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Revelaciones en el torrente viales

  1. REVELACIONES EN EL TORRENTE VIALES Mario Esparza
  2. DESDE LA PERFECCIÓN DE LA SENCILLEZ EN: “REVELACIONES EN EL TORRENTE VIALES”, SE IRÁ A UNA CERNIDA ETERNIDAD En esta noche de frío otoñal, he terminado de leer esta apasionante novela del escritor Mario Esparza: “Revelaciones en el Torrente Viales”. Mario se ha transformado en un amigo de rutas, sueños, esperanzas, y utopías con las cuales comulgamos. Yo conocí a este escritor, hace ya unos años, en el “Encuentro de Escritores de la Montaña”, que organiza otro gran amigo y compañero, César Retamal Pezo, en la ciudad de Curacautín. Allí, en ese espectáculo de ríos, bosques, nieve, lluvias, vientos y montañas lo conocí. Con Mario nos destinamos en un extenso diálogo acerca de la realidad Mapuche; él era un libro abierto para introducirnos de mejor manera en el tema. Ese encuentro literario, fue una jornada extraordinaria que nos proporcionaba la vida, reencontrarnos con viejos y nuevos amigos, después de viajar varios kilómetros, desde la ciudad de La Serena a Curacautín. Hoy, al confiarme estas palabras preliminares, me lo está señalado. En esta novela, y otros textos que me ha permitido compartir, como “Un Andén de sueños”, lo reconozco y lo admiro: “Caudal Chileno”, “Cascada Otoñal”, “Horizontes”; y textos poéticos tan expresivos y emotivos como: “Esbozo de lluvia”: “Al son de titilantes/ raíces,/ y llanos techos;/ desde La Esperanza/ a La Paz,/ desde La Paz/ a La Esperanza:/ nubes y vientos/ en celeste Araukanía”.
  3. O bien, en “Esbozo-de-lluvia”: “Esbozando un trenzar/ de lluvia fecunda y altiva,/ con trino copihual,/ araucaria y canelo;/ y diseminando surcos/ de vigor y acuarela;/ mientras la lluvia/ tañe el cristal hogareño...” Nos transmite en estos textos poéticos, lo que será la introducción y antesala de lo que encontraremos en su prosa poética, amalgamada en: “Revelaciones en el torrente Viales”. Pero lo que nos ocupa en esta ocasión será, precisamente esta novela, que si bien es cierto, que la mayoría de los personajes establecidos por Mario son ficticios, nos está reflejando las vidas de otros que sí existieron, caminaron, soñaron, cuando: “Afuera, el viento rodaba las primeras hojas del otoño y el gris de la tarde era eco en los ojos de don Joan…” Es sin duda un texto revelador de tiempos pasados, con personajes tan nuestros como Francisco, y también otros a manera: Edelmira y Leopoldo, hombre jubilado del ferrocarril, quienes vivían en lo que fue un día una concurrida estación de trenes, espacio que les permitía las reuniones de todos sus amigos. Emiliano, el último amigo en el girar literario de don Joan, que vivía en una casa de concreto y madera, cerca de una cuadra de la plaza y que en el primer piso, en su parte frontal sostenía una librería, que la atendía diariamente; Wladimir, a quien le gustaba jugar ajedrez los fines de semana con su viejo amigo Emiliano. Todos personajes ficticios, que con el correr de la pluma del escritor en las páginas en blanco, se transformarán en personajes cotidianos de cada uno de nuestros barrios.
  4. Herminia, la servicial Herminia, que trae yuxtapuesto a ella la esperanza, la magia, el amor, por lo cual vale la pena vivir, el florecimiento de las primaveras; y junto a ella, Rebeca, quien es de mediana estatura, con su largo y rizados cabellos azabache, casi tocando el verdor sinuoso de sus caderas; ella daba todo un espectáculo a los ojos de don Joan. Todo esto y ellos –cada unos de los personajes-, se sitúan en el presente, con la sana intención de proyectarse en el futuro, por medio de las nuevas generaciones, hijos de sus hijos: Ernesto Viales, que regresaba con sus dos hijos del viejo mundo, después de veinte y cinco años. Ernesto que era él único hijo de Francisco Viales, muerto bajo el régimen militar, y hermano de Don Joan Viales. Pero hay otros personajes oscuros, que deambulan en la tenebrosidad de la noche en estos “Torrentes Viales”, y que no son dignos de perpetuarlos en estas líneas y que el escritor los trata tangencialmente con una suave plumada de tintas sobre todo muy humanas, indelebles para muchos; porque quizás, no merezcan más que eso, una débil línea escritural para conocerlos tal cual fueron y son, y retratarlos; saber cómo se comportaron y quiénes eran… Fieles reflejos de los judas modernos de este siglo, que venden a cualquier precio a sus hermanos, por un trozo de poder o maledicencia, incubados en sus mezquinas almas, durantes los expresivos años sesenta y principios del setenta. No obstante, como aparecieron desparecieron, o se ocultaron en las telarañas de sus míseras existencias, en las licencias que permite y da la noche, porque para el día, y los amaneceres sus figuras son indignas y procaces.
  5. Es una novela conmovedora, apasionante, histórica, poética, y de futuro, que nos trae los aromas de los huertos; los bosques frondosos del sur; las chimeneas de las casas. La naturaleza del sur le ayuda a encontrar la naturalidad de la inspiración. Creo que es tremendamente importante el escenario ambiental -describe tu aldea y describirás el mundo-. Toda simplicidad en Mario, es el coloquio con la naturaleza, con el ser humano, que es su puerta natural. Desde la perfección de lo sencillo irá a una cernida eternidad. Hoy después de la lectura de varios días en la biblioteca de mi casa, me he nombrado en la soledad de mis reflexiones en el custodio, el portero de esta novela, “Revelaciones en el torrente Viales”, porque cuidaré escrupulosamente cada una de sus páginas y seré el encomendado para abrir las puertas de este sorprendente libro al lector apasionado, sólo apasionado y que goce con el arte de leer un buen libro, marcado por la sinceridad, y la disímil sencillez que nos hablara José Martí. Luis E. Aguilera Director Nacional Sociedad de Escritores de Chile Presidente Sociedad de Escritores de Chile (SECH), Filial Región de Gabriela Mistral-Coquimbo Altos de peñuelas La Serena - Chile
  6. HORIZONTES Mario Esparza
  7. La obra poética de Mario Esparza, HORIZONTES, que he tenido la posibilidad de leer, sin lugar a dudas, que remite a un autor que privilegia el entorno geográfico y la nostalgia en su accionar creativo. Ello se percibe ya claramente en el título que le ha dado a este grupo de poemas, en donde se nos muestra al poeta que nos habla de un espacio abierto, donde cohabitan desde las partículas que constituyen nuestro aire cotidiano con el altísimo árbol de la araucaria, con la belleza y volumen de lo que es la cordillera de Los Andes. También habita allí en este escenario título, la vastedad del afecto por el prójimo-otra que hace que la vida sea mucho más grata y alegre, sobre todo para el acto de creación poética. La poesía de Mario Esparza, es una prolongación de sí mismo. Textos extensos y de muy pocas sílabas, que señalan el camino que ha debido transitar, no es ni ha sido fácil. El sol, los amaneceres en medio de la montaña, el transito de las aguas en los esteros, todo ello es una muestra de lo que es la vida. Aquí también el amor tiene un lugar importante en la creación. El poeta se deja llevar por la alegría que significa abrir una puerta hacia un jardín, donde los soles y las aguas hacen brotar una vida nueva, que deslumbrará por esa primavera, que la palabra poética trae hasta esta casa, que nos invita a visitar el poeta Mario Esparza. Hugo Alister Ulloa Poeta Temuco, primavera de 2003
  8. IMÁGENES Imágenes de Verlaine a su Canción de Otoño, imágenes de Eminescu Imágenes de Teillier a su Lucero. a su Lunes en Calafell, ¡Son imágenes imágenes de Juvencio que toco, a su Tratado del Bosque. por este lírico camino, Voy recibiendo ecos son imágenes de arcas siderales de hermanos poetas y voy descubriendo y sus poemas, el clamor de un pueblo de todos los tiempos, olvidado... a un horizonte Imágenes de Teócrito y Virgilio sustancial y acogedor a sus églogas. de amadas flores ... las colinas y flameantes sellos! de aquel poeta no han muerto ¡viven en las imágenes de estas letras, que ha esta hora cantan! Imágenes de miradores mágicos, por una antigua ruta, que otro poeta en sus días versó; y suben ya hasta lo más alto, para caer en lluvia púrpura sobre el equinoccio de tu pecho.
  9. MÁS ALLÁ Más allá de los plomizos techos, ¡Qué irradiante frescura más allá se presenta a esta hora! del rosal enamorado; frescura de tu piel se declaran las aureolas que me cautiva celestes y frescura de letras que me hacen danzantes. comprender Más allá de los plomizos el paisaje frenético techos, de este raudo verso. más allá del rosal Se entusiasma la calle enamorado; por donde avanzan rozando hermosamente sentimentales gestos; contigo, y veo tu nombre esta locura de aureolas escrito sobre los montes y besos. y tu figura relampagueando en el horizonte.
  10. a imperante caldera; TREN DEL ALMA y lumbre de ganados, verdores de bosques ríos y trigales, y miradas de pueblos; Constelada música remueven el candor y así te recuerdo del tren de sus metales; tren del alma, allá en el horizonte, ya por Perquenco, envolviendo cantares con su armonía ya por Lautaro. de carreras y sentimientos... de bielas; Corre y corre y así te recuerdo y espirales llamas el tren amoroso, tren del alma del maquinista con su armonía de bielas con la imagen y el fogonero y sus vagones de mi padre por su familia. de alborada: sobre los nervudos Corre y corre a sombras de humo, durmientes el tren a vapor robusto; y nostálgicos entre pintados dejando atrás rieles de acero. campos; puentes del ensueño, pala y pala, y titilantes carbones en espléndida marcha. Ruborosas mañanas, tardes y noches,
  11. LATIDOS La cuna La cuna toca; toca al roble y muy poco sabe, para contarle que entre el roble sus sueños; y las alas: se tejen mil cosas, ya que hondo, se tejen mil nada. laten deseos; de siquiera un pedazo de luna concreta, de siquiera una mirada y clavar su beso; ¡pero tantos bronces cerrados! a océano confuso, a juego de jungla y vaivenes infestos ¡todo para alcanzar un pedazo de luna blanca querida! y dejar el frenético pedregal, que hace rodar paños de nieblas y risas.
  12. y el arco iris VIOLINES DEL AMOR que surge de tu mirada. Violines en Canon Amor, amor en violines, de Pachelbel se emocionan trayendo memoranzas, las verdes puertas; violines en el tejado mientras el sol pincelando tu cara. recita Vibrante en el compás a los hontanares sobre la montaña: de la tierra. veo los fieles rostros Ya las sustancias de los que siempre del final, estuvieron conmigo; me hacen aún más y las veredas volar; en las que subrayé y me voy a tu corazón, alegrías y tristezas. a decirte amor; Aletean grandes sentimientos y estrechar el hoy, en este aire de violines. el hoy de nuestra voz Huelo ahora el perfume desde esta refrescante de tu cuerpo que me llama, montaña de violines del amor.
  13. PAÑUELOS BLANCOS ¡A romper cuánto muro, limitase tu mente! navegamos en días de soles marchitos. Poeta, amigo: caminante de letras subterráneas, que por años clamando justicia... y de ellos, cuántos se perdieron en el olvido ... de lejos, un llanto en pañuelos blancos, de lejos, nos dejan el símbolo de su andar herido. Los poemas compartidos viejo amigo en aquellos pañuelos idos: ¡jamás mueren! en la tierra del poeta, que sigue recordando a su destrozado hermano.
  14. CANTAR DE ADIÓS Te miro emocionado Te miro a los ojos a los ojos; querida amiga, allá fueron los años en este día de carreras y poemas, en que me voy lejos... poemas que los siento ya la senda con el aire y mis venas, espera mis pasos que llevan y la mar mi velero. el agua soñadora Abrazo llanas y la sustancial tierra. voces Adiós, querida amiga de este lugar de confidencias de caseríos y hierbas; y ritos; mira lo compartido ya no me quedan ayer en la dicha más palabras y mira lo compartido sino gestos de cariño; ayer en la pena. el sol traerá otro día La montaña a este lugar queda en su nube; de caseríos y hierbas; y mi voz y yo quizás en mi velero llega hasta la pradera. esté de aquí, ya muy lejos.
  15. AROMA DE NOBLEZAS Excelsos lirios del piano, excelsas estelas amorosas: aroma de noblezas. ... y así el taller de mi padre y el velar de mi madre; y el ventanal de onduladas plantas; y el abril de tu cara; y el ameno crecer de la mañana. El sol, ya entre blancas nubes, acariciando auroras; y tú sigues animosa y tú eres maravillosa. Fotografía de Cristian Rodríguez D., Intercomuna ¡Oh, frutales que vienen! y las riquezas del misterio en este aroma de noblezas; y te estrecho amor en el hondo concierto; y estrecho las estaciones que vienen con su mar; aquí en la estación del ramal, del ramal de antiguos trenes hacia la cordillera solemne ¡tan bella como tú! en este aroma de noblezas de excelsos lirios del piano y excelsas estelas amorosas.
  16. Fotografía de Hugo Alister Ulloa Otoño, 2008
  17. SUEÑO DE AMOR Estos árboles, Volarán golondrinas que ahora palpan a tus puentes mis ventanas, con todas sus alegres provienen mañanas. de un sueño, Las lluvias y el aire de un sueño de amor de la ternura ayer en la fuente. recibirán en sus corceles ... y niños y viejos el triunfo final del amor en manos al cielo; sobre el odio y la violencia; y las madrigueras y todos iguales en resplandor, del buen soldado compartiendo en una gran cantarán el sentir, mesa, que fue del huérfano un himno de paz eterna, y la viuda. más tu mano y mi mano Los caudales que en un mismo poema, llevan un gran emblema del amor, bondades e inocencias por un fraternal se encontrarán felices mundo nuevo. en el río vivificante del amor.
  18. 24 de noviembre de 2004
  19. ÁUREA NOCHE Es tan áurea tu imagen sobre el verdor de esta tibia noche; y bajo esta luna de enero, que el valle luce encantado con sus ñirres y vendavales líricos. Canto, miro y te beso en el sentir volátil de tu cuerpo en mi cuerpo. Amada mía, es tan bella esta noche con tus caderas y sonrisas; yo siento, que esta noche va muy alto nuestro fuego; y libres, enamorados, la noche va acogiendo nuestros amorosos frutos, entre estos iluminados ñirres y deleitables vendavales líricos.
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