lo admiro: “Caudal Chileno”, “Cascada Otoñal”,
“Horizontes”; y textos poéticos tan expresivos y emotivos como: “Esbozo de
lluvia”: “Al son de titilantes/ raíces,/ y llanos techos;/ desde La Esperanza/ a La
Paz,/ desde La Paz/ a La Esperanza:/ nubes y vientos/ en celeste Araukanía”.
O bien, en “Esbozo-de-lluvia”: “Esbozando un trenzar/ de lluvia fecunda y altiva,/
con trino copihual,/ araucaria y canelo;/ y diseminando surcos/ de vigor y
acuarela;/ mientras la lluvia/ tañe el cristal hogareño...” Nos transmite en estos
textos poéticos, lo que será la introducción y antesala de lo que encontraremos
en su prosa poética, amalgamada en: “Revelaciones en el torrente Viales”.
Pero lo que nos ocupa en esta ocasión será, precisamente esta
novela, que si bien es cierto, que la mayoría de los personajes establecidos por
Mario son ficticios, nos está reflejando las vidas de otros que sí existieron,
caminaron, soñaron, cuando: “Afuera, el viento rodaba las primeras hojas del
otoño y el gris de la tarde era eco en los ojos de don Joan…”
Es sin duda un texto revelador de tiempos pasados, con personajes tan
nuestros como Francisco, y también otros a manera: Edelmira y Leopoldo,
hombre jubilado del ferrocarril, quienes vivían en lo que fue un día una
concurrida estación de trenes, espacio que les permitía las reuniones de todos
sus amigos. Emiliano, el último amigo en el girar literario de don Joan, que vivía
en una casa de concreto y madera, cerca de una cuadra de la plaza y que en el
primer piso, en su parte frontal sostenía una librería, que la atendía diariamente;
Wladimir, a quien le gustaba jugar ajedrez los fines de semana con su viejo
amigo Emiliano. Todos personajes ficticios, que con el correr de la pluma del
escritor en las páginas en blanco, se transformarán en personajes cotidianos de
cada uno de nuestros barrios.
Herminia, la servicial Herminia, que trae yuxtapuesto a ella la esperanza, la
magia, el amor, por lo cual vale la pena vivir, el florecimiento de las primaveras; y
junto a ella, Rebeca, quien es de mediana estatura, con su largo y rizados
cabellos azabache, casi tocando el verdor sinuoso de sus caderas; ella daba todo
un espectáculo a los ojos de don Joan. Todo esto y ellos –cada unos de los
personajes-, se sitúan en el presente, con la sana intención de proyectarse en el
futuro, por medio de las nuevas generaciones, hijos de sus hijos: Ernesto Viales,
que regresaba con sus dos hijos del viejo mundo, después de veinte y cinco años.
Ernesto que era él único hijo de Francisco Viales, muerto bajo el régimen militar, y
hermano de Don Joan Viales.
Pero hay otros personajes oscuros, que deambulan en la tenebrosidad de la
noche en estos “Torrentes Viales”, y que no son dignos de perpetuarlos en estas
líneas y que el escritor los trata tangencialmente con una suave plumada de tintas
sobre todo muy humanas, indelebles para muchos; porque quizás, no merezcan
más que eso, una débil línea escritural para conocerlos tal cual fueron y son, y
retratarlos; saber cómo se comportaron y quiénes eran… Fieles reflejos de los
judas modernos de este siglo, que venden a cualquier precio a sus hermanos, por
un trozo de poder o maledicencia, incubados en sus mezquinas almas, durantes
los expresivos años sesenta y principios del setenta. No obstante, como
aparecieron desparecieron, o se ocultaron en las telarañas de sus míseras
existencias, en las licencias que permite y da la noche, porque para el día, y los
amaneceres sus figuras son indignas y procaces.
Es una novela conmovedora, apasionante, histórica, poética, y de futuro, que nos
trae los aromas de los huertos; los bosques frondosos del sur; las chimeneas de las
casas.
La naturaleza del sur le ayuda a encontrar la naturalidad de la inspiración. Creo que
es tremendamente importante el escenario ambiental -describe tu aldea y
describirás el mundo-. Toda simplicidad en Mario, es el coloquio con la naturaleza,
con el ser humano, que es su puerta natural. Desde la perfección de lo sencillo irá a
una cernida eternidad.
Hoy después de la lectura de varios días en la biblioteca de mi casa, me he
nombrado en la soledad de mis reflexiones en el custodio, el portero de esta
novela, “Revelaciones en el torrente Viales”, porque cuidaré escrupulosamente
cada una de sus páginas y seré el encomendado para abrir las puertas de este
sorprendente libro al lector apasionado, sólo apasionado y que goce con el arte de
leer un buen libro, marcado por la sinceridad, y la disímil sencillez que nos hablara
José Martí.
Luis E. Aguilera
Director Nacional
Sociedad de Escritores de Chile
Presidente
Sociedad de Escritores de Chile (SECH),
Filial Región de Gabriela Mistral-Coquimbo
Altos de peñuelas
La Serena - Chile
La obra poética de Mario Esparza, HORIZONTES, que he tenido la posibilidad de
leer, sin lugar a dudas, que remite a un autor que privilegia el entorno geográfico y la
nostalgia en su accionar creativo. Ello se percibe ya claramente en el título que le ha
dado a este grupo de poemas, en donde se nos muestra al poeta que nos habla de
un espacio abierto, donde cohabitan desde las partículas que constituyen nuestro
aire cotidiano con el altísimo árbol de la araucaria, con la belleza y volumen de lo que
es la cordillera de Los Andes. También habita allí en este escenario título, la
vastedad del afecto por el prójimo-otra que hace que la vida sea mucho más grata y
alegre, sobre todo para el acto de creación poética.
La poesía de Mario Esparza, es una prolongación de sí mismo. Textos extensos y de
muy pocas sílabas, que señalan el camino que ha debido transitar, no es ni ha sido
fácil. El sol, los amaneceres en medio de la montaña, el transito de las aguas en los
esteros, todo ello es una muestra de lo que es la vida.
Aquí también el amor tiene un lugar importante en la creación. El poeta se deja llevar
por la alegría que significa abrir una puerta hacia un jardín, donde los soles y las
aguas hacen brotar una vida nueva, que deslumbrará por esa primavera, que la
palabra poética trae hasta esta casa, que nos invita a visitar el poeta Mario Esparza.
Hugo Alister Ulloa
Poeta
Temuco, primavera de 2003
IMÁGENES Imágenes de Verlaine
a su Canción de Otoño,
imágenes de Eminescu
Imágenes de Teillier a su Lucero.
a su Lunes en Calafell, ¡Son imágenes
imágenes de Juvencio que toco,
a su Tratado del Bosque. por este lírico camino,
Voy recibiendo ecos son imágenes
de arcas siderales de hermanos poetas
y voy descubriendo y sus poemas,
el clamor de un pueblo de todos los tiempos,
olvidado... a un horizonte
Imágenes de Teócrito y Virgilio sustancial y acogedor
a sus églogas. de amadas flores
... las colinas y flameantes sellos!
de aquel poeta
no han muerto
¡viven en las imágenes
de estas letras,
que ha esta hora cantan!
Imágenes de miradores
mágicos,
por una antigua ruta,
que otro poeta
en sus días versó;
y suben ya hasta lo más alto,
para caer en lluvia púrpura
sobre el equinoccio de tu pecho.
MÁS ALLÁ
Más allá
de los plomizos techos, ¡Qué irradiante frescura
más allá se presenta a esta hora!
del rosal enamorado; frescura de tu piel
se declaran las aureolas que me cautiva
celestes y frescura de letras
que me hacen danzantes.
comprender Más allá de los plomizos
el paisaje frenético techos,
de este raudo verso. más allá del rosal
Se entusiasma la calle enamorado;
por donde avanzan rozando hermosamente
sentimentales gestos; contigo,
y veo tu nombre esta locura de aureolas
escrito sobre los montes y besos.
y tu figura
relampagueando
en el horizonte.
a imperante caldera;
TREN DEL ALMA y lumbre de ganados, verdores de bosques
ríos y trigales, y miradas de pueblos;
Constelada música remueven el candor y así te recuerdo
del tren de sus metales; tren del alma,
allá en el horizonte, ya por Perquenco, envolviendo cantares
con su armonía ya por Lautaro. de carreras y sentimientos...
de bielas; Corre y corre y así te recuerdo
y espirales llamas el tren amoroso, tren del alma
del maquinista con su armonía de bielas con la imagen
y el fogonero y sus vagones de mi padre
por su familia. de alborada: sobre los nervudos
Corre y corre a sombras de humo, durmientes
el tren a vapor robusto; y nostálgicos
entre pintados dejando atrás rieles de acero.
campos; puentes del ensueño,
pala y pala,
y titilantes carbones
en espléndida marcha.
Ruborosas mañanas,
tardes y noches,
LATIDOS
La cuna La cuna toca;
toca al roble y muy poco sabe,
para contarle que entre el roble
sus sueños; y las alas: se tejen mil cosas,
ya que hondo, se tejen mil nada.
laten deseos;
de siquiera un pedazo
de luna concreta,
de siquiera una mirada
y clavar su beso;
¡pero tantos bronces cerrados!
a océano confuso,
a juego de jungla
y vaivenes infestos
¡todo para alcanzar
un pedazo de luna
blanca querida!
y dejar el frenético
pedregal,
que hace rodar paños
de nieblas y risas.
y el arco iris
VIOLINES DEL AMOR
que surge de tu mirada.
Violines en Canon Amor, amor en violines,
de Pachelbel se emocionan
trayendo memoranzas, las verdes puertas;
violines en el tejado mientras el sol
pincelando tu cara. recita
Vibrante en el compás a los hontanares
sobre la montaña: de la tierra.
veo los fieles rostros Ya las sustancias
de los que siempre del final,
estuvieron conmigo; me hacen aún más
y las veredas volar;
en las que subrayé y me voy a tu corazón,
alegrías y tristezas. a decirte amor;
Aletean grandes sentimientos y estrechar el hoy,
en este aire de violines. el hoy de nuestra voz
Huelo ahora el perfume desde esta refrescante
de tu cuerpo que me llama, montaña
de violines del amor.
PAÑUELOS BLANCOS
¡A romper
cuánto muro,
limitase tu mente!
navegamos en días
de soles marchitos.
Poeta, amigo:
caminante de letras
subterráneas,
que por años clamando
justicia...
y de ellos, cuántos
se perdieron en el olvido
... de lejos, un llanto
en pañuelos blancos,
de lejos, nos dejan
el símbolo de su andar herido.
Los poemas compartidos
viejo amigo
en aquellos pañuelos idos:
¡jamás mueren!
en la tierra del poeta,
que sigue recordando
a su destrozado hermano.
CANTAR DE ADIÓS Te miro emocionado
Te miro a los ojos a los ojos;
querida amiga, allá fueron los años
en este día de carreras y poemas,
en que me voy lejos... poemas que los siento
ya la senda con el aire y mis venas,
espera mis pasos que llevan
y la mar mi velero. el agua soñadora
Abrazo llanas y la sustancial tierra.
voces Adiós, querida amiga
de este lugar de confidencias
de caseríos y hierbas; y ritos;
mira lo compartido ya no me quedan
ayer en la dicha más palabras
y mira lo compartido sino gestos de cariño;
ayer en la pena. el sol traerá otro día
La montaña a este lugar
queda en su nube; de caseríos y hierbas;
y mi voz y yo quizás en mi velero
llega hasta la pradera. esté de aquí,
ya muy lejos.
AROMA DE NOBLEZAS
Excelsos lirios del piano,
excelsas estelas amorosas:
aroma de noblezas.
... y así el taller de mi padre
y el velar de mi madre;
y el ventanal de onduladas plantas;
y el abril de tu cara;
y el ameno crecer de la mañana.
El sol, ya entre blancas nubes,
acariciando auroras;
y tú sigues animosa
y tú eres maravillosa.
Fotografía de Cristian Rodríguez D., Intercomuna
¡Oh, frutales que vienen!
y las riquezas del misterio
en este aroma de noblezas;
y te estrecho amor
en el hondo concierto;
y estrecho las estaciones
que vienen con su mar;
aquí en la estación del ramal,
del ramal de antiguos trenes
hacia la cordillera solemne
¡tan bella como tú!
en este aroma de noblezas
de excelsos lirios del piano
y excelsas estelas amorosas.
SUEÑO DE AMOR
Estos árboles,
Volarán golondrinas
que ahora palpan
a tus puentes
mis ventanas,
con todas sus alegres
provienen
mañanas.
de un sueño,
Las lluvias y el aire
de un sueño de amor
de la ternura
ayer en la fuente.
recibirán en sus corceles
... y niños y viejos
el triunfo final del amor
en manos al cielo;
sobre el odio y la violencia;
y las madrigueras
y todos iguales en resplandor,
del buen soldado
compartiendo en una gran
cantarán el sentir,
mesa,
que fue del huérfano
un himno de paz eterna,
y la viuda.
más tu mano y mi mano
Los caudales que
en un mismo poema,
llevan
un gran emblema del amor,
bondades e inocencias
por un fraternal
se encontrarán felices
mundo nuevo.
en el río vivificante
del amor.
ÁUREA NOCHE
Es tan áurea
tu imagen
sobre el verdor
de esta tibia noche;
y bajo esta luna
de enero, que el valle
luce encantado
con sus ñirres
y vendavales líricos.
Canto, miro y te beso
en el sentir volátil
de tu cuerpo en mi cuerpo.
Amada mía,
es tan bella esta noche
con tus caderas y sonrisas;
yo siento, que esta noche
va muy alto nuestro fuego;
y libres, enamorados,
la noche va acogiendo
nuestros amorosos frutos,
entre estos iluminados ñirres
y deleitables vendavales líricos.