1. “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”
(Rm 5,4)
Pedro Martínez González
2. “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”
(Rm 5,4)
Plan Pastoral de las Hijas de la Caridad:
“Conocer y vivir los tiempos litúrgicos como cauce de presencia de Dios en la
vida cotidiana, y vivir los sacramentos como momentos en los que Dios quiere hacerse
presente en los acontecimientos fundamentales de la persona y la comunidad”.
Los Sacramentos son:
“Como “fuerzas que brotan” del Cuerpo de Cristo siempre vivo y vivificante, y
como acciones del Espíritu Santo que actúa en su cuerpo que es la Iglesia, son las
“obras maestras de Dios” en la nueva y eterna alianza. Es decir: los sacramentos nacen
de Jesús y por ellos recibimos la gracia de Dios para vivir como auténticos cristianos en
medio del mundo con la fuerza del Espíritu Santo” (CIC 1116).
3. “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”
(Rm 5,4)
La vivencia de la vida sacramental, y su comprensión, hacen de la profesión de la fe
el fundamento de vida cristiana:
“A la profesión de fe, de hecho, sigue la explicación de la vida sacramental,
en la que Cristo está presente y actúa, y continúa la construcción de su Iglesia. Sin la
liturgia y los sacramentos, la profesión de fe no tendría eficacia, pues carecería de la
gracia que sostiene el testimonio de los cristianos”. (Benedicto XVI, Porta Fidei)
Una de las características más importantes de los sacramentos es que
contienen realmente aquello que significan, no son simples símbolos, aunque se
realicen a través de los símbolos. Su misión fundamental es darnos y/o aumentar la
Gracia divina en nosotros.
Gracia Divina:
La que nos regala Jesucristo en su Espíritu y que nos permite acercarnos a la
santidad para poder responder a nuestra vocación, llamada, a vivir como auténticos
hijos de Dios.
4. “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”
(Rm 5,4).
Los sacramentos son actos salvadores:
1.Porque ayudan al ser humano a salir de situaciones concretas de alejamiento de
Dios, pues su fuerza es la del Amor y Resurrección de Cristo que, mediante ellos, se
hace presente en la vida concreta.
2.Porque Jesucristo es el verdadero autor de ellos y en esto precisamente consiste su
fuerza y su valor. No bautiza el sacerdote, es Cristo mismo quien bautiza.
3.Porque la Iglesia los comunica no por propia voluntad, sino porque es Cristo quien
se los entrega a ella para que sea su administradora.
4.Porque el ser humano necesita de algo material y simbólico que le ayude a
descubrir el misterio, sentir la presencia de Dios.
El apóstol san Pablo nos dice en su carta a los romanos (1, 20):
“Si bien no se puede ver a Dios, podemos, sin embargo desde que él hizo el mundo,
contemplarlo a través de sus obrar y entender por ellas que él es eterno, poderoso y
que es Dios”.
5. “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”
(Rm 5,4).
Materia y Forma en los Sacramentos:
Entendemos por materia, lo que
normalmente se usa para celebrar el sacramento.
Entendemos por forma, las palabras y
oraciones recitadas por el ministro del
sacramento.
La palabra sacramento:
proviene del latín “sacramentum”,
derivado del verbo latino “sacrare”, cuya
traducción exacta es “hacer santo”. El sufijo –
mentum se traduce por: medio para.
6. “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”
(Rm 5,4).
Se dividen en:
1.Sacramentos de la Iniciación Cristiana (Bautismo-Confirmación-Eucaristía).
2.Sacramentos de Curación (Reconciliación-Unción de enfermos).
3.Sacramentos de Servicio (Matrimonio-Orden Sacerdotal).