MUNDO
• La palabra mundo en la Sagrada Escritura es
una palabra "equívoca", pues presenta varios
significados: a veces significa el mundo visible
creado por Dios. Otras veces significa el
conjunto histórico y cultural en el cual se
desarrolla la vida de los hombres. En otras
ocasiones expresa una realidad que es
antagónica a Dios.
EL MUNDO ATAGONICO
• El mundo antagónico a Dios es al que se refiere el
Señor Jesús en su oración al Padre. Sin embargo,
es importante no perder de vista el mundo bueno
creado por Dios, ni el mundo en su sentido
histórico y cultural, para no caer en una
«tendencia innatural de despreciar el mundo y
sus valores», asumiendo con ello posturas
maniqueas, espiritualistas, desencarnadas, de
fuga, que no comprendan bien la naturaleza y
misión del Pueblo de Dios y que busquen por ello
"encerrarse en la Iglesia" como si ésta fuese un
refugio y un gueto.
UN MUNDO ANTAGÓNICO A DIOS, Y
UN MUNDO RECONCILIADO
• Pero si Dios crea todo y lo crea bueno,
¿cómo puede existir un mundo malo?
La creación de Dios ha sido desfigurada por la acción
de Satanás y por la complicidad de los hombres:
es la criatura humana quien haciendo mal uso de su
libertad introduce el mal en el mundo creado por
Dios.
Así, desde el momento de la caída original existe un
mundo sometido a la influencia y dominio del
Maligno,
un mundo que rechaza a Dios y todo lo que procede
de Él. Pero he aquí que Dios no destruye ese
mundo que con mayor o menor conciencia se
somete a Satanás.
Muy al contrario envió a su Hijo único para
reconciliarlo y recrearlo por el don de su Espíritu.
Gracias al Hijo y a su misión
reconciliadora, no
pertenecemos ya a ese
mundo:
ahora pertenecemos al mundo
reconciliado por Cristo, que es
la Iglesia.
Hemos sido
separados para Dios y hechos
miembros de la Iglesia. Pero,
aunque consagrados, al mismo
tiempo hemos sido "dejados"
en el mundo que antagoniza
con Dios,
o más bien, enviados a él desde
nuestra nueva condición de
hombres y mujeres nuevos:
«Como tú me has enviado al
mundo, yo también los he
enviado al mundo».
ESTAR EN EL MUNDO
• Estar en el mundo significa evangelizar la
cultura y las culturas del hombre, es decir,
alcanzar y transformar con la fuerza del
Evangelio, los valores determinantes, los
puntos de interés, las líneas de pensamiento,
las fuentes inspiradoras y los modelos de vida
de la humanidad, que están en contraste con
la palabra de Dios y con el designio de
salvación
SIN SER DEL MUNDO
“EL AGUA CON EL ACEITE NUNCA SE PUEDEN
JUNTAR”
Sal de La Tierra y luz del Mundo
(Mt 5:13-16)
Jesús nos dice que somos la “sal de la tierra” y
la “luz del mundo”, dos expresiones
clásicas e inolvidables del Evangelio.
Aunque sea invirtiendo el orden, hablemos
primero
de la Luz y después hablaremos de la Sal.
Luz del mundo
De Sí mismo dijo Jesús: “Yo soy la luz del
mundo” (Juan 8,12). Y a sus discípulos les
comunicó: “Ustedes son la luz del
mundo” (Mateo 5,14). En la sola palabra
“luz” encerró
Jesús una parábola inmortal. Dios es la
Luz. Jesucristo es Luz de Luz, “esplendor
de la
gloria del Padre” (Hebreos 1,3), y el
cristiano es Luz que “brilla como antorcha
en medio
de la oscuridad del mundo” (Filipenses
2,15), desde el momento que por Dios
“fue librado
del poder de las tinieblas y trasladado al
Reino de su Hijo querido” (Colosense1,13)
Jesús nos dice que debemos ser luz,
pero, ¿Qué es la luz?, la biblia lo
dice,
¡Es una criatura tan pura, tan
inocente,
tan bella cuando pinta de
colores todas las cosas!...
Para la Biblia, la luz es la primera
criatura salida de la boca y de
la mano de Dios, independiente del
sol, que no fue creado hasta el
cuarto día. La luz, por sí
misma, llena la creación entera.
Así piensa la Biblia.
Jesús
Con esto nos exige ser luminosos como lo es una vida sin tacha;
alegres y felices que
Esparzamos paz por doquier; conocedores de Dios, porque Dios nos
ha escogido y se nos ha
revelado; llenos de la vida del mismo Dios que senos ha comunicado
por el Espíritu Santo,
derramado en nuestros corazones.
Donde va un cristiano, allí se adivina la presencia de Dios,
porque el seguidor de Cristo es “una ciudad colocada sobre el monte, y
no se puede
esconder; es una lámpara, que no se mete dentro del recipiente que
mide el grano, sino que
alumbra a todos los de la casa. ¡Sean luz, igual que lo soy yo!
Sal de la Tierra
Antes de declararnos Jesús
“luz del mundo”, nos había dicho:
“Ustedes son la sal de la
tierra.
Pero si la sal se desvirtúa, ¿con
qué se la salará? No vale ya para
nada sino para ser
tirada afuera y ser pisoteada por
los hombres” (Mateo 5,13).
¿Qué significa para nosotros
ser sal de la tierra?
Hagamos lo mismo que con la luz.
¿Qué significa la sal en la Biblia?
La sal, en la Biblia, es lo que da sabor
a la vida, hace gustar la sabiduría celestial,
es fuerza y vigor de la virtud, es signo de
amor
irrompible y de perseverancia en la pureza
de la oblación cristiana a Dios.
La sal, entonces como ahora, es lo que daba
sabor a los alimentos, y así pregunta
irónicamente Job a sus contrincantes:
“¿Acaso se come un alimento soso sin antes
sazonarlo con sal?” (Job 6,6)
La sal era signo de vida fuerte, de modo que
al nacer una criatura la frotaban
vigorosamente con sal.
Ezequiel le echa en cara al Israel infiel: “Al
nacer ni te lavaron con
agua, ni menos te frotaron con sal” (Ezequiel
16,4), y así saliste de flojo y de cobarde.
La sal servía en muchos sacrificios
para purificar más y más la carne ofrecida a Dios
y
que se había de consumir en convite pacífico
o guardar para los sacerdotes.
La sal era expresión de jornal vida, de ahí el
llamado
“salario”, lo que había ganado con
el esfuerzo el soldado en el campo de batalla,
o el regalo gratuito para vivir, del que Esdras
habla al generoso rey Artajerjes:
“Nosotros comemos la sal del palacio real”
(Esdras 4,14)
La sal, según el mismo Jesús,
es símbolo de la paz entre dos o más personas:
“Tengan sal entre ustedes y mantengan la paz
unos con otros”
(Marcos 9, 50)
Finalmente, San Pablo quiere que el cristiano
“use un lenguaje lleno de gracia, sazonado
con la sal de la prudencia para saber responder
siempre con sabiduría”
(Colosenses 4,6)
CONCLUSION SOBRE LA SAL
Esta era la mentalidad judía sobre la sal.
Cuando Jesús nos dijo:
“Ustedes son la sal de la tierra”, ¿a qué se refería?...
Lo más obvio, lo que salta más a la vista, es que Jesús
nos quería decir:
“Den sabor agradable a todas las cosas.
Sobre todo, guarden de la corrupción al mundo”.
Pero, ¿quedaban excluidos todos los demás
aspectos que tanta sabiduría inspiraban en Israel?
... Jesús quería que fuéramos para la tierra lo que la sal
tiene de bueno en todos sus aspectos para la vida.
“Luz del Mundo”.
“Sal de la tierra”…
¡Las cosas y las lecciones
que Jesús nos dio con
sólo dos palabras, tan
cortitas, de sólo tres letras
cada una!..
ASI ALUMBRE VUESTRA LUZ
DLANTE DE LOS HOMBRES, PARA
QUE VEAN VUESTRAS BUENAS
OBRAS, Y GLORIFIQUEN A
VUESTRO PADRE QUE ESTA EN
LOS CIELOS
MATEO 5:16